El Madrid de la movida
Del Rastro al Garaje Herm¨¦tico, en el barrio de Prosperidad, por los escenarios m¨¢s y menos conocidos donde se gest¨® el movimiento cultural
Hace 40 a?os, un concierto en la Universidad Polit¨¦cnica de Madrid marcaba el inicio de uno de los movimientos culturales m¨¢s importantes de Espa?a. Con la movida, el pa¨ªs empezaba a dejar atr¨¢s el recato y la represi¨®n del franquismo y se embarcaba en una nueva ¨¦poca de eclosi¨®n cultural y liberaci¨®n sexual que tendr¨ªa su epicentro en la capital. Del gris al color en apenas una d¨¦cada. Los periodistas Jes¨²s Ordov¨¢s y Patricia Godes, relevantes figuras de la comunicaci¨®n en aquella ¨¦poca, han publicado recientemente Gu¨ªa del Madrid de la movida (Anaya Touring). Una m¨¢quina del tiempo en papel con la que revivir (o descubrir por primera vez) los lugares emblem¨¢ticos y otros menos conocidos donde se gest¨® aquel movimiento juvenil que cambi¨® la historia de Espa?a para siempre. De los cientos de puntos de inter¨¦s que recoge el libro, sus autores proponen para este art¨ªculo un recorrido por algunos de ellos, desde el centro de la ciudad hasta sus barrios perif¨¦ricos, donde se vivi¨® ¡°otra movida¡±.
Sin el Rastro de Madrid, en el barrio de La Latina, quiz¨¢s no hubiese existido nunca la movida. El mercadillo municipal de los domingos ¡ªcuyo origen se remonta al siglo XVIII¡ª fue su verdadero epicentro, el lugar en el que conocer a gente, adquirir discos y fanzines o enterarse de los conciertos que acog¨ªa la ciudad durante la semana. Es una de las visitas indispensables para comprender qu¨¦ signific¨® la movida para aquellos j¨®venes de los ochenta, entre los que se encontraban el director de cine Pedro Almod¨®var o la cantante Alaska. Ambos proponen sus propias rutas en la Gu¨ªa del Madrid de la movida y, por supuesto, incluyen una parada aqu¨ª. Para el director manchego ¡°era importante acudir al Rastro todos los domingos para demostrar a los amigos que hab¨ªas sobrevivido a la noche del s¨¢bado¡±. En sus puestos se pod¨ªa, y todav¨ªa se puede (reabri¨®, con aforo limitado, el pasado domingo 22 de noviembre tras ocho meses de par¨®n por la pandemia), encontrar de todo y de todas las ¨¦pocas.
En el colindante barrio de Lavapi¨¦s, un pueblo dentro de la ciudad, se popularizaron locales como el Caf¨¦ Barbieri (calle del Ave Mar¨ªa, 45). En este centenario bar-cafeter¨ªa era com¨²n ver a escritores, actores, m¨²sicos, artistas¡ sentados en sus aterciopelados sof¨¢s rojos ¡ªque a¨²n conserva¡ª escuchando los conciertos que all¨ª se programaban. La m¨²sica en directo sigue siendo una insignia del local.
Tambi¨¦n en el barrio m¨¢s multicultural de la capital se encuentra el cine Dor¨¦ (Santa Isabel, 3), otro emblem¨¢tico y centenario edificio ¡ªconvertido en filmoteca en el a?o 1989¡ª al que se conoc¨ªa popularmente en la d¨¦cada de 1980 como el palacio de las pipas porque la gente acud¨ªa a ver las proyecciones con cucuruchos rellenos de estos frutos secos. Entonces y ahora, en este cine se pueden ver pel¨ªculas que no se programan en ninguna otra sala de Madrid.
Ya en el cercano barrio de las Letras, que recibe el nombre por los c¨¦lebres escritores del Siglo de Oro espa?ol, se encuentra otro famoso cine que tambi¨¦n sirvi¨® para impulsar el teatro en la ciudad y que desde 1988 alberga la sede de la Orquesta y Coros de RTVE. El Monumental acogi¨® numerosos directos, como los Conciertos de rock y amor que grab¨® el cantante Miguel R¨ªos, convirti¨¦ndolo en un s¨ªmbolo de la calle de Atocha.
