Siete enclaves naturales en Espa?a para disfrutar del placer de observar aves
El Pirineo es el territorio del quebrantahuesos; el b¨²ho real ejerce de centinela de Monfrag¨¹e; el buitre leonado gobierna las hoces del Durat¨®n, y las lagunas de Villaf¨¢fila son el reino de la avutarda
El turismo ornitol¨®gico consiste en viajar de un lugar a otro para disfrutar del placer de descubrir la naturaleza con unos prism¨¢ticos al cuello y los sentidos atentos para observar la riqueza de la avifauna silvestre en sus h¨¢bitats naturales. Espa?a es uno de los destinos preferidos por los observadores de aves de todo el mundo, al contar con rincones excepcionales sobrevolados por especies como el alimoche, el quebrantahuesos, el ¨¢guila imperial, el buitre leonado o la grulla. Una actividad relajante que cada a?o gana m¨¢s adeptos, con el valor a?adido de los beneficios que reporta para la salud f¨ªsica y mental.
1. El Pirineo aragon¨¦s, territorio del quebrantahuesos
La silueta del imponente quebrantahuesos?¡ªbuitre que se alimenta de huesos y tendones¡ª?desliz¨¢ndose sobre los grandes fara?llones de los Pirineos es una de las m¨¢s sobrecogedoras im¨¢genes de la naturaleza espa?ola. Morador imperturbable de los grandes ambientes de monta?a, hay buenas posibilidades de observarlo en las estribaciones del Pirineo oscense, sobre todo si se cuenta con los servicios de un gu¨ªa que conozca los rincones olvidados de la sierra de Guara, referente mundial del barranquismo y que constituye una de las reservas de aves m¨¢s importantes de Europa. En estos ca?ones habitan 200 especies diferentes de aves, entre las que se encuentran el alimoche, el buitre leonado o el quebrantahuesos.?
En toda Europa se estima que existen unas 200 parejas reproductoras de quebrantahuesos, de las cuales unas 100 habitan en territorio espa?ol. Y la poblaci¨®n de esta especie de buitre en los Pirineos se encuentra entre 937 y 1.119 ejemplares, seg¨²n el ¨²ltimo c¨¢lculo elaborado por el CSIC. Los valles de Ans¨® y Hecho, en el Pirineo aragon¨¦s, cerca de la frontera con Navarra, figuran tambi¨¦n entre los mejores lugares de la Pen¨ªnsula para observar esta ave, siempre que se tenga paciencia y un poco de suerte. Por fortuna, mientras esperamos, nos podemos distraer viendo sobrevolar gavilanes, buitres leonados, ¨¢guilas o milanos reales.
Sin salir de Arag¨®n, el parque nacional de Ordesa y Monte Perdido es otro de los escenarios privilegiados para buscar en el cielo la silueta inconfundible del quebrantahuesos, y sobre sus cortados planean adem¨¢s halcones peregrinos, chovas piquirrojas y piquigualdas, cuervos?o el ¨¢guila real.
2. Sobrevolar el Mediterr¨¢neo con los halcones de Eleonora
La princesa sarda Eleonora d¡¯Arborea (1340-1404), adem¨¢s luchar con?tra el reino de Arag¨®n por la independencia de Cerde?a, fue una pionera de la conservaci¨®n con la promulgaci¨®n de varias ordenanzas para proteger a las rapaces de traficantes y mercaderes. En su honor se bautiz¨® a este halc¨®n ma?rino, un ave rapaz muy presente en los islotes mediterr¨¢neos, cuyo vuelo perenne y ligero es caracter¨ªstico de los horizontes del norte de Ibiza, Mallorca y Cabrera. Espa?a alberga alrededor de 1.000 parejas de este tipo de halc¨®n que cr¨ªa exclusivamente en acantilados de islas o islotes del Mediterr¨¢neo y el Atl¨¢ntico.
