Seis mujeres poderosas que han cambiado la industria audiovisual
Reunimos a las responsables de algunos de los ¨²ltimos grandes ¨¦xitos en cine y series. Reflexionan sobre c¨®mo ha mejorado el papel de las mujeres delante y detr¨¢s de las c¨¢maras, y analizan el potencial social y de negocio de incluir la perspectiva de g¨¦nero, sin olvidar lo que todav¨ªa les queda por lograr.
Si esto fuera un guion, arrancar¨ªa as¨ª: Interior. D¨ªa. Sala amplia y di¨¢fana. Seis mujeres conversan sentadas en c¨ªrculo. Son profesionales punteras de la industria audiovisual. Han aprovechado la visita de la vicepresidenta de contenido de televisi¨®n de Netflix, Bela Bajaria, que est¨¢ de paso por Madrid, para hablar de lo que les ocupa y apasiona: el cine y las series. Durante m¨¢s de una hora comparten debate, por orden alfab¨¦tico, Cristina Andreu, directora de cine y presidenta de la Asociaci¨®n de Mujeres Cineastas y de Medios Audiovisuales CIMA; la productora de televisi¨®n Teresa Fern¨¢ndez-Vald¨¦s, promotora, entre otras, de series como Velvet o Fari?a; la productora de cine Emma Lustres, que est¨¢ detr¨¢s de pel¨ªculas como Celda 211; la directora y guionista Juana Mac¨ªas, ganadora de un Goya, y la guionista, creadora y productora ejecutiva Esther Mart¨ªnez Lobato, responsable de bombazos como La casa de papel. La charla empieza por una pregunta f¨¢cil: ?Existen el cine y las series de mujeres? ?Es bueno que as¨ª sea?
¡°No s¨¦ si hay una audiencia espec¨ªfica¡±, reflexiona Bela Bajaria. ¡°Pero s¨ª creo que en la industria se ha cre¨ªdo que las pel¨ªculas con personajes femeninos no funcionan tan bien. Con Los Bridgerton, una serie rom¨¢ntica dirigida a mujeres, hemos demostrado que se puede tener mucho ¨¦xito. Las mujeres tambi¨¦n tienen poder adquisitivo y capacidad para ser consideradas un p¨²blico rentable. Y, a su vez, hacen grandes series y pel¨ªculas que tambi¨¦n ven hombres¡±. Teresa Fern¨¢ndez-Vald¨¦s toma la palabra: ¡°Yo, que he trabajado much¨ªsimo para el p¨²blico femenino, s¨ª siento que hay contenido con vocaci¨®n de acercarse a la mujer, aunque no solo ellas los ven. Cuando hicimos Velvet, una comedia rom¨¢ntica, los hombres se acercaban y me dec¨ªan: ¡®Vi la serie¡¯. Nunca admit¨ªan que les gustaba, sino que la ve¨ªan con su madre porque a ella le encantaba. Les cuesta reconocer que esas comedias rom¨¢nticas tambi¨¦n les entretienen¡±. Cristina Andreu considera que lo realmente importante es que los hombres vean cada vez m¨¢s contenidos de mujeres: ¡°La gran lucha es que por fin se oiga nuestra voz, que ha estado callada durante tant¨ªsimos a?os¡±. Y Esther Mart¨ªnez Lobato mira al futuro: ¡°Necesitamos series enfocadas a ni?as o adolescentes, para que vean que tambi¨¦n pueden ser escritoras, fontaneras, hacer acci¨®n y drama, coger pistolas y entender que las diferencias con los hombres no son tan abismales como las que les han mostrado en televisi¨®n. En Vis a vis colocamos a mujeres en roles que no tienen nada que ver con los que normalmente se les atribuye, era una serie violenta en una c¨¢rcel. Estamos muy orgullosos de que la viera p¨²blico mascu?lino sin avergonzarse. Hay una frontera que se est¨¢ abriendo¡±.
El ¨²ltimo informe de CIMA sobre la representaci¨®n de las mujeres en el cine espa?ol muestra que la paridad a¨²n est¨¢ lejos. Solo uno de cada tres trabajadores del sector es una mujer, una proporci¨®n que se mantiene en la producci¨®n. Ellas son apenas el 19% de los directores y uno de cada cuatro guionistas. Donde se dispara la participaci¨®n femenina es en dise?o de vestuario (88%) y maquillaje y peluquer¨ªa (74%). Ellas, adem¨¢s, siguen ligadas principalmente a las historias m¨¢s ¨ªntimas y se atreven menos con las grandes producciones. Cristina Andreu lo detect¨® cuando empezaron a pedir guiones para la iniciativa Cima Impulsa, un programa que promueve proyectos escritos por mujeres guionistas. ¡°Todos se desarrollaban en entornos femeninos. Nuestro plan es transmitir que pueden hacer lo que quieran, que no est¨¢n obligadas a contar historias de mujeres¡±.
