Por la Barcelona de Josep Llu¨ªs Sert
Impulsor de la arquitectura de vanguardia en Catalu?a, sus obras trazan una ruta por la ciudad que se detiene en el proyecto que cre¨® para su amigo Joan Mir¨® o el Dispensario antituberculoso
Despu¨¦s de Antoni Gaud¨ª, Josep Llu¨ªs Sert (1902-1983) es el arquitecto m¨¢s relevante que ha dado Barcelona al mundo. Su trayectoria estuvo ligada a las convulsiones del siglo XX, en el que, con su innato sentido del cosmopolitismo, vivi¨® comprometido con la innovaci¨®n y la responsabilidad social. En su ensayo Modernidad en la arquitectura de la Espa?a republicana, el arquitecto Oriol Bohigas trataba, entre otros temas, el florecimiento y la implantaci¨®n en el pa¨ªs del vanguardismo art¨ªstico, los nuevos m¨¦todos impuestos por la escuela de la Bauhaus y por los libros de Le Corbusier, y se?alaba que ¡°el hombre fundamental de esa irrupci¨®n revolucionaria fue, sin discusi¨®n, un arist¨®crata socialista que a¨²n hoy es el mejor arquitecto moderno que ha tenido Espa?a: Josep Llu¨ªs Sert¡±.
Antes de concluir sus estudios en Barcelona, Sert realiz¨® dos viajes fundacionales. Uno a la isla de Ibiza, donde descubri¨® la arquitectura sin arquitectos que tanto reivindic¨® Bernard Rudofsky: construcciones geom¨¦tricas simples en un paisaje intacto que le transmitieron una profunda sensaci¨®n de reposo para los ojos y para el esp¨ªritu. El otro fue a Par¨ªs, en el a?o 1926, con el objeto de visitar a su t¨ªo, el pintor Jos¨¦ Mar¨ªa Sert (ya por entonces casado con Misia, pianista y musa de tantos). Introducido por la pareja, en la capital francesa Josep Llu¨ªs conoci¨® a Picasso, a Sergu¨¦i Di¨¢guilev ¡ªel visionario ruso que revolucion¨® el ballet¡ª y al compositor Maurice Ravel, entre otros personajes ilustres de la ¨¦poca. En uno de sus paseos fue a dar con el escaparate de una librer¨ªa de la Rue de Castiglione donde le llamaron la atenci¨®n dos t¨ªtulos: Vers une architecture y L¡¯art d¨¦coratif d¡¯aujourd¡¯hui, firmados por un autor cuyo nombre ley¨® por primera vez: Le Corbusier. Si no se hubiera hecho con ellos, no se escribir¨ªa esta ruta.
Tan pronto como termin¨® la carrera de Arquitectura, Sert regres¨® a Par¨ªs para trabajar en el atelier de la Rue de S¨¨vres de Le Corbusier, no sin antes instalar su propio taller en la Via Laietana de Barcelona junto a Sixte Illescas. No es casual, por tanto, que ambos arquitectos, en ese mismo 1929, se dieran a conocer con dos edificios que todav¨ªa perduran en la ciudad catalana. Illescas con la Casa Vilar¨®, en el n¨²mero 67 de la avenida del Coll del Portell, convertida hoy en hotel y reconocible por su forma de paquebote como marcaba la tendencia entonces ¡ª?inevitable no pensar en el Real Club N¨¢utico de San Sebasti¨¢n, de ese mismo a?o¡ª. Y Sert con el edificio de viviendas del n¨²mero 36 de la calle del Rossell¨®, en el que rompi¨® con las fachadas cl¨¢sicas del Eixample.
As¨ª, en noviembre de 1930 se formaliz¨® el Grupo de Arquitectos y T¨¦cnicos Catalanes para el Progreso de la Arquitectura Contempor¨¢nea (GATCPAC), organismo que uni¨® y difundi¨® el racionalismo arquitect¨®nico en Catalu?a a trav¨¦s de la construcci¨®n de escuelas, hospitales, vivienda obrera, lugares de ocio, as¨ª como la creaci¨®n de la revista AC y la apertura de un espacio expositivo llamado Mobles i Decoraci¨® de la Vivenda Actual (MIDVA), en el que se vend¨ªa mobiliario con dise?os de la firma vienesa Thonet, de Alvar Aalto o de Marcel Breuer.
