D¨ªa Mundial de las Playas: 10 sugerencias espa?olas para disfrutar del ¡®vero?o¡¯
De la Costa Brava a C¨¢diz, pasando por Valencia o Mallorca. Este dec¨¢logo de arenales mediterr¨¢neos une ocio, naturaleza y gastronom¨ªa, y la tibieza de sus aguas est¨¢ asegurada hasta finales de noviembre
Al conmemorar hoy, 16 de septiembre, el D¨ªa Mundial de las Playas rendimos tributo al m¨¢ximo paradigma que une ocio y naturaleza. Es el momento de apelar a su sostenibilidad, conservaci¨®n y limpieza, aunque solo sea por el placer sensual y espiritual que procura su simple contemplaci¨®n. Y para ello, qu¨¦ mejor que disfrutar los arenales en el vero?o, ¨¦poca a la que probablemente se trasladar¨¢, por el cambio clim¨¢tico, la temporada alta tur¨ªstica. Adi¨®s al sol africano; se acabaron los precios desorbitados, tanto como las aglomeraciones.
En estas 10 playas mediterr¨¢neas, adem¨¢s, la...
Al conmemorar hoy, 16 de septiembre, el D¨ªa Mundial de las Playas rendimos tributo al m¨¢ximo paradigma que une ocio y naturaleza. Es el momento de apelar a su sostenibilidad, conservaci¨®n y limpieza, aunque solo sea por el placer sensual y espiritual que procura su simple contemplaci¨®n. Y para ello, qu¨¦ mejor que disfrutar los arenales en el vero?o, ¨¦poca a la que probablemente se trasladar¨¢, por el cambio clim¨¢tico, la temporada alta tur¨ªstica. Adi¨®s al sol africano; se acabaron los precios desorbitados, tanto como las aglomeraciones.
En estas 10 playas mediterr¨¢neas, adem¨¢s, la tibieza del agua est¨¢ asegurada hasta finales del mes de noviembre.
La Costa Brava m¨¢s espaciosa: Castell-Platja d¡¯Aro (Girona)
De una anchura ins¨®lita para el tenor de la costa gerundense, Sa Conca es una de las calas predilectas del consultor tur¨ªstico Mart¨ª Sabri¨¤: ¡°Ni es urbana ni virginal: comparte ambos modelos, consiguiendo las construcciones pasar casi inadvertidas, lo que transmite una honda sensaci¨®n de relajamiento¡±, dictamina este experto en la Costa Brava. ¡°Adem¨¢s de pulcra, resulta mucho m¨¢s espaciosa de lo que se percibe a primera vista¡±, remata.
El sol juega en el brillo de las rocas erosionadas en este escenario con tonalidades rojizas. Y los pinos no solo asombran la parte trasera, tambi¨¦n prosperan en puntas y pe?ascos, ajust¨¢ndose al estereotipo costabravense. Una de las pe?as sirve de parteaguas sobre la orilla, en la que es mejor elegir el coqueto sector de levante por tener un escal¨®n de acceso al mar menos abrupto. En Sa Conca ondea la bandera azul.
En el chiringuito, limpio y cuidado, sirven pescados y mariscos (no paellas) hasta el pr¨®ximo 1 de octubre. Un secreto a voces es la presencia recurrente en la playa del entrenador del Bar?a, Xavi Hern¨¢ndez.
Es obligado recorrer, antes o despu¨¦s del ba?o, el Cam¨ª de Ronda que parte de Sa Conca y rodea en media hora la urbanizaci¨®n de S¡¯Agar¨®, proyectada por el arquitecto Rafael Mas¨® y que en 2024 cumplir¨¢ su centenario. Una vez en la playa de Sant Pol tendremos a mano el restaurante Villa Mas, enclavado en una casa modernista. El men¨² de fin de semana, sin bebidas, cuesta 35 euros. Cerrar¨¢ por temporada el 15 de noviembre.
