Los mejores planes en la Cerda?a catalana: esquiar, pasear y comer
Disfrutar de un rico ¡®trinxat¡¯ con vistas al lago de Puigcerd¨¤, entrar en una farmacia del siglo XV en Ll¨ªvia, conocer pueblos de estilo medieval y arquitectura religiosa en una completa escapada por una comarca dividida entre Espa?a y Francia y entre Girona y Lleida
Catalu?a tiene varios refugios donde pasar unas vacaciones: los m¨¢s conocidos son la Costa Brava, en verano, y la Cerda?a, en invierno. Esta ¨²ltima es un territorio natural de los Pirineos dividida entre Francia y Espa?a que recuerda a los valles suizos. Un lugar de verdes prados, picos de monta?as nevados y donde probar platos de la gastronom¨ªa popular catalana, como el trinxat y la fondue de ceps. La Cerda?a es especial, y no solo porque parte de su territorio est¨¢ dividido entre dos pa¨ªses, sino, tambi¨¦n, por el hecho de que algunas de sus poblaciones pertenecen a la provincia catalana de Girona y otras, a Lleida. Adem¨¢s, es un valle muy apetecible para los esquiadores, pues aqu¨ª se concentran cinco estaciones: dos de esqu¨ª alpino y tres de esqu¨ª n¨®rdico (si se cruza al lado franc¨¦s, la cifra aumenta hasta ocho). Algunos de los nombres m¨¢s conocidos son Masella y La Molina, este ¨²ltimo uno de los dominios esquiables m¨¢s grandes de los Pirineos con sus 145 kil¨®metros de pistas. Pero quien no acostumbre a esquiar, por supuesto tambi¨¦n tiene mucho que hacer. Desde jugar a golf (hay tres campos) hasta montar a caballo o disfrutar de la naturaleza que envuelve esta regi¨®n catalana.
La ruta que llega al Estany de Malniu es una de las m¨¢s conocidas. Tiene aproximadamente tres kil¨®metros de longitud entre la ida y la vuelta, hasta el estanque de origen glaciar de Malniu, el cual est¨¢ rodeado de pinos y bloques de granito. Es la joya del macizo del Puigpedr¨®s, de 2.915 metros de altitud, que domina la Cerdanya, haciendo frontera con Francia.
Puigcerd¨¤, en la provincia de Girona, es la capital de la Cerda?a catalana y un buen punto de partida para conocer el territorio. Su lago, con patos, cisnes e infinidad de aves, merece sin duda una visita. Precisamente aqu¨ª, junto a este estanque artificial, se encuentran dos de los alojamientos m¨¢s coquetos de la zona: el hotel del Lago y el Villa Paulita, una villa novecentista que tambi¨¦n tiene un restaurante llamado Schierbeck, donde se sirve una de las mejores comidas de Puigcerd¨¤ con vistas al lago. En su carta se encuentran los cl¨¢sicos de la gastronom¨ªa local, como el trintxat, un plato de col hervida y patata al que el chef a?ade un medall¨®n de foie. El canel¨®n de rustido con bechamel de trufa tambi¨¦n es una delicia. De postre hay opciones tan apetecibles como la espuma con crema catalana o la tarta Tat¨¦n de pera de Puigcerd¨¤.
Esta localidad tambi¨¦n tiene un atractivo casco antiguo, en el que se encuentra la plaza de Santa Mar¨ªa. Este es su centro neur¨¢lgico y donde se encontraba la antigua iglesia con el mismo nombre, ya desaparecida. Su torre-campanario fue erigida en el siglo XII y es el s¨ªmbolo de Puigcerd¨¤. Es lo ¨²nico que se salv¨® de la Guerra Civil y ahora aqu¨ª se ubica la oficina de turismo, donde se ofrece informaci¨®n a todo aquel que recorre la Cerda?a por primera vez, y desde lo alto se obtienen unas vistas de 360 grados de la zona. Otra de las mejores cosas que hacer en esta villa es recorrer sus peque?as plazas y callejuelas sin ninguna prisa. Encontraremos muchos lugares donde comer o reponer fuerzas. En la Cerda?a se come muy bien. Gracias a su situaci¨®n geogr¨¢fica se utilizan muchos productos de kil¨®metro cero, y casi todos los restaurantes utilizan materia prima de muy buena calidad (se toman muchas verduras, cereales, carnes de ganado y buenos quesos). Algunos sitios recomendables son el Nordest Cerdanya Caf¨¦ y el Graner de Puigcerd¨¤, un restaurante de cocina de tradici¨®n con ligeros toques de la gastronom¨ªa francesa.
Si se busca un poco de ambiente por la noche, podemos dirigirnos a la discoteca N?rdic Cerdanya ¡ªen una antigua serrer¨ªa¡ª y a los restaurantes de su alrededor: Salioli, especializado en tapas, o Lua Priv¨¦, con opci¨®n de carnes a la brasa.
