Las mejores rutas del mundo para correr
Desde sencillos recorridos urbanos por ciudades como Nueva York, Barcelona o Niza hasta los 'trails' m¨¢s exigentes por el desierto de Jordania o la selva boliviana. El 'running' es una tendencia en auge
Correr tiene un efecto liberador para la mente al tiempo que ayuda a estar en forma, a disfrutar de los espacios abiertos y a descubrir nuevos rincones de las cuidades. Y ahora, adem¨¢s, el running est¨¢ m¨¢s de moda que nunca. Quiz¨¢ por efecto del confinamiento, todos tenemos ganas de salir corriendo y los m¨¢s aficionados est¨¢n ya entrenando para volver a participar en las citas cl¨¢sicas. Estas son algunas de las mejores rutas del mundo para disfrutar de este sano ejercicio, desde sencillos recorridos urbanos hasta los trails m¨¢s exigentes.
1. Un paseo por Central Park (Nueva York)
Creado en 1867 en pleno coraz¨®n de Manhattan, este parque tiene una extensi¨®n de 341 hect¨¢reas y su forma rectangular ocupa unas dimensiones aproximadas de 4.000 metros de largo por 800 de ancho. Con casi 40 millones de visitas al a?o, es el parque p¨²blico m¨¢s concurrido de Estados Unidos Por sus caminos transitan a diario runners, triatletas, ciclistas, vecinos en busca de un poco de aire fresco y los sempiternos turistas, que buscan en esta gran masa verde escapar del ajetreo y bullicio de la ciudad de los rascacielos. Los aficionados a correr encontrar¨¢n en este oasis neoyorquino una red sorprendentemente compleja de sendas y pistas, aunque las rutas m¨¢s populares sacan provecho de los Park Drives. La vuelta completa (full loop, en ingl¨¦s, con una longitud de 9,6 kil¨®metros) permite recorrer, entre otros lugares, Harlem Hills y Lasker Rink en el norte; el Metropolitan Museum of Art en el este; y Sheep Meadow y Strawberry Fields en su parte oeste. Un aliciente es que desde 2018 se respira un aire m¨¢s limpio, ya que, tras a?os de presi¨®n por parte de grupos ecologistas, Central Park se declar¨® oficialmente libre de veh¨ªculos de motor. Una buena propuesta es completar un circuito circular de 10 kil¨®metros con salida y punto final en Engineers¡¯ Gate, 2 East.
2. Una carrera por la selva costarricense: The Coastal Challenge
Costa Rica lleva a?os apostando por descubrir sus bellezas naturales a trav¨¦s del running. The Coastal Challenge es una ruta que va desde playa del Rey, en el parque nacional Manuel Antonio, hasta Bah¨ªa Drake, en la pen¨ªnsula de Osa. Dura un total de seis d¨ªas y tiene dos categor¨ªas: la Adventure para principiantes, de 155 kil¨®metros; y la Expedition, m¨¢s larga y dif¨ªcil.
Ambas carreras muestran en todo su esplendor los tesoros del pa¨ªs, incluidas imponentes cascadas, hermosas playas y selva tropical repleta de monos aulladores, ranas punta de flecha, serpientes y mariposas de colores. Los competidores solo necesitan llevar consigo una bolsa para cada etapa, ya que se ofrecen comida tradicional costarricense y bebidas por el camino. La mayor¨ªa de los d¨ªas la carrera termina cerca de una playa.
3. Ruta de borde a borde por el Gran Ca?¨®n (EE UU)
Quienes hayan son?ado alguna vez con recorrer largas distancias campo a trave?s, encontrara?n pocos sitios tan inspiradores como el Gran Ca?¨®n, en el Estado de Arizona. Recorrer ¨ªntegramente el camino asomados al abismo es, en esencia, una ultramarato?n fuera de pista, con desniveles de subida y bajada sin igual. Hay quienes solo hacen la ruta de ida, pero aquellos que decidan hacer el circuito completo tienen por delante un exigente recorrido de 67,5 kil¨®metros. Se puede comenzar en lo alto del South Kaibab, en el borde sur del Gran Ca?¨®n, en un camino de ida y vuelta, bajando y subiendo al lecho del r¨ªo Colorado, entre cuellos volc¨¢nicos y paredes de color fuego y oscuras formaciones rocosas creadas por antiguos ri?os y mares.
