Qu¨¦ hacer 24 horas en Leipzig, la ciudad para amantes de la m¨²sica y el caf¨¦
Bach es casi el santo patr¨®n de esta localidad alemana (aqu¨ª est¨¢ su casa, su museo y su tumba), pero una visita tampoco se puede olvidar de Mendelssohn. Adem¨¢s, el barrio de Plagwitz es el lugar donde comer y el d¨ªa puede terminar por todo lo alto en la sala Gewandhaus o en la ¨®pera
Leipzig es una de las ciudades del estado alem¨¢n de Sajonia m¨¢s ricas en lo que a historia y cultura se refiere. Su d¨ªa a d¨ªa est¨¢ lleno de est¨ªmulos, especialmente sonoros. Y no es de extra?ar, pues en ella se instalaron compositores como Felix Mendelssohn o el padre de la m¨²sica barroca, Johann Sebastian Bach.
Aqu¨ª van unas cuantas recomendaciones para recorrerla en un d¨ªa.
9.00 Todo gira en torno a Bach
Como Bach es casi el santo patr¨®n de la ciudad, hemos de empezar por visitar su micromundo. Un buen desayuno en el Caf¨¦ Gloria (1), frente a la escultura que le dedic¨® Carl Seffner y con el fondo de la iglesia de Santo Tom¨¢s (Thomaskirche), es la mejor manera de honrarlo. Entre 1723 y 1750, Bach fue director del coro y compositor en ella, y aqu¨ª estren¨® algunas de sus obras m¨¢s representativas, como la Pasi¨®n seg¨²n San Mateo. El caf¨¦ pertenece al Museo Bach, donde encontraremos un ¨¢rbol geneal¨®gico sonoro de la familia del compositor, pues tanto los hijos de Johann Sebastian como sus ancestros fueron m¨²sicos. El museo, ubicado en la antigua casa de la familia Bose ¡ªamigos del compositor en su ¨¦poca¡ª tambi¨¦n ofrece una completa exposici¨®n de instrumentos musicales del barroco, de manuscritos del m¨²sico y un sinf¨ªn de curiosidades m¨¢s, como la posibilidad de aprender a escribir con pluma de ave en la caligraf¨ªa que Bach empleaba, llamada Kurrent.
La visita ha de complementarse con un recorrido por Santo Tom¨¢s (2), una iglesia t¨ªpicamente protestante por su sobriedad decorativa, donde se encuentra su tumba. Si miramos con detenimiento las vidrieras, encontraremos su retrato y tambi¨¦n el de otro compositor, Felix Mendelssohn, tambi¨¦n venerado en Leipzig, entre otras cosas, por ser ¨¦l quien redescubri¨® la m¨²sica de Bach, que hab¨ªa ca¨ªdo en el olvido.
11.00 Otra iglesia emblem¨¢tica
Siguiendo la ruta bachiana de iglesias, la siguiente que corresponde visitar es la de San Nicol¨¢s (Nikolaikirche) (3), cuyo interior en tenues colores pastel nos hace pensar en una tarta. Adem¨¢s de ser otro de los lugares donde trabaj¨® Bach, la cobr¨® fama internacional en 1989 por ser all¨ª donde se celebraban las llamadas ¡°protestas de los lunes¡±, que acabaron conduciendo a la reunificaci¨®n alemana.
Al salir nos toparemos con la Alte Nikolaischule (Antigua Escuela de San Nicol¨¢s) (4), la escuela p¨²blica m¨¢s antigua de Leipzig, fundada en 1512, donde estudiaron el matem¨¢tico Leibniz o el compositor Richard Wagner. Hoy es sede de la exposici¨®n permanente sobre la juventud de Wagner y del restaurante Reinhardts im Gasthaus Nikolaischule, con buenas vistas a San Nicol¨¢s y vinos tradicionales de la zona del Rin.
12.00 Comida junto al canal
Si preferimos explorar otros barrios para comer, tomando un tranv¨ªa en la estaci¨®n central de trenes llegaremos a Plagwitz, donde late el Leipzig m¨¢s actual. Aqu¨ª no encontraremos el esp¨ªritu de Bach, pero s¨ª un ambiente relajado que nos har¨¢ sentir un poco h¨ªpsters por un rato, lo que tambi¨¦n tiene su gracia. Plagwitz no tiene nada que envidiarle a Berl¨ªn gracias a sus caf¨¦s, terrazas, centros de arte no institucional y tiendas donde todo es ecol¨®gico y sostenible. Adem¨¢s, lo atraviesa un canal de lo m¨¢s buc¨®lico: el Karl-Heine-Kanal, de igual nombre que la calle principal del barrio, la Karl-Heine Strasse, donde se encuentran algunos de los espacios m¨¢s representativos de Plagwitz como el caf¨¦-restaurante Kaiserbad (5) y el centro cultural Spinnerei (6), de est¨¦tica postindustrial y lleno de galer¨ªas de arte y otros espacios imaginativos que no dejan indiferentes.
