Sitges, en un peque?o universo
La localidad barcelonesa ofrece placeres gastron¨®micos y enol¨®gicos, experiencias en la naturaleza y cultura en forma de arte y m¨²sica
Hace unos a?os, el escritor argentino L¨¢zaro Covadlo, vecino de Sitges desde 1975, cogi¨® un avi¨®n en Madrid deseoso de volver a casa a tiempo de presenciar los fuegos artificiales que inauguraban la fiesta mayor de la localidad barcelonesa. El vuelo se retras¨®, pero esto le regal¨® una grata sorpresa: sobrevol¨® el pueblo justo cuando resplandec¨ªa el castillo de fuegos. Lo cuenta en Observando Sitges desde variadas perspectivas, en el que habla de c¨®mo los aviones que aterrizan en El Prat muchas veces llegan en trayectoria paralela a la orilla del mar, sobrevolando el macizo del Garraf, con sus cerros tan accesibles para la pr¨¢ctica del senderismo.
Esta perspectiva dotaba al narrador de la visi¨®n de todo un marem¨¢gnum de edificios y gentes que ejemplifica una gran variedad social, con sitgetans de toda la vida mezclados con tantos migrantes que no dudaba en comparar la ciudad con el Shangh¨¢i o el T¨¢nger de los a?os treinta: un ¡°universo en miniatura, en su debida proporci¨®n tan cosmopolita como lo son hoy Buenos Aires o Nueva York¡±, habida cuenta de su oferta de comercios, restaurantes y hoteles, pero tambi¨¦n de galer¨ªas de arte.
As¨ª, desde los a?os sesenta del siglo pasado tiene aqu¨ª su atelier el renombrado pintor hiperrealista Jos¨¦ Luis Fuentetaja, que en su momento contribuy¨® a un gran ambiente pict¨®rico en el paseo de la Ribera, donde por cierto se encuentra desde 2011 un conjunto escult¨®rico que representa a los artistas Santiago Rusi?ol y Ram¨®n Casas. Muy cerca est¨¢ el Museo del Cau Ferrat, la casa de pescadores que Rusi?ol convirti¨® en 1893 en su vivienda y taller, que contemplar¨ªan sin duda Salvador Dal¨ª y Gala, de los que habl¨® la praguense Monika Zgustova, radicada en Sitges desde los a?os ochenta, en su libro La intrusa. Retrato ¨ªntimo de Gala Dal¨ª. Esta novelista y traductora de literatura checa y rusa habla de c¨®mo en 1929 la pareja pas¨® aqu¨ª una especie de luna de miel, atra¨ªda por el hermoso paisaje frente al Mediterr¨¢neo y por haberse convertido la villa en la residencia de artistas contempor¨¢neos.
Qu¨¦ rinc¨®n ideal, junto al citado museo, para contemplar el horizonte desde los exteriores de la parroquia Bartomeu i Santa Tecla, del siglo XVII, que guarda todo un tesoro compuesto de retablos barrocos, pinturas al fresco, tallas de madera policromada e incluso un ¨®rgano barroco y un sepulcro de un se?or feudal del siglo XIV.
No en vano, la historia de Sitges est¨¢ llena de hitos trascendentes, parte de los cuales pueden comprobarse mediante la ruta Casas de los Americanos, en torno al legado de aquellos catalanes que decidieron hacer las Am¨¦ricas y se reinstalaron en su tierra de forma adinerada. Adem¨¢s, se pueden conocer personalidades locales tan interesantes como Miquel Utrillo i Morlius, uno de los directores art¨ªsticos de la Exposici¨®n Universal de Barcelona de 1929 y colaborador en la creaci¨®n del Pueblo Espa?ol de Montju?c.
Mucha historia en Casa Vilella
Para pasear por las siempre animadas calles de un Sitges abanderado del colectivo LGTBI y famoso por su festival de cine anual, nada mejor que hospedarse en un espl¨¦ndido hotel que es pura historia local desde hace m¨¢s de una centuria: Casa Vilella, que lleva el sello de un disc¨ªpulo de Gaud¨ª, Joan Rubi¨®, que lo dise?¨® en 1919. El promotor de la casa fue Joan Vilella, creador de la primera banca catalana y due?o de f¨¢bricas de botones e hilados de seda, entre otros negocios, que financi¨® la construcci¨®n del paseo mar¨ªtimo y que adquirir¨ªa en 1914 el palacio Macaya, obra de Puig i Cadafalch, sito en el paseo de Sant Joan barcelon¨¦s.
