Sicilia m¨¢gica: lugares que debes visitar en tu viaje a esta isla de Italia

La isla de mayor tama?o y m¨¢s poblada del Mediterr¨¢neo es tambi¨¦n una de las m¨¢s hermosas y de las que m¨¢s historia y patrimonio cultural atesora. En Sicilia los antiguos griegos construyeron templos impresionantes que hoy pueden visitarse en bastante buen estado; los romanos legaron uno de los restos de sus villas m¨¢s esplendorosas; y los normandos, castillos e iglesias medievales.

?rabes, bizantinos, la Corona de Arag¨®n y el rey espa?ol Carlos III se sucedieron en el dominio de la isla, que tambi¨¦n ofrece al viajero palacios renacentistas, ciudades que son una obra maestra del barroco m¨¢s cl¨¢sico y pueblecitos en las monta?as de donde partieron hacia Nueva York los emigrantes que se convirtieron en los capos m¨¢s legendarios de la mafia. Unas playas ba?adas por aguas cristalinas y una gastronom¨ªa exquisita se a?aden a una oferta ¡°que no se puede rechazar¡±, que dir¨ªa Vito Corleone.

Palermo

La ca¨®tica capital siciliana es una ciudad muy agradable, con un centro hist¨®rico adecuado para recorrer a pie y en el que, entre decenas de antiguos palacios de fachadas que no les vendr¨ªa mal una manita, brotan monumentos que no hay que perderse: la Fontana Pretoria, en la plaza del mismo nombre, fue adquirida en el siglo XVI y la desnudez de sus ninfas escandaliz¨® al clero y a los burgueses palermitanos; la catedral, erigida en el a?o 1185, muestra una fusi¨®n ¨²nica de estilo ¨¢rabe ¡ªfue mezquita durante la dominaci¨®n sarracena¡ª y normando con elementos renacentistas a?adidos en los siglos posteriores. Junto a la cripta, el tesoro guarda joyas que pertenecieron a Catalina de Arag¨®n y a otra reina normanda. El Palacio de los Normandos, un castillo medieval, es la sede actual del Parlamento de Sicilia y los mosaicos persas que forman palmeras, leopardos y pavos reales en la estancia donde dorm¨ªa el rey Roger II son de una belleza extraordinaria ¡ªvarios d¨ªas a la semana el palacio se puede visitar¡ª.

Y los cin¨¦filos tienen que visitar obligatoriamente el espl¨¦ndido Teatro Massimo, construido en estilo neocl¨¢sico a finales del siglo XIX y sede de la ?pera, en cuyas escaleras cae asesinada la hija del capo que encarna Al Pacino en una de las escenas finales de El Padrino III.

Pizza y ba?o en Mondello

A unos 12 kil¨®metros al norte del centro de Palermo ¡ªse llega c¨®modamente en un autob¨²s urbano¡ª, la playa de Mondello es ideal para un ba?o en un mar que hasta bien entrado el oto?o mantiene una buena temperatura. Y tambi¨¦n para almorzar una pizza bien hecha en una de las numerosas pizzer¨ªas asentadas en el paseo mar¨ªtimo, como Sebastian.

La catedral de Monreale

A solo ocho kil¨®metros al suroeste de la capital de la isla, la catedral de Monreale est¨¢ considerada como el mejor ejemplo de una arquitectura que incorpora elementos normandos, ¨¢rabes, bizantinos y cl¨¢sicos, a medida que los sucesivos invasores se apoderaban de Sicilia. Sus partes m¨¢s antiguas datan del siglo XII y su interior est¨¢ decorado con mosaicos bizantinos que ocupan m¨¢s de 6.000 metros cuadrados en muros, arcadas e, incluso, columnas de su afamado claustro rom¨¢nico de Santa Maria la Nuova.

El Valle de los Templos

A las afueras de la encantadora y peque?a ciudad de Agrigento, sobre la costa sur de la isla, la colonia helena de Akragas fue una de las m¨¢s importantes de la Magna Grecia y, hacia el siglo V antes de Cristo, se erigieron varios templos de estilo d¨®rico de los que cinco han resistido el paso del tiempo en diferentes estados de conservaci¨®n. Del m¨¢s impresionante, el Templo de la Concordia, se puede decir que se ha mantenido casi intacto hasta la actualidad y su fachada oeste, en la que seis columnas sostienen el arquitrabe y el t¨ªmpano, es el s¨ªmbolo de la lista de los patrimonios mundiales de la Unesco ¡ªla zona arqueol¨®gica de Agrigento est¨¢ protegida por este organismo desde 1997¡ª. El Valle de los Templos, que en realidad se erigen sobre un risco, es la mayor atracci¨®n para un viajero en Sicilia.

Una buena idea es aliviarse del calor que puede agobiar un poco la visita con un relajante chapuz¨®n en la cercana playa de Lido Maddalusa. El mismo autob¨²s que conduce a los templos desde Agrigento se detiene tambi¨¦n en este arenal de vuelta a la ciudad.

