Tabasco, una oda tropical que fusiona naturaleza e historia
El Estado del sur de M¨¦xico ofrece recorridos naturales de extraordinaria belleza, desde el ca?¨®n del Usumacinta hasta haciendas donde se cultiva el cacao y numerosas zonas arqueol¨®gicas, especialmente las ruinas mayas de Comalcalco
El conquistador Juan de Grijalva arrib¨® al actual Estado de Tabasco en 1518, y hoy el r¨ªo que ba?a estas tierras ¡ªel segundo m¨¢s caudaloso de M¨¦xico¡ª lleva por nombre su apellido en su honor. Cuando Hern¨¢n Cort¨¦s lleg¨® en marzo de 1519 fue recibido en forma hostil y librar¨ªa la batalla de Centla. Fue una victoria estrat¨¦gica para asegurar la regi¨®n y fundar la primera ciudad en Nueva Espa?a, llamada Santa Mar¨ªa de la Victoria, hoy totalmente desaparecida, sobre las ruinas de Potonch¨¢n. Como consecuencia, el cacique Tabscoob, a quien los espa?oles honraron con el top¨®nimo, regal¨® diversas prendas para pagar su derrota: joyas de oro, jade y turquesa, pieles, animales dom¨¦sticos, plumas de aves preciosas y 20 jovencitas, entre las cuales ven¨ªa, nada m¨¢s y nada menos, una tal Malintzin, conocida como la Malinche, personaje decisivo para el devenir de la Conquista. Hay pocos lugares en el mundo donde la naturaleza y la historia ofrezcan tanto como en Tabasco, con incre¨ªble potencial tur¨ªstico.
Huella olmeca
Considerada la m¨¢s antigua de Mesoam¨¦rica, la civilizaci¨®n olmeca se extendi¨® por los hoy Estados de Veracruz y Tabasco desde los a?os 3000 hasta 400 a.C. aproximadamente. Las zonas arqueol¨®gicas que se pueden visitar son impresionantes, y muestran m¨ªnimamente el esplendor y magnitud en sus cabezas colosales, que se exhiben, por ejemplo, en el Parque-Museo La Venta, en Villahermosa, la capital de Tabasco, donde se trasladaron algunas de sus piezas m¨¢s representativas. No hay que perd¨¦rselo. La Venta es una de esas zonas arqueol¨®gicas olmecas, y fue el poeta y muse¨®logo tabasque?o Carlos Pellicer ¡ªde quien el pasado 16 de febrero se cumplieron 45 a?os de su muerte¡ª quien se encarg¨® en 1958 de dise?ar, organizar y montar dicho parque. Pellicer es, sin duda, una de las figuras intelectuales m¨¢s destacadas de Tabasco, y una voz clave en la poes¨ªa mexicana en cuanto a la superaci¨®n del modernismo y la apertura posterior. Su poes¨ªa ofrece un sabio equilibrio entre la tradici¨®n y la vanguardia. Tambi¨¦n se ocup¨®, entre otros, de la Casa Azul en Coyoac¨¢n, el museo de Frida Kahlo, a quien le uni¨® una gran amistad, y a la que escribi¨®: ¡°Con nuestra vida / llena de soledad, yo soy la arena / y t¨² la raya horizontal sufrida¡±.
Los mayas y Comalcalco
Aparte de algunas zonas arqueol¨®gicas tabasque?as notables como Aguada F¨¦nix, Moral-Reforma, Tortuguero, Pomon¨¢ o San Claudio, entre otras, a unos 60 kil¨®metros al norte de Villahermosa se encuentran los vestigios mayas de la zona arqueol¨®gica de Comalcalco. No es tan conocida como Chich¨¦n Itz¨¢, en Yucat¨¢n; Teotihuac¨¢n, cerca de Ciudad de M¨¦xico, o Palenque, en Chiapas. Pero su relevancia se erige como crucial para determinar la historiograf¨ªa maya de la ¨¦poca, asentamiento por donde circulaban mercanc¨ªas entre el norte y el sur, ejerciendo una influencia todav¨ªa por estudiar, y siendo bisagra con las culturas n¨¢huatl. De hecho, el nombre deriva de esta lengua (en la casa del comal), haciendo referencia al comal de barro donde se cocinan principalmente las tortillas de ma¨ªz, cultivo que constituye la se?a de identidad definitoria de las culturas mesoamericanas. Comalcalco ofrece una caracter¨ªstica reveladora, adem¨¢s, y es que debido a la falta de piedras en la regi¨®n sus pir¨¢mides fueron construidas con ladrillos y estuco.?