Y en la calle Zschochersche Stra?e, a pesar de su nombre impronunciable, esperan otros tantos lugares atractivos como el Nepomuk (7), donde hacen ricos c¨®cteles y sirven helados artesanales en verano.
14.00 Vida dom¨¦stica
Volvamos a lo cl¨¢sico, o m¨¢s bien al romanticismo, pues hay otras dos visitas a dos casas de m¨²sicos del siglo XIX: la de Felix Mendelssohn y la de Robert y Clara Schumann. La casa de Mendelssohn (8) organiza conciertos casi todos los domingos a las once de la ma?ana, y es un placer escucharlos en su edificio tan dieciochista, con suelo y escalera originales, y con esas paredes pintadas de verde y azul p¨¢lido, colores muy del estilo Biedermeier, la moda de la ¨¦poca de Mendelssohn.
En la residencia del matrimonio Schumann (9) tambi¨¦n se programan conciertos de m¨²sica de c¨¢mara, que honran la memoria de las glorias musicales que pasaron por all¨ª con frecuencia, como Franz Liszt, Hector Berlioz, el propio Mendelssohn y muchos otros.
15.30 Tres museos en uno
Uno de los grandes secretos de Leipzig es el fabuloso Museo Grassi, (10), integrado por tres: el Museo Grassi de Artes Aplicadas, el Museo de Etnolog¨ªa de Leipzig y el Museo de Instrumentos Musicales de la Universidad de Leipzig. Este complejo de edificios de estilo art d¨¦co, construido entre 1925 y 1929, cuenta tambi¨¦n con un jard¨ªn en el que tomarse un descanso, pues los butacones de colores instalados en ¨¦l invitan a recostarse tras ver la apabullante colecci¨®n de instrumentos musicales y de objetos art¨ªsticos de los cinco continentes que atesora el museo.
17.30 La hora del caf¨¦
Bach compuso una cantata c¨®mica dedicada al caf¨¦, clasificada con el n¨²mero BWV 211 de su cat¨¢logo. Esto nos hace ver que en Leipzig el buen caf¨¦ es una larga tradici¨®n que, adem¨¢s, se suele acompa?ar de tartas o bizcochos caseros. El Kaffeehaus Riquet (11), situado en un edificio dise?ado en 1909 por Paul Lange y de inspiraci¨®n orientalista y art nouveau ¡ªlas dos cabezas de elefante que adornan la entrada no pasan inadvertidas¡ª, es uno de los puntos de encuentro de los muy cafeteros de la ciudad. Una buena pista mientras esperamos que en la primavera de 2025 reabra la cafeter¨ªa m¨¢s antigua de Alemania, llamada Zum Arabischen Coffe Baum [al ¨¢rbol ¨¢rabe del caf¨¦] (12). Fundada en 1711 y visitada en su d¨ªa por los m¨²sicos m¨¢s c¨¦lebres de la ciudad, volver¨¢ adem¨¢s a instalar su museo del caf¨¦, con m¨¢s de 500 objetos en exposici¨®n.
19.00 Cena y birra con Goethe
En Leipzig se cena pronto para, despu¨¦s, seguir escuchando m¨²sica en directo. Goethe, buen amigo de Mendelssohn, lo habr¨ªa hecho as¨ª, y en concreto habr¨ªa acudido a la tradicional Auerbach Keller, (13), taberna en la que ambient¨® fragmentos de su Fausto, que hoy aparecen representados en los frescos de su interior. El enorme local, con espacio para 600 comensales, se sit¨²a dentro del pasaje M?dler, una galer¨ªa comercial cubierta que es tambi¨¦n visita obligada. La taberna fundada en el siglo XVI por el Doctor Auerbach, que comenz¨® sirviendo vino a los estudiantes en la bodega de su casa de la Grimmaische Gasse, y actualmente destaca por sus contundentes platos sajones, como carne a la cerveza negra o pata de venado asada, siempre regados con vino de sus bodegas.
20.00 ??pera o sinfon¨ªa?
Es la hora de ponerse de punta en blanco para acudir a escuchar un concierto en la imponente sala Gewandhaus de Augustusplatz (14). El edificio, de estilo brutalista, se construy¨® en 1977 tras la destrucci¨®n durante la Segunda Guerra Mundial del que hab¨ªa dise?ado Martin Gropius. Los amantes de la ¨®pera solamente tendr¨¢n que cruzar la plaza y dirigirse a la Oper Leipzig (15), cuyo edificio tambi¨¦n se reconstruy¨® tras la guerra, esta vez en estilo neocl¨¢sico.
Para rematar el d¨ªa con una cerveza, el ambiente est¨¢ en la plaza del mercado (Marktplatz) o, de nuevo, frente a la estatua de Bach, donde todo comienza y termina en esta ciudad musical.
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