La encrucijada como viaje cotidiano desde la mirada del fot¨®grafo Oli Kellett
El artista brit¨¢nico publica ¡®Cross road bues¡¯, un libro que ilustra una de las grandes met¨¢foras de la condici¨®n humana: la elecci¨®n del camino a seguir
¡°Estaba en Los ?ngeles con ganas de fotografiar algo sobre las elecciones estadounidenses en noviembre de 2016. En ese momento, en el Reino Unido, hab¨ªa mucha cobertura sobre Trump versus Hillary Clinton. Pas¨¦ 10 d¨ªas caminando por Hope Street en el centro de Los ?ngeles. De ese viaje tuve una imagen que pens¨¦ que ten¨ªa algo especial: una figura solitaria parada sola en un cruce esperando que cambien las luces. Estar en un cruce parec¨ªa po¨¦tico y resum¨ªa el sentimiento que estaba experimentando en ese momento. Comenc¨¦ a ver a Am¨¦rica como un pa¨ªs en una encrucijada¡±, as¨ª explica Oli Kellett a El Viajero el camino de casi una d¨¦cada que ha llevado al fot¨®grafo brit¨¢nico por encrucijadas de todo el mundo, en busca de una idea que parec¨ªa cristalina: ¡°Pens¨¦ en la met¨¢fora de las personas paradas, sin saber qu¨¦ direcci¨®n tomar y ten¨ªa sentido como una gran idea. Comenz¨® siendo sobre Am¨¦rica y luego se convirti¨® mucho m¨¢s en el individuo y la idea de que todos est¨¢n siendo llevados en diferentes direcciones. As¨ª que me gustar¨ªa pensar que es una condici¨®n universal atemporal¡±.
Con la transversalidad del cruce de caminos como br¨²jula conceptual, Kellett publica estos d¨ªas Cross road blues (editorial Nazraeli press), un libro que re¨²ne una selecci¨®n de fotograf¨ªas a gran escala que realiz¨® entre 2016 y 2020: ¡°Personas capturadas en momentos contemplativos mientras estaban en cruces de caminos en todo el mundo¡±. Una oda a la perpetua condici¨®n humana de escoger un camino (u otro) para llegar a alg¨²n lugar. ¡°Ya sea una decisi¨®n que cambie la vida o una m¨¢s mundana, el sentimiento de no saber cu¨¢l es el camino correcto a elegir es familiar para todos y, por lo tanto, todos llegan al trabajo con sus propios pensamientos. Adem¨¢s, siempre he sido admirador de la escuela de Fotograf¨ªa alemana de Dusseldoft y su dedicaci¨®n a reunir cuerpos de trabajo de tem¨¢ticas similares en un libro. Enfoqu¨¦ este libro de una forma similar¡±, cuenta el fot¨®grafo.
Cross road blues rinde homenaje desde su propio t¨ªtulo a algo tan habitual en los mortales como la actitud ante la encrucijada y hasta la m¨ªstica que conlleva. ¡°La serie lleva el nombre de una canci¨®n del m¨²sico de Blues Robert Johnson Cross Road Blues. El mito f¨¢ustico de Robert Johnson cuenta como el m¨²sico hizo un trato con el diablo en el cruce de las autopistas 49 y 61 en Clarksdale, Mississippi. No he visitado ese lugar, pero como idea de dos voces conflictivas que se encuentran en una encrucijada, creo que es bastante buena¡±, confiesa Kellett.
El m¨¦todo habitual, cuenta, fue el siguiente: el brit¨¢nico reservaba un viaje a una ciudad y la exploraba durante 10 d¨ªas, volviendo a lugares espec¨ªficos donde la iluminaci¨®n fuera buena para lo que estaba buscando. Ocasionalmente, tomar¨ªa fotos 4 d¨ªas seguidos en el mismo lugar. A veces una foto pod¨ªa surgir en segundos y en otras pod¨ªa esperar horas, pero para Kellett el proceso fue sencillo: ¡°Cada d¨ªa me despertaba, chequeaba el clima, com¨ªa algo y sal¨ªa por la puerta. Me sent¨ªa realmente atra¨ªdo por la idea del azar de que puedes caminar a la izquierda o a la derecha y no importa porque estar¨¢s caminando durante 10 horas y con suerte obtendr¨¢s una buena fotograf¨ªa¡±, cuenta.
La din¨¢mica era, en s¨ª misma, algo mec¨¢nica, explica Kellett: ¡°Todas estas fotograf¨ªas se tomaron usando un tr¨ªpode con una c¨¢mara ¡®arquitect¨®nica¡¯ manual, con una parte trasera digital adjunta. Todo es manual y se usa un disparador de cable, pero utiliza una parte trasera digital en lugar de pel¨ªcula¡±. Durante la conversaci¨®n, el artista insiste de nuevo en la condici¨®n universal de la met¨¢fora que se esconde tras un cruce de caminos: ¡°Ya sea una decisi¨®n que cambia la vida o una m¨¢s mundana, la sensaci¨®n de no saber cu¨¢l es el ¡®camino¡¯ correcto a elegir es familiar para todos y, por lo tanto, todos llegan a la obra con sus propios pensamientos¡±.
El fot¨®grafo tiene bastante clara la decisi¨®n m¨¢s complicada a la hora de finiquitar el volumen para su edici¨®n, en un proyecto que le ha llevado tanto tiempo completar y en el que han disparado tantas fotograf¨ªas en tantos lugares distintos: ¡°Creo que fue reducir un cuerpo m¨¢s grande de im¨¢genes a una edici¨®n m¨¢s peque?a y ajustada para un libro. Hubo algunas im¨¢genes que funcionaban como im¨¢genes independientes, pero no funcionaban del todo dentro del libro. La edici¨®n final tiene un aspecto y una sensaci¨®n y algunas im¨¢genes no encajaban en esa est¨¦tica y tuvieron que quedar fuera¡±.
Cross road blues juega constantemente con la mirada del lector y como ese interact¨²a con la luz y la oscuridad o con ese momento en el que uno decide detenerse o seguir. Es una visi¨®n casi pict¨®rica del mundo, en la que parece imposible no escoger bando y decidir (despu¨¦s de una larga reflexi¨®n) qu¨¦ foto le representa. Por supuesto, Kellett tambi¨¦n tiene la suya: ¡°?Mi favorita del libro? Siempre he tenido un cari?o especial por Marion Street, Seattle, 2018. Presenta a una anciana de aspecto amigable esperando pacientemente con una bolsa de pan (que alguien que conoce Seattle mejor que yo, me dijo) que est¨¢ llevando para alimentar a los patos. Sobre ella cuelga un letrero tan grande como ella que dice MARION, se?alando la calle en la que est¨¢ parada, pero siempre me gust¨® la idea de que ELLA se llamara Marion. Lo cual parec¨ªa un nombre apropiado para ella¡±, concluye.
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