Andaluc¨ªa, pasi¨®n por las v¨ªas verdes
Estos recorridos cicloturistas aprovechan antiguas l¨ªneas de ferrocarril y son una manera ideal de conocer la comunidad. Nos adentramos en tres de ellos: aire libre, naturaleza y distancia social, asegurados
El ciclista Eddy Merckx dijo una vez que en la vida hay que pedalear siempre. ¡°Mucho o poco, largo o corto, pero pedalea¡±, cuentan que afirm¨® el belga, mito del ciclismo. No dijo d¨®nde, pero hay un lugar que a¨²na desiertos y valles, altas monta?as y suaves costas, pueblos de perfiles imposibles y paisajes infinitos. Es Andaluc¨ªa. La comunidad cuenta con 600 kil¨®metros de v¨ªas verdes ¡ªel 20% de toda Espa?a¡ª repartidos en 26 rutas por sus provincias. Recorridos cicloturistas que aprovechan antiguas l¨ªneas de ferrocarril para adentrarse, suavemente y sin apenas desnivel, en rincones a priori impenetrables. Ya no hay traviesas ni balasto, pero s¨ª un sugerente patrimonio ferroviario, mucha historia y una desbordante naturaleza. Aptas para todas las edades, no forman parte de ninguna competici¨®n, ni hay metas volantes o un espr¨ªn final. Son, en cambio, una llamada a la acci¨®n para conocer el territorio con la satisfacci¨®n que otorga el esfuerzo de cada pedalada.
¡°Tienen la magia de los viajes en tren, de pasar por t¨²neles y viaductos y atravesar lugares a los que no se llega por carretera¡±, dice Carmen Aycart, quien, adem¨¢s de usuaria, ha trabajado en el dise?o de la red de v¨ªas verdes andaluzas durante dos d¨¦cadas. El cicloturismo es una actividad al alza en los ¨²ltimos a?os que ha explotado en tiempos de pandemia porque re¨²ne los ingredientes que pide el contexto: aire libre, actividad f¨ªsica, naturaleza y distancia social. ¡°Una vez las conoces, son adictivas¡±, advierte Aycart. Recorrer cualquier v¨ªa verde siempre es un buen plan, pero nos adentramos en tres de ellas en uno de sus mejores momentos, la primavera, para llevar a cabo la m¨¢xima de Merckx. Si estos caminos hubiesen existido en su etapa profesional, quiz¨¢ el cinco veces campe¨®n del Tour cambiase alguno de sus triunfos por saborear con calma Andaluc¨ªa. Seguro que dar¨ªa un ¨²ltimo consejo preventivo: mejor echar un kit de repuestos. Un d¨ªa brillante y soleado se puede convertir en gris en un instante si un pinchazo se cruza en el camino y no hay forma de arreglarlo.
V¨ªa Verde del Aceite
La ruta m¨¢s larga de Andaluc¨ªa discurre de Este a Oeste (o viceversa) uniendo las localidades de Ja¨¦n y Puente Genil (C¨®rdoba) por donde los trenes circularon hasta los a?os ochenta. Son 120 kil¨®metros de un recorrido que viaja por la campi?a cordobesa y el oc¨¦ano de olivos jiennense, escenarios separados por un imponente viaducto met¨¢lico de 200 metros de largo que salva el r¨ªo Guadajoz.
Lecturas antes de ponerse en marcha
Las v¨ªas verdes nacieron en 1993 con el impulso de la Fundaci¨®n de Ferrocarriles Espa?oles. En la ¨²ltima d¨¦cada, seg¨²n su responsable, Arantxa Hern¨¢ndez, han crecido a una media de 110 kil¨®metros anuales. La manera m¨¢s f¨¢cil de preparar un viaje por cualquiera de ellas es a trav¨¦s de los dos vol¨²menes de La gu¨ªa de las v¨ªas verdes, publicados a principios de este a?o por la fundaci¨®n y editados por Anaya Touring. Dos manuales ¡ªuno para la zona sur, centro y levante, y otro para toda la zona norte¡ª con consejos y una detallada descripci¨®n de cada recorrido, los servicios que ofrecen ¡ªfuentes, alojamientos o tel¨¦fonos de talleres¡ª y las visitas que no hay que perderse. La aplicaci¨®n V¨ªas Verdes y Red Natura 2000 completa la informaci¨®n.
