Bruselas, el campamento base perfecto para viajar por Flandes sin reservas
Las cortas distancias entre ciudades y las facilidades que propone la red ferroviaria animan a improvisar una ruta de varios d¨ªas que parte desde la capital belga en direcci¨®n a Brujas, Gante y Amberes
A menudo ocurre en los viajes que nos enamoramos de un lugar y deseamos quedarnos m¨¢s tiempo en esa parada. O regresar al d¨ªa siguiente. Pero la reserva de un hotel o un billete de tren no nos permite cambiar el itinerario dise?ado a ojo, cuando todav¨ªa no hab¨ªamos puesto los pies y la mirada en el destino. En el Flandes belga, con una superficie de 13.522 metros cuadrados (siete veces menor que la de Castilla y Le¨®n) es posible recorrer muchos de sus rincones con el menor n¨²mero de reservas posibles. La clave es Bruselas. La capital belga cuenta con un estatuto de regi¨®n dentro del pa¨ªs, pero tambi¨¦n cumple las funciones de capital administrativa de Flandes. Hacer base en esta ciudad, saliendo y regresando en el mismo d¨ªa, permite mantener una ruta abierta a la improvisaci¨®n para recorrer Gante, Brujas y Amberes.
Las cortas distancias entre ciudades permiten desplazarse entre ellas en trayectos que duran menos de lo que muchos invierten en desplazarnos de casa al trabajo: ente 30 minutos y algo m¨¢s de una hora, dependiendo del destino. Tambi¨¦n ayuda a esa improvisaci¨®n la elevada frecuencia de trenes que las conectan, incluso por la noche. Un Rail Pass, un bono de 10 viajes de la Sociedad Nacional de los Ferrocarriles Belgas (SNCB, en sus siglas originales), es transferible, por lo que pueden usarlo varias personas, y caduca un a?o despu¨¦s del primer viaje. Cuesta 87 euros, que se quedan en 84 euros si se compra desde la aplicaci¨®n de la compa?¨ªa. Sale a menos de nueve euros por persona y trayecto. No se necesita reserva previa para subirse al tren, as¨ª que nada impide cambiar el itinerario.
Primera parada: Bruselas
Lo ideal para esta ruta sin ataduras ser¨ªa buscar un alojamiento cercano a la estaci¨®n central de Bruselas en el que permanecer todos los d¨ªas. La cadena espa?ola NH tiene un par de hoteles por la zona, el Brussels Grand Place Arenberg (Rue d¡¯Assaut 15) y el Brussels Carrefour de l¡¯Europe (Rue Marche aux Herbes, 110). Para quienes buscan cinco estrellas, est¨¢ el Juliana Hotel Brussels (Place des Martyrs 1/4).
No muy lejos de la Grand Place, la plaza principal de Bruselas, se encuentra tambi¨¦n uno de esos sitios a los que volver una y otra vez para comer o cenar. Wolf (Rue du Foss¨¦ aux Loups, 50) es un centro gastron¨®mico que intenta ser lo m¨¢s diverso y justo posible. Adopta las formas de mercado callejero, con distintos puestos y varias zonas comunes en las que sentarse, pero aprovechando las ventajas de estar bajo techo. All¨ª se encuentran las recetas vietnamitas de Hai Thu Dao, las indias de John Alexander Ashok, las sirias de Georges, adem¨¢s de griegas, italianas¡ y gofres belgas, claro. Dos bares alimentados por una microcervecer¨ªa artesanal ubicada en el local coronan este micromundo hecho de micromundos.
Algo alejado del centro, la casa-museo de Victor Horta es una org¨ªa de art nouveau. Todo est¨¢ rodeado de la belleza del papel de pared, de los mosaicos y las l¨¢mparas de cristal con el sello personal de este arquitecto belga, uno de los pioneros del modernismo. Los dos edificios construidos en el v¨¦rtice entre el siglo XIX y el siglo XX, aunque en continuo proceso de restauraci¨®n, mantienen buena parte de los materiales y objetos decorativos originales. Por entrar, se puede entrar hasta la amplia cocina del servicio y recorrer los pasillos de la vida de su due?o.
El sello de Horta tambi¨¦n puede encontrarse en el majestuoso edificio que acoge al Museo del C¨®mic, cercano a la catedral de Bruselas, que en su d¨ªa fueron unos grandes almacenes. En la capital belga naci¨® la realeza del c¨®mic: el Tint¨ªn de Herg¨¦, el Spirou de Rob-Vel, los pitufos de Peyo y el Lucky Luke de Morris. Por eso, Bruselas est¨¢ interesada en convertirse en una de las capitales mundiales del noveno arte. Los pitufos forman parte del mobiliario urbano, con murales en los sitios m¨¢s insospechados, y en la misma Rue des Sables hay otro museo dedicado a Marc Sleen, creador del tebeo Las aventuras de Nero.
Camino a Brujas
Para huir de la zona m¨¢s tur¨ªstica de la conocida ciudad medieval de Brujas, la Langestraat es una calle comercial alejada de las franquicias y de lo global, con un sabor algo m¨¢s local. A trav¨¦s de ella se llega a los hist¨®ricos molinos de viento del siglo XVIII que se encuentran alineados, aunque a distancia unos de otros, en una de las partes m¨¢s tranquilas de la ciudad. El ¨²nico abierto al p¨²blico es el Molino de San Juan (Kruisvest 3). Muy cerca est¨¢ el Museo del folclore, la segunda casa en la que podemos colarnos en Flandes, con recreaciones de la vida cotidiana y objetos del siglo XIX y principios del XX. Su entorno tampoco est¨¢ lleno de turistas.