La carrera por el Gran Can?o?n se conoce en la jerga running como Rim to Rim to Rim (o sencillamente R2R2R), y es sin duda una de las trail runs ma?s duras del mundo. A lo que hay que sumar que cualquiera que haya visto el Gran Can?o?n coincidira? en que no hay fotografi?a capaz de hacerle justicia. Con 446 kil¨®metros de largo, 32 de ancho y 2 de profundidad, es uno de los lugares ma?s impresionantes del planeta.
4. Entre palmeras y 'art d¨¦co' en Miami Beach (Florida)
Las altas palmeras y la arena blanca son un fant¨¢stico tel¨®n de fondo para cualquier corredor que estire sus piernas en Miami Beach. Adem¨¢s de su litoral, aqu¨ª se disfruta contemplando su colorida arquitectura art d¨¦co y el bullicio en sus restaurantes al aire libre cerca del paseo mar¨ªtimo. En realidad, uno se puede ejercitar por cualquier paseo o parque de esta ciudad de Florida, pero hay una formidable ruta de casi seis kil¨®metros y medio que arranca en el parque de Indian Beach, cerca de la entrada del Miami Beach Boardwalk, y lleva hasta la playa de South Pointe. Esta cl¨¢sica pasarela de madera avanza entre la vegetaci¨®n, ofreciendo a quien la atraviesa unas pintorescas vistas de una franja costera sorprendentemente virgen pese al entorno urbano. Cuando se llevan recorridos 2,5 kil¨®metros, a la altura de la 23rd Street, el sendero pasa a estar asfaltado en el tramo que lleva hacia el coraz¨®n de South Beach, el arenal principal de Miami Beach.
Hay muchas oportunidades para disfrutar del ir y venir de la gente y admirar el legado arquitect¨®nico al pasar por el tramo que abraza la c¨¦lebre Ocean Drive, entre restaurantes y bares instalados en bellos edificios art d¨¦co de tonos pastel. El trazado culmina en la tranquila playa de South Pointe, a poco m¨¢s de un kil¨®metro de distancia del fren¨¦tico epicentro de South Beach.
5. La Promenade des Anglais (Niza): un paseo por la Costa Azul
La Promenade des Anglais es uno de los paseos urbanos junto al mar m¨¢s famosos del mundo y tambi¨¦n un lugar magn¨ªfico para practicar el running. Se trata de la avenida mar¨ªtima de Niza, un enclave mediterr¨¢neo con cach¨¦ hist¨®rico en la costa francesa que lleva m¨¢s de un siglo atrayendo a los visitantes por sus playas, su arquitectura belle ¨¦poque y su soleado clima mediterr¨¢neo.
Una intensa sesi¨®n de running por los 6,4 kil¨®metros del Promenade des Anglais, concretamente por su ancho carril peatonal, es una forma formidable de verlo todo. M¨¢s all¨¢ de las vistas al mar y de sentir en el rostro una brisa refrescante, el trayecto permite descubrir los mejores edificios de la ciudad, como el Hotel Negresco, todo un cl¨¢sico, en un palacio neocl¨¢sico de 1912, y ver escenas ¨²nicas del veraneo europeo m¨¢s elegante, como las t¨ªpicas hileras de sillas azules mirando el mar, todo un s¨ªmbolo de esta ciudad de la Costa Azul desde la d¨¦cada de los cuarenta del pasado siglo. Aqu¨ª cualquier momento del d¨ªa es bueno para correr, pero especialmente al atardecer. El recorrido puede comenzar en el Cadran Solaire, el gran reloj solar dibujado en una espl¨¦ndida azotea que mira al Mediterr¨¢neo, y finalizar a los pies de la playa de Port Nice Carras.
6. Del mar a la monta?a en Barcelona (Espa?a)
No hace falta irse muy lejos para encontrar uno de los mejores escenarios urbanos para correr. En Barcelona una ruta puede llevarnos desde su animada ribera mediterra?nea hasta la zona alta de la ciudad, donde esperan las mejores panor¨¢micas. Una estupenda excursi¨®n de 7 kil¨®metros es la que nos permite correr desde el paseo mari?timo, cerca del Carrer de la Marina, a la altura del gran pez dorado de Frank Gehry que parece flotar sobre el Mediterr¨¢neo, hasta el Castell de Montjui?c, en lo alto de la monta?a del mismo nombre (junto al Carrer del Castell). Los primeros trotes ser¨¢n por la Barceloneta, el antiguo barrio marinero (revitalizado por los restaurantes y los turistas), con su cuadr¨ªcula de callejuelas, estrech¨ªsimos callejones y manzanas superpobladas que se llenan de aromas a calamar a la plancha o tiernas navajas a la hora de la comida o la cena.
