Itsaslur o c¨®mo disfrutar del mar en invierno
Entre Zierbena y Muskiz, un oxigenante paseo por la costa vizca¨ªna para hacer en cualquier ¨¦poca del a?o
En la subcomarca de Meatzaldea, la arqueolog¨ªa minera se metamorfosea en senderismo familiar justo en el extremo occidental de la costa vizca¨ªna. En el curso final del r¨ªo Barbad¨²n se sit¨²a Muskiz, localidad que pertenec¨ªa hace siglos a Las Encartaciones. Del pasado de explotaci¨®n de vetas de hierro en el valle de Somorrostro ¡ªmagma inicial del cual saldr¨ªa la actual riqueza del Pa¨ªs Vasco¡ª pervive el paseo costero Itsaslur (Campomar en castellano), que enlaza por una v¨ªa verde los barrios de Pobe?a y Kobaron. Ofrece el mejor di¨¢logo con un Cant¨¢brico gris como un cristal ahumado, y su tranquilidad lo convierte en un potente im¨¢n para la Margen Izquierda del Nervi¨®n, densamente poblada.
Arrancamos del arenal m¨¢s visitado de Bizkaia, la playa de la Arena, cuyos 960 metros se la reparten entre Zierbena y Muskiz. El enclave apacigua el ritmo entre mont¨ªculos aren¨¢ceos y vegetaci¨®n de dunas, ambos recuperados. En sus aguas, muy yodadas, los deportistas de La Arena Surf Center hacen de una tabla el centro de su ocio todo el a?o. Del aparcamiento seguimos a pie por el paseo mar¨ªtimo, de nuevo embaldosado al principio y despu¨¦s por una pasarela de madera que defiende los cordones de dunas. Esta encamina hasta la rampa del puente de hormig¨®n que salva el r¨ªo Barbad¨²n. A nuestra espalda quedan las marismas y la colosal refiner¨ªa de Petronor, en cuyo recinto despunta la torre del castillo de Mu?atones (en verano hay visitas guiadas).
La caminata comienza en la playa surfera de la Arena, entre mont¨ªculos aren¨¢ceos y vegetaci¨®n dunar
Ya estamos en Pobe?a. Pescados a la parrilla y mariscos es la especialidad del asador Mugarri. No olvidar ni la ensalada de txangurro ni la tarta de calabaza. Para bajar la comida, el paseo acantilado Itsastur invita tanto en jornadas soleadas como en d¨ªas borrascosos, cuando las olas bravas rugen al pie de los cantiles. Llegamos a la ermita de Nuestra Se?ora del Socorro, junto al panel cer¨¢mico que cartograf¨ªa la ruta. Una empinada escalera de 120 pelda?os nos eleva al trazado del ferrocarril minero ¡ª2,2 kil¨®metros sin apenas desnivel¡ª, que coincide aqu¨ª con el Camino de Santiago del Norte.
El mar socava la costa y la moldea generando diferentes grados de inclinaci¨®n. Al comienzo del paseo colgado de acantilados, cuyo mobiliario acaba de ser renovado, disfrutamos con la panor¨¢mica de la playa de la Arena y enseguida, si nos asomamos a la balaustrada, con la mamposter¨ªa escalonada del cargadero de mineral de Campomar (1882-1963), cuyo armaz¨®n met¨¢lico fue arrebatado por una tempestad en 2008. La mirada va a dar a la monta?a de punta Lucero en que se apoya el dique principal del puerto de Zierbena, con cinco molinos e¨®licos en su extremo. Y en el horizonte, embarcaciones fondeadas, petroleros y cargueros que esperan arribar a puerto.
La l¨ªnea de acantilados
Bancos, fuentes, paneles con informaci¨®n variada y cabrestantes para subir las algas salpican esta orograf¨ªa brava t¨ªpica del cant¨¢brico. El paisaje no solo emociona y asombra desde el pavimento cementado; tambi¨¦n desde la que fuera caseta del vig¨ªa, elemento caracter¨ªstico de la punta del Castillo Viejo ¡ªel accidente geogr¨¢fico m¨¢s rese?able para el caminante¡ª y que viene pintiparada en caso de chubasco repentino. Por la ventana encuadraremos la l¨ªnea de acantilados que se estira hasta Castro Urdiales.
A pie, y desde el aparcamiento de Kobaron, quien disponga de tiempo y ganas puede cruzar enseguida a Cantabria para continuar a pie un par de kil¨®metros por la V¨ªa Verde del Piquillo, ya en el t¨¦rmino municipal de Castro Urdiales. T¨²nel mediante, llegaremos al mutilado cargadero de Piquillo (de 1896), el mayor que se erigi¨® en la zona, situado en la ensenada de Ont¨®n y que perdi¨® la estructura met¨¢lica en 1985.
Para dormir tenemos a mano el hotel Palacio de Mu?atones (82 euros la habitaci¨®n doble). Desde aqu¨ª, de noche, la iluminaci¨®n de la refiner¨ªa tiene el aura de una pel¨ªcula de extraterrestres. Otra opci¨®n es la casa rural Labeondo (55 la doble), un caser¨ªo situado a 400 metros de la estaci¨®n de ferrocarril de Muskiz: perfecta para ir a Bilbao sin necesidad de usar el coche. Todo destila una paz de ¨¢rboles frutales, jardines, fuentes y bancos, sin contar la exposici¨®n etnogr¨¢fica dedicada al chacol¨ª.
Los s¨¢bados es obligado remontar el r¨ªo Barbad¨²n hasta el recodo que embellece el complejo ferromolinero de El Pobal, tan genuino que bien podr¨ªa recrear un filme del siglo XVI. A mediod¨ªa se pone en funcionamiento tanto el mecanismo con fuelles para avivar el fuego como el mazo original. Algo imperdible.
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