Entre vi?edos milenarios a los pies de Montserrat en Oller del Mas
Dormir en una caba?a es un cl¨¢sico sue?o de ni?os que en los ¨²ltimos tiempos ponen en pr¨¢ctica muchos adultos, y este alojamiento cerca de Manresa, con bodega y restaurante, es una buena pista
En el reciente libro El viaje y su sentido, la viajera y profesora brit¨¢nica Emily Thomas?dedica un cap¨ªtulo a la fascinaci¨®n que despierta el concepto caba?a y su relaci¨®n con la filosof¨ªa de la naturaleza salvaje y de autores como Henry David Thoreau?y Ralph Waldo Emerson. ¡°Quiero vivir en una caba?a. Me imagino en una casita de madera, escondida en un bosque o asomada a orillas de un lago. Una techumbre a dos aguas por encima de grandes ventanas en las que se reflejan los ¨¢rboles de alrededor¡¡±. Emily Thomas no es la ¨²nica persona a la que le pasa esto. Basta con echar un vistazo a la web Cabin Porn?para hacerse una idea de la fascinaci¨®n que despiertan estas construcciones en esa amplia parte de la sociedad contempor¨¢nea que busca la naturaleza para entender por qu¨¦ la vida moderna de la ciudad le distrae continuamente con tonter¨ªas.
Habitar una caba?a es un cl¨¢sico sue?o de ni?os que en los ¨²ltimos tiempos ponen en pr¨¢ctica muchos adultos. Se tenga la edad que se tenga, cuando se visitan las caba?as de Oller del Mas, donde la idea se refina hasta la perfecci¨®n (actualmente es lo m¨¢s de lo m¨¢s en cuanto a hosteler¨ªa en la provincia de Barcelona), se entiende esa fijaci¨®n y uno se replantea cosas.
A juzgar por la cantidad de reservas que tienen desde que abrieron sus puertas hace nueve meses no hay quien se resista. Construidas con madera de los pinos blancos de la finca, dise?adas por el estudio Tribuna de Arquitectura de Arenys de Mar (Barcelona), las caba?as se integran de manera sutil y arm¨®nica en el bosque, ejerciendo el m¨ªnimo impacto sobre el terreno. Si no fuera por los amplios ventanales en los que, como le gusta recalcar a Thomas, se reflejan los ¨¢rboles, pasar¨ªan desapercibidas. Se han incorporado de manera tan delicada que ni siquiera apoyan su peso en la tierra: flotan en un campo cuidado con un cari?o que explica perfectamente por qu¨¦ pertenece a la misma familia desde hace 10 siglos. Es un detalle que dice mucho y que, adem¨¢s, ayuda a entender por qu¨¦ este lugar (con bodega, hotel, restaurante¡) es pionero como negocio sostenible. ¡°Queremos proteger un entorno que ha sido antes protegido por 35 generaciones y que deber¨¢ pertenecer y proteger la n¨²mero 37¡±, destaca Frank Margenat, actual propietario.
Vayamos por partes. Oller del Mas es consecuencia de una herencia y de una historia milenaria. Su filosof¨ªa es bastante sencilla: respeto por el medioambiente y compromiso con el territorio. Gracias a ese savoir faire fue condecorado en 2016 como mejor experiencia enotur¨ªstica por la Generalitat de Catalu?a. Aqu¨ª se hace vino desde el a?o 964. Y es que antes de convertirse, gracias a sus caba?as, en hotel de lujo discreto, Oller del Mas es una bodega con grandes vinos provenientes de las distintas variedades de uvas. Hay 60 hect¨¢reas de vi?a y 600 hect¨¢reas de finca. Destacan variedades aut¨®ctonas como garnacha y cari?ena, pero quiz¨¢s las m¨¢s sorprendentes sean el picapoll negro, el picapoll blanco (que dan lugar a vinos divertidos y gastron¨®micos como el Especial Picapoll Negro ¡ªcantidad de restaurantes con estrella Michelin lo incluyen en sus men¨²s degustaci¨®n; seleccionado como mejor vino de Catalu?a en 2014¡ª o Els Ecos, Merlets, Lautats) y, por supuesto, la malvas¨ªa manresana, gracias a la cual se obtiene uno de los vinos m¨¢s especiales, el 201, que recibe ese nombre en referencia a los 201 d¨ªas que la uva blanca est¨¢ macer¨¢ndose con las pieles de la propia variedad, sin sulfitos, con fermentaci¨®n espont¨¢nea. Un aut¨¦ntico Orange Wine (vino brisado) absolutamente ins¨®lito.