Pero no hay tiempo para degustar la gastronom¨ªa local si lo que se quiere es seguir adelante y pasar ante los ma?stiles de enormes veleros que cabecean junto a los runners mientras atraviesan el pintoresco puerto deportivo. Lo siguiente ser¨¢ cruzar el extremo bajo de la Rambla y subir por el Poble Sec, tal vez el barrio menos turi?stico, pero tambi¨¦n repleto de bares de tapas, terrazas y bohemios sitios de copas. Pero a la altura del mirador del Poble Sec, hay que forzar el paso, cuesta arriba, para llegar al punto desde el que se abarcan las monta?as m¨¢s all¨¢ de la capital catalana. Los jardines de Joan Brossa, entre alti?simos cipreses, gruesas palmeras y fragantes pinos, abren camino hacia la cumbre de Montju?c, con las cabinas del telefe?rico pasando por encima. Desde la impresionante fortaleza de Montju?c, a lo lejos, se contempla el puerto como un torbellino de actividad. Y de vuelta, se puede bajar en las anticuadas cabinas rojas de regreso al puerto.
7. Marat¨®n Internacional de Patagonia (Puerto Natales, Chile)
Una de las mejores carreras para disfrutar de la naturaleza de Sudam¨¦rica se desarrolla en el parque nacional Torres del Paine, en la Patagonia chilena. Es la Patagonian International Marathon, un evento que se corre por carreteras de grava ondulantes en un circuito campo a trav¨¦s que termina en el Hotel R¨ªo Serrano. Los corredores pueden contemplar en su ruta los elevados picos del parque, los glaciares brillantes y los pastos dorados.
La primera mitad de la carrera es relativamente llana, pero el segundo tramo es m¨¢s ondulante: hay ascensos y ca¨ªdas de 100 metros cerca de la marca de los 29 kil¨®metros y al final hay una secci¨®n cuesta abajo hasta la l¨ªnea de meta. Aunque el circuito tiene 42 kil¨®metros, tambi¨¦n existen alternativas m¨¢s sencillas, de 10 y 21 kil¨®imetros, establecidas en el mismo recorrido. Participar en esta marat¨®n es tambi¨¦n una buena excusa para acercarse a Punta Arenas, una de las ciudades m¨¢s meridionales del mundo, en el estrecho de Magallanes, all¨ª donde confluen los oc¨¦anos Atl¨¢ntico y Pac¨ªfico. Es el punto de entrada para visitar el parque de Torres del Paine, una de las joyas naturales del continente americano.
8. Un paseo mar¨ªtimo urbano: Estocolmo
Es f¨¢cil correr por esta ciudad dispersa por 14 islas, con unos maravillosos frentes mar¨ªtimos. Entre los muchos trayectos posibles de la capital sueca destaca el circuito en bucle por S?dermalm, una de sus mayores islas. Aunque se puede circunnavegar el litoral en un recorrido llano de 11 kil¨®metros, vale la pena hacer un esfuerzo adicional y a?adir unos cuantos repechos en la parte norte. Se pasa por Skinnarviksberget, un promontorio rocoso que regala estupendas vistas Estocolmo, y Gamla Stan, el casco antiguo de la ciudad. Pueden a?adirse kil¨®metros sumando un bucle por la isla vecina, pues est¨¢n unidas. El trazado por el sur de S?dermalm est¨¢ lleno de parques arbolados y puertos deportivos. Para comenzar vale con situarse en cualquiera de los puentes que conectan con S?dermalm.
9. El marat¨®n de la isla del Sol en el lago Titicaca (Bolivia)
El lago Titicaca, a 3.800 metros de altitud, es la masa de agua navegable a mayor altura del mundo. Junto a su orilla hay desperdigados peque?os pueblos andinos y en el propio lago, un pu?ado de islas para ser exploradas. Una de las mejores carreras que pueden hacerse en la zona es la que sigue el trazado de la marat¨®n de la isla del Sol, una ruta de 42 kil¨®metros (ida y vuelta) por caminos abruptos, antiguas calzadas y aldeas de campesinos. Se empieza en el pueblo Yumani, a orillas del lago, y desde all¨ª se sube por una bacheada senda hasta las ruinas de Chincana, un asentamiento construido por la civilizaci¨®n tiahuanaca, anterior incluso a los incas. Tras recorrer el extremo norte de la isla se pone rumbo al pueblo ribere?o de Challapampa, donde se puede dar la vuelta e iniciar el regreso. Eso s¨ª, para hacer el circuito hay que tener muy en cuenta la imprescindible aclimataci¨®n a la altitud.