¡°La mujer se limita. A m¨ª no me pasa, pero lo veo¡±, apunta Teresa F¨¦rnandez-Vald¨¦s: ¡°No te presentas a un puesto si el curr¨ªculo no cumple exactamente con todo lo que se solicita. Ellos se presentan cuando tienen el 50% de lo que se pide¡±. Esta gallega, productora tambi¨¦n de Las chicas del cable, defiende que ellas proponen historias m¨¢s peque?as porque las ven m¨¢s accesibles, no porque no tengan ideas ¡°macarr¨®nicas o roquer¨ªsimas, o sue?en con ser Tarantino. Solo falta el siguiente paso, hacerlo a lo grande¡±.
Comparten que existe una relaci¨®n directa entre el n¨²mero de mujeres que hay en los equipos y el tipo de papeles ¡°interesantes y complejos¡± que ocupan ellas delante de las c¨¢maras, como defiende Bajaria. ¡°Mi trabajo consiste en hacer apuestas¡±, dice la ejecutiva de origen indio afincada en Los ?ngeles. ¡°No hay ning¨²n motivo por el que una mujer no pueda producir o escribir una escena hasta arriba de efectos especiales, aunque as¨ª haya sido tradicionalmente¡±.
La directora Juana Mac¨ªas, inmersa actualmente en un proyecto con otras cuatro directoras, echa mano de biograf¨ªa para contar sus propios miedos a los grandes proyectos. ¡°El primer guion que se me ocurri¨® hacer era de ciencia ficci¨®n, pero lo guard¨¦ en un caj¨®n y a¨²n no lo he sacado. Ir m¨¢s all¨¢ requiere tener mucha autoconfianza, y eso es algo que las mujeres debemos trabajar desde ni?as¡±.
¡°A los chicos, desde peque?os, se les amuebla la autoestima dici¨¦ndoles que son graciosos y valientes, mientras a las ni?as les dicen que son monas¡±, prosigue Esther Mart¨ªnez Lobato, responsable tambi¨¦n de la serie Sky Rojo. ¡°Eso hay que cambiarlo radicalmente. Todo ir¨¢ mejor si en alg¨²n momento se equipara el porcentaje de mujeres. Como nosotras nos imponemos baremos absolutamente inflexibles, permitir¨¢ la entrada de gente brillante. Los que manden o hagan contenidos ser¨¢n los mejores, no el tipo que lleg¨® primero o el que le ech¨® morro para estar ah¨ª¡±. Emma Lustres, que adem¨¢s de producir cine es la primera mujer que entr¨® en el consejo de administraci¨®n del Deportivo de La Coru?a, admite que ella no ve¨ªa machismo en el sector hace una d¨¦cada y ¡°gracias a muchas mujeres que eran mucho m¨¢s conscientes¡± entendi¨® la importancia de ¡°poner nombres y apellidos¡± a los micromachismos y desigualdades. ¡°Pero es fundamental que los hombres tambi¨¦n lo hagan. Una sociedad que cuente con el talento de unos y otras ser¨¢ simplemente una sociedad mejor¡±, defiende.
Ellas, de ni?as, tambi¨¦n tuvieron referentes en los que mirarse. O no. A Cristina Andreu le marc¨® Mary Poppins, una protagonista que no se iba con el chico al final de una pel¨ªcula en la que se hablaba tambi¨¦n de la lucha de las sufragistas. Bela Bajaria dice que, como ni?a india, creci¨® sin ver a nadie como ella en televisi¨®n hasta que ya hab¨ªa cumplido los 20 a?os. Juana Mac¨ªas solo segu¨ªa a directores hasta que descubri¨® a Jane Campion e Isabel Coixet: ¡°Tuve la sensaci¨®n de que se puede hacer lo que quieras y se puede pensar hacia d¨®nde quieres ir¡±. Emma Lustres lo tuvo algo complicado cuando decidi¨® dedicarse a la producci¨®n, pero no se arredr¨®: ¡°Me pregunt¨¦: ¡®C¨®mo voy a ser yo productora si son hombres con barriga, una copa de whisky en la mano y una actriz guap¨ªsima a su lado?¡±. Empez¨® joven, y en los festivales siempre le preguntaban si era actriz. ¡°Lo bueno es que no me ve¨ªan como competencia y yo me aprovechaba, les tiraba de la lengua e intentaba aprender mucho¡±, recuerda.
