Ruta por el Londres m¨¢s extravagante: de un museo con calaveras en un bar a la hora del t¨¦ m¨¢s lujosa
Lujoso y bizarro, sorprendente y tradicional, alternativo y friki tanto como con el peso de lo hist¨®rico. Un itinerario por la capital brit¨¢nica con una mirada exc¨¦ntrica visitando lugares excepcionales
Samuel Johnson (1709-1784), el hombre que hab¨ªa preparado ¨¦l solo un Diccionario de la lengua inglesa, que era capaz de escribir cien versos en un d¨ªa ¡ªcomo su poema La vanidad de los deseos del hombre¡ª, que dominaba el lat¨ªn, el franc¨¦s y el italiano, que edit¨® toda la obra de Shakespeare, esta cumbre de las letras inglesas del siglo XVIII, pese a todas sus ocupaciones, dijo que acab¨® cediendo al pecado de la pereza, trabajando solo unas horas por las ma?anas, porque dedicaba la tarde a pasear por Londres ¡ªseg¨²n ¨¦l, el mejor lugar del mundo¡ª y la noche a acudir a una taberna a beber vino.
Huelga decir que la capital del Reino Unido ofrece innumerables atractivos para todo tipo de visitantes, m¨¢s all¨¢ de aquellos que pueden estar en mente de todo el mundo, tales como el British Museum, la Tate Britain, la National Gallery o el museo de Historia Natural. Sin embargo, uno puede acabar en otros sitios m¨¢s particulares, algunos de ellos tambi¨¦n muy conocidos y otros, extravagantes en grado sumo. As¨ª las cosas, el que se propone a continuaci¨®n ser¨ªa, entre mil, un posible itinerario para comprobar si pisamos, ciertamente, el mejor lugar del mundo.
La historia inglesa en cera y c¨®mic
Tal vez, a priori, hacer cola para ver esculturas de cera de celebridades no est¨¦ en los planes del caminante con ansias de culturizarse, pero en cuanto se conozcan las maravillas del museo Madame Tussauds (inaugurado en 1884), enseguida se cambiar¨¢ de opini¨®n. Siempre repleto de p¨²blico, pudiera parecer que se trata, al comienzo, de un recorrido fr¨ªvolo entre cantantes, miembros de la realeza o actores. Eso s¨ª, hechos con un realismo imponente. La idea fue de la escultora Marie Tussaud, que empez¨® con una exposici¨®n de figuras de cera en 1835, y fue tal su ¨¦xito que acab¨® por configurarse en museo en el mismo edificio que hoy acoge rostros sobradamente conocidos. Al visitante le despertar¨¢ una sonrisa cruzarse con Leonardo Dicaprio o Brad Pitt, con Tiger Woods o Mohammed Ali, con la reina Isabel II o el ya monarca Carlos, con Einstein o Darwin, con Obama o Churchill.
Pero lo bueno, ya siendo esto simp¨¢tico, viene despu¨¦s, con la llamada c¨¢mara de los horrores, que trata del Londres m¨¢s criminal, y el fabuloso Spirit of London. Transportado en un taxi, se presencia parte de la historia en cera de esta magna urbe. Para redondearlo, se ofrece una pel¨ªcula de superh¨¦roes de Marvel en 4D, adem¨¢s de otra fenomenal secci¨®n dedicada al universo de La guerra de las galaxias. La entrada no es barata (33 libras por persona), pero merece la pena sin duda.
Esta inmersi¨®n en la cultura popular podr¨ªa tener continuaci¨®n en el delicioso Cartoom Museum, cuyo objetivo es preservar la animaci¨®n, las caricaturas y los c¨®mics brit¨¢nicos. Llevan a cabo una gran funci¨®n divulgativa que se refleja en el cari?o con que conservan y muestran miles de obras art¨ªsticas, tiras c¨®micas y tebeos originales, todo lo cual constituye un documento de primera magnitud para conocer la sociedad inglesa desde el siglo XVIII hasta la actualidad. Su idea es que el c¨®mic forma parte del patrimonio cultural, y realmente consiguen transmitir semejante legado. La coqueta galer¨ªa, de acceso muy barato (9,50 libras), ha tenido exposiciones temporales tan formidables como la dedicada hace muy poco al filme Wallace & Gromit: ?Los pantalones equivocados!, con motivo de sus 30 a?os.