10. La ultramarat¨®n de Chartreuse Terminorum (Francia)
Esta ultramarat¨®n francesa se inspira en la de Barkley, que tiene lugar en el parque estatal Frozen Head, cerca de Wartburg, en Tennessee (EE UU), que resulta casi imposible de completar. La Chartreuse Terminorum cubre 300 kil¨®metros en las agrestes estribaciones de los Alpes franceses, con principio y final en Saint Pierre de Chartreuse. Beno?t Laval, su fundador, es un veterano de la Barkley, con lo cual la carrera se rige por el mismo principio: los corredores deben orientarse mientras corren entre tupidos bosques al tiempo que tratan de encontrar libros ocultos debajo de rocas y en el interior de ¨¢rboles, sin otra ayuda que confusas instrucciones manuscritas, una br¨²jula y un mapa. El ganador deber¨¢ completar cinco vueltas de 60 kil¨®metros cada una en 80 horas. Hasta la fecha, nadie ha estado cerca de terminarla en el l¨ªmite de tiempo establecido.
11. Northern Explorer: un paseo alrededor de Kioto
El paisaje de las colinas que rodean la ciudad japonesa de Kioto es espectacular y cambia radicalmente cada estaci¨®n; desde las azaleas luminosas de la primavera a las hojas de arce del oto?o. Es uno de los mejores lugares del pa¨ªs para los corredores, sin necesidad de que sean profesionales del running. Hay varios senderos y rutas, pero en cualquiera de sus variables el terreno es rocoso e irregular. No es muy elevado, 848 metros en comparaci¨®n con los 3.776 del monte Fuji, pero supone un buen ejercicio, y el paisaje cambia visiblemente al ascender hacia la cima y al templo Enryaku-ji, que es patrimonio mundial. Tambi¨¦n hay vistas impresionantes de subida, que alcanzan incluso Osaka en d¨ªas despejados. Los m¨¢s aventureros pueden intentar completar el Kyoto Isshu Trail, de 69 kil¨®metros. Para pasar el d¨ªa se aconseja tomar el tren hasta la estaci¨®n de Shugakuin; hay un sendero popular que empieza a 2,4 kil¨®metros de ese lugar y asciende por el monte Hiei hasta el templo Enryaku-Ji (se puede bajar en telef¨¦rico).
12. El reto extremo de la Ultra Gobi 400K
Esto no es un desaf¨ªo para principiantes, sino para corredores experimentados y dispuestos a ponerse a prueba en un lugar de condiciones extremas. La Ultra Gobi 400K es una carrera autodirigida, sin apoyo externo, que se celebra en el sur del desierto de Gobi, en el extremo de la meseta tibetana que hay en la provincia de Gansu, en la China occidental. Se trata de un evento que requiere orientaci¨®n avanzada, pero sabiendo usar el GPS adecuado resulta bastante clara. Los retos son decidir cu¨¢ndo comer, qu¨¦ empaquetar para las fases restantes y c¨®mo dormir. Por delante esperan muchas dunas, monta?as, pastores y su ganado, perros salvajes, lobos y moscas (muchas). El corredor tambi¨¦n se enfrenta a oscilaciones t¨¦rmicas, pasando de temperaturas bajo cero a un sol abrasador y mucho viento.
13. La Marathon de Nueva York, la mayor del mundo
Como la propia ciudad de Nueva York, su marat¨®n es descomunal; de hecho, gracias a sus m¨¢s de 50.000 participantes, se trata de la mayor del mundo, y tiene como se?a de identidad una energ¨ªa que se nota en el ambiente y que no tiene comparaci¨®n con ninguna otra cita. Se celebra el primer domingo de noviembre y recorre 42,1 kil¨®metros por cinco distritos de la ciudad. Los corredores salen de Staten Island y luego, en una imagen convertida ya en todo un cl¨¢sico, invaden ambos niveles del puente de Verrazano-Narrows en direcci¨®n a Brooklyn. Se sigue por Queens, Manhattan y, muy brevemente, por el Bronx, antes de regresar a Manhattan, donde los maratonistas descienden por la Quinta Avenida para luego enfilar hacia el l¨ªmite sur de Central Park y la l¨ªnea de meta, cerca del famoso restaurante Tavern on the Green. Aunque cada barrio tiene personalidad propia, el p¨²blico es una constante: unos dos millones de espectadores se congregan a lo largo del recorrido y expresan sin tapujos su entusiasmo.
