Teletransportaci¨®n y ensue?o
Sus due?os, decididos a no renunciar ni a la plusval¨ªa del suelo ni a la bella morada, decidieron entonces el acto heroico de trasladar la casa
Si no prestas mucha atenci¨®n al interior de la foto, puede que no veas lo que ocurre. Aun as¨ª, tal vez hayas sentido un poco de extra?eza. Sucede en las ocasiones en las que nuestro inconsciente capta alguna singularidad que no emerge al consciente: cuando un mueble se encuentra un poco desplazado de su lugar en el sal¨®n del piso de tus padres, por ejemplo.
Lo que pasa dentro de esta imagen es que hay una casa fuera de sus cimientos como una muela fuera de su enc¨ªa. Aparece sobre un cami¨®n que la est¨¢ cambiando de sitio. Y no se trata de una caba?a prefabricada de 20 metros cuadrados, sino de una mansi¨®n victoriana de 400. Ah¨ª la tienen con todas sus molduras, sus hermosas ventanas, su azotea, su puerta de entrada con su ?marquesina. La han arrancado de una calle para llevarla a otra. Lo incre¨ªble es que se puede hacer. Ocurri¨® hace poco en San Francisco debido a que el solar sobre el que se hallaba hab¨ªa subido de precio, por la especu?laci¨®n (?por qu¨¦, si no, suben de precio los solares?). Sus due?os, decididos a no renunciar ni a la plusval¨ªa del suelo ni a la bella morada, decidieron entonces el acto heroico de trasladarla. A veces imagino que yo fuera capaz de eso, de mover mi casa de su sitio y llevarla a donde se me antojara, de modo que al salir de ella no me encontrara en la calle de siempre, sino en otra. Hay algo de ensue?o y como de teletransportaci¨®n en esta empresa que requiere, sin embargo, de la asistencia de una maquinaria pesada. Pero una vez llevada a cabo, te pones a ver la tele, como cualquier d¨ªa, y aqu¨ª paz y despu¨¦s gloria.
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