Hacia el oeste por esta misma arteria, callejeando un poco, se llega a la plaza de Santa Ana, donde se encuentra otro enclave madrile?o que se resiste a morir. la Cervecer¨ªa Alemana. Este fue el primer descubrimiento de Almod¨®var a su llegada a la capital en 1969 y se convirti¨® en su segunda casa durante a?os. Como en el Caf¨¦ Barbieri, era frecuente encontrar a todo tipo de personajes relacionados con la cultura que acud¨ªan a este local aleda?o al Teatro Espa?ol. Un ritual social que, pese a la pandemia, a¨²n hoy contin¨²a.
M¨¢s all¨¢ del centro
El barrio de Malasa?a es sin¨®nimo de la movida. El que m¨¢s eco medi¨¢tico tuvo y donde se concentraban la mayor¨ªa de bares musicales: La V¨ªa L¨¢ctea (Velarde, 18), El Pentagrama (Palma, 4), King Creole (el actual Freeway; San Vicente Ferrer, 7), la sala El¨ªgeme¡ Pero el verdadero templo de la movida estaba lejos de all¨ª, en el barrio de Prosperidad. El Rock Ola (Padre Xifr¨¦, 5), a la salida del metro de Cartagena, se convirti¨® en un referente entre 1980 y 1985, el sitio al que acudir si se quer¨ªa escuchar lo ¨²ltimo del panorama musical tanto internacional como madrile?o y del resto de Espa?a. Tambi¨¦n en Prosperidad se encuentran el bar Garaje Herm¨¦tico (Eugenio Salazar, 56) y los estudios de grabaci¨®n Doublewtronics (Eugenio Salazar, 42), que permanecen exactamente igual que hace d¨¦cadas.
La movida tambi¨¦n se vivi¨® en otras zonas perif¨¦ricas de Madrid. A partir del barrio de Ventas se consideraba el ¡°m¨¢s all¨¢¡±, pero eso no imped¨ªa que se celebrasen todo tipo de fiestas. Famosas eran las verbenas callejeras que se organizaban en los alrededores de la plaza de toros y que solo se interrump¨ªan cuando pasaba alg¨²n coche f¨²nebre camino del cercano cementerio de la Almudena. Al cederles el paso, la gente cantaba aquello de ¡°el muerto al hoyo y el vivo al bollo¡±.
Fue precisamente en la puerta del cementerio madrile?o donde los Burning fueron retratados por el fot¨®grafo Mario Pacheco para su LP Madrid. El grupo ¡ªrecordado por la banda sonora de la pel¨ªcu?la??Qu¨¦ hace una chica como t¨² en un sitio como este? (1978), de Fernando Colomo¡ª reivindic¨® con su m¨²sica la existencia de La Elipa, un barrio entonces olvidado. Desde 2019, una placa en la traves¨ªa de Jos¨¦ Noriega recuerda que los Burning empezaron all¨ª a ensayar sus primeras canciones.
Otro homenaje, en este caso en forma de busto y en otro barrio madrile?o, Vallecas, justo en el n¨²mero 22 de la calle de Pe?a Gorbea, recuerda a ?ngeles Rodr¨ªguez Hidalgo, m¨¢s conocida como la abuela rockera, quien a los 70 a?os descubri¨® el rock y acab¨® siendo imagen de la portada del disco Toca madera, de Panzer. Un s¨ªmbolo de la movida que se convertir¨ªa en colaboradora de varios programas de radio. En Vallecas y otros barrios del sur de Madrid castigados por la marginalidad y la droga, la m¨²sica se convirti¨® en la salvaci¨®n de muchos j¨®venes. El heavy, el punk o el rock urbano madrile?o se gestaron en sus calles. Locales como Potencial Hardcore (Lozano, 15) o la emisora Radio Vallekas (Puerto del Milagro, 6) mantienen ese esp¨ªritu de la movida.
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