Parauta, el pueblo de M¨¢laga que se rinde a su bosque encantado
Esta localidad, que no llega a 300 habitantes, se vio revolucionada por un recorrido entre esculturas de madera que se inaugur¨® en 2022. Callejuelas laber¨ªnticas de su herencia ¨¢rabe y rutas senderistas entre casta?os o pinsapos completan la escapada a la que est¨¢ considerada una de las villas m¨¢s bonitas de Espa?a
El Pinsapo de las Escaleretas, declarado monumento natural en octubre de 2001, es un ¨¢rbol portentoso. Se eleva a m¨¢s de 30 metros altura y se le calculan entre cuatro y cinco siglos de vida. Cuenta la leyenda que a sus pies se enterr¨® una mujer de gran bondad y respeto por la naturaleza. Es solo una f¨¢bula, pero el artista Diego Guerrero la tom¨® como punto de partida para crear un proye...
Reg¨ªstrate gratis para seguir leyendo
Si tienes cuenta en EL PA?S, puedes utilizarla para identificarte
El Pinsapo de las Escaleretas, declarado monumento natural en octubre de 2001, es un ¨¢rbol portentoso. Se eleva a m¨¢s de 30 metros altura y se le calculan entre cuatro y cinco siglos de vida. Cuenta la leyenda que a sus pies se enterr¨® una mujer de gran bondad y respeto por la naturaleza. Es solo una f¨¢bula, pero el artista Diego Guerrero la tom¨® como punto de partida para crear un proyecto que ha cambiado su pueblo: Parauta (M¨¢laga, 272 habitantes). El Bosque Encantado es un recorrido de poco m¨¢s de un kil¨®metro que acumula un pu?ado de esculturas de hadas, magos y duendes, la mayor¨ªa realizadas por ¨¦l mismo en madera de casta?o. Una idea sencilla que ha revolucionado la localidad, que cada fin de semana recibe hasta 2.000 personas en busca de las figuras, pero tambi¨¦n de callejuelas con encanto y un entorno natural marcado por el gran casta?ar. Varias rutas avanzan, adem¨¢s, entre densos pinsapares hacia la segunda cumbre m¨¢s alta de la provincia de M¨¢laga, el pico del Torrecilla, a 1.919 metros sobre el nivel del mar.
Junto a la iglesia de la Inmaculada Concepci¨®n, otro enorme ¨¢rbol ¡ªesta vez con cara y manos y pies de fibra¡ª recibe a los visitantes sobre unas letras en las que se puede leer el nombre del municipio. Es parada obligada para quienes se acercan a Parauta y el lugar para la primera foto de las muchas que acabar¨¢n en la galer¨ªa del m¨®vil durante la visita. Aqu¨ª cada rinc¨®n est¨¢ pensado para Instagram. Desde su veintena de bancos de madera de casta?o hasta la inscripci¨®n que dice ¡°B¨¦same en Parauta¡± o las cientos de macetas colocadas por todas partes. Son la guinda a una larga pol¨ªtica de embellecimiento arrancada hace tres d¨¦cadas. Apenas hay cables por las calles y casi todos los servicios ¡ªincluidas las papeleras¡ª est¨¢n soterrados o escondidos entre muros, como el que acoge un grafiti que funciona a modo de homenaje a Mateo Pe?a y Vicente S¨¢nchez, dos sabios locales que ense?an artesan¨ªa con esparto en un taller que se imparte de forma gratuita cada lunes. Cerca, la fuente de la alquer¨ªa, de origen ¨¢rabe, est¨¢ tan cuidada que parece que se inaugur¨® ayer. Su larga historia apunta a lo contrario. Es una reliquia de una ¨¦poca, el siglo IX, cuando aqu¨ª naci¨® Omar Ibn Hafsun, rebelde que desafi¨®, con ¨¦xito, al emirato Omeya cordob¨¦s.
¡°La que se ha liado¡±, reconoce Guerrero desde su taller, ubicado a un paso del nuevo aparcamiento con capacidad para 400 veh¨ªculos ¡ªgracias a que dos vecinos han cedido sendas parcelas¡ª que cuelga el cartel de completo cada fin de semana. El ¨¢rea de trabajo del escultor ocupa la antigua cooperativa de casta?as, cerrada desde 2020 debido a una doble plaga: una avispilla que ataca al fruto y un hongo que afecta a las ra¨ªces. ?l llevaba a?os d¨¢ndole vueltas a la posibilidad de colocar algunas de sus esculturas al aire libre y termin¨® convenciendo a la alcaldesa, Katrin Ortega. En julio de 2022 inauguraron el Bosque Encantado con la esperanza de que llamara la atenci¨®n y para atraer a algunos visitantes. Las primeras im¨¢genes se hicieron virales en pocos d¨ªas. ¡°De repente ten¨ªamos por aqu¨ª a miles de personas en pleno verano¡±, recuerda la regidora, feliz porque el suyo es tambi¨¦n, desde el pasado mes de enero, uno de los Pueblos M¨¢s Bonitos de Espa?a, seg¨²n la asociaci¨®n del mismo nombre.