Las Baleares es uno de los archipi¨¦lagos m¨¢s atractivos para los pajareros (as¨ª se hacen llamar los aficionados a la ornitolog¨ªa) europeos, con lugares tan emblem¨¢ticos como el Parc Natural de S¡¯Albufera de Mallorca y el Parc Nacional Maritimoterrestre de l¡¯Arxip¨¨lag de Cabrera. Adem¨¢s, en estas islas se refugian varios endemismos ¨²nicos en todo el globo, como la curruca balear (de color gris oscuro, cola larga, cabeza grande y un caracter¨ªstico anillo ocular rojo) y la pardela balear, la ¨²nica ave marina end¨¦mica de Espa?a. Como su nombre indica, cr¨ªa en las islas Baleares, pero en sus desplazamientos puede llegar hasta el Atl¨¢ntico y el Cant¨¢brico, ya sea al golfo de Bizkaia o m¨¢s al norte, o bien hasta el noroeste de ?frica. Se trata de una especie muy amenazada, con una poblaci¨®n en torno a las 3.000 parejas reproductoras. Otras subespecies de sonoros nombres pueblan las Baleares, como el papamoscas gris, el piquituerto com¨²n, el herrerillo com¨²n y el reyezuelo listado.
Cualquier visita a Baleares para avistar aves deber¨ªa de incluir necesariamente una excursi¨®n de al menos un d¨ªa a la isla de Cabrera. Enclave estrat¨¦gico a escasos 10 kil¨®metros al sur de Mallorca, en el centro del Mediterr¨¢neo occidental, se encuentra en plena ruta de much¨ªsimas aves migratorias que la utilizan como parada y fonda durante unas horas antes (en oto?o) o despu¨¦s (en primavera) de cruzar hasta ?frica. Declarada parque nacional mar¨ªtimo terrestre en 1991, hoy es uno de los conjuntos naturales m¨¢s extraordinarios del Mare Nostrum: acantilados e islotes con impresionantes fondos marinos, maquia mediterr¨¢nea, sabinares, bosquetes de pino carrasco, calas de blanca arena¡ los paisajes son espectaculares. Una buena opci¨®n es navegar en barco tur¨ªstico alrededor de Cabrera a finales de verano: se pueden observar a los halcones de Eleonora volando sobre los altos acantilados y a las pardelas cenicientas sobrevolando las olas.
Y en la cercana costa mallorquina, frente a Cabrera, el Salobrar de Campos es el segundo mayor humedal de Mallorca, doblemente protegido como Zona de Especial Protecci¨®n para las Aves (ZEPA) y como parque natural. Es el hogar o estaci¨®n de paso de muchas especies acu¨¢ticas, entre ellas flamencos y numerosas aves lim¨ªcolas.
3. Sesi¨®n de b¨²hos reales y de rabilargos en Monfrag¨¹e
Todo aficionado a la observaci¨®n de aves deber¨ªa pasar al menos una vez en su vida por el parque nacional extreme?o de Monfrag¨¹e, una de las zonas m¨¢s valoradas por el turismo ornitol¨®gico mundial, donde el Tajo y el Ti¨¦tar han configurado un paisaje ¨²nico para contemplar aves entre roquedos y cortados. En estas 18.000 hect¨¢reas protegidas como ZEPA y reserva de la biosfera, en el tri¨¢ngulo que forman las ciudades de Plasencia, Trujillo y C¨¢ceres, es posible observar con mucha comodidad al m¨¢gico y virtuoso b¨²ho real, la m¨¢s grande de las rapaces noc?turnas de Europa, un depredador formidable y silencioso, de ojos desafiantes. Veremos mucha gente con prism¨¢ticos o telescopios intentando descubrir esta ave furtiva en lugares como el mirador del Salto del Gitano, donde contemplar, sin molestar, a colonias de buitres leonados, alimoches, cig¨¹e?as negras, halcones peregrinos... El mejor momento para visitarlo es al amanecer y al atardecer, por los despegues y aterrizajes masivos de buitres leonados. La Portilla del Ti¨¦tar marca la entrada del r¨ªo a la reserva de la biosfera de Monfrag¨¹e. Estas enormes hendiduras abiertas en las alineaciones rocosas de las sierras, por las que se cuela el r¨ªo, son un excelente mirador natural para observar el vuelo de las gigantescas aves que anidan en los riscos.
