A Laponia hay que ir en verano (y el sol de medianoche es solo una de las razones)
Con su infinidad de lagos y temperaturas suaves, esta regi¨®n del norte de Finlandia puede ser una alternativa al calor sofocante y el turismo masivo del Mediterr¨¢neo que har¨¢ las delicias de los amantes de la aventura
Hay lugares en la tierra que est¨¢n destinados a ser escenarios de historias redondas. En la pel¨ªcula Los amantes del circulo polar (1998, Julio Medem), Laponia es el lugar m¨¢gico y casi ficticio en el que se reencuentran sus dos protagonistas, Ana y Otto. En esta tierra de Pap¨¢ Noel, anclada en el C¨ªrculo de Hielo, se cierra parad¨®jicamente el ciclo de su historia de amor, como su sol de medianoche que parece bailar con el horizonte y nunca llega a ponerse del todo. En la cinta, el realizador vasco mostr¨® un rostro poco com¨²n de esta regi¨®n, ligada casi siempre a paseos en trineo de nieve y noches polares sin fin conocidas como kaamos, con auroras boreales y una luz azul extraordinaria que confiere al cielo un halo m¨¢gico. Fue rodada durante los meses de verano, cuando esta regi¨®n septentrional de Finlandia se sumerge en temperaturas que rondan los 25 grados y d¨ªas infinitos. El escenario perfecto para ba?arse en lagos tranquilos, disfrutar de saunas al anochecer y deportes de aventura. Algo que convierte Laponia en ese destino donde vivir un est¨ªo diferente, ajeno a hornadas de ba?istas, altas temperaturas y colas en los chiringuitos.
Con la visi¨®n po¨¦tica de un sol que nunca duerme, arrancamos esta ruta en el parque nacional de Salla, reabierto al p¨²blico el pasado 11 de junio tras la pandemia. Si durante los meses m¨¢s g¨¦lidos proliferan las conexiones entre Espa?a y Laponia (ocupamos el tercer lugar en n¨²mero de visitantes), en verano las rutas a¨¦reas disminuyen, y es preciso conectar los aeropuertos m¨¢s cercanos en Kuusamo o Rovaniemi desde Helsinki (consultar horarios y tarifas en Finnair). Verano y oto?o son la ¨¦poca dorada para surcar a pie la tierra de Salla, y apreciar el cambio estacional por sus bosques boreales y masas de agua dulce haciendo honor al apodo del ¡°pa¨ªs de los mil lagos¡± que sustenta Finlandia. Este antiguo dominio de la Uni¨®n Sovi¨¦tica, pronunciado ¡°Sal-la¡±, abraza una superficie de casi 6.000 kil¨®metros cuadrados, un poco menos del doble de su n¨²mero de habitantes. El cartel de Salla, in the middle of nowhere (Salla, en medio de ning¨²n lugar, en castellano) que se encuentra en algunos de los miradores por la carretera que lo atraviesa desde Kuusamo no es un simple reclamo publicitario. La sensaci¨®n de estar en tierra de nadie, con el silencio pegado en el cogote pero bajo la atenta mirada de seres invisibles que se esconden entre su ecosistema, justifica el eslogan. Desde tiempos remotos en los que el pueblo sami era el ¨²nico ocupante de la zona, los residentes de Salla han aprendido a no sobresalir y vivir en armon¨ªa con su entorno, practicando una forma de vida sostenible basada en la autosuficiencia y actividades como la caza, la pesca o la recolecci¨®n de bayas.
A un poco m¨¢s de una hora por carretera tomando la regional 950 en sentido norte, se alzan las caba?as de Sallatunturin Tuvat (Hangasj?rventie 1), un alojamiento que bien podr¨ªa ser testigo de otro tierno romance, el de Sam y Suzy, los protagonistas de Moonrise Kingdom (2012). Al igual que sucede en la cinta de Wes Anderson, este refugio gestionado por una empresa familiar desde hace cuatro d¨¦cadas se envuelve de una est¨¦tica amable que recuerda a los campamentos de la infancia. El poste de Tulehan Toistekin (Por favor, regrese de nuevo) que act¨²a de entrada a la red de modernas caba?as con wifi y sauna ser¨¢ el punto de encuentro para descubrir a pie uno de los grandes atractivos del viaje: el sol de medianoche.
