Los versos de m¨ªrame y no me toques
Imaginen el veto a la inversa: un joven poeta blanco va a ser traducido por una mujer negra y madura

Tras la columna del pasado domingo, me qued¨¦ d¨¢ndole vueltas a la cuesti¨®n. Trataba sobre esa imbecilidad suprema ¡ªles recuerdo¡ª de exigir que los traductores de la joven poeta Gorman sean como ella, mujeres negras y activistas. Al caso de la holandesa ¡°no binaria¡± que fue vapuleada en las redes por ser blanca, se uni¨® poco m¨¢s tarde el del traductor catal¨¢n Obiols, de amplia trayectoria, quien, una vez completado su encargo de verter a su lengua los versos de m¨ªrame y no me toques, lo vio desechado por ser var¨®n, blanco, sesent¨®n y ¡°no activista¡±. No s¨¦ si sus faltas iban en este orden, tanto da.
Este art¨ªculo de hoy ofender¨¢ a la Internacional Bienqueda, que a menudo coincide con la Falaz, pero ya digo que las implicaciones del estupid¨ªsimo asunto me dieron que pensar. Imaginen, si es posible, que el veto hubiera sido a la inversa. Es decir, un joven poeta blanco, estadounidense, va a ser traducido, en Holanda o donde sea, por una mujer negra y madura. Las redes sociales se sublevan. El diario Volkskrant (de gran prestigio en los Pa¨ªses Bajos) presta su tribuna a un activista blanco para que arremeta contra la elecci¨®n. La editorial Meulenhoff reconsidera su decisi¨®n y se dispone a buscar un ¡°perfil¡± de traductor adecuado, que evite ¡°el dolor, la frustraci¨®n, el enfado y la decepci¨®n de muchos¡±. La traductora de raza negra renuncia al instante y declara: ¡°Entiendo a la gente que se siente herida por mi elecci¨®n¡±. En realidad todo esto es inimaginable hoy. Se habr¨ªa armado la de San Quint¨ªn. El grito de ¡°?Racismo!¡± habr¨ªa resonado en todo el planeta. Se habr¨ªan sucedido las acusaciones ¡ªjustificadas¡ª de supremacismo, discriminaci¨®n por sexo, edad y color de piel. Volkskrant habr¨ªa perdido suscriptores y habr¨ªa implorado perd¨®n. El autor de la tribuna habr¨ªa tenido que desaparecer. Meulenhoff habr¨ªa sufrido una brutal campa?a de descr¨¦dito. Y al joven poeta nadie le habr¨ªa vuelto a publicar un verso, ni en su naci¨®n ni en ning¨²n otro lugar, por pretencioso, quisquilloso, divo y por supuesto racista impresentable.
Todo justo y merecido, porque resultar¨ªan intolerables objeciones y vetos as¨ª, propios de los Estados sure?os (Georgia, Alabama y dem¨¢s) en tiempos por fortuna pret¨¦ritos. Que los negros all¨ª fueron esclavizados, perseguidos, despreciados, linchados hasta bien entrado el siglo XX, es cierto e innegable, y hay que permanecer alerta para que nunca vuelva a ocurrir nada remotamente parecido. Sin embargo, ?eso supone patente de corso para un descarado racismo contra los blancos, como si todos los de esta raza fu¨¦ramos due?os de plantaciones y latig¨¢ramos a esclavos, como si tuvi¨¦ramos la culpa de lo que otros hicieron hace siglo y medio y m¨¢s? ?Es este racismo aceptable y bueno en s¨ª mismo? Al parecer s¨ª. E incluso recomendable, pues no son escasos los blancos que se fustigan por su color de piel, tal es el pavor a ser tachado de ¡°racista¡± si no se odia uno a s¨ª mismo. Al lado de semejantes autocr¨ªticas, las que Stalin induc¨ªa en sus purgados resultan casi ben¨¦volas.
Algo semejante sucede con el machismo ¡°t¨®xico¡± e invasor. En la ¨²ltima gala de los Goya, un micr¨®fono capt¨® una voz an¨®nima y grosera que, seg¨²n desfilaban actrices y presentadoras, hac¨ªa comentarios soeces o denigrantes. No eran muy distintos, no obstante, de los que numerosas mujeres, en privado al menos (y el an¨®nimo cre¨ªa hablar en privado), hacen sobre los hombres: ¡°Mira qu¨¦ culo, qu¨¦ pectorales, qu¨¦ paquete¡±, y dem¨¢s. Se leen en las novelas semiporno a¨²n llamadas ¡°rom¨¢nticas¡± (vayan a saber por qu¨¦), escritas y le¨ªdas sobre todo por mujeres, y en los programas de televisi¨®n, y a raudales en las bastas comedias (series y pel¨ªculas) espa?olas. En bocas femeninas, nada de esto suscita indignaci¨®n: desde luego no en los varones (mucho m¨¢s tolerantes); y para las lectoras y espectadoras es motivo de celebraci¨®n: ¡°Ay, qu¨¦ saladas, ay qu¨¦ risa, tienen raz¨®n, ese est¨¢ para comerle la polla sin m¨¢s pre¨¢mbulo¡±. No son infrecuentes estas zafiedades.
Supongo que hay cierta explicaci¨®n para tan opuestos baremos: los blancos no est¨¢n inermes (v¨¦anse los repugnantes grupos supremacistas dignificados por Trump y la Fox), ni los varones indefensos. Es incomparable el riesgo que corren con el de negros, asi¨¢ticos, jud¨ªos y mujeres. Ahora bien, ?justifica esto que se los maltrate de palabra, se los juzgue con tremenda severidad, se los veje, se los vete para una m¨ªsera traducci¨®n? La traductora holandesa blanca y el traductor catal¨¢n hombre se ganan la vida con su profesi¨®n. Descartarlos por el tono de su piel, su sexo o su falta de juventud, ?no es acoso y discriminaci¨®n laboral? ?No se los ha privado de una oportunidad por razones que nada tienen que ver con su competencia en el oficio? En fin, en fin. Irr¨ªtese ahora la Internacional Bienqueda o Falaz, sulf¨²rense los actuales inquisidores. Como no tengo cuenta en Twitter, no me la podr¨¢n bloquear como a Obiols. Me podr¨¢n echar de esta p¨¢gina, tal vez. Poco importa, porque no le veo sentido a escribir en prensa para no decir la verdad, o s¨®lo para lo que tantos y tantas escriben: justamente, quedar bien.
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