En 1985, la vi?etista Alison Bechdel invent¨® en una de sus historietas un detector de desigualdades en el cine, el llamado test de Bechdel. Para pasarlo, una obra debe tener al menos dos personajes femeninos con nombre propio que hablen entre s¨ª de algo que no sea hombres. Parece rebuscado, pero pel¨ªculas premiadas como V¨¦rtigo, El Padrino o La guerra de las galaxias no pasan esta prueba del algod¨®n. M¨¢s all¨¢ del test, las seis profesionales convocadas en Madrid reflexionan sobre los sesgos que a¨²n quedan en la industria. A Juana Mac¨ªas, los que m¨¢s le interesan son los propios. Explica c¨®mo a veces escribe personajes pensando en un hombre y luego los convierte en mujer. ¡°As¨ª encuentras cualidades que nunca se te hubiera ocurrido poner. Es interesante porque eres t¨² misma la que lo ha hecho, nadie m¨¢s¡±. En esa misma l¨ªnea, Mart¨ªnez Lobato hizo un experimento en uno de los guiones en los que estaba trabajando. Le lleg¨® una escena con un cirujano y una enfermera. Ella tach¨® y cambi¨® el rol: ¡°Una cirujana y un enfermero¡±. A su equipo le chirri¨®, no entend¨ªan por qu¨¦ lo hab¨ªa hecho, y ella replic¨®: ?por qu¨¦ no? ¡°Me dec¨ªan que no se iba a entender, pero luego sal¨ªa en una escena operando y se entendi¨® perfectamente¡±, zanja. Sus contertulias se r¨ªen. Bajaria a?ade un par de ideas ante las que el resto asiente: las mujeres en puestos de poder marcan la diferencia, y los contenidos con m¨¢s mujeres no son solo justos, tambi¨¦n son rentables: ¡°Yo puedo ver los salarios y cuestionar que se pague menos a una mujer que a un hombre. Puedo dar una oportunidad a otras, creer en ellas hasta cuando ellas mismas no se lo creen. Por un lado, es una cuesti¨®n de justicia social, es lo correcto. Pero tambi¨¦n es un buen negocio. Si tus series son m¨¢s diversas, m¨¢s interesantes, habr¨¢ m¨¢s gente que se sienta identificada y las vea, tendr¨¢n m¨¢s ¨¦xito¡±.
D¨ªas antes del debate, el Festival de Cine de San Sebasti¨¢n decidi¨® por primera vez dar un galard¨®n a la mejor interpretaci¨®n, sin diferenciar por sexo. Y tuvo un palmar¨¦s abrumadoramente femenino, una novedad que no escap¨® a la pol¨¦mica porque algunas cr¨®nicas cuestionaron el talento de las premiadas. ¡°Es incre¨ªble y bastante indignante¡±, considera Cristina Andreu. ¡°Antes, cuando las mujeres no ganaban premios era porque no ten¨ªamos talento. Ahora que s¨ª llegan es porque son mujeres. ?Cu¨¢ndo van a admitir de una vez que s¨ª hay talento femenino?¡±. Las debatientes coinciden en que no deber¨ªa darse solo un galard¨®n por la interpretaci¨®n, sin separar entre hombres y mujeres, porque la sociedad a¨²n no est¨¢ preparada y porque se perder¨ªa visibilidad: ¡°Los premios est¨¢n para poner foco en el trabajo de los profesionales y siempre se ver¨¢ m¨¢s con dos premios que con uno solo¡±, se?ala Emma Lustres. Esther Mart¨ªnez Lobato a?ade que, aunque reducir las categor¨ªas a una ¡°aligerar¨ªa¡± las galas, ¡°a nivel interpretativo lo que se busca en unos y otras es diferente¡±.
M¨¢s all¨¢ de los premios, ahondan en c¨®mo la industria y la sociedad valoran su trabajo frente al de sus compa?eros, sobre todo cuando trabajan codo con codo con sus parejas. Es lo que le ocurre a Esther Mart¨ªnez Lobato, que comparte profesi¨®n, guiones y vida con el tambi¨¦n productor y guionista ?lex Pina. ¡°En mi experiencia he notado muchas diferencias con el tratamiento en entrevistas, eventos y premios. Cuando eres pareja de alguien se te presenta como tal. En Sky Rojo vimos tambi¨¦n que las entrevistas a sus protagonistas femeninas ten¨ªan un tratamiento diferente, con un lenguaje m¨¢s coloquial, de chascarrillo, menos serio¡±. Teresa Fern¨¢ndez-Vald¨¦s, que fund¨® una productora con su socio y marido, Ram¨®n Campos, tambi¨¦n lo ha percibido: ¡°El reconocimiento ha sido muy parejo, pero en el tratamiento en los medios hay un abismo absoluto cuando me entrevistan a m¨ª o a Ram¨®n. No me preocupa que me pregunten por mis ni?os, puedo contestar o no contestar, pero es que a ¨¦l no se lo preguntan. Tampoco quieren saber c¨®mo compatibiliza esto con su vida familiar, algo que s¨ª les interesa en mi caso. ?Qu¨¦ pasa, ¨¦l no tiene vida familiar? Se asume que t¨² tienes muchas m¨¢s cosas que hacer que solo lo profesional. Es una pasada¡±.
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