En busca del sol de medianoche
Con un calzado c¨®modo para el ascenso en monta?a y un potente antimosquitos ¡ªmejor si acompa?a durante todo el viaje¡ª, es recomendable degustar una copiosa cena a la finlandesa antes de la caminata. Esto quiere decir que hay que olvidarse de nuestros horarios peninsulares: aunque aqu¨ª disfruten de luz natural las 24 horas del d¨ªa, esta comida tiene lugar religiosamente entre las cinco y siete de la tarde. Las recetas laponas que desarrolla el restaurante Kiela del mismo complejo son la excusa perfecta para coger fuerzas mientras se ahonda en la gastronom¨ªa local. Aprovechar la temporada de setas y descubrirlas en sus cremas y guisos con hierbas de la zona, o decidirse por alguno de sus infinitos platos de carne de reno (desde lengua ahumada, frita con salsa de grosellas o salada), ser¨¢ la dieta adecuada para enfrentarse al hiking de medianoche por el monte de Sallatunturi. La empresa local Salla Wilderness Park realiza excursiones a diario con gu¨ªa en habla inglesa.
El ascenso merece la pena hacerlo sin prisas, para discernir entre la neblina ocasional los ¨¢rboles cubiertos de escarcha vegetal, el parloteo de los urogallos y las ranas rojas que saltan entre rocas milenarias. Tras una hora y media espera la cima m¨¢s alta de Sallatunturi, desde donde divisar algunos indicios monta?osos de la vecina Rusia. Con la cena ya en el olvido y a la espera de la medianoche existe la sana costumbre de tomar un tentempi¨¦ compuesto por empanadas saladas en una kota. Esta t¨ªpica construcci¨®n finlandesa de madera piramidal tiene en su interior un fog¨®n para calentar comida o bebida, servida posteriormente en una kuksa ¡ªla taza fabricada a mano en madera de abedul desde tiempos ind¨ªgenas¡ª. Esta caba?a es de uso gratuito para cualquiera, y en ella se puede descansar o incluso pernoctar durante la ¨¦poca de noche cerrada.
Si la suerte acompa?a y el cielo permanece abierto, al acabar el d¨ªa recibir¨¢ el famoso sol de medianoche, un fen¨®meno natural visible solo entre latitudes de 55? y el C¨ªrculo Polar por el que el astro rey nunca llega a desaparecer en el horizonte. Durante el solsticio de verano, el firmamento se ti?e de rojo, amarillo ne¨®n y destellos impresionistas en rosa. A mediados de agosto, cuando regresa paulatinamente la noche, este espect¨¢culo en llamas da paso a una nube de estrellas y las primeras auroras boreales. El comienzo de esta rareza natural, apodada ¡°noches blancas¡±, se festeja por todo lo alto entre el 20 y 26 de junio. Una versi¨®n de nuestra noche de San Juan en honor a Ukko, el dios del cielo y las cosechas en la mitolog¨ªa finlandesa. Hogueras, barbacoas, hechizos y coronas de flores silvestres se suceden esos d¨ªas en continuas festividades para celebrar la llegada del verano y los d¨ªas de sol inagotable. La ausencia de oscuridad, en cambio, unida a la poca tradici¨®n de persianas del pa¨ªs escandinavo, no siempre es bien acogida por los viajeros del sur de Europa. A?adir un antifaz al equipaje o evitar las siestas y marcar un horario son medidas que ayudar¨¢n a dormir a pierna suelta cuando impere la luz en la madrugada.