Cefal¨²

Este pueblecito sobre la costa norte siciliana es uno de los principales centros tur¨ªsticos de la isla, sobre todo en verano, debido a su buena playa, la belleza de su centro hist¨®rico medieval ¡ªcon una atractiva Piazza del Duomo, la Catedral normanda, el antiguo Lavadero o el Palazzo Maria¡ª, la iglesia barroca del Purgatorio y la Rocca, esa colina que domina la ciudad donde quedan los muros de la ciudadela ¨¢rabe con sus a?adidos normandos y un templo romano de la diosa Diana del siglo IV.

De nuevo, los cin¨¦filos tendr¨¢n la oportunidad de identificar la explanada ¡ªsi miran desde la playa hacia donde termina la fila de casas costeras¡ª donde se instalaba el cine de verano, cuyas proyecciones, a veces, se interrump¨ªan por la lluvia, en el filme Cinema Paradiso (1989). En los restaurantes de Cefal¨² se pueden probar algunos de los mejores platos de spaghetti frutti di mare de Italia (y del mundo).

Siracusa

Siracusa es una de las primeras colonias griegas establecidas en Sicilia; la fundaci¨®n de esta ciudad en la costa oriental de la isla se remonta al siglo VII antes de Cristo y fue consagrada a la diosa Artemisa. El barrio hist¨®rico de Ortigia conserva joyas como la catedral barroca, edificada sobre un templo griego cuyas columnas d¨®ricas del siglo V antes de nuestra era a¨²n se pueden admirar en el interior de la iglesia y en la propia fachada, o la Fontana Aretusa, un manantial en cuyas aguas retorn¨® a la tierra la ninfa cuando escap¨® de la Arcadia y que ya eran el principal recurso h¨ªdrico de la ciudad helena. Los restos del Teatro Greco y otros de la ¨¦poca romana aparecen por doquier en el centro de Siracusa.

Hay varias playas a las afueras, pero en la misma ciudad hay plataformas de roca estupendas para pegarse un chapuz¨®n. Y a solo 30 kil¨®metros al sur de Siracusa, no hay que perderse el mejor exponente del barroco siciliano en los fastuosos palacios e iglesias de la localidad de Noto, patrimonio mundial de la Unesco, lo cual no es mucho decir en Sicilia.

Villa Romana del Casale

En pleno centro de la isla, muy cerca del pueblo Piazza Armerina, espera la Villa Romana del Casale. Esta mansi¨®n del siglo III es el principal monumento de la ¨¦poca romana que puede admirarse ¡ª?y mucho!¡ª en Sicilia. Al haber permanecido enterrada hasta los a?os cincuenta del pasado siglo, cuando se descubri¨®, su estado es excelente y el viajero quedar¨¢ maravillado por la belleza de los mosaicos que adornan pr¨¢cticamente toda la planta del edificio, una superficie de unos 3.500 metros cuadrados.

Taormina

Esta es otra antigua colonia griega fundada siete siglos antes de nuestra era. Las playas de la hermosa Taormina, en la costa oriental de Sicilia y ba?ada por el mar J¨®nico, son un destino tur¨ªstico desde el siglo XIX. Entre los monumentos que han sobrevivido a su rico pasado se cuentan el castillo Sarraceno, sobre una colina a las afueras; el antiguo Teatro Griego, en muy buen estado y con vistas al mar y al volc¨¢n Etna que cortan la respiraci¨®n; el Palazzo Corvaja, en una fortaleza medieval normanda; y varios palacios y fuentes barrocas e iglesias g¨®ticas diseminados por el centro hist¨®rico. Sin olvidar una interesante necr¨®polis que data de la dominaci¨®n ¨¢rabe. La atracci¨®n de Taormina a los turistas m¨¢s chic se ha reflejado en la desternillante segunda temporada de la serie White Lotus.

Corleone

Los mit¨®manos y estudiosos de la Cosa Nostra siciliana no se perder¨¢n la visita a este pueblo, a 60 kil¨®metros al sur de Palermo, asentado en un valle a 500 metros de altitud. En Corleone nacieron los jefes de las m¨¢s crueles familias mafiosas como Tot¨° Riina, Il capo dei capi, o Bernardo Provenzano. Y tambi¨¦n es la villa donde el novelista Mario Puzo y el director Francis Ford Coppola situaron el origen de Vito Corleone, el Padrino.

Antes del regreso a casa, al borde de la autopista A29 que conduce al aeropuerto Falcone-Borsellino, una sencilla columna recuerda al juez y h¨¦roe antimafia Giovanni Falcone, su esposa y dos escoltas en el lugar donde fueron asesinados por la explosi¨®n de una bomba en 1992. Seis meses m¨¢s tarde, su colega y amigo Paolo Borsellino caer¨ªa tambi¨¦n asesinado por la mafia.

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