Catorce playas en Espa?a para un chapuz¨®n en familia
En estos arenales repartidos por las costas, los ni?os ponen el toque de barullo y risas propios de unos enclaves tan atractivos como seguros
En verano el mar es el mejor aliado para unas vacaciones familiares. Espa?a cuenta con maravillosas playas que se reparten de norte a sur y de este a oeste y que, adem¨¢s de fuente de relajaci¨®n, sirven de un inagotable escenario de distracci¨®n infantil, ya sea en la arena o practicando deportes acu¨¢ticos. Estos son solo algunos ejemplos.
Esn¨®rquel en el acuario (T¨ªas, Lanzarote)
Playa Chica se encuentra en Puerto del Carmen, un entorno de fuerte acento tur¨ªstico en Lanzarote. Ello no resta encanto al efecto piscina de sus aguas cristalinas, flanqueadas por dos l¨ªneas de coladas volc¨¢nicas, como si de un parque tem¨¢tico se tratase. Estos 80 metros de arena constituyen todo un acuario por la ebullici¨®n ictiol¨®gica que propicia la cercan¨ªa del arrecife. Sin vientos ni corrientes, pero s¨ª con un quiosco de helados. Para que los peque?os aprendan a reconocer pejeverdes, casta?uelas, sepias o fulas, Atlantis Diving Lanzarote organiza en Playa Chica salidas con gafas y tubo, as¨ª como bautizos y expide la primera certificaci¨®n de buceo infantil, a partir de nueve a?os. Cuanto m¨¢s se entra en el mar, mayores son los peces que nos rodean, a veces barracudas o atunes.
Una ba?era sujeta al devenir de las mareas (Llanes, Asturias)
La playa asturiana de Poo, donde desemboca el arroyo Vallina, tiene algo de lagunar, de pila en la que ni se ve el grifo ni el tap¨®n de desag¨¹e. Y, sin embargo, este arenal est¨¢ sujeto al devenir de las mareas mientras los padres se solazan en silencio, leyendo, compaginando asueto con conocimiento, o mirando c¨®mo este globo se infla o se deshincha a ritmo lunar. Con marea baja hay espacio de sobra para buscar cangrejos, jugar a pala o a f¨²tbol: la sensaci¨®n de seguridad es total. A unos cinco kil¨®metros, la sidrer¨ªa La Veguca cuenta con una camioneta de recogida (cinco euros, ida y vuelta, por familia), men¨²s infantiles, parque de bolas e hinchables, as¨ª como un parque exterior con columpios y un castillo.
Aventura en kayak (Mah¨®n, Baleares)
La visi¨®n roza la epifan¨ªa: una ni?a de tres a?os en medio de una bah¨ªa multicolor, a 25 metros de la orilla y con el nivel del agua rozando el ombligo. Tal prodigio acontece en la cala de Es Grau, carta de presentaci¨®n del parque natural de s¡¯Albufera des Grau. La gola de la marisma se salva por un puentecito de madera, y ya estamos en esta concha que prodiga sus encantos con dunas de arena fina y el paso, a veces, de garzas y cormoranes. En Kayak Es Grau se alquilan kayaks de traves¨ªa para navegar hasta las playas de la isla d¡¯en Colom, en la que los ni?os viajan en el centro de la embarcaci¨®n, mientras que los padres palean en los extremos. Este mismo trayecto lo organiza tambi¨¦n el parque natural cada verano con gu¨ªas acompa?antes.
Iniciaci¨®n al surf en una playa deportiva (O Vicedo, Galicia)
El colof¨®n a la ruta a pie por la punta del Fuci?o do Porco es la ancha playa de Abrela, ubicada en la r¨ªa de Viveiro. De ba?o seguro, conserva tanto el campo dunar como un ¨¢rea de descanso asombrado con pinos, adem¨¢s de ondear en un m¨¢stil la bandera azul. En marea baja, Abrela se transforma en una superplaya deportiva para futbolistas y jugadores de palas. Por su car¨¢cter abrigado y fondo plano, las olas entran largas y tendidas en marea alta, lo que las hace perfectas para iniciarse en el deporte de la tabla a partir de los seis a?os (cinco a?os si el ni?o no sabe nadar) de la mano de Viveiro Surf Escola. El propietario del chiringuito Abrela regenta una pescader¨ªa, lo que garantiza la calidad de sus materias primas.
