Durango, un d¨ªa entre montes y ¡®pintxos¡¯

Durango es una poblaci¨®n de casi 30.000 habitantes del sureste de Bizkaia, la m¨¢s importante de la provincia despu¨¦s de las que integran el ¨¢rea metropolitana de Bilbao. Adem¨¢s de eso, o antes de eso, es una villa de origen medieval, con m¨¢s de 700 a?os de recorrido y un casco hist¨®rico declarado conjunto monumental, que goza de un emplazamiento extraordinario, al pie de los afilados picos de roca caliza de la sierra de Urkiola, la peque?a Suiza vasca. Por ahora, la comunidad est¨¢ cerrada perimetralmente, su hosteler¨ªa tambi¨¦n y el toque de queda comienza a las diez de la noche, as¨ª que esta puede ser una gran ruta a apuntar en la lista de deseos para una escapada cuando se llegue a la deseada normalidad.

10.00 Una cruz de 4,30 metros

De las seis puertas que tuvo la muralla de Durango, solo queda una, pero bien bonita: el arco de Santa Ana (1), en la plaza del mismo nombre, a orillas del r¨ªo Ma?aria. Tambi¨¦n da gusto ver las pinturas murales de estilo rococ¨® que decoran la fachada del Ayuntamiento (2), concebidas en 1770 por Ignacio de Zum¨¢rraga, con arquitecturas figuradas, peque?as historias de amor, cacer¨ªas¡­ Pero lo m¨¢s llamativo es el p¨®rtico de madera de la bas¨ªlica de Santa Mar¨ªa de Uribarri (3), el m¨¢s grande del Pa¨ªs Vasco, casi como una plaza mayor cubierta. A 10 minutos a pie, en el c¨¦sped de un parque que hay al final de la calle de Mikeldi, pace el¨ªdolo de Mikeldi (4), un verraco o toro de piedra con un disco solar entre las patas, labrado en la Edad del Hierro y hallado en 1864 en Durango. Bueno, pace una r¨¦plica, porque el original est¨¢ en Bilbao. El Museo Kurutzesantu (Kurutziaga Kalea, 38) (5) alberga la antigua cruz de t¨¦rmino de Kurutziaga, g¨®tica, de 4,30 metros de altura y en la que est¨¢ esculpida toda la Biblia. Tambi¨¦n se encuentra aqu¨ª la oficina de turismo.

12.00 Vista monta?osa en el mirador

A unos 10 kil¨®metros de Durango, subiendo por una carretera tan pendiente y virada que los veh¨ªculos de m¨¢s de 10 metros tienen prohibido el paso, se llega al puerto de Urkiola (6), a 713 metros de altura, donde hay un santuario enorme dedicado a san Ant¨®n y san Antonio de Padua. Lo m¨¢s curioso del lugar es Tximistarri, una roca que algunos creen que cay¨® del cielo y a la que, seg¨²n la tradici¨®n, hay que darle siete vueltas para conseguir pareja. Desde el mirador de las Tres Cruces, a cinco minutos del santuario, se contempla uno de los panoramas monta?osos m¨¢s impresionantes de la sierra de Urkiola y del Pa¨ªs Vasco, con la cresta de Untzillatx, aguda como un hacha, en primer¨ªsimo plano. Adem¨¢s, en el puerto hay varias ermitas, un antiguo nevero rehabilitado y el centro de interpretaci¨®n Toki Alai (+34 946 81 41 55) (7) del parque natural de Urkiola, con exposici¨®n permanente e informaci¨®n sobre rutas, incluida la que permite subir en dos horas y media al Anboto, que es la m¨¢xima altura de la sierra (1.331 metros) y su principal reclamo, pues tiene unas vistas de esc¨¢ndalo de todos los montes vascos.

14.30 A Atxondo para comer

Para comer hay cuatro restaurantes en el puerto de Urkiola, pero lo ideal es bajar a Atxondo (8), en un valle precioso al pie de la vertiginosa pared oriental del pico Anboto. Impresiona su situaci¨®n y deslumbra la cocina que se elabora en algunos de sus vetustos caser¨ªos, rehabilitados como restaurantes. Si podemos pagar 198 euros, iremos a Etxebarri a saborear carnes y pescados de calidad suprema, asados a la brasa de encina por Bittor Arginzoniz, maestro de la parrilla. Una estrella Michelin y el tercer puesto de la ¨²ltima lista de theworlds50best.com lo acreditan. Si no podemos o no queremos pagar tanto, se puede ir a Akebaso, un caser¨ªo del siglo XIV donde se hace cocina vasca evolucionada; men¨² degustaci¨®n a 60 euros.

17.00 Tarde de aventuras

Otra visita imprescindible cerca de Durango es Otxandio (9), un atractivo pueblo de la vertiente sur de la sierra de Urkiola, se?oreado por la alta torre barroca de la iglesia de Santa Marina, con casa consistorial de 1742 y front¨®n del siglo XIX. Est¨¢ muy orgulloso de su acentuada identidad euskald¨²n (el 75% de la poblaci¨®n conoce bien el euskera) y no olvida lo que ocurri¨® el 22 de julio de 1936, cuando dos aviones aparentemente republicanos bombardearon a los vecinos que los saludaban alegremente mientras celebraban las fiestas patronales. En la plaza de Andikona, la escultura La muerte nos vino del cielo, de N¨¦stor Basterretxea, recuerda que murieron 61 personas. Fue el primer bombardeo a¨¦reo sobre civiles en territorio vasco. Un buen lugar para quedarse aqu¨ª es Koikili Aterpetxea. Este cuidado albergue es el sue?o hecho alojamiento rural de la familia Lertxundi, que desea compartir con los hu¨¦spedes su cultura vasca, su amor por la naturaleza y la vida slow. Muy slow habr¨¢ que andar por el cercano parque de aventura Hontza Extrem (10). Pr¨®ximamente pondr¨¢n en marcha una nueva actividad, Desc¨¢lzate en el bosque: un kil¨®metro largo pisando con los pies desnudos arena, agua, barro, hierba, troncos, piedras¡­

M¨¢s informaci¨®n

Deliciosa costa vizca¨ªna

Etxebarri, un asador en la ¨¦lite culinaria

21.00 Delicias de campeonato

Vuelta a Durango para cenar, si no queremos sorpresas, en Kukutze (11). Y si las queremos, en Kobika (12), donde ??igo y Koldo Kortabitarte asombran con miniaturas culinarias, como la concha de mar comestible con guacamole y salm¨®n ahumado y el falso huevo relleno de bacalao al Club Ranero y espuma de salsa vizca¨ªna. Los jueves es la noche de su Men¨² de Campeonato, todo a base de platillos que han ganado concursos de pintxos.

22.30 Noche en un palacete

El Gran Hotel Durango (13) es un palacete anglovizca¨ªno de principios del siglo pasado, obra de Manuel Mar¨ªa Smith, el mismo que dise?¨® muchas de las grandes villas de Getxo, adem¨¢s del hotel Carlton de Bilbao. R¨²stico no es. Y tampoco barato. S¨ª lo es, en cambio, Eguzki B&B (14), un bed & breakfast en la segunda planta de un caser¨ªo situado a tres kil¨®metros del centro. Algo intermedio, ni hotel urbano de lujo ni turismo rural con gallinas, ni caro ni barato, es Garaiko Landetxea (15), en Garay, a seis kil¨®metros de Durango.