Lleida, en una ciudad plena de monumentalidad y buena gastronom¨ªa
Del castillo del Rey a La Seu Vella, m¨¢s un paseo junto al r¨ªo Segre y por su animado Eje Comercial. Visita a una joya urbana del interior catal¨¢n
Nos plantamos en el centro neur¨¢lgico del origen de Catalu?a: una edificaci¨®n situada en el punto m¨¢s alto del cerro de la Seu Vella. En concreto, en el castillo del Rey (o castillo de la Suda) (1), que fue el refugio del ¨²ltimo califa de C¨®rdoba, la sede del nacimiento de la corona de Arag¨®n; a la vez, entre estos muros se escenific¨® el juramento de fidelidad de los nobles catalanes y aragoneses a un infante que se convertir¨ªa en Jaime I el Conquistador. Estamos en Lleida, cuyo primer documento fundacional est¨¢ fechado en el a?o 1150, pero de la que pueden encontrarse rastros hist¨®ricos ya desde el siglo VI antes de Cristo. Pura historia; un lugar clave que merece, y mucho, la pena descubrir, en la comarca del Segri¨¤, que debe su nombre al r¨ªo que la cruza: el Segre.
9.00 Oasis de tranquilidad
Justamente podemos empezar la andadura por estos lares bordeando el r¨ªo, para pasear por un espacio natural que data de 1864, el parque de los Campos El¨ªseos (2), y que alberga edificios novecentistas como el Caf¨¦ Chalet y el Templete de la M¨²sica. Entre pl¨¢tanos, tilos y magnolias pueden recorrerse diferentes zonas ¡ªalguna recuerda a los jardines de Versalles¡ª que componen un oasis de tranquilidad en plena ciudad, y que deja de serlo cuando acoge actos multitudinarios como el Aplec del Caragol. As¨ª, en tres d¨ªas de mayo, 12.000 leridanos, organizados en un centenar de pe?as que tambi¨¦n protagonizan un colorido desfile, centran su fiesta en el consumo de 12 toneladas de caragols, ofreciendo as¨ª al visitante la posibilidad de degustar diferentes tipos de caracoles, uno de los platos estrella de la localidad.
10.30 Templarios por un d¨ªa
En un reciente libro de Manuel Fern¨¢ndez Mu?oz, Eso no estaba en mi libro de historia de los templarios (Almuzara), el lector curioso puede conocer el v¨ªnculo de los caballeros de la Orden del Temple con el Santo Grial o con los miembros de la Tabla Redonda del rey Arturo. Una publicaci¨®n id¨®nea que llevarse al castillo de Gardeny?(3), que devino clave para la corona de Arag¨®n, algo que es posible percibir si se van observando sus murallas y torres, su patio central, su iglesia rom¨¢nica y el Centro de Interpretaci¨®n de la Orden del Temple, gracias al que puede verse c¨®mo en 1149 el conde de Barcelona Ram¨®n Berenguer IV, en su asedio a la ciudad musulmana de Lleida desde la misma colina de Gardeny, cont¨® con la colaboraci¨®n de los templarios. Para profundizar a¨²n m¨¢s si cabe en esta orden religiosa y militar, a las 20.30 se puede regresar para participar en la actividad Templario por un d¨ªa, una visita guiada dinamizada en la que hasta es posible vestirse como todo un caballero.
12.00 Ma?ana de compras
Pocas ciudades europeas pueden presumir de tener un ¨¢rea de 3,5 kil¨®metros peatonales: es el Eje Comercial (o calle Mayor) (4), compuesto por cinco calles y varias plazas. La oferta es abundante (450 comercios), en una combinaci¨®n de negocios locales y grandes marcas, con tiendas que incluso ocupan edificios de importancia hist¨®rica o est¨¢n adornados con arcadas g¨®ticas: por ejemplo, un Zara en cuyo subsuelo hay restos arqueol¨®gicos o un Intimissimi que se halla en la bella y elegante casa modernista Mag¨ª Llorens. Para seguir comprando o tomar algo es buena idea acercarse a la Zona Alta (5), llena de franquicias del sector de la restauraci¨®n. Y es que en Lleida se puede comer y beber de maravilla: despliega una gastronom¨ªa con productos con denominaci¨®n de origen en la que cabe remarcar su fruta ¡ªes una de las potencias de Europa en el sector¡ª, los tradicionales caracoles a la llauna (cocinados sobre una plancha met¨¢lica con sal y pimienta), los embutidos ¡ªel cerdo blanco en especial¡ª, el aceite de oliva DOP Les Garrigues y el vino DO Costers del Segre.
14.00 Especialistas de la brasa
Para degustar estos manjares, nada mejor que acudir al extraordinario restaurante Ferreruela Cuina de la Terra?(6). Especialistas en la t¨¦cnica ancestral de la brasa, adapt¨¢ndola a productos que tradicionalmente no se preparaban as¨ª, el equipo del cocinero Gonzalo Ferreruela, oriundo de Lleida, ha conseguido ofrecer al cliente todo un espect¨¢culo gustativo. Las setas, el bacalao, el marisco, el arroz o las verduras cobran una nueva dimensi¨®n en un precioso local ¡ªdi¨¢fano y neorr¨²stico de techos altos¡ª donde descubrir sabores nuevos y recargar fuerzas para el pr¨®ximo destino hist¨®rico.
17.00 Puesta de sol en la catedral
Es la visita obligada de Lleida: el conjunto monumental de la Seu Vella (7), que permite gozar de la panor¨¢mica de la ciudad, sobre todo, dicen los leridanos, cuando en oto?o e invierno se pone el sol (visitas guiadas los fines de semana y festivos; precio, 5 euros; turoseuvella.cat). La construcci¨®n de su catedral se inici¨® en 1203 y se prolong¨® dos siglos. Se accede a trav¨¦s de la Can¨®nica, la serie de edificios que acog¨ªa a los can¨®nigos y que fueron levant¨¢ndose hasta el siglo XVI. Candidata firme a ser patrimonio mundial de la Unesco, cuenta incluso con puertas de gran valor monumental y un claustro abierto con grandes ventanales que proporcionan magn¨ªficas vistas, y en el que durante las noches de luna llena se celebran veladas culturales.
20.00 Cena y cama en el parador
A 10 minutos caminando se encuentra el lugar ideal para cenar y dormir, el parador de Lleida ?(8), instalado en un antiguo convento dominico del siglo XVII. Su restaurante est¨¢ en lo que fue una impresionante iglesia; bajo su bella c¨²pula es posible disfrutar de la exquisita cocina de un alojamiento que desde 2017 dirige Miquel L¨®pez Llena. Ha lidiado con ¨¦xito el periodo pand¨¦mico ofreciendo al hu¨¦sped un lugar inmejorable donde dormir: alguna de las 53 habitaciones distribuidas alrededor del claustro central de tres pisos, que tambi¨¦n son testigos de una parte crucial en la historia de Catalu?a. Aqu¨ª, por ejemplo, se sufri¨® en 1707 el Asedio de L¨¦rida, en plena guerra de Sucesi¨®n espa?ola, lo que a¨²n se recuerda mediante una placa a la entrada, y ante la que cada Diada, el 11 de septiembre, los pol¨ªticos locales depositan ofrendas florales en memoria de los ca¨ªdos.
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