Ser o no ser frente a un plato de jam¨®n
Para recargar fuerzas en este gozoso itinerario, uno podr¨ªa encauzar la c¨¦ntrica Upper Street, que ya pisar¨ªa en su tiempo el doctor Johnson, y dejarse seducir por los diversos encantos del Llerena Ib¨¦rico Tapas Bar, uno de los locales preferidos de los visitantes espa?oles que viajan a Londres y se acercan a gozar de sus vinos o carnes. Al entrar en ¨¦l, destaca al fondo la estatua de un enorme cerdo de lo m¨¢s curioso y, sobre todo, una carta exquisita, con surtidos de quesos curados, croquetas de espinacas, carpaccio de at¨²n, tapas de ¡°morcilla patatera¡± o churros con cholocate. El due?o, Alberto Torres, ofrece al cliente un jam¨®n de bellota ib¨¦rico simplemente espectacular, resultado de traer productos de m¨¢xima calidad de Extremadura, en connivencia con Jam¨®n & Salud, empresa de embutidos ib¨¦ricos. Un placer superlativo en cada plato, que puede ali?arse con m¨²sica y baile en los d¨ªas en que el Llerena organiza conciertos de flamenco y guitarra espa?ola.
Con el est¨®mago bien satisfecho, uno se tomar¨¢ de otro modo coger una calavera y preguntarse sobre el dilema de ser o no ser si se decide a hacer una visita al Shakespeare¡¯s Globe, algo de lo m¨¢s recomendable. All¨ª se realiza a diario un tour (solo en ingl¨¦s, si bien disponen de informaci¨®n en papel en otros idiomas) en el que se cuenta c¨®mo se construy¨® esta preciosa r¨¦plica del teatro que vio en su d¨ªa la representaci¨®n de las obras del autor de Hamlet, unos 400 a?os atr¨¢s. Es un teatro al aire libre, trabajado de forma artesanal con maderas nobles y una historia detr¨¢s apasionante ¡ªde plagas, incendios y opresi¨®n pol¨ªtica¡ª, y donde se llevan a cabo obras del Bardo pero tambi¨¦n otras contempor¨¢neas. Los tours coinciden a menudo con ensayos en los que se ve a j¨®venes actores hacer ejercicios vocales o entrar en calor corriendo o haciendo yoga.
La visita, que, todo hay que decirlo, no es barata (27 libras; pero nada suele ser barato en Londres), puede concluirse en la tienda, repleta de mercadotencia shakesperiana, y junto a la cual se expone una joya bibliogr¨¢fica: una grandiosa edici¨®n antigua de las obras de Shakespeare, adem¨¢s de un vestido impresionante, basado en retratos de Isabel I, cubierto por 1.400 perlas y que se us¨® para la obra inaugural del nuevo Globe en 1997.
El t¨¦ de la tarde o una copa de absenta
No parecer¨ªa que estuvi¨¦ramos en Londres si no atendi¨¦ramos a su celeb¨¦rrimo t¨¦ con pastas. Y ninguno mejor que el que ofrece el London Marriott Hotel County Hall, un alojamiento de cinco estrellas ubicado en South Bank y que tiene, entre sus mil atractivos, el galardonado t¨¦ de la tarde en The Library, anta?o la biblioteca del Ayuntamiento de Londres. Entre las doce y las cinco de la tarde, se puede disfrutar de un espacio bell¨ªsimo entre estanter¨ªas de roble llenas de cl¨¢sicos literarios y con una golosa oferta consistente en bollos caseros, tartas de fresas y albahaca o pasteles como la Tower Queen Elizabeth, de chocolate con caramelo y avellanas.
