Pere Aragon¨¨s, contra el odio

El 26 de marzo pasado, durante el debate de investidura a la presidencia de la Generalitat, Pere Aragon¨¨s, l¨ªder de ERC y candidato al cargo, se limit¨® a contestar a la intervenci¨®n de Ignacio Garriga, l¨ªder de Vox, leyendo pasajes de Contra el odio, de Carolin Emcke. Me parece bien. El libro de Emcke no es gran cosa, la verdad, y, por m¨¢s que me esforc¨¦, no fui capaz de detectar v¨ªnculo alguno entre lo dicho por Garriga y lo que ley¨® Aragon¨¨s. Da igual: me sigue pareciendo bien. Al fin y al cabo, cualquier excusa es buena para denunciar el odio y la xenofobia. Siempre y cuando no se trate de puro postureo, claro est¨¢.

Porque asombra que Aragon¨¨s sea capaz de ver el odio y la xenofobia en Vox con tanta claridad y no sea capaz de verlo a su lado. Nada m¨¢s f¨¢cil en efecto que compilar una biblioteca entera de declaraciones xen¨®fobas (variante hispan¨®foba) de representantes del secesionismo, pero me conformar¨¦ con un ejemplo estelar. El 19 de diciembre de 2012, Quim Torra, futuro presidente de la Generalitat, public¨® en El M¨®n un art¨ªculo donde afirmaba que los catalanes que no hablan catal¨¢n son ¡°carro?eros, escorpiones, hienas. Bestias con forma humana¡±. S¨ª, ya s¨¦ que la cita es famosa y que a los secesionistas no les gusta que se la recuerden; lo lamento de veras: yo a¨²n no he sido capaz de digerir que la primera autoridad de Catalu?a llame a mi madre (y a miles de conciudadanos m¨¢s) carro?era, escorpi¨®n, hiena y bestia con forma humana. ?Qu¨¦ son esos calificativos, se?or Aragon¨¨s? ?Una apolog¨ªa de la fraternidad? ?Una declaraci¨®n en favor de los valores democr¨¢ticos? No ser¨¦ yo quien pronuncie una sola palabra de apoyo a Vox, pero ?alguien ha o¨ªdo a alg¨²n miembro de ese infausto partido ¡ªo, ya puestos, del Ku Klux Klan¡ª decir algo vagamente parecido a eso? Aceptemos ¡ªya es aceptar¡ª que no hay xenofobia en abanderar una campa?a propagand¨ªstica cuyo lema es la trola demostrada del ¡°Espanya ens roba¡±, como hizo el propio Aragon¨¨s, pero, si el escrito de Torra no expresa odio y xenofobia, ?qu¨¦ demonios expresa? ?Alg¨²n miembro de su partido o del Gobierno le pidi¨® a su autor que dimitiera? ?Se lo pidi¨® el se?or Aragon¨¨s, que fue su vicepresidente durante m¨¢s de dos a?os? ?Le exigi¨® al menos que rectificara? No. Y lo m¨¢ximo que lleg¨® a decir Torra fue que, si alguien se hab¨ªa sentido molesto por su escrito, lo lamentaba. Pero, hombre de Dios, ?qui¨¦n podr¨ªa molestarse porque alguien le llame bestia con forma humana? ?C¨®mo es posible que haya gente con la piel tan fina? Lo repito: aunque las palabras de Torra sean virtualmente insuperables, podr¨ªamos reunir un exuberante florilegio de declaraciones semejantes proferidas en los ¨²ltimos a?os por secesionistas notorios. Subrayo lo de los ¨²ltimos a?os. El odio y la xenofobia forman parte de cualquier comunidad, porque est¨¢n inscritos en lo m¨¢s hondo del ser humano, y Catalu?a no es ninguna excepci¨®n. Pero en Catalu?a, antes del proc¨¦s, el odio y la xenofobia (variante hispan¨®foba) viv¨ªan confinados en las catacumbas y, cuando sal¨ªan a la luz, se los condenaba; ahora, en cambio, campan por sus respetos en la prensa, la radio y la televisi¨®n, no digamos las redes sociales. Antes, en Catalu?a, el odio y la xenofobia se castigaban; ahora se premian, incluso con la presidencia de la Generalitat. Esa es otra de las bendiciones que debemos al proc¨¦s.

Cuenta la leyenda que algunos dirigentes de ERC, como el propio Aragon¨¨s, quieren arreglar lo que contribuyeron decisivamente a romper en oto?o de 2017, cuando arremetieron contra la democracia en nombre de la democracia. Ojal¨¢ sea verdad. La tarea es complicad¨ªsima: dividir una sociedad es muy f¨¢cil; volverla a unir, muy dif¨ªcil. Como sea, si el prop¨®sito es aut¨¦ntico, lo primero que deber¨ªan hacer, en vez de dar lecciones de moral a nadie ¡ªy aparte de dejar de contar mentiras y de desmentir las que en los ¨²ltimos a?os han difundido a mansalva¡ª, es desterrar el odio y la xenofobia del secesionismo, que es donde m¨¢s cerca lo tienen, devolverlos a las catacumbas de las que nunca debieron salir y encerrarlos all¨ª a cal y canto. Y luego tirar la llave donde nadie vuelva a encontrarla.