Cambados, tierra de pazos y albari?o
Una ruta de palacios-bodega y otra de marisqueo que se detiene en un bello cementerio y una torre para prevenir de ataques vikingos en esta villa se?orial de la r¨ªa de Arousa


Si el albari?o es el ¡°pr¨ªncipe dorado de los vinos¡±, eso dec¨ªa el poeta y gastr¨®nomo ?lvaro Cunqueiro, su corte es la pontevedresa Cambados. En esta villa hidalga, se?orial y marinera, situada en la margen oriental de la r¨ªa de Arousa, el viajero descubre a cada paso r¨²as, plazas y pazos de una monumentalidad exagerada, dignos no ya de un pr¨ªncipe, sino de todo un rey.
10.00. Plaza monumental
Monumental a tope, la que m¨¢s en Cambados, a la plaza de Fefi?¨¢ns (1) le da nombre y lustre un pazo tremendo del siglo XVI, el cual aloja dos de las veintitantas bodegas que hay en esta localidad. Una es Palacio de Fefi?anes, que fue la primera de Galicia que comercializ¨® un albari?o con marca y etiqueta, en 1928, y donde anda a todas horas, remangado entre los que vendimian o manipulan alguna m¨¢quina, Juan Gil de Araujo, 12? marqu¨¦s de Figueroa, propietario de la bodega y presidente del Consejo Regulador de la Denominaci¨®n de Origen R¨ªas Baixas. La otra bodega es Gil Armada, que permite recorrer sus pasillos inmensos y los innumerables salones del pazo, incluido uno que est¨¢ revestido de papel pintado franc¨¦s de principios del siglo XIX con escenas de la India y Estambul.
11.00. La casa de Laureano Oubi?a
Haciendo una ruta de unos 20 kil¨®metros alrededor de Cambados podemos visitar otros tres palacios-bodega deslumbrantes: Pazo Se?orans (2), Pazo Bai¨®n () (3) y Pazo de Rubianes (4). Se?orans, en el municipio de Meis, destaca por su ubicaci¨®n, sobre una colina y rodeada de impolutas parras de albari?o. Si hay un lugar que merece el apelativo de ser la Toscana gallega, es este. Pazo Bai¨®n, un palacio almenado del siglo XV en Vilanova de Arousa, tiene el morbo de que nadie ignora qui¨¦n fue su propietario hace 30 a?os: Laurea?o Oubi?a, quien obviamente no hizo dinero vendiendo vino, sino fari?a. Y Rubianes, en la parroquia del mismo nombre, posee la mayor finca de albari?o de la comarca (25 hect¨¢reas), as¨ª como un jard¨ªn trazado en el siglo XVII lleno de ¨¢rboles arcaicos y gigantes y de 4.500 ejemplares de camelias, cuyas flores hacen que el invierno aqu¨ª se confunda con la primavera.

12.30. El arte de las mariscadoras
Una buena alternativa a las visitas vitivin¨ªcolas es la Ruta del Marisqueo: andar una hora y media con botas y rastrillo, detr¨¢s de una mariscadora, buscando almejas y berberechos o, si la marea es fuertecilla, navajas. Es mejor hacerla por la ma?ana para poder ver el trabajo de las mariscadoras, y solo cuesta siete euros (hay que reservar con 24 horas de antelaci¨®n; guimatur.org). Lo que medio kilo de almejas en Mercadona.
14.00. Pulpo en su jugo
Ya sea entre vi?edos o mariscando, nos habr¨¢ entrado un hambre de lobos marinos. De aperitivo, nada como el famoso pulpo en su jugo de Casal do Umia (5), en Oubi?a, a unos cinco kil¨®metros de Cambados. Luego, para comer-comer, iremos a A Taberna do Trasno (R¨²a del Pr¨ªncipe, 12) (6), un restaurante bien decorado del casco hist¨®rico donde mezclan cocina vasca y gallega. Buena mezcla, s¨ª se?or. Otra opci¨®n es A Fonte do Vi?o (R¨²a de Rodas, 3) (7), una marisquer¨ªa con productos de primera a precio razonable. Muchos piensan que su tortilla de patatas, que no est¨¢ en la carta, es la mejor de la ciudad.
16.00. Todo sobre el vino
Subimos dando un paseo al monte da Pastora (8) y desde el mirador que hay en lo alto vemos Cambados rodeado de un mar de vi?edos y otro de bateas, las de la r¨ªa de Arousa. Abajo est¨¢n las ruinas de la iglesia de Santa Mari?a Dozo (9), de finales del siglo XV, hoy un cementerio tan bello que casi dan ganas de quedarse en ¨¦l. Seg¨²n Cunqueiro, era el ¡°cementerio m¨¢s melanc¨®lico del mundo¡±. Junto a este, en una antigua casa rectoral, se encuentra el Museo Etnogr¨¢fico e do Vi?o (avenida da Pastora, 102) (10), que abarca todos los aspectos de la denominaci¨®n de origen R¨ªas Baixas. Tras recorrer el interior, saldremos al jard¨ªn a ver el conjunto escult¨®rico Loureiro, de Manolo Paz, formado por unas enormes copas de vino de granito plantadas junto a un viejo lagar.

19.00. El mejor atardecer
Un lugar para inflarse a hacer fotos al atardecer son las ruinas de la torre de San Sadurni?o (11), cuando el pen¨²ltimo sol acaricia las piedras milenarias de esta atalaya costera levantada en el siglo VIII o IX para avisar de los ataques vikingos y servir de faro. Un puente peatonal comunica tierra firme con el islote donde se halla. Justo donde arranca el puente, en el barrio marinero de San Tom¨¦, llaman mucho la atenci¨®n varias casas con las fachadas forradas de arriba abajo con valvas de vieira. No hay que confundirlas con la neobarroca Casa das Cunchas (12), en la R¨²a de Rollo esquina a Muelle, que fue decorada en el siglo XIX al estilo de la Casa de las Conchas salmantina. Estas vieiras son de verdad, no de piedra. La torre de San Sadurni?o se ve tambi¨¦n de maravilla tumbado en la arena o nadando en la vecina playa de A Mouta (13), pero para esto ya mejor volver ma?ana.
21.00. M¨¢s pazos para cenar y dormir
En el pazo de Molt¨®, del siglo XVI, antiguo hospital real donde se ingresaba a los enfermos de peste, hoy calma a los hambrientos de alta gastronom¨ªa, con p¨ªldoras de cocina gallega actualizada, Yayo Daporta (14), una de las cinco estrellas Michelin que hay en las R¨ªas Baixas. Barato no es. Otro pazo, el de Baz¨¢n, donde vivi¨® la bisabuela de la escritora Emilia Pardo Baz¨¢n, alberga el parador de Cambados (parador.es) (15), que junto con el enoturismo Lagar de Costa (16), el peque?o hotel con encanto Real (17) y la casa rural solariega Pazo A Capitana (18), del siglo XV y rodeada de vi?edos, palmeras, magnolios y camelias, son los mejores lugares para descansar en la villa y corte del albari?o.
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