Guadalquit¨®n, un para¨ªso amenazado en el Estrecho: San Roque (C¨¢diz)
Esta play¨®n de unos 2.200 metros de longitud es uno de los secretos mejor guardados de la costa gaditana de poniente, es decir, la ba?ada por el Mediterr¨¢neo. En el tramo natural que se estira entre las urbanizaciones de Sotogrande y Alcaidesa se halla Guadalquit¨®n, enclave del gusto nudista, coincidente con el embalsamiento de un arroyo. Lo mejor para acceder es dirigirse al faro de Punta Carbonera ¡ªuno de los mejores secretos fareros de Espa?a¡ª atravesando la urbanizaci¨®n Alcaidesa por la avenida del Golf. Una pista de tierra conduce hasta los espectaculares b¨²nkers que defienden el faro. Desde aqu¨ª caminaremos un kil¨®metro de playa virgen compuesta de arena gruesa de color gris entreverada con cantos rodados.
Los intentos de urbanizar las fincas del Guadalquit¨®n y Borondo, que fueron zona militar y llegaron a estar incluidas dentro del parque natural de Los Alcornocales, cayeron en saco roto, en buena medida por la presi¨®n ecologista. Disfrutemos, por tanto, de la apacibilidad excepcional que proporcionan estas aguas limpias, caldeadas por el viento de levante moderado; el poniente, curiosamente, calienta la atm¨®sfera pero enfr¨ªa las aguas. Hasta la orilla se dejan ver alcornoques junto con el cl¨¢sico sotobosque mediterraneo de palmitos, brezos y lentiscos.
Un ba?ista, de nombre Ismael, se atreve a pormenorizar la banda sonora del Guadalquit¨®n: ¡°Aparte del viento y el oleaje, el croar de las ranas, el chapoteo de alg¨²n pajarillo en el arroyo y el mugido del pastoreo vacuno.¡± Muy ocasionalmente, los ba?istas observan el paso de manadas de delfines.
Cala natural en el cabo mejor preservado: Cartagena (Regi¨®n de Murcia)
El espacio protegido en el que se inscribe el cabo Ti?oso es el m¨¢s claro escaparate de la naturaleza mediterr¨¢nea y, en general, del paisaje original costero en la Pen¨ªnsula. Para conocerlo pasaremos primero por los repetidores del Cabezo de la Panadera, constituido en absoluta tribuna sobre el golfo de Mazarr¨®n. Despu¨¦s sobrevolaremos abruptos relieves. Vista la eclosi¨®n urban¨ªstica de Mazarr¨®n, este tramo de costa roza la emoci¨®n de la realidad virtual. A los pies, el mar alzado contra el cabo como un farall¨®n acuoso.
Pasado un port¨®n de la vieja carretera militar est¨¢ la escueta zona de aparcamiento (se?alizada en Google Maps). El descenso a Cala Cerrada no es muy dificultoso (no ir por el fondo del barranco), no tiene p¨¦rdida y, de camino, se rodea un curioso pe?¨®n y se pasa por un bosquete de pino carrasco, por si el sol castiga demasiado. Hay que calcular 50 minutos de bajada para negociar 205 metros de desnivel. Aqu¨ª sobrevive un sotobosque mediterr¨¢neo compuesto, entre otras especies, de esparto y palmitos.
Como su propio nombre indica, esta cala de bolos peque?os se muestra muy protegida, raz¨®n de que muchos vecinos de La Azoh¨ªa acudan en barca para disfrutarla. A mano derecha, seg¨²n se mira al mar, existe un peque?o abrigo. Cubre enseguida y, al estar declarada reserva marina, sus aguas invitan a llevar gafas y tubo para observar meros, dobladas, corvinas negras o casta?etas. El centro de buceo Rivemar pone rumbo a Cala Cerrada solo con buceadores titulados.
Siempre es buena idea hacer el camino de regreso por la tarde para mitigar el calor. Al final del d¨ªa, algunos optan por la terraza del Antipodas Tavern, en La Azoh¨ªa.