Monfra?g¨¹e cuenta con muchos otros puntos id¨®neos para la observaci¨®n de aves, pero pocos tan buenos como el del pueblo de Torrej¨®n el Rubio, donde lo suyo es concentrarse en ver una de las especies emblem¨¢ticas de aquellos entornos: el curioso rabilargo, con un plumaje de suaves tonos cremosos y azulados y que cuenta con solo dos poblaciones en todo el mundo separadas por miles de kil¨®metros: en la pen¨ªnsula Ib¨¦rica y en el Extremo Oriente.
Los cortados y cantiles de Monfrag¨¹e, as¨ª como las laderas inmediatas, son hogar todo el a?o de grandes planeadoras como el buitre leonado, el buitre negro, el ¨¢guila imperial ib¨¦rica, el ¨¢guila real, alg¨²n milano real o el ¨¢guila perdicera. A ellas se unen en los meses m¨¢s c¨¢lidos la cig¨¹e?a negra, el milano negro, el alimoche, la culebrera europea o el ¨¢guila calzada. Entre los rincones que no hay que perderse est¨¢n las grandes buitreras de Pe?a Falc¨®n y la citada Portilla del Ti¨¦tar, con su incesante actividad de aves rup¨ªcolas y rapaces.
Hacia el sur de Monfrag¨¹e se extienden dehesas de apariencia infinita, que tambi¨¦n son ZEPA y h¨¢bitat de muchas de las rapaces. Y, a¨²n m¨¢s all¨¢, los llanos de C¨¢ceres y Trujillo son refugio de especies esteparias. El embalse de Arrocampo, de enorme inter¨¦s para las acu¨¢ticas, est¨¢ justo al este del parque nacional. Unos paisajes ¨²nicos que en conjunto son perfectos para disfrutar de una jornada de pajareo.
4. ?guilas imperiales en los cielos del Guadarrama
Nos encontramos ante una de las aves emblem¨¢ticas de la fauna ib¨¦rica, que escap¨® de la extinci¨®n de puro milagro. Los programas de recuperaci¨®n de las ¨²ltimas d¨¦cadas han dado una nueva oportunidad a esta bell¨ªsima especie, cuyo poderoso vuelo puede verse, por ejemplo, sobre los pinares y encinares de la Sierra Oeste madrile?a, donde el r¨ªo Alberche ba?a unos parajes serranos de corrientes deliciosas.
Sin ir muy lejos, los observadores de aves tienen otro destino imprescindible en el parque nacional de la Sierra de Guadarrama, creado en 2013 y a caballo entre las comunidades aut¨®nomas de Madrid y Castilla y Le¨®n, a uno y otro lado de cumbres de hasta 2.428 metros de altura (siendo Pe?alara la cota m¨¢s alta). El parque y su entorno m¨¢s inmediato nos reservan dos ZEPA y dos reservas de la biosfera, adem¨¢s de otros paisajes con diversos tipos de protecci¨®n. El Guadarrama es un verdadero tesoro natural, con densos pinares de pino silvestre, pastizales de alta monta?a y lagunas de origen glaciar¡ y una rica avifauna a distintas alturas.