El objetivo del joven en¨®logo Carles Murai es obtener la m¨¢xima expresi¨®n de las uvas que crecen en este entorno. Vinos expresivos, singulares, comprometidos. Todos ecol¨®gicos, creados a partir de la m¨ªnima intervenci¨®n. Al respecto, cuenta Margenat que usan la biodin¨¢mica (trabajo de la tierra en funci¨®n de la luna y los astros) ¡°para cumplir el objetivo de reflejar un paisaje dentro de una botella, pues esa es la magia de este producto, que no caduca y viene siempre envuelto por un aura de romanticismo que permite incluso averiguar la climatolog¨ªa de cierto a?o lejano¡±.
En septiembre, durante la vendimia, a diferencia de otras bodegas, esta permanece abierta. Se invita a conocer el proceso de selecci¨®n de la uva (obviamente manual). La experiencia incluye cenas con el propietario y el equipo. Si bien aqu¨ª se hace vino desde el siglo X, se comercializa como Oller del Mas desde 2003, cuando Frank Margenat se decidi¨® a dar el salto y profesionalizar, mejorar y comercializar los vinos que antes se vend¨ªan a bodegas y vecinos y se beb¨ªan en familia. De modo que esto es el sue?o hecho realidad de unos emprendedores que pese a la expansi¨®n no dejan de mirar a las ra¨ªces, lo que explica que conserven el viejo ollero (donde se coc¨ªan las ollas) que da nombre al vino, al castillo y a la finca. Fue la primera bodega de Espa?a con certificado de huella de carbono y la tercera en el mundo en contaminar menos para elaborar una botella de vino. ¡°El objetivo para 2022 es ser la primera¡± a?ade Margenat durante la cata.
Por lo pronto, no solo han conseguido diferenciarse con sus vinos sino tambi¨¦n con su oferta hotelera y con su compromiso sostenible, de ah¨ª que las caba?as, el castillo, la bodega y el restaurante se nutran con energ¨ªa geot¨¦rmica, solar y aerot¨¦rmica. Menci¨®n aparte merece el restaurante Bages 964, abierto al p¨²blico (no es necesario hospedarse en las caba?as) y en el que conviene reservar. La cocina atrevida de Alex Portales (que llega tras su paso por escuelas como Disfrutar Barcelona?o El Celler de Can Roca)?destacan los arroces ¡ªatenci¨®n al de tallata con trufa negra¡ª, los pescados de pieza entera y una variedad de platillos que denotan un esp¨ªritu cosmopolita.
Con vistas a la monta?a m¨¢gica?
Desde las terrazas de Las Caba?as del Oller que dan a las vi?as se obtienen las ¨²nicas vistas que mantienen el paisaje de Montserrat virgen. Es una panor¨¢mica prodigiosa del macizo m¨¢s especial de Catalu?a, unas monta?as cuya morfolog¨ªa no ha dejado de fascinar a viajeros con ¨¢nimo de perderse en ella durante siglos. Y es que Oller del Mas es ese punto intermedio por el que pasaba San Ignacio de Loyola (Loyola, 1491 ¨C Roma, 1556) cuando, desde su Cueva en Manresa, de vez en cuando sal¨ªa a visitar Montserrat. De ah¨ª viene el llamado Cam¨ª ignasi¨¤ Manresa Montserrat cuya ¨²ltima parte bonita pasa por aqu¨ª.
Para empatizar con el paisaje de Oller del Mas, quienes gusten de montar a caballo lo tienen igual de f¨¢cil (el hotel cuenta con una h¨ªpica y caballos) que quienes practiquen senderismo (con opciones como el Cam¨ª del Torrent?o la Riera dels gorgs). Quien no pueda resistirlo, o quien venga con ni?os, tambi¨¦n se puede hacer en un carro tirado por mula.
Si se decide visitar la cercana localidad de?Manresa conviene dejarse caer por la bas¨ªlica de Santa Mar¨ªa de la Seu de Manresa, que este a?o cumple 500 a?os con su espectacular g¨®tico tan joven, as¨ª como por el famoso Carrer del Bal? y por dos edificios art d¨¦co de primer nivel como son el Antic Restaurante Miami y los almacenes Cal Jorba, un prodigio de Arnald Calvet, proyectado en los a?os treinta, afortunadamente protegido.
Al final del d¨ªa, no hay mejor lugar para reponerse que el restaurante Bages 964 y el interior y las terrazas de las caba?as del Oller, donde se puede recibir la noche con el silencio y el respeto que merece. El fil¨®sofo Ralph Waldo Emerson empez¨® su libro Naturaleza as¨ª: ¡°Para buscar la soledad, un hombre necesita alejarse tanto de su propia alcoba como de la sociedad. Al leer o escribir no estoy solo, aunque nadie est¨¦ conmigo. Pero si el hombre desea realmente sentirse solo, no tiene m¨¢s que contemplar las estrellas. Los rayos que proceden de esos mundos celestiales le distinguir¨¢n de las cosas que toca¡¡±. Dif¨ªcilmente en estas caba?as uno se distrae con lo que no procede. Por algo el desayuno se sirve a partir de las nueve. Cero estr¨¦s, please.
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