Senderismo desde Torres a la torre vig¨ªa: la Vila Joiosa (Alicante)
Con el oto?o llega la temporada senderista. Y si hay un tramo de costa intocada en la Costa Blanca recomendado para familias ese es el que une la playa del Torres (esta s¨ª, en proceso de urbanizaci¨®n) con la torre vig¨ªa de El Aguil¨®, por la ruta Colada de la Costa. Son unos siete kil¨®metros sin grandes desniveles, entre ida y vuelta, que se cubren en unas dos horas y media.
La zona oriental de la playa del Torres atrae a los practicantes del buceo de superficie y de ella parte el sendero que embocaremos, no sin antes haber reservado la paella en el restaurante del camping El Torres, de nombre El Tr¨¦bol. El aleda?o chiringuito Ef¨ªmero hace honor a su nombre y aguantar¨¢ abierto hasta finales de septiembre, si el tiempo acompa?a.
Esta antigua v¨ªa pecuaria nos adentra en una costa que no ha sucumbido a la especulaci¨®n, desde la que se perfila la isla de Benidorm, pasando por encima de Cala Fonda y de la cala de los Erizos. Sin bajar al Rac¨® del Conill, enlazaremos con el sendero a la torre de El Aguil¨®, del siglo XVI y planta cuadrada, alzada 142 metros sobre el mar. Ante nuestra vista se ofrece La Cala de Finestrat y el skyline de Benidorm. Ahora s¨ª, bajaremos para ba?arnos en el Rac¨® del Conill, por donde hemos subido o bien por la cresta de la monta?a. En este d¨²o de preciosas caletas de piedrecillas muy del gusto nudista, pasaremos el resto de la ma?ana.
Arena, agua de cristal y buen rollito en el Migjorn (Formentera)
La magnitud de la playa m¨¢s dilatada de la isla de Formentera, la del Migjorn (en el sur), solo es comparable a la impresi¨®n que causa. Entre el cabo de Barb¨¤ria (Berber¨ªa, en castellano) y La Mola, cerca de seis kil¨®metros de arena fina se fusionan con un mar de coloraciones zafiro, que m¨¢s parece producto de un artificioso truco fotogr¨¢fico.
Los domingos siguen cocin¨¢ndose paellas hasta para 300 comensales en el Restaurante-Chiringuito Pelayo, pero al hostal Sol i Mar, ajeno a la expansi¨®n ruidosa del tr¨¢fico, le quedan dos semanas antes de que eche el cierre por fin de temporada.
Els Arenals, la franja donde m¨¢s se estrecha el istmo formenter¨¦s, es la que, como su nombre indica, conserva los mayores aportes de arena, pero su condici¨®n descubierta frente al oleaje exige a los ba?istas obedecer a rajatabla las banderas de aviso.
El chiringuito Piratabus tienta por su clientela heterog¨¦nea y su m¨²sica chill-out. El aragon¨¦s Pascual Hern¨¢ndez lo puso en marcha en una fecha tan temprana como 1971 en un destartalado autob¨²s que hoy da nombre a la moderna estructura. A Hern¨¢ndez ¡ªacompa?ado de su esposa, Edith¡ª se le suele ver por la tarde jugando a la petanca o al voley. La ¨²ltima cerveza del d¨ªa, con el sol hundi¨¦ndose por el mar, es la que mejor sabe.
No dejar de fotografiar el Cal¨® des Mort, a solo 10 minutos a pie de Els Arenals. De paso podremos probar las hamburguesas caseras del kiosko de Bartolo, uno de los chiringuitos de mayor tradici¨®n popular en la isla.