Los paisajes de esta sierra son sobrevolados durante todo el a?o por las siluetas de buitres leonados y negros, ¨¢guilas imperiales ib¨¦ricas, ¨¢guilas reales, milanos reales, halcones peregrinos, azores comunes, cuervos grandes¡ Y, desde que llegan de ?frica en primavera hasta su regreso all¨¢ en oto?o, tambi¨¦n por el milano negro, el abejero europeo, la culebrera europea, el ¨¢guila calzada¡
Una ruta de observaci¨®n puede llevar por sus puertos de monta?a, como los de la Morcuera, Canencia, Cotos y Navacerrada. De cada uno de ellos salen varias sendas ideales para buscar las especies m¨¢s caracter¨ªsticas. Podemos pasar por el embalse de la Pinilla, recorrer La Pedriza?y terminar descendiendo hasta las orillas del embalse de Santillana, una de las balsas de agua dulce m¨¢s ricas en aves del centro de Espa?a, cuyas aguas atraen a multitud de p¨¢jaros que aprovechan sus amplias orillas para criar, invernar o detenerse en sus largos viajes. En invierno, al atardecer se puede contemplar como miles y miles de gaviotas entran en el embalse: todo un espect¨¢culo.
5. El reino de las avutardas en las lagunas de Villaf¨¢fila
Espa?a alberga la mitad de la poblaci¨®n mundial de avutardas, una de las aves vola?doras m¨¢s pesadas que se cono?cen. Compa?eras inseparables de las jornadas labriegas, las lagunas de Villaf¨¢fila, en la provincia de Zamo?ra, son el punto con mayor densidad de poblaci¨®n de avu?tardas en todo el mundo. Con unos prism¨¢ticos es sencillo poner el ojo en esta especie amenazada y fr¨¢gil, sobre todo cuando es la ¨¦poca de sus ostentosas paradas nupciales.
La reserva natural de las Lagunas de Villaf¨¢fila, declarada como tal en 2006, adem¨¢s de ZEPA y sitio Ramsar (humedal protegido por la convenci¨®n de la Unesco para la conservaci¨®n y uso racional de estos ecosistemas), es una de las joyas ornitol¨®gicas de Castilla y Le¨®n. Es dif¨ªcil recorrer sus caminos sin ver peque?os y grandes grupos de avutardas. La reserva est¨¢ integrada por tres lagunas principales ¡ªSalina Grande, Barillos y Salinas¡ª?y por otros humedales m¨¢s peque?os, todos ellos rodeados por un territorio estepario dominado por cultivos de secano. Su excelente casa del parque est¨¢ rodeada por m¨¢s lagunas y cuenta con varios observatorios.
Es especialmente interesante visitar la zona entre abril y mayo para disfrutar de la parada nupcial de la avutarda y el sis¨®n, y del traj¨ªn de las colonias de avoceta com¨²n, cig¨¹e?uela com¨²n, gaviota reidora y pagaza piconegra. O esperar al atardecer en invierno para ver la entrada de gansos y grullas a la Salina Grande.
La otra maravilla h¨²meda de esta regi¨®n es la laguna de la Nava de Fuentes, tambi¨¦n ZEPA, conocida antes como el Mar de Campos. Fue desecada a finales de la d¨¦cada de los sesenta del siglo pasado, y tres d¨¦cadas despu¨¦s un proyecto iniciado por un grupo de j¨®venes naturalistas locales hizo posible la recuperaci¨®n de buena parte de su antigua extensi¨®n al suroeste de la provincia de Palencia.
6. Hoces del Dur¨¢ton: la mayor colonia de buitres leonados
Este entorno privilegiado del noreste de Se?govia permite practicar el turismo ornitol¨®gico en muchos puntos del parque natu?ral, zona de especial protecci¨®n para las aves, gracias a una extensa red de puntos de observaci¨®n que facilita una experiencia ¨²nica. Destaca especialmente la variedad que se concentra en las inmediaciones de las lagunas de Cantalejo, un humedal de 12.300 hect¨¢reas donde mochuelos, ¨¢guilas reales y ratoneros se disputan el protagonismo.