El desenlace de la guerra civil espa?ola oblig¨® a Sert a exiliarse a Estados Unidos, algo que acabar¨ªa resultando fruct¨ªfero y luminoso. En 1942 public¨® el libro Can Our Cities Survive?, que divulg¨® en el mundo de habla inglesa las doctrinas urban¨ªsticas de los Congresos Internacionales de Arquitectura Moderna (CIAM). En cualquier caso, antes y despu¨¦s del exilio, proyect¨® para Barcelona una serie de edificios que permiten a¨²n hoy hacernos una idea de sus intenciones y comprender la magnitud de un patrimonio arquitect¨®nico sensible con los problemas humanos. Una ruta por Barcelona que podemos realizar teniendo en cuenta su ideario de defender una arquitectura que simplifique la vida, y que adem¨¢s nos acerca a otros rincones imprescindibles de la ciudad.
1. La primera vivienda
Rossell¨®, 36 (1929)
Adem¨¢s de ser la primera vivienda que proyect¨® Josep Llu¨ªs Sert, su intento de introducir una nueva tipolog¨ªa y de abrir caminos racionalistas que luego depurar¨ªa con mayor acierto, este edificio resulta interesante porque aqu¨ª vivi¨® Joan Sales, autor de la m¨ªtica novela Incierta gloria (1956), y, sobre todo, primer editor de una de las obras maestras de la literatura catalana: La pla?a del Diamant, de Merc¨¨ Rodoreda, publicada en Club Editor en 1962.
Hoy, en los bajos del edificio se encuentra el Frankfurt Rosell¨®n (?hay algo m¨¢s de Barcelona que sus frankfurts?), con sus reputadas hamburguesas. Y a dos pasos est¨¢ la antigua c¨¢rcel Modelo, en la que se llevan a cabo visitas guiadas gratuitas y cuya transformaci¨®n es uno de los proyectos en marcha m¨¢s interesantes de la ciudad (imprescindible reservar previamente). La propuesta Model, batega!, del equipo t¨¦cnico Forgas Arquitectos, SLP / Planas Esquius Segatti, SCP, ha ganado el concurso para reordenar el viejo centro penitenciario y convertirlo en un nuevo parque urbano en esta izquierda del Eixample.
2. Casa Josefa L¨®pez
Muntaner, 342 (1931)
Por su llamativo color verde, en la esquina de la calle de Muntaner con Rector Ubach nunca pasa inadvertido este edificio que Sert proyect¨® junto a Illescas. Destaca la contundente composici¨®n de la fachada, en la que, seg¨²n Oriol Bohigas, se aprecia una ¡°elegant¨ªsima caligraf¨ªa de procedencia m¨¢s o menos loosiana¡±. Adolf Loos, el arquitecto austriaco tan determinante en Viena, que consideraba delito el ornamento, a buen seguro se hubiese quedado prendado de estas l¨ªneas puras y tan arm¨®nicas que, por fuerza, conservan reminiscencias neoplasticistas. Esta es la primera obra madura del racionalismo, y en el ¨²ltimo piso vivieron Sert y su mujer, Moncha, hasta que partieron al exilio.
El vecino y refinado Mercat Galvany, en funcionamiento desde 1927, es uno de los iconos del barrio de Sarri¨¤-Sant Gervasi y bien merece una visita. En la misma calle de Muntaner (en el n¨²mero 314), no se puede obviar la cl¨ªnica Barraquer, un prodigioso edificio de Joaquim Lloret (1936-1939), de elevado nivel tecnol¨®gico y, seg¨²n Bohigas, de sorprendente espacialidad interna.
3. Dispensario antituberculoso
Torres i Amat, 8 (1934-1938)
Detr¨¢s de la iglesia de Sant Pere Nolasc y de la plaza de Castilla, ese raro enclave que une la legendaria calle dels Tallers y el Macba, se esconde la obra arquitect¨®nica m¨¢s determinante de la ¨¦poca. Josep Llu¨ªs Sert junto a Joan Baptista Subirana y Josep Torres Clav¨¦ ¡ªmiembros del GATCPAC¡ª buscaron y encontraron entre 1934 y 1937 las mejores soluciones t¨¦cnicas para un edificio sanitario, encargo del Departamento de Sanidad y Asistencia Social de la Generalitat. Tres edificios de ¨¢ngulos rectos y formas puras, uno de los mayores logros de la arquitectura racionalista en nuestro pa¨ªs, y en los que por encima de todo destaca la funcionalidad y la sencillez, a partir de estructuras que priorizaban la ventilaci¨®n y la id¨®nea recepci¨®n del sol para el tratamiento de los enfermos. Hoy funciona como un centro de atenci¨®n primaria.