14. Corriendo con Fil¨ªpides: el Espartatl¨®n (Grecia)
El Espartatl¨®n de Grecia es m¨¢s que una carrera hist¨®rica: se trata de un viaje en el tiempo. Los corredores que se animan a seguir los pasos de Fil¨ªpides se exponen a un calor extremo y a unos ajustados tiempos l¨ªmite, pero no hay otra cita que acumule tanta tradici¨®n. Sigue ¨ªntegramente la ruta que hizo Fil¨ªpides, en el 490 a.C. cuando fue enviado de Atenas a Esparta, antes de la batalla de Marat¨®n, para pedir ayuda a los griegos para enfrentarse a los persas.
Se inicia al pie de la Acr¨®polis de Atenas, sigue el trazado de las antiguas carreteras provinciales y atraviesa olivares y grandes vi?edos, para luego subir hasta lo alto del monte Parten¨®n (1.200 metros), donde, seg¨²n la leyenda, Fil¨ªpides se encontr¨® con el dios Panna. Los ciudadanos de Esparta recibieron a los corredores como a h¨¦roes, y estos se arrodillaron a los pies de la estatua del rey Le¨®nidas. A todo el que termina la carrera se le entrega una corona de olivo y un cuenco de agua del Eurotas, tal como se honraba a los primeros ol¨ªmpicos en la Antigu?edad.
15. El marat¨®n del desierto de Petra (Jordania)
En esta carrera de 42 kil¨®metros e inspiraci¨®n hist¨®rica, los participantes atraviesan una regi¨®n des¨¦rtica del sur de Jordania entre ruinas espectaculares. Empieza cerca de la entrada a Petra, la ciudad de arenisca rosada tallada en el a?o 9000 a.C., y conduce por una ruta que pasa por tumbas, templos, tallas en laderas de monta?as y cuevas, antes de adentrarse en los ¨¢ridos paisajes lunares del desierto jordano. La primera parte del recorrido se hace sobre arena y asfalto, y la segunda asciende de forma abrupta por carreteras asfaltadas y caminos de grava hasta unos 1.400 metros, cerca de la milla 22. La recompensa por este ascenso pronunciado es una secci¨®n cuesta abajo de m¨¢s de 6 kil¨®metros hasta la meta, en Wadi Musa.
16. La marat¨®n del Camino del Inca (Machu Picchu, Per¨²)
Este circuito es m¨¢s una experiencia que una competici¨®n: los corredores siguen el sendero de peregrinaje original desde la ciudad de Cuzco hasta la capital religiosa del Imperio inca, la legendaria ciudad perdida de Machu Picchu. Eso s¨ª, incluso los m¨¢s preparados tienen que hacer un esfuerzo extenuante sobre un terreno monta?oso riguroso, a altitudes de entre 2.400 y 4.200 metros sobre el nivel del mar. El recorrido de 42 kil¨®metros incluye 3.170 metros de ascenso vertical y 3.350 de descenso. El esfuerzo valdr¨¢ la pena por el ¨¦xtasis de alcanzar Machu Picchu, adem¨¢s de ver otros sitios arqueol¨®gicos por el camino. El Inca Trail Classic de 30 kil¨®metros, es una versi¨®n abreviada que empieza a las afueras de Cuzco. Ambos eventos forman parte de un circuito de varios d¨ªas que incluye un permiso especial para entrar en el Camino Inca, la v¨ªa peatonal m¨¢s famosa de Am¨¦rica con final en las ruinas incas.
17. El sendero azul junto al Mediterr¨¢neo en Cinque Terre
Uno de los caminos costeros m¨¢s bonitos de Italia es el Sentiero Azzurro o Sendero Azul. Son 12 kil¨®metros que atraviesan Cinque Terre (Cinco Tierras), una zona declarada patrimonio mundial en la regi¨®n de Liguria, al este de G¨¦nova. El camino discurre entre olivares batidos por el viento y vi?as de dif¨ªcil acceso antes de bajar bruscamente a sus cinco antiguos pueblos pesqueros llenos de inter¨¦s hist¨®rico. No es un camino gratuito: hay que pagar por utilizar la senda, protegida dentro de un parque nacional, pero merece la pena. El f¨¢cil acceso en tren a la zona hace m¨¢s atractiva la ruta: hay cinco estaciones, una en cada pueblo, para regresar en transporte p¨²blico si no se quiere hacer toda la ruta o para volver m¨¢s c¨®modamente.