¡®Camping ¡®a la ¨²ltima en Cabo de Gata (Almer¨ªa)
En el parque natural de Cabo de Gata-N¨ªjar, la cala de San Pedro monopoliza las excursiones que parten del puerto de Las Negras, olvidando que, justo en sentido contrario, se oculta, muy cerca, La Caleta del Cuervo, virgen, aislada visualmente, con 140 metros en los que se integra una combinaci¨®n de arena gruesa y roca entallada en la base del cerro de la Molatilla. Un escenario de origen volc¨¢nico tranquilo y familiar, en el que los camaleones hacen a veces acto de presencia, recorrido a menudo por buceadores de esn¨®rquel, as¨ª como por submarinistas en busca de cuevas marinas, en especial la cueva de las Palomas, accesible tambi¨¦n en barca o paddle surf. Otra opci¨®n es marchar media hora a pie por el Sendero de la Molata hasta el castillo de San Ram¨®n y el Playazo de Rodalquilar.
El cl¨¢sico camping que ocupaba la parte trasera de La Caleta del Cuervo ha dejado paso al Wecamp Cabo de Gata, una nueva generaci¨®n de campings bien equipados y sostenibles. Aparte de las parcelas, existen vistosas tiendas de glamping, tiendas domo, con estructura geod¨¦sica (para dos personas), adem¨¢s de caba?as, bungal¨®s y mobil homes (casitas prefabricadas). Se organizan actividades acu¨¢ticas, astron¨®micas y de turismo pesquero con alguno de los barcos artesanales de Las Negras.
Dos ¡®beachs clubs¡¯ pregonan Cala Nova: Santa Eul¨¤ria des Riu (Ibiza)
Hacia el norte de Ibiza, las construcciones de Es Canar, localidad conocida por su Hippy Market Punta Arab¨ª, acaban en el Bless Hotel Ibiza, marca de lujo del Palladium Hotel Group. Este alojamiento cuenta con el restaurante Etxeko Ibiza by Mart¨ªn Berasategui, con una estrella Michelin. M¨¢s all¨¢ se extiende Cala Nova, una cala rodeada de pinos, con pocas edificaciones y en parte salvaje, relativamente larga. Este septiembre conserva poca arena, por lo que se agradece la falta de alquileres de hamacas y sombrillas: menos apelotonamientos. Cuando el Mediterr¨¢neo est¨¢ en calma, el agua se muestra cristalina frente al islote de Es Canar y a un ¨¢ngulo de la isla de Tagomago. En el m¨¢s extra?o de los contrastes, los d¨ªas de fuerte oleaje es la playa de la isla que registra mayor n¨²mero de surfistas.
Dos glamurosos beach clubs animan el lugar con su ambiente chic, lo esperado en un restaurante playero ibicenco. El Aiyanna Ibiza suma seguidores con su cocina fresca, org¨¢nica, internacional... que se a?ade a la gastrocamioneta de zumos y a la boutique ibicenca. Al amanecer, la estrella son los cursos de yoga (de lunes a viernes), seguidos de un desayuno m¨¢s que saludable. ?Existe mejor antidepresivo? Preguntar por las actuaciones de fin de semana. El Atzar¨® Beach es otro escenario de relax en Cala Nova, con camas balinesas, c¨®cteles y un equipo de profesionales atento.
Marciano colorido en cala Pregonda: Es Mercadal (Menorca)
Entre la playa de Cavalleria y Cala Morell se extiende la costa de Tramuntana m¨¢s salvaje y de aguas m¨¢s n¨ªtidas de Menorca, que ya es decir. La sola caminata de 35 minutos desde el aparcamiento p¨²blico de la playa de Binimel¡¤l¨¤ se sale de la categor¨ªa de lo rutinario. Y es que la inmersi¨®n crom¨¢tica llega al paroxismo en este espect¨¢culo geol¨®gico que se dir¨ªa marciano a ratos, pict¨®rico las m¨¢s de las veces. Granates, areniscas rojas, esquistos grises perlados compiten con los verdes de la campi?a que sirve de contrapunto al azul penetrante del mar. No extra?a saber que aqu¨ª hubo una factor¨ªa romana de p¨²rpura.