Tras admirarlo, en esta zona del Raval siempre vale la pena dejarse tentar por nuevos comercios. Se recomienda imperativamente visitar Les Topettes, la perfumer¨ªa y jaboner¨ªa del momento; as¨ª como la reciente librer¨ªa Lata Peinada, la primera especializada en literatura latinoamericana, y la panader¨ªa Pa de Kilo, muy cerca del caf¨¦ Nomad y referente de los amantes del pan en este barrio barcelon¨¦s. Ya que estamos, tambi¨¦n es muy aconsejable descubrir los platos del Mirch Indian Garito, el restaurante-chiringuito hind¨² hipster m¨¢s buscado por los foodies.
4. Joyer¨ªa Roca
Paseo de Gr¨¤cia, 18 (1934)
Probablemente esta sea una de las esquinas por la que m¨¢s veces se ha pasado en esta ciudad, pero, por m¨¢s que se haga, nunca se cansa uno de apreciar la fachada de la joyer¨ªa Roca, ¡°ligeramente mutilada¡± seg¨²n Bohigas, pero sin perder su imagen general y sus elementos estil¨ªsticos. Se inaugur¨® en 1934 y es una de las primeras obras de Sert. El libro Del m¨®n al museu (Disseny de producte, patrimoni cultural), editado por el Museu del Disseny de Barcelona, se hac¨ªa eco de la Cadira de Bra?os que el propio arquitecto dise?¨® para la joyer¨ªa, una selecta y refinada silla. Y es que los art¨ªfices del GATCPAC tambi¨¦n dise?aron la l¨¢mpara Llum de Peu, en 1932, que iluminaba el techo para ver a trav¨¦s de su reflejo.
5. Casa Bloc
Paseo de Torras i Bages, 101 (1932-1937)
En el barrio de Sant Andreu resiste este imprescindible prototipo de vivienda social y uno de los m¨¢s brillantes ejemplos de arquitectura racionalista en Barcelona. Aqu¨ª confluyen luz, ventilaci¨®n e higiene, las tres premisas fundamentales del grupo que proyect¨® durante la II?Rep¨²blica un conjunto de viviendas ¡ªtodas exteriores¡ª para los obreros, entonces hacinados en barracas en los barrios industriales, y para los que Josep Llu¨ªs Sert, Joan Baptista Subirana y Josep Torres Clav¨¦ quisieron crear un entorno limpio, claro y asequible que les hiciera la vida m¨¢s f¨¢cil.
Los bloques, cinco edificios en forma de S, se alzan sobre pilares para permitir la entrada fluida de los habitantes y para crear espacios verdes ante ellos, todav¨ªa presentes, aunque lamentablemente no en el mejor estado. Vale la pena concertar cita y visitar una de las viviendas presentadas como piso-museo (ajuntament.barcelona.cat/museudeldisseny). Ha sido rehabilitada por Disseny Hub de Barcelona, que ha recuperado los pavimentos hidr¨¢ulicos originales, las puertas plegables ¡ªsacadas de otros pisos en desuso¡ª, las cocinas econ¨®micas, el lavadero con ducha (separado del lavabo) e incluso piezas del mobiliario original de los a?os treinta del siglo pasado.
No muy lejos queda la iglesia de Sant Andreu de Palomar, en la que en junio de 1976 se encerraron durante 28 d¨ªas las mujeres de los trabajadores en huelga de Motor Ib¨¦rica, y al lado est¨¢ el m¨ªtico caf¨¦ modernista Versalles, una instituci¨®n en Sant Andreu, abierto desde 1915.