A quien le falte motivaci¨®n para pedalear puede echar un vistazo a otra novedad de la misma editorial: Bike Life. Sus protagonistas son Bel¨¦n Castell¨® y Tristan Bogaard, quienes firman el texto y las fotos de sus viajes por medio mundo. Desde Asia Central o EE UU hasta Grazalema, Portugal o Noruega, sus palabras e im¨¢genes son un canto al ciclismo aficionado y a lo que significa viajar en bicicleta. "Sobre la bici adoptar¨¢s un enfoque distinto a la hora de priorizar lo m¨¢s importante en tu vida y aprender¨¢s lo que no se puede encontrar en ning¨²n libro", afirma el pr¨®logo.
Si la distancia es excesiva para principiantes, uno de sus tramos m¨¢s interesantes es el que acaricia el parque natural de las Sierras Subb¨¦ticas: 23 kil¨®metros entre la antigua estaci¨®n de trenes de Cabra y la de Luque, pasando por Zuheros y Do?a Menc¨ªa. ¡°Es una de las zonas m¨¢s pintorescas, m¨¢s bonitas y que m¨¢s paradas de calidad ofrece durante el camino a ciclistas y senderistas¡±, afirma Mar¨ªa Camacho. Ella es la gerente del Centro Cicloturista Subb¨¦tica, espacio que naci¨® en 2013 para ofrecer informaci¨®n del patrimonio cultural y el entorno natural, pero tambi¨¦n para alquilar bicicletas o veh¨ªculos a pedales para familias. Su equipo ofrece ayuda y herramientas para solucionar cualquier problema mec¨¢nico e incluso ejercen de gu¨ªas por la v¨ªa verde.
En la provincia de C¨®rdoba no se bromea con los desayunos y media tostada es un pan de considerables dimensiones. En la cafeter¨ªa Juanito, en Cabra, le a?aden aceite local, jam¨®n de los Pedroches y delicioso tomate. Un rico men¨² ma?anero a dos euros que incluye un buen caf¨¦ a un paso de la estaci¨®n de trenes, ahora en obras, pero con una reluciente locomotora que parece sacada de un w¨¦stern. De all¨ª parte el camino que asciende ligeramente entre colinas y un manto de flores mientras los lagartos ocelados miran con curiosidad desde las rocas. El trazado se adentra lentamente en una gran dehesa donde pastan con distracci¨®n reba?os de ovejas que saludan con balidos. Puentes que salvan arroyos se alternan con t¨²neles como el del Plant¨ªo, sin iluminaci¨®n y que conviene atravesar con linterna para evitar sustos. Poco a poco, el desnivel se vuelve favorable al entrar, unos 15 kil¨®metros despu¨¦s, en el t¨¦rmino municipal de Do?a Menc¨ªa, en cuyos andenes en desuso se ubica el restaurante La Cantina, con aroma a barbacoa.
Tras un tranquilo descenso de unos tres kil¨®metros aparece en el horizonte, agarrado a las paredes esculpidas por el r¨ªo Bail¨®n, el castillo de Zuheros. Para alcanzarlo toca realizar un peque?o desv¨ªo por pendientes solo aptas para pulmones entrenados. Con humildad, merece la pena aparcar la bici, pasear a pie el coqueto parque que rodea el municipio y cruzar el puente colgante sobre la falda de la fortaleza. Levantada en el siglo IX y remozada en el XV, se puede visitar. Unas estrechas escaleras conquistan su torre, donde hay un regalo esperando: una panor¨¢mica del pueblo y la campi?a cordobesa no muy recomendable para quienes sufren v¨¦rtigo. La entrada (3,5 euros) da acceso al museo de costumbres populares. Tambi¨¦n al arqueol¨®gico, en cuyas vitrinas se reparten un buen pu?ado de objetos y restos humanos procedentes de la cueva de los Murci¨¦lagos, habitada desde hace 6.000 a?os por las numerosas culturas que han dominado estas tierras fronterizas. Ventanas de forja y macetas con geranios adornan el considerado como uno de los pueblos m¨¢s bonitos de Espa?a, tan tranquilo entre semana como bullicioso s¨¢bados y domingos.