El agua no puede presentarse m¨¢s limpia en Pregond¨®, la primera cala en aparecer y la que registra dunas de exposici¨®n. Una portezuela en el acantilado permite acceder a la semivirgen cala Pregonda, cuyas viviendas y el pasar de los coches suponen una desconcertante sensaci¨®n de intrusi¨®n. Lo cansino de andar por este arenal habla de su textura insuperable, y el ba?o, tan resguardado de las olas y el viento, apenas presenta complicaciones. Un pin¨¢culo y varios escollos ¡ªlas Pe?as Blancas¡ª de roca desgastada por la fuerza corrosiva del agua afloran de forma mayest¨¢tica en medio de la rada. Esta imagen salt¨® a la car¨¢tuta del disco Incantations, cuarto ¨¢lbum de estudio de Mike Oldfield.
Es buena idea tener siempre en cuenta las paellas mixtas del cl¨¢sico restaurante Binimel¨¤ (971 35 92 75), que abre hasta mediados de octubre. Dispone de p¨¢rking para clientes.
Drones salvavidas en Puerto de Sagunto (Valencia)
En la costa levantina, por efecto de las corrientes predominantes, se suelen formar grandes acumulaciones de arena al norte de los diques portuarios. Ocurre en Valencia, en Castell¨®n de la Plana y, por descontado, en Sagunto: una vasta playa de arena muy fina color dorada y sin piedras se apoya en el dique, resultando m¨¢s ancha en su zona sur (unos 300 metros), donde diversas pasarelas atraviesan la zona dunar, muy castigadas por los temporales y en fase de regeneraci¨®n. Mide 1,3 kil¨®metros de largo, abunda en instalaciones ¡ªlo acredita su bandera azul¡ª, se tarda mucho en perder pie y fue pionera en Espa?a en el uso de drones equipados con chalecos salvavidas, que se hinchan al entrar en contacto con el agua. En 2022 salvaron la vida de 22 personas en estas costas.
Tras el disfrute de una ma?ana de playa, nos desplazamos al teatro romano para comer al lado, en Le Fou, restaurante de cocina creativa con productos locales y acento franc¨¦s, que este septiembre rinde tributo a la cocina sefard¨ª, con platos como los keftas de cordero con bulgur y yogur a la menta. Hay un men¨² de 32 euros, y otro de Picadas (tapitas, carne y postre), de 28. Para los d¨ªas en que se celebra funci¨®n teatral se sirve una cena r¨¢pida entre 20.00 y 21.00, por 28 euros. En los precios de los men¨²s las bebidas no est¨¢n incluidas.
Quedar¨¢ visitar por la tarde el castillo, con su estupendo museo epigr¨¢fico. El paseo mar¨ªtimo es centro de restauraci¨®n de la zona, as¨ª que la animaci¨®n nocturna est¨¢ asegurada.
El ap¨¦ndice de Llucmajor (Mallorca)
?Tratamos de imaginar c¨®mo era Cala Pi antes de que fuera urbanizada? Para ello solo hay que acercarse a este litoral que finge ser un ap¨¦ndice o fiordo de 400 metros de profundidad y donde desemboca un torrente. Tras bajar 147 escalones, lo primero que se exterioriza son los escars o casetas rectangulares de pescadores con rampas sobre las que no es f¨¢cil mantener el equilibrio. En Cala Pi, que ostenta el distintivo de ecoplaya, sorprende la arena lechosa atrapada en el profundo entrante, desde el que no se vislumbra el horizonte marino.
Prosiguiendo a pie por la margen derecha ¡ªno urbanizada¡ª se disfruta entre pinares de la embocadura de la cala y de la torre almenara que la escuda, sobre una blanca oquedad situada en la base del cantil. Fue la ¨²ltima torre en alzarse por estas costas, en 1663, merced a su ya de por s¨ª disuasorio emplazamiento. Quien lo desee puede llegar en 15 minutos a la cala Beltr¨¢n. Dicen que la us¨® para esconderse el corsario Barbarroja, pero lo que es seguro es que fue escondite para generaciones de contrabandistas.
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