6. CRAI Biblioteca Pavell¨® de la Rep¨²blica
Cardenal Vidal i Barraquer, 34 (1937 (reproducci¨®n p¨®stuma de 1992)
Esta es la r¨¦plica del Pabell¨®n de Espa?a de la Exposici¨®n Internacional de Par¨ªs de 1937, de Sert y Luis Lacasa con la colaboraci¨®n de un avispado Antonio Bonet, que luego devendr¨ªa en un gran arquitecto en el exilio, y que dejar¨ªa, tambi¨¦n en Barcelona, obras importantes como la Torre Urquinaona o el famoso Can¨®dromo Meridiana, y ser¨ªa art¨ªfice de la famosa silla BKF. En su inmenso y definitivo libro La arquitectura moderna desde 1900, William Curtis apunta: ¡°El edificio estaba construido a partir de una estructura de acero, pero ten¨ªa un patio cubierto por un toldo de doble grosor en el centro. Esta era la construcci¨®n que albergaba el Guernica, de Picasso, y que pretend¨ªa mostrar al mundo en general los valores liberales de la Rep¨²blica. Parec¨ªa una caseta de agit?prop [propaganda de agitaci¨®n] de vivos colores. Tanto la estructura interior como la exterior se usaban como soporte de fotomontajes, pinturas, esculturas, mapas, diagramas y objetos que proclamaban un esp¨ªritu progresista¡±. Mucho se ha hablado de este edificio, pero siempre resulta emocionante acercarse a verlo y recordar el original. Hoy, esta r¨¦plica, instalada en el barrio de Montbau desde 1992, es una estupenda biblioteca junto al llamativo conjunto escult¨®rico conformado por las Cerillas, del pionero del pop art Claes Oldenburg.
Este pabell¨®n result¨® fundamental en la vida de Sert por otro motivo, ya que propici¨® la ruptura con su t¨ªo, el pintor Jos¨¦ Mar¨ªa Sert, cuya figura sigue dando nombre a un pasaje que une el Eixample con el Born (el pasaje de Sert), donde una placa informa de que naci¨® aqu¨ª. Y es que en aquel a?o de 1937, mientras se inauguraba la exposici¨®n universal en favor de la Rep¨²blica, ¨¦l hab¨ªa pintado un mural homenaje a Santa Teresa y a los m¨¢rtires nacionales en el Pabell¨®n del Vaticano, titulado Intercesi¨®n de Santa Teresa de Jes¨²s en la Guerra Civil espa?ola.
7. Fundaci¨®n Joan Mir¨®
Parque de Montju?c, s/n (1975)
Ubicado en plena monta?a de Montju?c, sin duda una ubicaci¨®n ¡°sagrada¡±, este es el edificio que mejor representa (y culmina) la trayectoria de Sert, pues de alguna manera conjuga con gran delicadeza su primer viaje fundacional a Ibiza con las proporciones basadas en el modulor ¡ªun sistema de medidas a partir de la figura de un hombre con la mano levantada¡ª de Le Corbusier. Aqu¨ª confluye todo: la composici¨®n volum¨¦trica, la sencillez, la alegr¨ªa, los colores primarios. Hay di¨¢logo entre los jardines y el museo. En el interior, el espacio sigue siendo arm¨®nico y mediterr¨¢neo, con salas de doble altura que absorben luz natural, la transparencia de la belleza. Una obra capital, un regalo para la ciudad y para su amigo Joan Mir¨®, cuya amistad ha sido largamente tratada en otros art¨ªculos. De ah¨ª que sea buen ejemplo de un museo en el que artista y arquitecto establecen un di¨¢logo de complicidad entre la obra y los espacios que la acogen.
Cuando en 1964 el novelista y pol¨ªtico Andr¨¦ Malraux acudi¨® a la inauguraci¨®n de la Fundaci¨®n ?Maeght, obra de Sert en la localidad francesa de Saint-Paul-de-Vence, dijo que estaba ante ¡°algo creado para la historia del esp¨ªritu¡±. Cada vez que se vuelve a la Fundaci¨®n Mir¨® no se puede m¨¢s que tomar prestada esa expresi¨®n, unas palabras cuyo significado se hace extensible a la cocina de la cercana Bodega Amposta, un templo gastron¨®mico a unos 20 minutos a pie. Si tras la visita a la fundaci¨®n y la degustaci¨®n de unos garbanzos con carabineros no levita, algo falla.
Use Lahoz es autor de la novela ¡®Jauja¡¯ (Destino).
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