Caminar por sendas que saben de vino y pescado

Mucho antes de que se inventaran los camiones frigor¨ªficos, los comerciantes vascos lograban vender pescado fresco en el valle del Ebro ¨Da casi 200 kil¨®metros de distancia¨D transport¨¢ndolo en carretas. La mercanc¨ªa (besugo, bonito, merluza, rape, palometa¡­) tardaba tres d¨ªas (dos noches) en llegar desde los puertos de Bermeo, Lekeitio u Ondarroa hasta Rioja Alavesa y Logro?o. Y adem¨¢s, llegaba fresca, fresqu¨ªsima, gracias a una estudiada red de caminos carreteros que cruzaban Euskadi de norte a sur, a que los viajes se hac¨ªan sobre todo en invierno y oto?o y a las ingentes cantidades de hielo que iban a?adiendo a la carga. Una vez en la Rioja Alavesa, y para no desperdiciar el viaje de vuelta, cargaban vino de Rioja para venderlo en Vitoria, en Durango, en Gernika o en los puertos desde los que sal¨ªan.

Esa ruta comercial, que durante siglos vertebr¨® el Pa¨ªs Vasco y sirvi¨® tambi¨¦n como dinamizador social del territorio y como canal de distribuci¨®n de otros muchos alimentos, se ha recuperado hoy para el turismo de aire libre como el sendero GR 38, la Ruta del vino y del pescado. Una de las grandes propuestas senderistas del norte de Espa?a que permite atravesar Euskadi por unos parajes soberbios y muy diferentes ¡ªdesde los vi?edos del valle del Ebro a los bosques atl¨¢nticos de la sierra de Urkiola o las marismas de la r¨ªa de Urdaiba¡ª pasando adem¨¢s por algunos de los pueblos y villas m¨¢s emblem¨¢ticas de ?lava y Vizcaya.

Y con el valor a?adido de la carga hist¨®rica que atesora la ruta. Caminar es siempre un ejercicio agradecido, pero cuando encima lo haces por sendas con historia, en las que el desplazamiento de un extremo a otro ten¨ªa un sentido y una raz¨®n de ser, la aventura es doblemente gratificante. Sirvan de ejemplo los caminos a Santiago. El trasiego de arrieros por esta Ruta del vino y del pescado est¨¢ documentado desde al menos el siglo XV. Y termin¨® no hace tanto tiempo.

De hecho, en Bermeo queda una f¨¢brica de conservas fundada en 1898 por Rufino Arroyabe, que era uno de aquellos comerciantes que iban y ven¨ªan desde Oy¨®n con carromatos y mucho hielo. Rufino, adem¨¢s de pescado fresco, transportaba otros en conserva (salazones y escabeches, sobre todo); como buen visionario, supo que hab¨ªa que innovar y empez¨® a hacer sus propias conservas de pescado. Hoy, Conservas Arroyabe est¨¢ regentada por la quinta generaci¨®n de la misma familia. Y tiene tienda a pie de calle junto al puerto de Bermeo, al ladito de donde sal¨ªan los carros del tatarabuelo Rufino camino de la Rioja.

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