Un ¡®Parque Jur¨¢sico¡¯ de hielo
El Frozen Zoo de San Diego, en California, constituye una de las grandes esperanzas cient¨ªficas y conservacionistas para salvar especies animales en peligro de extinci¨®n
El 26 de noviembre de 2004 muri¨® el ¨²ltimo ejemplar de po¡¯ouli, un p¨¢jaro de cabeza oscura que viv¨ªa en las faldas de un volc¨¢n en Maui, Haw¨¢i. Marlys Houck, curadora del banco de biodiversidad del Frozen Zoo en San Diego (California), recuerda su lucha contra reloj para rescatar las c¨¦lulas vivas del viejo macho que llegar¨ªa dos d¨ªas despu¨¦s. ¡°Dispon¨ªa solo de dos o tres d¨ªas de margen para establecer una l¨ªnea celular. Lo intent¨¦ con todo, coraz¨®n, h¨ªgado, bazo y piel, hasta que logr¨¦ cultivar c¨¦lulas del ojo, lo ¨²nico que creci¨®¡±.
C¨¦lulas valios¨ªsimas, conservadas en nitr¨®geno l¨ªquido y listas para revivir en un plato de cultivo. Se a?aden al incalculable tesoro del Frozen Zoo: un banco celular viviente, 10.000 individuos y 1.200 especies de mam¨ªferos, aves, reptiles y anfibios. La ¨²ltima esperanza de resucitar al po¡¯ouli alg¨²n d¨ªa, pese a obst¨¢culos formidables. Al ser un macho, los cient¨ªficos no disponen del cromosoma femenino. Y adem¨¢s, todav¨ªa no se ha logrado la clonaci¨®n en aves, explica Houck.
Pero los milagros son posibles. Hace ya un a?o que naci¨® Edward, un ejemplar de rinoceronte blanco del sur, mediante inseminaci¨®n artificial. Su ¨¦xito arroja un poco de esperanza para su primo, el rinoceronte blanco del norte, del que quedan dos ejemplares vivos en ?frica y est¨¢ al borde del abismo.
¡°Tenemos 10 l¨ªneas celulares en nuestros bancos, pero no ¨®vulos¡±, se lamenta Houck. ¡°Pero podemos reprogramar las c¨¦lulas de su piel para que se conviertan en esperma y ¨®vulos¡±.
La tecnolog¨ªa de la clonaci¨®n y su porcentaje de ¨¦xito ha mejorado desde los tiempos de la oveja Dolly, que naci¨® de entre 277 intentos fallidos, subraya Cynthia Steiner, directora asociada de gen¨¦tica de la conservaci¨®n del Frozen Zoo. Aclara que la instituci¨®n externaliza estos procesos tecnol¨®gicos. Pero gracias al ADN de un ejemplar del caballo de Przewalski conservado durante 40 a?os en los bancos celulares, los cient¨ªficos clonaron el primer ejemplar de esta rara especie ¡ªel ¨²ltimo caballo salvaje, que sobrevive en Mongolia¡ª en agosto pasado. ¡°Tenemos al individuo, hemos probado el concepto, pero podemos usar estas c¨¦lulas para introducir variaci¨®n gen¨¦tica en la poblaci¨®n¡±, explica.
El Frozen Zoo planea alcanzar en el futuro 10.000 genomas de animales en sus bancos. Los cient¨ªficos usan la gen¨®mica para luchar contra el comercio ilegal de vida salvaje, carne ilegal de chimpanc¨¦ o de duiker, un ant¨ªlope africano. ¡°Si nos llega una muestra de tejido, podemos identificar a qu¨¦ especie pertenece bas¨¢ndonos en unas regiones que nos permiten hacer un c¨®digo de barras gen¨¦tico¡±, dice Steiner. Esta informaci¨®n permite que los pa¨ªses que sufren esta lacra puedan sancionar si la muestra proviene de un animal protegido.
El ¨²ltimo le¨®n sobre la Tierra agoniza, le cuento a Marlys Houck. ?Qu¨¦ har¨ªa? Trabajo de campo y extraer sus c¨¦lulas vivas antes de que muera, como el que ella realiz¨® en Zimbabue con los rinocerontes. Cuando muri¨® Solitario George, la ¨²ltima tortuga gigante de su especie, en la isla Pinta de las Gal¨¢pagos, Houck acudi¨® en las siguientes 24 horas para salvar c¨¦lulas de su piel, g¨®nadas e intestino. ¡°No hab¨ªa gente local entrenada para hacerlo¡±. Les ense?¨® un m¨¦todo para conservarlas en nitr¨®geno l¨ªquido sin destruirlas. Houck volvi¨® a San Diego poco despu¨¦s y el legado de George se qued¨® en Ecuador. La clave es una red internacional de bancos celulares y equipos locales entrenados que trabajen in situ. Una red que salvar¨¢ a las especies que nosotros ya hemos condenado de antemano.
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