En bicicleta al mar (San Pedro del Pinatar, Regi¨®n de Murcia)
Las ampl¨ªsimas y virginales playas de La Llana se extienden 2,4 kil¨®metros entre el puerto exterior y la bocana del mar Menor, dentro del parque regional de las Salinas y Arenales de San Pedro del Pinatar. Una alternativa al acceso desde el puerto exterior consiste en alquilar bicicletas y recorrer cuatro kil¨®metros, orillando las charcas salineras y el molino de la Calcetera, hasta el sector de la playa de La Llana, conocido por Punta de Algas, volcada a las aguas limpias del Mediterr¨¢neo. Aqu¨ª solo nos rodea una inmensidad salvaje. De La Manga nos separa un canal donde tradicionalmente se instalaba el arte de pesca llamado enca?izada. En Rent Bike JR alquilan bicis infantiles, carros para transportar ni?os de hasta seis a?os y silletas para colocar a los beb¨¦s en la parte delantera.
De folleto (Ses Salines, Baleares)
El sur de Mallorca custodia las playas predilectas del turismo peninsular. La franja arenosa comprendida entre Col¨°nia de Sant Jordi y el cabo de Ses Salines, de lo mejor preservado de isla, apenas ocupa un pu?ado de metros entre la orilla y la alambrada de la finca S¡¯Avall. En el tramo de Es Carb¨®, las aguas cristalinas y el escenario id¨ªlico exigen, como contrapartida, tener que andar cargados con los pertrechos algo m¨¢s de un kil¨®metro, dejando atr¨¢s la concurrida bandera azul de Es Dol?. Enfrente, los islotes de Na Moltona, Na Pelada y Na Guardis, que otorgan personalidad a Es Carb¨®, aquietan m¨¢s todav¨ªa este Mediterr¨¢neo de por s¨ª calmo. A los peques les encantar¨¢ el Centro de Visitantes del Parque Nacional de Cabrera.
Dilema: r¨ªo o mar (Oliva, Comunidad Valenciana)
El complejo dunar de Oliva, uno de los mejor conservados del Levante, ofrece en la playa de Rabdells un secreto rinc¨®n que la chavaler¨ªa aprecia como se merece. Se trata de una burbuja de vegetaci¨®n donde desaguan en el mar las aguas limpias del r¨ªo Bullent, tambi¨¦n llamado acequia del Vedat. En Rabdells hay que elegir entre jugar con las olas del Mediterr¨¢neo, junto a las dunas en las que nidifica el chorlitejo (que no hay que pisar), o bien divertirse con la mezcla de agua salobre y salina que distingue la ribera del Bullent. Lejos quedan las cometas de los kitesurfistas y la silueta del Montg¨®. Para comer, sirven men¨² del d¨ªa en el Club de Golf del Olivanova Golf Resort por 15 euros ¨D23 euros los fines de semana y bebidas aparte¨D. Eso s¨ª, conviene reservar.
Con gracejo popular (C¨¢diz, Andaluc¨ªa)
La Caleta viene a ser una peque?a s¨ªntesis de la Tacita de Plata, de su car¨¢cter popular en la medida en que la cuidan y miman los vecinos del barrio de la Vi?a. No es casual que ondee en ella la bandera azul. He aqu¨ª media concha arenosa defendida por los castillos de San Sebasti¨¢n y Santa Catalina, este reconvertido en centro expositivo junto a un parque infantil. Los ni?os se ba?an sin peligro en marea baja recorriendo los intersticios del espig¨®n y vuelan cometas al paso de vendedores ambulantes de refrescos. La nube de peque?as barcas parece colocada adrede para decorar la estampa caletera, que en bajamar se beneficia de los mejores atardeceres. El restaurante El Faro de C¨¢diz, a solo 200 metros de La Caleta, es uno de los cl¨¢sicos de la ciudad.
De premio, tosta (Muros, Galicia)
El imaginario de las playas familiares de r¨ªa ¨Dolas amortiguadas, sombrillas, graznidos de gaviotas, un sol de carallo¨D tiene en San Francisco su m¨¢xima representaci¨®n. Se comprende al encontrarse en el extremo de la r¨ªa de Muros y Noia, casi tocando el mar abierto, pero escudada por el monte Louro. A su exquisita arena blanca se suma un ¨¢rea recreativa infantil. Los ni?os disfrutan persiguiendo pececillos y cangrejos, y en bajamar, siempre es buena idea que calcen cangrejeras para evitar la picadura de la faneca brava. Cuando la playa se masifica, los vecinos se trasladan a la praia de Vouga, sin olvidar las tapitas en la terraza del bar San Francisco y los pescados y tostas de pulpo, chicharr¨®n o lac¨®n de O Ing¨¹eiro. Abel Lago, aparte de alquilar tablas de paddle surf y kayak, imparte cursos de windfoil, tabla sobre la que los ni?os se sienten flotar sobre el agua como en una alfombra m¨¢gica.