18. Marat¨®n bajo la puerta de Brandemburgo en Berl¨ªn
Es uno de los maratones m¨¢s populares, al que acuden corredores de todo el mundo. Y tambi¨¦n una de las carreras m¨¢s r¨¢pidas: muchos de los ¨²ltimos r¨¦cords mundiales masculinos se han establecido en estas calles que tienen una gran ventaja: Berl¨ªn es una ciudad completamente plana.
La marat¨®n de la capital alemana, como la de Londres, se incluye entre las seis grandes del mundo (World Marathon Majors). Re¨²ne a unos 40.000 corredores y, por lo llano, es ideal tanto para batir r¨¦cords personales como para novatos. Son 42 kil¨®metros que empiezan en el Tiergarten, el principal parque de la ciudad, y serpentean por el Mitte o centro antes de salir a la frondosa periferia para luego volver. Para muchos de los que participan el momento cumbre es correr bajo la puerta de Brandeburgo.
19. Great Ocean Road Marathon (Australia)
El paseo m¨¢s pintoresco de Australia es a la vez el escenario de una de las maratones m¨¢s bonitas del mundo. La Great Ocean Road forma una ruta panor¨¢mica que cubre la costa m¨¢s occidental del Estado de Victoria. Su marat¨®n, de 44 kil¨®metros, se celebra el tercer domingo de mayo, arrancando en Lorne hasta Bah¨ªa Apolo, todo con vistas al oc¨¦ano. Es un verdadero festival del running, con muchos eventos que durante el fin de semana re¨²nen a unos 8.000 corredores.
La Great Ocean fue tallada en la tierra, entre el oc¨¦ano, las granjas y los bosques, por unos 3.000 soldados que hab¨ªan vuelto de la I Guerra Mundial. Acabaron en 1932 y se convirti¨® en una autopista de peaje (ahora ya es gratis). El encanto retro se disfruta en el arco memorial sobre la carretera de camino a Lorne, en homenaje a quienes la construyeron. En determinados puntos del camino se pueden ver cacat¨²as o koalas y, por supuesto, a lo largo de toda la costa, la imagen de los surfistas.
20. La Marat¨®n de Boston, la m¨¢s antigua
Con unos 17.000 habitantes, la tranquila localidad de Hopkinton, en Massachusetts, cumple con todos los t¨®picos de un pueblo de Nueva Inglaterra: edificios hist¨®ricos, zonas verdes y un mercado de agricultores. Pero hay un d¨ªa al a?o en el que todo esto cambia: el tercer lunes de abril, d¨ªa de la conmemoraci¨®n del inicio de la Guerra de Independencia, llegan al pueblo 30.000 corredores de todo el mundo para participar en la Marat¨®n de Boston. La carrera empieza en la calle Mayor de Hopkinton y termina, 42,1 kil¨®metros despu¨¦s, en la plaza p¨²blica de Cople Square, en Boston.
Es la marat¨®n m¨¢s antigua y emblem¨¢tica del mundo. Desde 1897 se ha consolidado y, a excepci¨®n de los Juegos Ol¨ªmpicos, es la ¨²nica gran marat¨®n que exige una marca m¨ªnima para clasificarse (la m¨¢s dura, para hombres de 18 a 34 a?os, es de 3:05 horas). Para muchos, pasar esa criba ya supone un logro en toda regla. Pese a su prestigio, la Marat¨®n de Boston no es homologable para el registro de marcas mundiales. De entrada, el circuito es en bajada: la salida est¨¢ a 150 metros sobre el nivel del mar y la llegada, a tres. Es, adem¨¢s, una carrera de un punto a otro, es decir, el viento a favor puede dar ventaja a los competidores. Por otro lado, para los corredores m¨¢s lentos es alentador tener otra opci¨®n para poder clasificarse: si recaudan un m¨ªnimo de 5.000 d¨®lares para una de las organizaciones ben¨¦ficas de la marat¨®n, tienen plaza asegurada.
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