Desde Zuheros, la V¨ªa Verde del Aceite se dirige hacia la estaci¨®n de Luque, donde el restaurante Nicol¡¯s ofrece habitaciones y un men¨² dominado por carnes, salmorejo y migas, que se sirven tambi¨¦n en vagones de madera. A su lado se levanta el Centro de Interpretaci¨®n del Aceite y un ¨¢rea recreativa con buena sombra y espacio para caravanas. Ah¨ª nace el ramal ciclista que se dirige hacia Baena y, un poco m¨¢s adelante, una tranquila carretera invita a subir hasta Luque. Son apenas dos kil¨®metros, pero sus cuestas de hasta el 13% de inclinaci¨®n piden tirar de pi?ones y ri?ones. La entrada al pueblo tambi¨¦n pica hacia arriba, con llegada en la plaza de Espa?a, donde hay una fuente para refrescarse. La enorme parroquia de La Asunci¨®n impresiona, como un poco m¨¢s all¨¢ la cueva de la Encantada y la ermita del Rosario. El colof¨®n lo pone el castillo, construido en el siglo IX por el Emirato Omeya hasta que, d¨¦cadas despu¨¦s, lo tom¨® el rebelde Omar ben Hafs¨²n. A sus pies, un min¨²sculo barecillo ofrece el merecido descanso. El albergue municipal de Luque ofrece camas para descansar si hay planes de navegar entre olivos m¨¢s all¨¢ del r¨ªo Guadajoz.
V¨ªa Verde de la Sierra
El buitre leonado tiene una envergadura que puede superar los dos metros y medio. Sus alas abiertas superan el tama?o de cualquiera de las bicis que transitan la V¨ªa Verde de la Sierra, donde este animal es la estrella. Son 36 kil¨®metros que unen las poblaciones gaditanas de Puerto Serrano y Olvera, aunque se estudia su ampliaci¨®n hasta Jerez de la Frontera. Entre medias, se adentra en territorio sevillano por los municipios de Coripe, El Coronil y Montellano. La campi?a, la dehesa y las ¨²ltimas estribaciones de Grazalema se unen en este rinc¨®n del territorio andaluz para ofrecer uno de los trayectos m¨¢s atractivos de la regi¨®n. Lo demuestran sus cifras prepandemia: m¨¢s de 300.000 visitas anuales entre ciclistas y senderistas. Tambi¨¦n peregrinos, ya que parte del trayecto coincide con la V¨ªa Serrana, camino de Santiago de Compostela, que queda a un millar de kil¨®metros de distancia.
Esta v¨ªa verde fue una de las primeras en inaugurarse en Espa?a, hace 20 a?os. Incluye cuatro estaciones ¡ªcada una con su fuente¡ª que nunca fueron utilizadas porque el tren jam¨¢s lleg¨® a circular por esta l¨ªnea. Hoy est¨¢n rehabilitadas como restaurantes, que abren los fines de semana y disponen de habitaciones y apartamentos tur¨ªsticos. Los m¨¢s singulares son los de Olvera, con cuatro casas en forma de vag¨®n. Tambi¨¦n hay aparcamientos para caravanas y un servicio de alquiler de bicicletas.