Tabasco se presenta como una depresi¨®n pantanosa e inundable en la mayor parte de su territorio, tanto por las avenidas fluviales como por las aguas que atraen perturbaciones cicl¨®nicas y abundantes lluvias. El otro gran r¨ªo que atraviesa el Estado es el Usumacinta, el m¨¢s caudaloso del pa¨ªs, formando una f¨¦rtil cuenca. Ambos, el Usumacinta y el Grijalva, nacen en las monta?as del interior, en Chiapas y Guatemala, y cuando llueve all¨¢ luego forman crecidas muy peligrosas para la poblaci¨®n tabasque?a. Aqu¨ª hay que anotar una visita al sobrecogedor ca?¨®n del Usumacinta, con su reserva ecol¨®gica, en el municipio de Tenosique.?
Entre 26 hect¨¢reas de cacaotales
La salsa tabasco es un famoso condimento picante de origen estadounidense, que solo toma su nombre, al parecer, porque los chiles con los que se elabor¨® en su origen proven¨ªan de aqu¨ª. Sin embargo, el producto estrella de Tabasco es el cacao. En la misma Comalcalco se puede visitar, en la Hacienda La Luz, la f¨¢brica de chocolates Wolter, que ha recibido los premios m¨¢s prestigiosos internacionales y nacionales. Se realiza un recorrido a lo largo de sus 26 hect¨¢reas de cacaotales para conocer el proceso de elaboraci¨®n del chocolate, desde el cultivo del cacao, que necesita unas condiciones microclim¨¢ticas muy especiales, hasta el producto final. Una experiencia inolvidable que merece la pena. Se trata de una de las f¨¢bricas con mayor tradici¨®n, fundada en 1958 por un inmigrante alem¨¢n, el Dr. Otto Wolter, y que contin¨²a con su receta genuina generaci¨®n tras generaci¨®n.?
La capital, Villahermosa
Aunque no quedan edificios anteriores a 1750, tras haber sido destruidos por inundaciones e incendios, la actual Villahermosa merece una visita nada desde?able en la que se aprecia su sabor colonial y sus monumentos, como el Palacio de Gobierno del Estado de Tabasco (presidiendo la plaza de Armas), la Casa de los Azulejos, la catedral del Se?or de Tabasco, el Instituto Ju¨¢rez y el Banco Nacional de M¨¦xico, entre otros. El paseo por el malec¨®n, a orillas del Grijalva, es igualmente recomendable, y podr¨ªamos aprovechar para desplazarnos a pie al barrio de Las Gaviotas, situado al oeste del r¨ªo, y comer en La Cevicher¨ªa, restaurante excepcional ¡°llenando panzas y corazones¡±, como reza su lema. Otro establecimiento recomendable es El Reyna, tambi¨¦n de marisco. Para el postre, no hay que dejar de degustar la torta de elote ¡ªde las mejores de M¨¦xico¡ª del Caf¨¦ La Caba?a, que dispone de varias sucursales en la ciudad.?
Tras los pasos del poeta Carlos Pellicer
Nuestra ruta se encamina tambi¨¦n en busca de la ejemplaridad de uno de los escritores m¨¢s significativos del M¨¦xico contempor¨¢neo, conocido como El poeta de Am¨¦rica. En primera instancia hay que acercarse a la Casa Museo Carlos Pellicer en el centro hist¨®rico de Villahermosa, ciudad en la que naci¨® en 1897. Varios eventos recuerdan la importancia de su labor creativa. Uno de los m¨¢s distintivos son las renombradas Jornadas Pellicerianas. Encuentro Internacional de Poes¨ªa, que cada a?o desde hace varias d¨¦cadas, en torno al 16 de febrero, fecha en la que muri¨® el tabasque?o universal, congrega a poetas de todo el mundo en Villahermosa alrededor de una ceiba centenaria y el busto que se alza en su memoria en el centro del Parque-Museo La Venta, para rendirle homenaje y celebrar su palabra. Leer y releer a Pellicer: ¡°Tr¨®pico, para qu¨¦ me diste / las manos llenas de color¡±.?
Y es que los colores del tr¨®pico, la exuberancia de la naturaleza, sus ca?ones y desfiladeros, su fauna y su flora, como el flamboy¨¢n, el huayac¨¢n o el macuil¨ªs, son los atributos m¨¢s emblem¨¢ticos y poderosos de Tabasco. Carlos Pellicer concibi¨® su Esquemas para una oda tropical, un largo poema en dos partes, a lo largo de toda su vida, entre los a?os treinta y setenta del pasado siglo: ¡°La selva, gran verdad con tanto enga?o. / Es una realidad empedernida. / Todo es igual, se suicida la br¨²jula. Se niega / la entrada al sol. Flores y p¨¢jaros / llevan en la garganta una penumbra¡±.
Juan Carlos Abril es autor de ¡®En busca de una pausa¡¯ (Pre-Textos, 2018).
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