Esa escena memorable de la pel¨ªcula de Medem en la que Ana (Najwa Nimri) se sienta frente a un lago a contemplar la falsa puesta de sol mientras espera la casualidad de su vida fue filmada en las inmediaciones de Rovaniemi, la capital finlandesa de Laponia. Se puede ser part¨ªcipe de una experiencia similar en el lago Hangasj?rvi, en el que sentarse a disfrutar del espect¨¢culo sobre alguna de sus mecedoras de madera o surc¨¢ndolo a lomos de una canoa.
Tierra de aventureros incansables
Laponia tambi¨¦n invita a ser recorrida de manera intr¨¦pida (pero segura) a lomos de una bici el¨¦ctrica de llantas gruesas y casi indestructible conocida como fatbike. Dise?ada para rodar por terrenos con nieve y rocas de imposible acceso para los modelos convencionales, es la joya de los circuitos sobre dos ruedas de Salla Ski & Active (disponibles en el centro de esqu¨ª de Salla y en Sallatunturin Tuvat). Esta empresa de deportes de aventura ofrece rutas a la carta por las faldas del monte de Sallatunturi hasta su cima o hasta la cresta desafiante de Hangasharju, con alternativas moderadas como un paseo hasta el hist¨®rico pueblo de Lappaj?rvi.
Estrechar lazos con la fauna aut¨®ctona es otro privilegio que ofrece Salla. De forma controlada y en reducidos grupos, los gu¨ªas locales de Salla Wilderness Park organizan visitas por algunos rincones de las 200 hect¨¢reas en las que vagan libremente manadas de renos. Aunque el cisne sea el s¨ªmbolo nacional de Finlandia, el coraz¨®n de los finlandeses pertenece a poro, el animal que tira del trineo de Pap¨¢ Noel en navidades y un manjar en toda la geograf¨ªa desde que los sami comenzaron su pastoreo. Si se desea profundizar en su sabor, Keloravintola (Revontulentie 9, Salla) es un restaurante con alma de refugio en las cercan¨ªas a Sallatunturi que cocina su carne de mil formas diferentes, unido a una huerta org¨¢nica y la elaboraci¨®n propia del rieska, la torta ligera y plana t¨ªpica de Laponia. Desde 1964 sirven la receta original del pan de jengibre que ide¨® la madre de Marjo y Maija, los actuales due?os, junto a su versi¨®n del pastel de Napole¨®n con ar¨¢ndanos rojos de Salla.
Recolectar los frutos del bosque que maduran con la llegada de la estaci¨®n seca es otra afici¨®n aut¨®ctona que merece la pena probar. En Finlandia, el amparo legal conocido como jokamiehenoikeus (el derecho de todo hombre a la naturaleza), por el que cualquiera puede hacer uso individual de la misma siempre que no da?e el entorno ¡ªincluso en propiedad privada¡ª, incluye recoger los frutos silvestres que genera. Se recomienda hacerlo usando un cesto en vez de una bolsa para que no se aplasten. Del infinito men¨² que brota en sus bosques (medio mill¨®n de bayas entre grosellas, frambuesas, el fruto del enebro o ar¨¢ndanos ¨¢rticos) existe una baya especialmente codiciada y casi desconocida fuera de Escandinavia: la lakkoja o la zarzamora de los pantanos. Conocida tambi¨¦n como el oro de Laponia por su color y sabor meloso, alcanza su punto ¨¢lgido a mediados de julio y brota libremente en lugares cercanos como el municipio de Ranua. En Finlandia es com¨²n servirla junto al queso local leip?juusto y mucho az¨²car. Otra manera de saborearla es en cremas y mermeladas, como la que acompa?a al reno ahumado de la pizza Lappone, una de las originales recetas de la Pizzeria Ruka, en Kuusamo). La destiler¨ªa Lapponia, afincada al sur del pa¨ªs, produce desde 1867 uno de los brebajes finlandeses m¨¢s populares: lakka, un licor agridulce y reposado con notas de miel y clavo que se crea con esta zarzamora recolectada a mano en los bosques escandinavos.