Mercadillo, bullit y ba?o (Santa Eul¨¤ria des Riu, Baleares)
El oriente de Ibiza es una sucesi¨®n de caletas de arena y bolos en una costa abrupta que nunca cansa. Un planazo para muchas familias en Santa Eul¨¤ria d¡¯es Riu pasa por deambular por los tenderetes del m¨ªtico mercadillo hippy de Las Dalias; tomar un bullit de peix (guiso de pescado de roca) en el restaurante Salvad¨®, en Es Pou des Lle¨®, y rematar la jornada en el paraje a todas luces bien parecido de cala Boix. La escalinata, larga y empinada, es el duro peaje exigido para el disfrute de la arena gris¨¢cea, que denota la alta densidad de hierro (en modo alguno de origen volc¨¢nico, como algunos creen) y que reta a la verticalidad del Cap Roig. Alquilan hamacas y sombrillas, y en el quiosco siguen triunfando sus tortillas de patata.
En el trampol¨ªn natural (Pulp¨ª, Andaluc¨ªa)
En San Juan de los Terreros, en Pulp¨ª, arranque de la costa almeriense, muchas familias est¨¢n abonadas a la punta del Pichirichi, plataforma rocosa de l¨ªneas balleniformes que sirvi¨® anta?o de cargadero de esparto y mineral y, recientemente, de trampol¨ªn natural. Dicha punta separa las playas de la Mar Serena y la Mar Rabiosa, esta de acento deportivo. Se puede optar entre el Pichirichi Peque?o, de la banda de levante, donde tradicionalmente se aprend¨ªa a nadar, y el Pichirichi Grande, orientado a poniente, de mayor calado. La mejor opci¨®n para comer es el chiringuito Salas, junto a un parquecillo infantil. El programa de verano Explayate 2023 incluye planes perfectos para ni?os, desde observaci¨®n de estrellas a pintapiedras o elaboraci¨®n de bisuter¨ªa.
Rosario de caletas (Mont-roig del Camp, Catalu?a)
La fuerte impronta tur¨ªstica de Miami Platja, en Mont-roig del Camp (Tarragona), hace que muchas familias pasen de largo. Y cometen un error, toda vez que esta costa, en buena medida acantilada, confiere a sus calas independencia y espacio sin masificaciones ¨Dni siquiera en temporada alta¨D, a cambio de tener que negociar las escalinatas. Aparcando junto a la antigua v¨ªa del tren se llega a la cala dels Penyals, amplia, con mesas, fuente y pinos. Unos modelan castillos, otros lanzan cometas y muy cerca est¨¢ el restaurante Chez Lorenzo. Aparte del men¨² infantil, a los ni?os les encanta la hamburguesa Valeria. Otra ocasi¨®n de disfrute es la cala del Misteri, tambi¨¦n con pinos y merendero. Adem¨¢s, este verano est¨¢n previstas las obras de un paseo mar¨ªtimo.
Dunas recobradas (Gorliz, Pa¨ªs Vasco)
La forma de concha es, quiz¨¢, la disposici¨®n playera m¨¢s refinada y m¨¢s del gusto familiar. Las localidades vizca¨ªnas de Gorliz y Plentzia comparten una de esas conchas de arena dorada que, al atardecer y con marea baja, nos sit¨²a en un lugar de excepcionalidad en la costa vasca. Aparte de las dunas recuperadas ¨Del restaurante Hondartzape fue derribado y reabri¨® junto al puente de Plentzia¨D, en el sector central hay un pinar con mesas, fuente y barbacoas. Los ni?os esperan en ascuas la temporada alta para lanzarse al mar desde el hinchable que se coloca en la zona de Astondo, pasado el hospital de Gorliz, anta?o Sanatorio Marino Helioterap¨¦utico (1919).
Fluvial y fronteriza (A Guarda, Galicia)
De entre las playas fluviales, la de O Mui?o (A Guarda, Pontevedra), en la que se funden las aguas del r¨ªo Mi?o y el oc¨¦ano Atl¨¢ntico, sit¨²a al ba?ista en un plano muy original de las R¨ªas Baixas. Tanto esta playa, dotada con bandera azul, como su continuaci¨®n, A Lami?a, han visto c¨®mo generaciones de guardeses aprend¨ªan los rudimentos de la nataci¨®n a la vista de la barra portuguesa de Camarido y de la fortaleza insular de Insua. Con un frente de pinos y de eucaliptos asombrando la parte trasera de la playa, los ni?os no dejan de deambular entre las rocas, una de sus pasiones m¨¢s acreditadas. La bajamar saca a relucir su naturaleza fluvial, de c¨¢lidas aguas dulces; la pleamar trae salinidad marina y la posible presencia de algas.
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