La Habana desde el sof¨¢
Descubrir los tesoros del Museo Nacional de Bellas Artes, saborear el verdadero arroz cubano con frijoles y otras sugerencias para conocer una ciudad sensorial, llena de color y con mucho ritmo


1. Visita online: inmersi¨®n de arte cubano
La Habana siempre ha sido una ciudad de colores, de sensaciones, de im¨¢genes. Por eso, una buena idea para sumergirse en la capital de Cuba ¡ªy a trav¨¦s de ella en toda la isla y en la cultura que le da car¨¢cter¡ª es comenzar por la colecci¨®n de arte cubano que atesora el Museo Nacional de Bellas Artes. Las 30.000 piezas que forman parte de estos fondos (900 de ellas exhibidas en sus colecciones permanentes) constituyen el cat¨¢logo m¨¢s completo que existe de pintura, escultura, fotograf¨ªa y diferentes manifestaciones de la pl¨¢stica cubana. Ah¨ª est¨¢ todo, de los primeros grabados de la colonia a las estampas de V¨ªctor Patricio Landaluze, con sus mulatas, vendedores callejeros y guajiros, y de ah¨ª hasta llegar a Mariano Rodr¨ªguez, Ren¨¦ Portocarrero, Wifredo Lam y la obra de las vanguardias, y desembocar en una potente muestra de arte contempor¨¢neo, firmado por artistas que viven dentro o fuera del pa¨ªs.

En Cuba hay que olvidarse de visitas virtuales y de alta tecnolog¨ªa, pero el museo ofrece en su p¨¢gina web (bellasartes.co.cu) una sugerente selecci¨®n de estos fondos, estructurada en cuatro grandes bloques: Arte en la Colonia, Cambio de Siglo, Arte Moderno y Arte Contempor¨¢neo. Son im¨¢genes puras y duras, pero la pl¨¢stica cubana tiene tal fuerza que estas fotos cumplen su cometido al permitir que uno se adentre en la esencia y en la est¨¦tica de una isla que tanto arte ha dado. En estos tiempos de confinamiento obligado, bucear en estas im¨¢genes y visitar las creaciones de los grandes artistas cubanos es un ejercicio de inmersi¨®n aconsejable hasta que reabran las salas y otro gallo cante.
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2. Una pel¨ªcula: Fresa y chocolate
Si hay una pel¨ªcula que destila amor por La Habana y recrea su incre¨ªble arquitectura y sus rincones m¨¢s maravillosos y decadentes es Fresa y chocolate (1993). La cinta de Tom¨¢s Guti¨¦rrez Alea y Juan Carlos Tab¨ªo, candidata al Oscar a mejor pel¨ªcula extranjera, no solo retrata la belleza de una de las ciudades m¨¢s hermosas de Am¨¦rica, sino que habla de un triste cap¨ªtulo de la historia de Cuba: la persecuci¨®n y marginaci¨®n de los homosexuales en los primeros tiempos de la revoluci¨®n. El protagonista es un gay amante de la cultura cubana y de la deslumbrante arquitectura y urbanismo de la capital, y a trav¨¦s de sus ojos, y de su relaci¨®n con un joven militante comunista, descubrimos los secretos y la est¨¦tica de una ciudad sensorial que a¨²n hoy, pese a su deterioro y la sensaci¨®n de tiempo detenido, sigue subyugando al visitante.
3. Una receta: arroz congr¨ª pa gozar
Quiz¨¢s el plato de la cocina isle?a m¨¢s internacional es el arroz a la cubana (arroz blanco, salsa de tomate, huevo frito y pl¨¢tano maduro). Pero hay un problema: no existe. Nadie te lo servir¨¢ con estos ingredientes en La Habana. No hay que desanimarse: es mil veces mejor el arroz congr¨ª (con jud¨ªas coloradas) o su variante de moros y cristianos (con frijoles negros).
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- Es un sabroso arroz cocinado con frijoles y bien sazonado con un sofrito de cebolla, ajo, pimiento, aj¨ª cachucha, laurel, un poco de cilantro y especias al gusto.
- Tras hacer el sofrito, se a?aden los frijoles cocinados (no deben quedar excesivamente blandos). Sofr¨ªalo todo junto unos minutos.
- A?ada el arroz, mezcle con todos los ingredientes y cubra con el agua de la cocci¨®n de los frijoles. Tape y cocine a fuego medio.
- Cuando el arroz absorba el agua, remueva para separar los granos y sirva.
Es un plato que comenz¨® siendo de pobres y hoy no falta en ninguna mesa si hay celebraci¨®n, a poder ser acompa?ado de cerdo asado, yuca con mojo y ensalada, t¨ªpica comida familiar de fin de a?o. Gusta a todos y se lleva con cualquier plato fuerte que se le plante al lado: un picadillo de carne a la habanera, con sus aceitunas y alcaparras; una ropa vieja de ascendencia canaria, un chilindr¨®n de carnero o un enchilado de pescado.

4. Las viviendas: de palacetes a ciudadelas
Con 2,1 millones de habitantes, decenas de miles de habaneros habitan viejos palacetes reconvertidos en solares o ciudadelas, donde conviven, hacinadas, numerosas familias en espacios divididos y vueltos a subdividir. Los hay de diversos tipos, muchos con un patio com¨²n y estructuras apuntaladas, siendo uno de los m¨¢s famosos y fotografiados el que queda en la calle Concordia, entre Gervasio y Escobar, donde se rod¨® Fresa y chocolate y que alberga el restaurante privado La Guarida (laguarida.com). Construido en 1913, fue primero consulta y mansi¨®n de un conocido cirujano y con el pasar del tiempo se transform¨® en una precaria corrala de paredes descascaradas y mamparas canibalizadas, hoy todo un emblema de la capital en el popular barrio de Centro Habana.
5. Una m¨²sica: el son es el rey
Ritmos cubanos hay muchos y todos se bailan. Est¨¢ el danz¨®n, el mambo, el chachach¨¢ y el bolero. Pero si hay que elegir un g¨¦nero cubano entre los g¨¦neros, ese es el son. Desde el Tr¨ªo Matamoros y su famoso Son de la Loma (Mam¨¢ yo quiero saber de d¨®nde son los cantantes / Que los encuentro muy galantes y los quiero conocer¡) hasta el Chan Chan de Compay Segundo, Cuba es enterita una tierra de sones y de legendarios soneros, como Benny Mor¨¦. El son es m¨²sica popular y festiva que combina las letras de doble sentido y picantes con una filosof¨ªa a favor de los placeres terrenales, empezando por comerse un dulce mango de bizcochuelo pregonado con arte en esa canci¨®n monumento que es Frutas del Caney. La lista de trovadores es inmensa, aunque hay un grupo incre¨ªble que cumple 100 a?os en 2020: el Septeto Habanero. Conserva un repertorio tradicional de m¨¢s de 200 sones y guarachas y tiene una pe?a fija todas las semanas en La Habana, donde el p¨²blico, cada vez que puede, le pide una famosa canci¨®n que dice: ¡°All¨¢ en la calle Vapor / dicen que se goza bueno / y que se pasa, caballero / un rato de gran confort¡±.
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