Este parque fue creado para proteger los cortados de 25 kil¨®metros que ha moldeado el r¨ªo? Durat¨®n segoviano al oeste de Sep¨²lveda. Sus amplios meandros y sus hoces de hasta 70 metros de altura, coronadas por sabinares, enebrales o tomillares, as¨ª como su rico patrimonio hist¨®rico-art¨ªstico, crean aqu¨ª un escenario impresionante para observar infinidad de aves, en particular rapaces. Acogen la mayor colonia de buitre leonado de Espa?a (la segunda habita en el cercano parque natural de las Hoces del R¨ªo Riaza), que conviven en esas mismas paredes con ¨¢guilas reales y halcones peregrinos y, en primavera, con los alimoches. Todo esto lo convierte en un lugar extraordinario para buscar rapaces: en un paseo durante los meses m¨¢s c¨¢lidos, y con un poco de suerte, se pueden observar adem¨¢s ¨¢guilas calzadas, culebreras europeas, milanos negros y reales, azores, gavilanes, aguiluchos cenizos o cern¨ªcalos, entre otras muchas especies, algunas m¨¢s f¨¢ciles de reconocer que otras. El incre¨ªble paisaje del Durat¨®n, y la posibilidad de navegarlo en piragua, hace de esta excursi¨®n un viaje ¨²nico.
7. Do?ana, para¨ªso ornitol¨®gico
Do?ana es uno de los espacios naturales m¨¢s extraordinarios de Europa y tambi¨¦n de los m¨¢s extensos. Un territorio de dunas, pinares, marismas infinitas, grandes extensiones de bosque mediterr¨¢neo, arrozales, kil¨®metros de playa virgen, el ancho Guadalquivir cruz¨¢ndolo, con grandes bandadas de aves, grupos de gamos, de ciervos e incluso linces ib¨¦ricos. Es un destino para la observaci¨®n de aves imprescindible: su mosaico de ecosistemas alberga varias zonas ZEPA, adem¨¢s de ser reserva de la biosfera, patrimonio mundial de la Unesco y sitio Ramsar.
Gracias al esfuerzo de muchos conservacionistas a lo largo de d¨¦cadas, hoy podemos disfrutar de este espacio ¨²nico. Solo el parque nacional cubre una superficie de 50.720 hect¨¢reas, que abarca partes de las provincias andaluzas de Huelva, C¨¢diz y Sevilla, a las que hay que sumar otras 74.278?hect¨¢reas de zona perif¨¦rica de protecci¨®n y del parque natural colindante. Gran parte de su territorio est¨¢ cerrado a las visitas y destinado solo a la conservaci¨®n, la investigaci¨®n y el bienestar de su biodiversidad.
Para los ornit¨®logos, Do?ana es un verdadero para¨ªso. Debido a su proximidad al estrecho de Gibraltar, m¨¢s de 300 especies distintas de aves al a?o, europeas y africanas, mar¨ªtimas y terrestres, pasan, cr¨ªan o invernan en este para¨ªso ornitol¨®gico. Por ejemplo, los 250.000 patos que invernan aqu¨ª, junto a cerca de 60.000 ¨¢nsares comunes. Tambi¨¦n es hogar del ¨¢guila imperial ib¨¦rica, del ¨¢guila calzada, del ¨¢guila culebrera o del aguilucho cenizo, y otras muchas otras poblaciones de aves m¨¢s o menos comunes.
En el acceso m¨¢s habitual al parque nacional, la gran marisma inmediata a la aldea de El Roc¨ªo, acoge concentraciones, sobre todo en invierno, de garzas y garcetas, patos de muchas especies, ¨¢nsares comunes, flamencos y muchos otros. Incluso los menos expertos pueden disfrutar aqu¨ª de una experiencia ¨²nica: en el centro ornitol¨®gico Francisco Bernis?junto al agua, unos 700 metros al este de la ermita, hay una plataforma de observaci¨®n desde donde se pueden ver flamencos, ibis?brillantes o esp¨¢tulas, y un gu¨ªa experto ayuda a identificarlos. Y m¨¢s all¨¢ de dicho centro, mirando hacia la gran extensi¨®n de bosque mediterr¨¢neo que se abre hacia el este, se siente la presencia de grandes rapaces.
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