Es buena idea arrancar el camino desde la estaci¨®n de Puerto Serrano, en cuya antigua casa del guarda se sit¨²an las instalaciones de la Fundaci¨®n V¨ªa Verde de la Sierra. Como en todas estas rutas, el recorrido es poco exigente y cuenta con buen mantenimiento. En sus primeros kil¨®metros se acompa?a del r¨ªo Guadalporc¨²n, que refresca el ambiente. Con su rumor de fondo, las perdices alzan el vuelo, los conejos se esconden entre la maleza y las culebras bastardas se asoman al sol en busca de calor. El trayecto es pr¨¢cticamente llano, pero la compleja orograf¨ªa exigi¨® en su d¨ªa la construcci¨®n de 30 t¨²neles, el m¨¢s largo de casi un kil¨®metro. La mayor¨ªa est¨¢n iluminados, pero es buena idea hacer hueco para un juego de luces porque hay tramos pr¨¢cticamente a oscuras. En ellos a uno le reciben las golondrinas que, pacientes, construyen all¨ª sus nidos. Cuatro viaductos ofrecen estupendas panor¨¢micas durante el camino. ¡°No hay rinc¨®n sin su encanto en todo el trayecto¡±, dice Mar¨ªa Jim¨¦nez, directora gerente de la fundaci¨®n.
Unos prism¨¢ticos ayudan a cotillear la vida de los buitres leonados all¨¢ en lo alto del pe?¨®n de Zaframag¨®n, que acoge una de las colonias m¨¢s grandes de Europa de esta especie. Despunta junto al ca?¨®n moldeado por el Guadalporc¨²n casi a mitad de camino de la v¨ªa verde. A su alrededor, las aves vuelan en c¨ªrculos con exquisita elegancia. En la tierra, la vieja estaci¨®n de Zaframag¨®n es ahora un centro de interpretaci¨®n donde se pueden observar m¨¢s de cerca sus nidos gracias a unas c¨¢maras estrat¨¦gicamente situadas. Una fuente permite rellenar el bid¨®n, aunque a pocos metros una cantina ofrece cerveza fr¨ªa para brindar. Antes, cerca de la estaci¨®n de Coripe, hay un desv¨ªo de 800 metros hacia el Chaparro de la Vega, portentoso ¨¢rbol con al menos dos siglos de vida ¡ªhay quien dice que son m¨¢s de 700 a?os viendo pasar el tiempo¡ª y una copa que cubre casi 500 metros cuadrados, lo que ha valido su declaraci¨®n como monumento natural. Es la estrella de un ¨¢rea recreativa que ejerce de epicentro de las fiestas del pueblo y es el gran objetivo de los domingueros en festivo. De lunes a viernes, es un remanso de paz para quienes toman el sol junto a sus caravanas.
De nuevo en ruta, el camino se suaviza entre dehesas desde las que miran con soberbia ejemplares de toro bravo. ¡°Atenci¨®n, peligrosos¡±, avisan los carteles. Mientras se atraviesan granjas y vaquer¨ªas, las amapolas ti?en de rojo los verdes trigales. El azul el¨¦ctrico de las borrajas y el amarillo de las gayombas completan el espect¨¢culo multicolor direcci¨®n a Olvera, cuyo perfil aparece en la recta final flotando en el horizonte. Este ¨²ltimo tramo es el m¨¢s desnivelado, pero apenas son peque?as pendientes que cuentan con la ayuda de un suelo de asfalto con tintes bermejos. Toca entonces merodear por el barrio de la villa, tomar el castillo que parece construido para tocar el cielo y dejarse caer por las cuestas aleda?as hasta cualquier bar donde reponer fuerzas. La cervecer¨ªa Los Arbolitos o El Corral de la Pacheca son aciertos seguros.
V¨ªa Verde de la Sierra Norte
Geoparque mundial de la Unesco, reserva de la biosfera y parque natural. La Sierra Norte de Sevilla acumula argumentos para visitarla en cualquier ¨¦poca del a?o. Una v¨ªa verde de poco m¨¢s de 18 kil¨®metros ¡ªla mayor¨ªa de asfalto¡ª invita a adentrarse en el entorno sobre dos ruedas aprovechando el trazado del antiguo tren minero, construido por empresas brit¨¢nicas a finales del siglo XIX y abandonado desde los a?os setenta. La estaci¨®n de Cazalla-Constantina, con conexi¨®n de Cercan¨ªas con Sevilla, es el punto de partida de un camino que tiene como destino el monumento natural Cerro del Hierro y que circula en buena parte junto al r¨ªo Hu¨¦znar. Su humedad favorece que el entorno parezca sacado de otras latitudes, con casta?ares que comparten paisaje con grandes extensiones de tierras de labor y encinares. Junto a viejas norias que aprovechaban la fuerza del agua, una galer¨ªa vegetal envuelve los puentes que salvan el r¨ªo, m¨¢s densa junto a sus cascadas. Declaradas monumento natural, son parada obligatoria cerca ya de San Nicol¨¢s del Puerto, cuya playa artificial es toda una experiencia. All¨ª mismo, el camping Bat¨¢n de las Monjas?ofrece desde hace tres d¨¦cadas rincones privilegiados para acampar a orillas del Hu¨¦znar. Dispone tambi¨¦n de alojamientos rurales y un restaurante con carnes ib¨¦ricas. ¡°La v¨ªa verde nos ha ayudado mucho: cada vez viene m¨¢s gente¡±, subraya Ana Cabeza, una de sus responsables.
