Pal¨¢cio Ludovice de Lisboa, el renacer de la mansi¨®n que se salv¨® del se¨ªsmo
Dise?ado por el arquitecto del rey Juan V en el siglo XVIII, ha reabierto sus puertas despu¨¦s de cuatro d¨¦cadas de olvido y tres a?os de reformas convertido en un hotel que rinde homenaje al patrimonio arquitect¨®nico portugu¨¦s y su cultura del vino. Con ese empe?o, se han recuperado hasta 3.000 azulejos blancos y azules originales y los frescos y techos de estuco
La historia es conocida: entre las 9.30 y las 9.40 del 1 de noviembre de 1755 los vecinos de Lisboa sintieron temblar la tierra bajo sus pies. El Gran Terremoto destruy¨® casi al completo la capital portuguesa, pero dej¨® en pie un imponente edificio: el Pal¨¢cio Ludovice. La residencia dise?ada por Jo?o Frederico Ludovice, arquitecto del rey Juan V, resisti¨® gracias a su estructura reforzada de madera. Sin embargo, sucumbi¨® despu¨¦s al olvido, pues durante los ¨²ltimos 40 a?os ha permanecido cerrada. Hasta el pasado mes de abril, cuando este palacio del siglo XVIII volvi¨® a abrir sus puertas convertido en un hotel que honra el patrimonio arquitect¨®nico y cultural portugu¨¦s.
Un retrato de Johann Friedrich Ludwig (1670-1752) recibe en la entrada del alojamiento. El arquitecto y orfebre alem¨¢n, autor del Palacio Nacional de Mafra, patrimonio mundial, fue un apasionado de la cultura lusa. Hasta el punto de nacionalizarse portugu¨¦s. El mismo aprecio por la tradici¨®n del pa¨ªs se observa ahora en cada detalle del hotel tan pronto como se atraviesa la gran puerta central de su fachada con pilastras decoradas, ventanas enmarcadas en piedra y balcones con vistas sobre la ciudad, a la altura del mirador de S?o Pedro de Alc?ntara, entre Pr¨ªncipe Real, Chiado y Barrio Alto.
La renovaci¨®n, obra del arquitecto Miguel C?ncio Martins, estuvo precedida de una profunda investigaci¨®n que ha servido para recuperar m¨²ltiples detalles de su aspecto original, como los 3.000 azulejos blancos y azules del siglo XVIII, restaurados por expertos y colocados uno a uno en la posici¨®n exacta que ocuparon en su d¨ªa. ¡°Al tratarse de un edificio catalogado tuvimos que elaborar un estudio hist¨®rico de la arqueolog¨ªa y la estructura originales, otro espec¨ªfico de los azulejos y un an¨¢lisis de sus pinturas murales, que ha permitido recuperar los frescos de distintas ¨¦pocas que cubren las paredes¡±, explica el arquitecto. Adem¨¢s, se han restaurado los techos de estuco y una capilla con inscripciones hebraicas formando un tri¨¢ngulo mas¨®nico.
Despu¨¦s de tres a?os, C?ncio complet¨® el proyecto con el dise?o de muebles a medida en todas las estancias: del vest¨ªbulo al bar y el restaurante, pasando por una deslumbrante escalera. A la piedra y el m¨¢rmol originales ha a?adido un estilo contempor¨¢neo en las cinco plantas, con detalles decorativos como la cer¨¢mica de la firma Bordallo Pinheiro. ¡°Quer¨ªamos que los clientes sintiesen las vibraciones y la historia de este lugar donde la familia de Ludovice vivi¨® hasta el terremoto que destruy¨® casi toda Lisboa salvo este edificio, la sede del Di¨¢rio de Not¨ªcias, la comisar¨ªa principal de Barrio Alto o la sala de exposici¨®n del Instituto dos Vinhos do Porto¡±, explica al arquitecto sobre el nuevo Pal¨¢cio Ludovice, muy cerca del Rossio y del Teatro Nacional Dona Maria II.
Las 61 habitaciones cuentan con vistas al mirador de S?o Pedro de Alc?ntara, al Barrio Alto o al jard¨ªn vertical de su patio interior. Como cuenta el arquitecto, ¡°ninguna habitaci¨®n, fachada, marco de ventana o puerta es id¨¦ntica. Todos los revestimientos de paredes, muebles, cabeceros de cama, lavabos, alfombras o techos est¨¢n hechos a medida¡±. En su mobiliario moderno se combinan sillas de enea, estampados de tart¨¢n y motivos inspirados en el mundo del vino. El palacio, que sirvi¨® de inspiraci¨®n para los edificios Pombalinos, bautizados as¨ª por el marqu¨¦s de Pombal, el hombre que reconstruy¨® la ciudad, rinde homenaje a la cultura vin¨ªcola portuguesa. La referencia est¨¢ presente por todas partes: desde las l¨¢mparas en forma de vid hasta las alfombras de elaboraci¨®n nacional inspiradas en los vi?edos. Adem¨¢s, en colaboraci¨®n con Caudal¨ªe, su spa ofrece un tratamiento basado en la vinoterapia. La raz¨®n, de nuevo, el homenaje a la historia portuguesa, ya que de 1945 a 2012 la planta baja del palacio acogi¨® el Solar do Vinho do Porto, un bar regentado por el Instituto dos Vinhos do Douro e Porto con m¨¢s de 200 referencias. ¡°Quer¨ªamos lanzar un mensaje claro para los clientes, el glamour del periodo real del siglo XVIII representado por Ludovice y el instituto ocuparon este edificio durante d¨¦cadas¡±, detalla.
Precisamente el vino es la estrella de Federico, el restaurante en el patio central cuya carta selecciona las mejores a?adas del Duero, el Algarve, Madeira o el Alentejo. Ubicado en una bodega de ladrillo abovedada, su barra de piedra, lat¨®n y (obvio) azulejos permite continuar explorando las vi?as portuguesas. Al margen de cl¨¢sicos franceses, Federico ofrece platos tradicionales portugueses como la chanfana, un suculento estofado de cordero con el que celebrar tambi¨¦n desde la mesa la cultura portuguesa.
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