La Cerda?a est¨¢ tan cerca de Francia que incluso uno de sus pueblos, Ll¨ªvia, pertenece a Girona pero est¨¢ en territorio franc¨¦s, como consecuencia del Tratado de los Pirineos. En 1659, Espa?a cedi¨® al pa¨ªs vecino varios pueblos de la Cerda?a, y como Ll¨ªvia ten¨ªa el t¨ªtulo de villa, y no de pueblo, permaneci¨® bajo soberan¨ªa espa?ola. Eso s¨ª, los precios aqu¨ª son m¨¢s franceses que espa?oles. Ll¨ªvia es una visita obligada porque aqu¨ª se encuentran algunas joyas hist¨®ricas, como la Farmacia Esteve. Es una de las m¨¢s antiguas de Europa, puesto que ya exist¨ªa en 1415. Uno de los primeros propietarios fue el boticario Jaume Esteve; su familia la mantuvo operativa durante 23 generaciones. Durante la visita se puede conocer el mobiliario, instrumentos de laboratorio, preparados y tarros de cristal del siglo XIX, conociendo los cambios que se han producido en el oficio. El castillo de Ll¨ªvia es otro de los principales reclamos del pueblo. En 1479 fue destruido y qued¨® enterrado durante un siglo. El espacio se puede visitar desde 2013 y desde aqu¨ª hay unas bonitas vistas al valle de Ll¨ªvia.
Como en toda la Cerda?a, en Ll¨ªvia se encuentran muy buenos restaurantes. Uno de los m¨¢s famosos es La Formatgeria de Ll¨ªvia, ubicada en una antigua f¨¢brica de quesos. Su especialidad es la fondue, con varias opciones a elegir: de ceps (setas), de Camembert o de queso de oveja con aceitunas negras. Can Ventura est¨¢ en la Pla?a Major, donde adem¨¢s hay varias terrazas. Ellos mismos tienen un espacio exterior muy agradable donde se puede tomar una bebida caliente despu¨¦s de comer. Es un restaurante r¨²stico gourmet, con una oferta muy variada: la sopa de cebolla gratinada; el canel¨®n de boletus y foie con trufa y salsa de parmesano o el chulet¨®n a la piedra son algunas de las opciones del men¨². Uno de sus postres m¨¢s originales es la torrija de d¨®nut con bola de helado, aunque no sea una especialidad catalana.
Los pueblos de la Cerda?a est¨¢n tan cerca los unos de los otros que siempre es buena idea desplazarse hasta alguno para dar una vuelta y quedarse a comer. Si vamos a Ger encontramos Cal Jet, un bistr¨® de monta?a muy bien valorado, especialmente por la calidad de su carne y su amplia bodega de vinos. En el pueblo de Bor est¨¢ El Tup¨ª de la Cerdanya, una peque?a empresa familiar con 40 a?os de trayectoria. Caterina y Joan emprendieron un proyecto agroalimentario basado en la conservaci¨®n de setas y frutos del bosque que ha ido creciendo y adapt¨¢ndose a los cambios que ha vivido el territorio los ¨²ltimos a?os con la llegada de turistas y comunicaciones. Hace 15 a?os abrieron un espacio especializado en producto artesano de kil¨®metro cero. En ese lugar ofrecen una propuesta gastron¨®mica estrechamente vinculada a su producci¨®n, junto al trabajo de otros artesanos de la zona, sobre todo en lo referente a los quesos y embutidos. La fondue de ceps es una de las estrellas del men¨². De postre ofrece opciones como yogur, helados y cr¨ºpes ¡ªes delicioso el que est¨¢ relleno de mermelada de chocolate y naranja¡ª.
Bor pertenece al municipio de Bellver de Cerdanya, por el que se reparte un gran n¨²mero de aldeas con casas de piedra de estilo medieval. Aqu¨ª tambi¨¦n se despliega una muestra muy significativa de la arquitectura religiosa de Catalu?a. Hay hasta 14 iglesias a visitar, aunque si hay que limitar las visitas por cuesti¨®n de tiempo o para poder disfrutar m¨¢s de la nueve hay que tener en cuenta al menos tres. La iglesia de Santa Eug¨¨nia de Nerell¨¤, en la localidad hom¨®nima, se ha hecho especialmente conocida por su torre inclinada. De hecho, ha recibido el apodo de ¡°Torre de Pisa¡±. Apareci¨® documentada por primera vez en el a?o 839. El elemento m¨¢s destacable de su construcci¨®n es el campanario de torre cuadrada, que se conserva tal y como era originalmente. Otras dos iglesias imperdibles antes de dejar atr¨¢s la Cerda?a son la de Santa Mar¨ªa Tall¨®, en Tall¨®, considerada la catedral de la comarca, y la de Sant Jaume de Bellver, un edificio representativo del g¨®tico rural, documentado a finales del siglo XIII, que sustituy¨® a la antigua capilla del castillo.
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