Casa Vilella, ubicada en una zona tranquila frente a la playa pero a un tiro de piedra del n¨²cleo urbano, esconde an¨¦cdotas tan brillantes como el hecho de que el empresario Vilella, yendo a Rusia de viaje de negocios, coincidi¨® en el Orient Express con tres financieros que le convencer¨ªan de que hab¨ªa que invertir en otra cosa m¨¢s provechosa: el petr¨®leo. Eran: J. P. Morgan, J. D. Rockefeller y el bar¨®n de Rothschild, y el resultado fue que el catal¨¢n mont¨® la primera refiner¨ªa de petr¨®leo de Espa?a. El hotel, que tuvo la funci¨®n de hospital para ni?os hu¨¦rfanos durante la Guerra Civil (se atendi¨® a unos 1.800), fue reabierto en 2017, despu¨¦s de que el edificio llevase mucho tiempo abandonado.
De ese mismo a?o tambi¨¦n data el inicio del Festival Jardins de Terramar, que se celebra de julio a agosto y que engloba artistas tanto espa?oles como internacionales (este verano lo cierran, el 13 de agosto, La Oreja de Van Gogh). Estos jardines son una magn¨ªfica ¨¢rea verde, concebida en los a?os veinte como la primera ciudad jard¨ªn de Catalu?a, muy recomendables para pasear o hacer un p¨ªcnic, en caso de no animarse a hacer una excursi¨®n a los pr¨®ximos parques del Garraf y de Ol¨¨rdola, que, sin duda, maravillar¨¢n al visitante por su incre¨ªble paisaje, tan rico en formas calc¨¢reas y k¨¢rsticas.
Tambi¨¦n es buena idea visitar los vi?edos de la zona mediante el llamado Itinerario de la Malvas¨ªa (precio, desde 15 euros. Requiere reserva previa: Centro de Interpretaci¨®n de la Malvas¨ªa de Sitges). En este se puede conocer todo lo relativo a este vino aut¨®ctono dulce, que lleva en la comarca desde hace seis siglos y cuya informaci¨®n (y degustaci¨®n) proporciona el Centro de Interpretaci¨®n de la Malvas¨ªa de Sitges. Y para completarlo, y dentro de la ingente oferta de restauraci¨®n, el paseante har¨¢ muy bien en conocer las virtudes del restaurante Komokieras, especializado en cocina elaborada en brasas de carb¨®n vegetal con toques mediterr¨¢neos y con un surtido de platos que garantizan el mayor de los placeres gastron¨®micos.
Tal cosa, en un sector tan golpeado por la pandemia, es de destacar. A¨²n en Sitges quedan en pie sus mayores referentes en el mundo de la cocina, aunque, como cuenta M¨®nica Mart¨ªnez, modelo, hija de un prestigioso chef ya retirado y que conoce al dedillo los intr¨ªngulis de la localidad, la oferta ha declinado bastante ante la fuerte demanda del tapeo. De hecho, dos veces al a?o se celebra la ruta Sitges Tapa a Tapa, en la que participan muchos negocios exponiendo una tapa que va a concurso y que premian los visitantes (el bar El Cable, del que se han hecho cargo varias generaciones, ha ganado distintos a?os).
A este lugar repleto de tentaciones todos los meses del a?o y que disfruta de un clima tan c¨¢lido y soleado, llegan j¨®venes del resto del mundo para alojarse en un singular edificio, llamado Utopia, en cuyo jard¨ªn es posible sentarse a tomar algo mientras se escucha jazz en directo. Sirve de residencia para los que realizan cursos en el cercano Institute of the Arts Barcelona, que desde 2013 prepara a estudiantes en el campo de la actuaci¨®n, la danza, el teatro musical y la producci¨®n de m¨²sica contempor¨¢nea. Ten¨ªa raz¨®n Covadlo: un peque?o universo este Sitges, en que cabe lo mejor de nuestras apetencias.
Toni Montesinos es autor de ¡®El realismo ficticio. Con lecturas de narradores espa?oles e hispanoamericanos¡¯ (Alfar, 2021).
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