La ruta que recupera los or¨ªgenes y tradiciones de la cer¨¢mica andalus¨ª
Un proyecto de investigaci¨®n liderado por la Universidad de Almer¨ªa ha reunido a una decena de alfareros de la provincia para recrear piezas de hace 12 siglos seg¨²n la receta medieval y poner en valor un saber milenario en peligro de extinci¨®n
Jos¨¦ Garc¨ªa, de 77 a?os, mandil y boina, moldea el barro en el torno de la Alfarer¨ªa Juan Sim¨®n, en Sorbas (Almer¨ªa), mientras desgrana una vida dura. Su padre y los cuatro hermanos acarreando la tierra desde la cantera, convirti¨¦ndola en barro, enjornando, que en la jerga alfarera significa meter las piezas ¡ªen saltas o hileras¡ª en el horno de le?a alimentado con retama. ¡°Las primeras ollas de cada fila sol¨ªan salir algo rotas; las vend¨ªamos m¨¢s baratas y estaban m¨¢s cocidas, por lo que eran m¨¢s resistentes. Las mujeres mayores nos las ped¨ªan; ellas sab¨ªan¡±, rememora. Los hornos de le?a ya no est¨¢n activos y hace tiempo que el plomo dej¨® de usarse para los esmaltes, pero Jos¨¦, que sigue d¨¢ndole al torno pese a haberse jubilado, es heredero de la cer¨¢mica vidriada andalus¨ª del siglo IX. Es uno de los ¨²ltimos depositarios de un saber milenario que a¨²n siguen trabajando en Almer¨ªa en la citada Sorbas, N¨ªjar, Alhabia o Albox.
El ¨²ltimo alfarero de la tambi¨¦n almeriense Benahadux, Jos¨¦ Castell¨®n Salas, se jubil¨® sin que su descendencia quisiera seguir sus pasos. ¡°Mi hijo, ni arrimarse¡±, cuenta en el documental Tras las huellas del barro andalus¨ª, que es parte del proyecto de investigaci¨®n Hantam, una acci¨®n de transferencia de la Junta de Andaluc¨ªa, liderada por la Universidad de Almer¨ªa (UAL), que busca ¡°frenar y revertir la tendencia actual de extinci¨®n del sector¡±. Tambi¨¦n darle la importancia que merece. Una de sus propuestas consiste en crear la ruta tur¨ªstica Tras las huellas del barro andalus¨ª para poner en el mapa a todos estos artesanos tradicionales. Y conectarlos con sus or¨ªgenes, empezando por el yacimiento arqueol¨®gico de Bayyana, en Pechina, donde est¨¢ documentado el primer taller de cer¨¢mica vidriada de todo Al Andalus.
Las minas y tierras del entorno han nutrido a los alfareros a lo largo de los siglos. Desde el plomo obtenido en la monta?a de la pintoresca localidad de Huebro hasta los ¨®xidos para los colores: ¨®xido de manganeso para los marrones; de cobre para el verde. El azul, ¨®xido de cobalto, se compraba fuera. Los investigadores han geolocalizado los puntos de extracci¨®n de los materiales y han reunido a los artesanos para recrear piezas seg¨²n la receta original medieval de hace 12 siglos.
Fuentes, ¨¢nforas, candiles. ¡°Ha sido muy bonito verlos colaborar juntos¡±, declara la profesora de la UAL e investigadora principal Elena Salinas, que espera que la experiencia los haya dotado de herramientas y conocimientos ¨²tiles para seguir adelante. M¨¢s que aprender, Dolores Garc¨ªa, Loli, de 76 a?os, dice que ha recordado su infancia, y a su abuela ense?¨¢ndole cuando ten¨ªa seis o siete a?os. Loli ramea (decora el barro) mientras habla, d¨¢ndole igual de r¨¢pido a las manos que a la lengua. Tambi¨¦n est¨¢ jubilada, pero acude ¡°un ratillo¡± cada d¨ªa a su taller en N¨ªjar a pintar con pincel y, a falta de un latero ¡ªherramienta de lat¨®n que ya no se fabrica¡ª, con una perilla de farmacia unida a un palo de Chupa Chups, por el que sale la pintura. Entre risas llama a las filigranas que va dibujando sus ¡°corre que te pillo¡±, porque desde ni?a ha trabajado a velocidad de v¨¦rtigo. Chinescos, pinticas, manchas, rayas, arbolicos, ordinarios.
