Ibiza, pl¨¢cido y delicioso ritmo pitiuso
Caminos sinuosos entre bosques, calas solitarias y un 'bullit de peix' en El Bigotes. Escapada oto?al por el norte insular, donde el turismo de masas es un rumor
Ibiza tiene 571 kil¨®metros cuadrados. Se recorre de punta a punta en poco m¨¢s de una hora en coche. Es el destino playero cool y recibe m¨¢s de tres millones de visitantes al a?o. A estas alturas ya no quedan calas escondidas ni lugares secretos que solo conozcan unos cuantos lugare?os. Pero aunque parezca imposible en la era de Internet y las redes sociales, s¨ª existe un pedazo de tierra que se parece a la Ibiza original, a la que hoy solo aparece en postales vintage del mercadillo hippy de Las Dalias o en fotograf¨ªas que acumulan polvo en establecimientos centenarios. Es el norte de la isla balear, que escapa a estereotipos y discotecas. Donde las bacheadas carreteras se pierden entre densos pinares, con sus cunetas salpicadas de las plantas que obran el milagro de convertir el an¨ªs en hierbas ibicencas. Es el rinc¨®n ideal para perderse durante el oto?o, porque al norte de Ibiza la vida siempre es domingo, todo marcha a una velocidad menor y el turismo de masas es solo un rumor.
La capitalidad de esta calma septentrional la ejerce Sant Joan de Labritja, t¨¦rmino municipal con apenas 5.500 habitantes en m¨¢s de 100 kil¨®metros cuadrados. La localidad hom¨®nima ¡ªuna de sus cuatro parroquias, junto con Sant Miquel, Sant Vicent y Sant Lloren?¡ª es toda una delicia. Se expande apenas dos calles alrededor de la iglesia. Su pausada vida solo se quiebra los domingos, que amanecen con un coqueto mercadillo con m¨²sica en directo, puestos de moda, joyer¨ªa y comida. M¨¢s tarde, los visitantes se desplazan a la cercana Benirr¨¤s, al son de los tambores, ante los que muchos lugare?os fruncen el ce?o. Los habitantes de esta zona prefieren una vida tranquila, de huertas y casas payesas rodeadas de almendros, algarrobos y olivos centenarios, bajo los que picotea un ej¨¦rcito invasor de palomas torcaz. La tierra naranja que pisan estas aves domina un paisaje que guarda peque?os nirvanas de aguas turquesas donde el turismo no es tan masivo porque no cabe. El norte lo tiene claro: no quiere parecerse al sur insular.
Algunas playas m¨ªnimas se descubren circulando por la carretera E-10. La primera es cala Xarraca, donde pescan los cormoranes. En los arenales que la siguen, S¡¯Illot des Rencl¨ª y cala Xuclar, ambos diminutos, caben apenas un pu?ado de personas. Entre los pinos tambi¨¦n hay embarcaderos para sentarse al sol oto?al cual lagartijas pitiusas. Superando Portinatx se llega a la cala d¡¯en Serra. Los socavones del camino lo convierten en un acceso solo apto para conductores valientes; as¨ª que mejor aparcar y disfrutar de una corta y sencilla ruta senderista hasta la playa. Quiz¨¢s esta ¨¦poca del a?o no sea momento para el ba?o, pero el buceo es toda una experiencia mecidos por el lento bamboleo de las praderas de posidonia.
Vistas a Tagomago
La carretera vieja de Portinatx sigue su camino entre curvas cerradas y baches hasta Sant Joan de Labritja, y la PM-811 toma entonces rumbo hacia Sant Vicent de Sa Cala por una de las zonas m¨¢s boscosas en una isla de bosques. La ca¨ªda del sol es el mejor momento para acercarse a los muelles de Pou des Lle¨®, desde donde parte una senda de tierra por la que pasear poco m¨¢s de un kil¨®metro hasta la torre de Campanitx; all¨ª aguardan preciosas vistas hacia el perfil ondulado del islote de Tagomago. Siguiendo la costa, otra estrech¨ªsima, serpenteante y solitaria lengua de asfalto se adentra entre pinos y vi?edos hacia el sur, casi olvid¨¢ndose de cala Mastella, un rinc¨®n que pasa inadvertido salvo para quienes buscan el silencio o los sabores de El Bigotes (650 79 76 33). Creado a partir de una caseta de pescadores, este restaurante est¨¢ siempre a reventar en sus dos turnos. El de mediod¨ªa ofrece pescado a la plancha; el de las dos de la tarde, bullit de peix a partir de las capturas pesqueras del d¨ªa, en mesas compartidas. Sirvia, raya, corvina, cabracho o gallo San Pedro son servidos con patatas guisadas para arrancar un men¨² culminado con un exquisito arroz caldoso. Cocinado con le?a, el doble plato se borda en esta casa desde hace d¨¦cadas. Como el fla¨® ¡ª?postre tradicional ibicenco¡ª y el caf¨¦ caleta, que a base de agua, brandi, canela y piel de lim¨®n propone una dulce sobremesa que cuesta abandonar. Alejado de lujos y comodidades, proporciona un momento ¨²nico, igual que sentarse a la mesa del Bar Anita, en el cercano pueblo de Sant Carles de Peralta, que a¨²n ejerce de casa de postas con m¨¢s de 600 buzones de las viviendas diseminadas de toda la zona para que las cartas no se pierdan entre caminos de tierra y veredas.
A 16 kil¨®metros hacia el interior de la isla, el estanco de Sant Miquel de Balansat tambi¨¦n fue centro de comunicaciones. All¨ª iban los j¨®venes de Estados Unidos en la d¨¦cada de 1960 para recoger los giros postales que sus familias enviaban desde el otro lado del Atl¨¢ntico. Este rinconcito ubicado en una casa con cuatro siglos de antig¨¹edad tambi¨¦n es el bar Can Xicu. La actriz Tita Planells mantiene hoy, con pulso firme, este negocio familiar, epicentro para el caf¨¦ de la ma?ana o la primera cerveza vespertina. Unos pasos m¨¢s abajo, La Casita del Sol (971 33 46 49) sirve pan casero de cacao y naranja, costilla de ternera o huevos rotos en sus terrazas ajardinadas. ¡°Nosotros no cocinamos, solo transformamos: el horno de piedra hace todo¡±, subraya uno de sus chefs, Daniel D¨ªez, que dirige el lugar junto a su hermano Adri¨¢n desde mayo de 2018. El t¨¢ndem tambi¨¦n lidera exitosamente La Luna Nell¡¯Orto, a escasos 50 metros.
El recorrido gastron¨®mico se puede cerrar en La Paloma. Ubicado en una casa payesa de Sant Lloren?, un gran algarrobo domina el patio principal rodeado de naranjos y huertas. Con productos org¨¢nicos y cocina internacional, se ha ganado el coraz¨®n del turismo for¨¢neo, que en las frescas noches se acerca a la chimenea del interior de la vivienda. El oto?o es otra cosa en Ibiza.
Gu¨ªa pr¨¢ctica
- Iberia? y Ryanair ofrecen vuelos directos entre Madrid e Ibiza desde 43 euros, ida y vuelta
- Vueling y Ryanair? vuelan de Barcelona desde 30 euros, ida y vuelta
- Oficina de turismo de Ibiza
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