Ahora encontrar una casa rural para pasar el fin de semana es tarea complicada. Y el mercado inmobiliario se ha movido con inusual vigor: se han vendido 38 viviendas solo en el ¨²ltimo a?o. Gracias al proyecto escult¨®rico Parauta ha recobrado una vitalidad que ni los m¨¢s mayores recordaban. ¡°Es incre¨ªble: en noviembre llenamos todos los d¨ªas¡±, afirma Maite Blanco, de 37 a?os y propietaria del El Anafe, restaurante que abri¨® su padre, Tom¨¢s Blanco, en el a?o 2000. Tras a?os con el negocio a fuego lento, ella tom¨® el testigo justo tras la pandemia. Nada le hac¨ªa presagiar lo que se le ven¨ªa encima. A diario el tel¨¦fono no para de sonar con clientes que buscan reservar una mesa en el comedor, preparado para 36 comensales. Y cada fin de semana tiene cola en la puerta con personas que suspiran por un hueco en el segundo turno de comidas. Jabal¨ª en salsa de setas y venado a la casta?a son sus platos estrella, elaborados en unos fogones donde todo se cocina a base de tiempo y cari?o.
Un poco m¨¢s arriba, Mat¨ªas Hinojo, de 60 a?os, abri¨® en 2021 el bar El Farol. Est¨¢ especializado en chivo y carnes de caza. Quesos de cabra y embutidos locales completan el men¨². ¡°Antes esto era un pueblo rural: ahora es un pueblo cosmopolita¡±, relata este gaditano de Villamart¨ªn que ha pasado por cocinas de Per¨², Escocia y media geograf¨ªa espa?ola. A pocos metros de su terraza, los tejados dejan ver la copa de la encina Vallecillo, con m¨¢s de 400 a?os de vida y que protagoniza del escudo de la localidad. Un poco m¨¢s abajo, la familia de Natasha Milincic, venezolana de 33 a?os, se mud¨® a finales de 2022 para abrir una tienda de alimentaci¨®n, la ¨²nica que hay. ¡°Vivir aqu¨ª es como estar en familia todo el d¨ªa¡±, se?ala quien tambi¨¦n cocina pizzas en un horno de le?a.
Artesan¨ªa, ¡®camping¡¯ y senderismo
Entre la maquinaria para pelar y secar casta?as de la antigua cooperativa esperan, pacientes, un enorme caracol verde, una colorida abeja y dos grandes conejos con un peque?o gnomo de gorro azul y larga barba blanca a sus pies, cerca de un pu?ado de setas rojas moteadas. Son esculturas ¡ªfabricadas tambi¨¦n por Guerrero, que prepara ya otro proyecto en el municipio vecino de Cartajima¡ª que formar¨¢n parte de la segunda fase del Bosque Encantado. No es el ¨²nico atractivo instalado en los ¨²ltimos a?os, siempre con las redes sociales como trasfondo: tambi¨¦n hay 110 sillas de anea compradas en Wallapop, coloreadas y colgadas en las fachadas de las viviendas a modo de homenaje a la tradici¨®n de tomar el sol en ellas. Fueron instaladas para la feria de agosto. Un mes antes se celebra, cada a?o, un festival m¨¢gico. Y despu¨¦s, en noviembre, la fiesta del conejo, con degustaciones gratuitas.
Entre duendes, hadas y magos hay tambi¨¦n un caballo alado azul que pone fin a la fantas¨ªa del sendero. ¡°Color¨ªn colorado, este cuento se ha acabado¡±, dir¨¢ pronto all¨ª mismo un cartel, aun por instalar. M¨¢s all¨¢ se vuelve a la realidad, porque la ruta puede continuar hasta otras localidades del Valle del Genal, islas entre los grandes casta?ares. El r¨ªo que da nombre a este territorio es justo la zona donde el sendero se divide. Hacia un lado toma direcci¨®n hasta Cartajima y, si hay ganas, sigue hasta J¨²zcar, con casas de color azul pitufo. Hacia el otro sentido se dirige a Igualeja, donde se encuentra el nacimiento del Genal. Son siempre caminos repletos de subidas y bajadas entre viejos ¨¢rboles que ofrecen un paisaje diferente cada ¨¦poca del a?o. Los colores predominantes cambian como los de un sem¨¢foro: verde en primavera, amarillo a finales de verano y tonos rojizos en oto?o. Son los cambios que ofrecen las hojas de los casta?os, tra¨ªdos por los romanos hace dos milenios y hoy parte del denominado Bosque de Cobre.
Ya en la carretera hacia San Pedro Alc¨¢ntara se encuentra otro de los tesoros de Parauta. Junto al ¨¢rea recreativa de Conejeras se esconde el camping municipal del mismo nombre, con parcelas para tiendas de campa?a, aparcamiento para caravanas, cuatro bungalows y un alberge con capacidad para 24 personas. A cuatro kil¨®metros, entre pinos, quejigos y pinsapos, el cortijo Las Navas ofrece tambi¨¦n opciones de alojamiento en un sorprendente llano que cada invierno suele cubrirse de nieve. Sus responsables ofrecen rutas a pie, en veh¨ªculos 4x4 o bicicleta el¨¦ctrica, adem¨¢s de actividades como la observaci¨®n de aves o de estrellas. Cada jueves ofrecen rutas de interpretaci¨®n por el interior de la finca, en espa?ol e ingl¨¦s, que requieren reserva previa.
Caminar tambi¨¦n es posible sin gu¨ªa. No hay m¨¢s que continuar la pista hasta el ¨¢rea recreativa de Quejigales. Es el punto de partida de senderos que ascienden hasta el Puerto de los Pilones y la cumbre del Torrecilla, aunque ya en el t¨¦rmino municipal de Tolox y dentro del parque nacional Sierra de las Nieves. De bajada, otro camino de tierra se desv¨ªa hasta el Pinsapo de las Escaleretas, de cuya leyenda naci¨® el bosque que hoy ha transformado Parauta.
Suscr¨ªbete aqu¨ª a la newsletter de El Viajero y encuentra inspiraci¨®n para tus pr¨®ximos viajes en nuestras cuentas de Facebook, X e Instagram.