La familia de Loli es ceramista desde 1774, seg¨²n tiene rastreado. Solo en N¨ªjar lleg¨® a haber m¨¢s de 20 talleres, de los que actualmente quedan solo cuatro, la mayor¨ªa concentrados en el barrio de los Alfareros: Loli con su hijo Lorenzo, Baldo Garc¨ªa, Rafael Granados (ambos sobrinos de Loli) y V¨ªctor Morales (sobrino de Baldo). El brit¨¢nico Matthew Weir, cuya obra es tan reconocible como reconocida, se acaba de jubilar, pero La Tienda de los Milagros, que ha montado con su esposa, la tejedora y artista textil Isabel Soler, sigue abierta en la ciudad. ¡°El torno cada vez tiene menos futuro¡±, lamenta Granados, ortodoxo con la tradici¨®n, obligado a renunciar a varios de sus clientes profesionales porque no da abasto. ¡°Estoy yo solo¡±, subraya. La falta de continuidad planea como un nubarr¨®n negro que solo se abre a alg¨²n rayo de esperanza cuando Loli presenta, orgullosa, a su hijo Lorenzo como su relevo generacional, o cuando Jos¨¦ cuenta que su taller lo han heredado los sobrinos. Uno de ellos es Jos¨¦ Miguel Garc¨ªa, que tiene ganas y empuje, y reivindica su oficio: ¡°Se puede vivir de la alfarer¨ªa¡±.
Manuel Gonz¨¢lez, de 82 a?os, patriarca de Alfarer¨ªa Gonz¨¢lez Castell¨®n, en Alhabia, se cas¨® con la hija del ceramista del pueblo, octava generaci¨®n, y ha formado a la novena para que tome el testigo. ¡°Mis dos hijos contin¨²an el negocio; uno fabrica y el otro pinta¡±, describe. El suyo es el taller m¨¢s industrializado de la futura ruta del barro andalus¨ª. ¡°Yo utilizo m¨¢quinas, no me escondo¡±, afirma. ¡°Pero sin renunciar al torno¡±, aclara. Le va muy bien. Sus caracter¨ªsticas vajillas de colores vivos se exportan a siete pa¨ªses europeos, y uno sabe que ha llegado a sus instalaciones por los autobuses de visitantes aparcados a la puerta. ¡°Les ofrecemos una visita para que conozcan el proceso, independientemente de que compren o no¡±, se?ala.
Alfarer¨ªa Los Puntas, en Albox, ha creado un museo etnogr¨¢fico al aire libre que muestra tanto el taller propiamente dicho, con las herramientas tradicionales y el torno a ras de tierra, como su entorno: las balsas donde se hac¨ªa el barro, la le?era, dos hornos de le?a declarados bien de inter¨¦s cultural (BIC) en 1981. En uno de ellos, el peque?o, se cocieron las piezas del proyecto Hantam. ¡°Viene mucho turismo cultural¡±, concede uno de Los Puntas, Luis Alfonso Fern¨¢ndez. ¡°Los hornos sorprenden por lo bien conservados que est¨¢n¡±, a?ade. Son una excepci¨®n, ya que la mayor¨ªa de estas construcciones, de propiedad privada, presentan distintos grados de deterioro. Su restauraci¨®n ser¨ªa otra consecuencia positiva de la futura ruta alfarera. ¡°Podr¨ªan ser declarados bien de inter¨¦s etnogr¨¢fico¡±, sugiere Jos¨¦ Miguel Garc¨ªa.
Hay una obsesi¨®n (perfectamente comprensible, por otra parte) para que este legado no se pierda. ¡°La cer¨¢mica tradicional es un fen¨®meno etnogr¨¢fico que mantiene viva la historia, la cultura, el patrimonio y la identidad del territorio, y no puede caer en el olvido¡±, reivindicaba Salinas durante la presentaci¨®n de los dos documentales del proyecto Hantam (el citado Tras las huellas del barro andalus¨ª y Hantam, que cuenta en qu¨¦ ha consistido la investigaci¨®n). ¡°Queremos que se conozca la cer¨¢mica, y a ver si alguien se anima a continuarla¡±, comenta Jos¨¦ Jurado, uno de los art¨ªfices de La casa de los artesanos. Esta es una modesta exposici¨®n permanente instalada en el centro de N¨ªjar gracias a la iniciativa vecinal. Muestra herramientas, material audiovisual y piezas cedidas por los alfareros locales. Un testimonio de su arte.
Una exposici¨®n para 2024
Hantam: tras las huellas de la alfarería andalusí, que se inaugurará el próximo 22 de noviembre en el Museo Arqueológico de Almería, permitirá contemplar piezas de alfareros en depósito desde los años ochenta y las vasijas realizadas en el proyecto de investigación sobre la cerámica vidriada del IX, más la cerámica andalusí que las ha inspirado. La idea es que se puedan visualizar, también, los
dos documentales. La cita se clausurará el 21 de enero de 2024.
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