Ruka, la regi¨®n de los r¨¢pidos
Su sabor m¨¢gico nos acompa?a en la ¨²ltima etapa del viaje hasta Ruka, a unos 80 kil¨®metros desde Salla en sentido sur por la carretera 950. Venerada por los fan¨¢ticos de los deportes sobre hielo con excelentes pistas de esqu¨ª y dos grandes resorts con hoteles, tiendas y restaurantes para la temporada de invierno (Ruka Village y Ruka Valley), esta ciudad y sus alrededores esconden tambi¨¦n estimulantes actividades para hacer al aire libre durante los meses m¨¢s c¨¢lidos. Rodeada por cinco parques naturales, Oulanka es el favorito por sus cascadas y rutas de senderismo, ocupado por el pueblo sami hasta finales del siglo XVII, cuando se asentaron en la zona los colonos finlandeses.
Inaugurado en 1956, el parque nacional contiene la famosa Ruta del Oso (Karhunkierros, en fin¨¦s), que recorre 80 kil¨®metros del C¨ªrculo ?rtico en paralelo a la frontera con Rusia. El camino que arranca en el centro de visitantes de Hautaj?rvi es de f¨¢cil seguimiento, se?alizado con puntos informativos en cada kil¨®metro y dispone de kotas con chimenea en las que descansar o preparar una fogata si el fr¨ªo apremia. Serpentearla en verano permite acceder a sus colinas boscosas y majestuosos acantilados o ba?arse en las playas de r¨ªo. Pero si la caminata resulta demasiado larga existe una versi¨®n reducida (Pieni Karhunkierros) de unos 12 kil¨®metros circulares, tambi¨¦n salpicados de puentes colgantes, ci¨¦nagas y r¨¢pidos de agua.
Los bosques de pinos y orqu¨ªdeas calypso embriagan todos los sentidos a nuestro paso por el parque, en el que observar m¨²ltiples variedades de aves, como arrendajos siberianos y el gran b¨²ho gris, o las hipn¨®ticas cataratas de Kiutak?ng?s, en el r¨ªo Oulankajoki que une Finlandia con Rusia. Accesible por un sendero a tan solo un kil¨®metro desde el aparcamiento (direcci¨®n exacta aqu¨ª), su conjunto de saltos de hasta cuatro metros de altura es fruto del deshielo que comienza en mayo. Pero es sin duda el r¨ªo Kitkajoki, siempre despierto por sus aguas bravas, el sitio m¨¢s popular entre los amantes del rafting. La empresa Stella Polaris realiza descensos por el r¨ªo desde el pueblo de Juuma, a partir de dos horas y en diferentes niveles que recorren lugares de gran belleza como la cascada Jyr?v?. No muy lejos de Ruka, a unos 15 minutos por la carretera E63, el lago de Oivanki se perfila como un destino fluvial m¨¢s tranquilo, en el que navegar en canoa o aprender a pescar la cena que podr¨¢ degustarse esa misma noche (experiencia completa con e-North Safaris).
Un viaje a la tierra de los mil lagos estar¨ªa incompleto sin una sesi¨®n de sauna, el mejor reconstituyente para aliviar el estr¨¦s y las tensiones tras un intenso d¨ªa de aventuras. El uso terap¨¦utico del calor seco que emana de las piedras se practica por todo el pa¨ªs desde hace siglos, aunque fue en el XX cuando empezaron a construirse al lado de los lagos. Terminar el d¨ªa sobre sus listones de madera para depurar el organismo y eliminar toxinas mientras uno se relaja es uno de los atractivos nocturnos que proponen lugares como los chalets y villas de Rukan Salonki, en Ruka. Alternado con la visita a su jacuzzi exterior o un chapuz¨®n en el mismo lago para aumentar los beneficios del contraste de temperatura, preparar¨¢ el cuerpo para la cena en la caba?a que ofrece el chef de Salonki, con salm¨®n salvaje y verduras a la brasa cocinadas al momento. Como postre, un profundo sue?o para despedirnos de su cielo de medianoche.
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