Atasco global
La falta de suministros ante el aumento de la demanda tras la pandemia lastra la recuperaci¨®n y empuja la inflaci¨®n. Las claves de la gran crisis log¨ªstica

Un megabuque, el Ever Given, encallaba el 23 de marzo en el canal de Suez con las gigantescas letras blancas EVERGREEN pintadas en el costado as¨ª, en may¨²sculas. La imagen era poderosa. Una especie de rascacielos horizontal cargado de miles de contenedores cerrando una de las mayores arterias del comercio global durante seis d¨ªas. Pero el espect¨¢culo tuvo algo de aprendizaje. De repente, un desafortunado accidente propiciado por el mal tiempo pon¨ªa al mundo frente a una realidad a menudo ignorada: m¨¢s del 80% de los productos que nos rodean llegan por barco.
Los efectos del colapso tuvieron cierto impacto econ¨®mico en forma de retrasos, pero se disiparon unas semanas despu¨¦s. Los cuellos de botella no lo hicieron. El caso Evergreen fue el tr¨¢iler de un largometraje cuyo rodaje todav¨ªa sigue y continuar¨¢ en 2022: el de los problemas de suministros que entorpecen la recuperaci¨®n y empujan la inflaci¨®n.
Como en casi todas las crisis, no hay una ¨²nica causa que explique lo que sucede: las f¨¢bricas asi¨¢ticas han sufrido interrupciones por los contagios y los apagones derivados de la crisis energ¨¦tica china; la fuerte demanda consecuencia del ahorro embalsado durante la pandemia ha tomado por sorpresa a las navieras, que carecen de barcos y contenedores suficientes para transportar todo lo que se pide; los puertos funcionan a medio gas cuando sus trabajadores enferman, y no hay suficientes camioneros para recoger las mercanc¨ªas, lo cual ha provocado que se apilen hasta el punto de quedarse sin espacio, obligando a los barcos que siguen llegando a esperar durante d¨ªas para descargar. Por ¨²ltimo, la fabricaci¨®n de chips, imprescindibles para productos electr¨®nicos, electrodom¨¦sticos o coches se ha quedado atr¨¢s frente a la demanda, y los concesionarios espa?oles acumulan 100.000 coches en lista de espera.
Comprar es un instinto primario casi siempre placentero. La promesa de lo nuevo es tentadora, pero igual que no vemos las tomas falsas de una pel¨ªcula, la maquinaria para abastecer las tiendas nos es casi del todo ajena. Un ejemplo es la citada industria automovil¨ªstica. Hasta ahora ha funcionado con un modelo basado en el just in time (justo a tiempo), ahorr¨¢ndose el almacenaje y confiando en que sus proveedores les facilitar¨ªan a tiempo los componentes. Ese sistema se ha roto, abriendo el debate sobre si es necesario cambiar a un modelo just in case ¡ªde almacenaje por si acaso¡ª. Ampliando el foco, muchas empresas se plantean si no habr¨¢ llegado el momento de relocalizar tras d¨¦cadas de trasladar la producci¨®n a pa¨ªses de mano de obra barata, ahora menos fiables en los plazos.
Mientras, el consumidor notar¨¢ molestias puntuales. Probablemente nada demasiado dram¨¢tico, pero a las que no est¨¢ acostumbrado. Las jugueter¨ªas han recibido sus productos m¨¢s tarde, y avisan de que tal vez no sean capaces de reponer los m¨¢s vendidos. Algunas marcas de ginebra han desaparecido por la falta de botellas de vidrio. Las editoriales lidian con la escasez de papel. Y videoconsolas como la PlayStation 5 son casi inencontrables desde hace meses. Son algunos ejemplos de estos tiempos extra?os no solo en lo sanitario. Tambi¨¦n para la intocable globalizaci¨®n.
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