Otra opci¨®n vespertina fant¨¢stica es acudir a The Absinthe Parlour en The Last Tuesday Society, un sal¨®n de absenta/bar con c¨®cteles alucinante. El ambiente y la decoraci¨®n, penumbrosa, transporta a un mundo de magia y fantas¨ªa donde la protagonista es esta bebida espirituosa maldita de las artes y la literatura decimon¨®nicas, la ¡°alquimia l¨ªquida que adormece la lengua, calienta el cerebro y cambia las ideas¡±, como la describi¨® Hemingway. El local abri¨® en 2016 (tres a?os m¨¢s tarde fue elegido como el mejor bar de Londres) y es una invitaci¨®n a explorar lo macabro y lo er¨®tico, lo astrol¨®gico y esot¨¦rico por medio de un sinf¨ªn de im¨¢genes y objetos asombrosos.
La carta de absentas no puede ser m¨¢s singular, y beber una de ellas, a partir de las instrucciones de los camareros, es todo un ritual que se puede llevar a cabo antes o despu¨¦s de visitar el s¨®tano. Ah¨ª se encuentra el museo de Viktor Wynd, escritor, coleccionista y fundador del experimento de est¨¦tica relacional The Last Tuesday Society, con iniciativas performativas de lo m¨¢s exc¨¦ntricas. Su gabinete de extravagancias dejar¨¢ al visitante con la sensaci¨®n de no poder creer lo que est¨¢ viendo: huesos de animales, juguetes, grabados, pinturas de ocultistas, gatitos de dos cabezas, animales marinos, cr¨¢neos de ratones, mascotas momificadas, un esqueleto de sirena y mil curiosidades m¨¢s que rinden tributo a la imaginaci¨®n m¨¢s desconcertante.
Pinturas mon¨¢rquicas y noche lujosa en Westminster
Es un mundo este de subversi¨®n y divertido, que podemos contrastarlo con otras visitas refinadas, como la de The Kings¡¯s Gallery ¡ªhasta que muri¨® Isabel II, era The Queen¡¯s Gallery¡ª, perteneciente a la Royal Collection Trust del Palacio de Buckingham. Pagar las 19 libras para entrar en ella significa admirar colecciones de m¨¢ximo inter¨¦s art¨ªstico; por ejemplo, la reciente Holbein en la corte Tudor, que reflej¨® el trabajo de este artista del siglo XVI que fue elegido para retratar a figuras de la importancia de Enrique VIII, Ana Bolena o Tom¨¢s Moro.
Todo este periplo puede tener un colof¨®n soberbio y que implicar¨ªa, eso s¨ª, darse un regalo tan ostentoso como inolvidable: volver al County Hall para cenar y alojarse. Y es que se trata de una experiencia ¨²nica, de esas poqu¨ªsimas ocasiones en que el establecimiento en cuesti¨®n es algo mucho m¨¢s que un hotel. As¨ª, desde sus habitaciones de lujo, se puede contemplar, al otro lado del T¨¢mesis, el puente de Westminster, la torre Victoria o el Big Ben, y estar a unos pocos metros de la noria London Eye. La construcci¨®n, inmensa, que sirvi¨® como ¨®rgano administrativo de la ciudad (Greater London Council), la inaugur¨® Jorge V en 1922, y su portentosa arquitectura se extiende a toda clase de dependencias de una elegancia superior.
Uno se siente en el coraz¨®n de Londres, en lo hist¨®rico, cultural y geogr¨¢fico, al hospedarse en este Marriott que ofrece, para quien quiera y pueda permit¨ªrselo, acceso exclusivo al llamado M Club Lounge, un sal¨®n situado en la parte alta con vistas incre¨ªbles y donde es posible tomar refrigerios a cualquier hora. Asimismo, en el Gillray¡¯s Steakhouse & Bar se pueden degustar c¨®cteles artesanales y cien ginebras distintas, y adem¨¢s, saborear carnes que se dejan madurar durante 40 d¨ªas, a lo que se a?aden delicatessen como bu?uelos de pollo, langostas asadas o huevos escoceses con garbanzos. Asociada popularmente al fish and chips y a los contundentes desayunos de salchicas y beicon, esta es una deliciosa manera de redescubrir la gastronom¨ªa inglesa.
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