Pero, aun huyendo de lo obvio, qui¨¦n se puede resistir a las vistas del Rozenhoedkaai (muelle del Rosario), sobre el canal de la ciudad y que es recomendable ver tanto por el d¨ªa como de noche. Se encuentra cerca de la plaza del Ayuntamiento y de sus edificios g¨®ticos y tambi¨¦n del campanario de Brujas, con sus 47 campanas y sus 366 escaleras para subir a lo m¨¢s alto. Indispensable es tambi¨¦n el vecino Museo Groeninge, con obras de un aut¨¦ntico ¨ªdolo local: Jan van Eyck. El autor de El matrimonio Arnolfini, uno de los cuadros m¨¢s visitados de uno de los museos m¨¢s visitados del mundo, la National Gallery de Londres, tiene un par de obras en esta pinacoteca. Retrato de Margarita van Eyck (1439) es uno de los primeros cuadros en la historia en la que aparece la esposa del autor como modelo. Y en torno al p¨¢jaro verde que aparece en La Virgen del can¨®nigo Van der Paele (1434-1436) los responsables del museo idean juegos para los visitantes infantiles.
Una visita a Gante
Hay un tercer hogar por visitar en Flandes. La Casa de Alijn, en la ciudad de Gante, que cuenta con una exposici¨®n permanente que recorre las distintas fases de la vida y del d¨ªa de un belga medio del siglo XX. Este viaje a la nostalgia vertebrado por los 12 meses del calendario no solo alimenta la vista, tambi¨¦n recrea olores y melod¨ªas en torno a las antig¨¹edades modernas que recopila, los juguetes de infancia de nuestros padres y abuelos y los muebles y productos cotidianos de hace d¨¦cadas ayudan a narrar el modo de vida del pa¨ªs. El edificio cuenta con un pr¨¢ctico jard¨ªn interior con cafeter¨ªa y est¨¢ situado en un hospital restaurado, separado por tan solo un puente de las c¨¦ntricas plazas de Vrijdagmarkt y Groentenmarkt, dos de los grandes centros mercantiles de esta ciudad portuaria.
Para alegrar los sentidos al aire libre est¨¢ el majestuoso conjunto arquitect¨®nico formado en torno al puente de San Miguel, uno de esos lugares que tambi¨¦n mejoran cuando cae la noche y a¨²n se est¨¢ a tiempo de tomar un tren de regreso a Bruselas. Desde este lugar se pueden admirar el Graslei y el Korenlei, los dos muelles principales de Gante durante la Edad Media, uno dedicado a las hierbas y el otro al grano; la iglesia de San Miguel y el castillo de los Condes de Flandes (Gravensteen).
Y en Gante tambi¨¦n hay raci¨®n de Jan van Eyck: es mejor reservar cita previa para visitar el retablo la Adoraci¨®n del Cordero M¨ªstico de la catedral, un pol¨ªptico de 12 tablas al ¨®leo realizado junto a su hermano Hubert en 1432. Es una obra celestial, por la tem¨¢tica religiosa y por la influencia que ejerci¨® en la historia de la pintura.
Amberes, territorio Rubens
Amberes, en cambio, es territorio de otro de los grandes del arte, Pedro Pablo Rubens. Tambi¨¦n podemos pasear por el interior de su casa-museo, un palacio de estilo italiano que dise?¨® ¨¦l mismo en el siglo XVII e hizo que la gente local estuviera profundamente agradecida. Cuenta con un museo de estatuas, un p¨®rtico con arcos y un jard¨ªn con pabell¨®n. Adem¨¢s de varias de sus obras, el recorrido explica el estilo de vida de la ¨¦poca para alguien con posibles como el pintor.
Otro tipo de belleza y arquitectura interior es la del cercano Stadsfeestzaal, un gran edificio construido a principios del siglo XX por los arquitectos Hargot y Hennebique para organizar las festividades oficiales. Un incendio en el a?o 2000 destruy¨® la sala de vidrio abovedada de la nave central, que se renov¨® para reabrir en 2007 como un moderno centro comercial en el que hacer compras o tomar un (muy caro) caf¨¦.
La singular arquitectura del MAS - Museum aan de Stroom (museo sobre el r¨ªo, en castellano) se basa en los almacenes del siglo XIX, t¨ªpicos de la ciudad y del barrio en el que se ubica. Sus salas se apilan una encima de la otra, creando una impresionante torre en espiral. La fachada roja est¨¢ decorada con m¨¢s de 3.000 manos, que hacen referencia al trabajo manual del puerto de Amberes, que rodea al edificio, situado en la Hanzestedenplaats, 1. Justo en la cima, espera una panor¨¢mica espectacular. Y, el interior, tambi¨¦n recrea micromundos, los de las exposiciones de artistas contempor¨¢neos y experimentales que acogen cada una de las salas de sus 10 pisos.
Y si sobran d¨ªas, siempre queda Lovaina, la capital de la cerveza belga, situada a tan solo 30 kil¨®metros al este de Bruselas.
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