La huella de la miner¨ªa se va haciendo m¨¢s evidente a medida que el camino ¡ªcasi siempre de asfalto y sin apenas cobertura para el m¨®vil¡ª se aleja del r¨ªo. Ruinas de antiguas instalaciones, maquinaria, galer¨ªas y viviendas de tipo colonial van apareciendo en el paisaje. M¨¢s all¨¢ surgen formaciones k¨¢rsticas de contornos imposibles que hace un tiempo, unos 500 millones de a?os, se encontraban bajo el mar. El Cerro del Hierro, donde existe un edificio de informaci¨®n junto al punto final de la ruta, ofrece una caminata final de 2,7 kil¨®metros ¡ªde la que existe un aperitivo virtual¡ª para descubrir el entorno: ya sea la aldea y su vieja iglesia anglicana o el yacimiento, explotado desde ¨¦poca romana hasta el pasado siglo XX. De ¨¦l procede, por ejemplo, el metal que sirvi¨® para construir el puente de Triana, en Sevilla.
Finalmente, toca subir de nuevo a la bici y pedalear de vuelta. Quiz¨¢ para convencerse de que viajar en bicicleta es una experiencia ¨²nica. No hay m¨¢s que ponerse un casco, llenar el bid¨®n de agua y pedalear por cualquiera de las v¨ªas verdes de Andaluc¨ªa. ?Cu¨¢l ser¨¢ la pr¨®xima?
Del desierto de Almer¨ªa a las playas de Huelva
Los desiertos de Almer¨ªa ponen el paisaje de la v¨ªa verde que une Lucainena de las Torres con la localidad de Venta del Pobre, en N¨ªjar, camino ya del parque natural Cabo de Gata. All¨ª, en Aguamarga, tendr¨¢ pronto su final esta ruta, pero mientras tanto hay que conformarse con estos 15,5 kil¨®metros sobre el trazado del viejo ferrocarril minero. La huella de la miner¨ªa est¨¢ presente a lo largo del recorrido, en el que tambi¨¦n hay antiguos molinos, hornos y ba?os termales.
Cerca, la V¨ªa Verde Valle del Almanzora (38,5 kil¨®metros) se adentra en la provincia de Granada hacia Baza e incluso supera los l¨ªmites regionales hasta las cercan¨ªas de la localidad murciana de Lorca.
El horizonte se vuelve azul en la V¨ªa Verde Entre R¨ªos, en C¨¢diz. Son 16 kil¨®metros entre Rota y Chipiona cerca del mar, como ocurre en los 8,3 kil¨®metros de recorrido desde Puerto Real a San Fernando, con sabor a marisma.
Tambi¨¦n cerca del Atl¨¢ntico pasea la V¨ªa Verde Molinos del Agua, que aprovecha el trayecto del antiguo tren minero desde la campi?a a la serran¨ªa de Huelva. No muy lejos se puede viajar desde Gibrale¨®n hasta Ayamonte, junto a la frontera portuguesa.
Hay 26 opciones en una Andaluc¨ªa donde todas las provincias cuentan con v¨ªas verdes a excepci¨®n de M¨¢laga, aunque ah¨ª se trabaja ya para la creaci¨®n de un tramo entre V¨¦lez-M¨¢laga y Ventas de Zafarraya.
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