La National Gallery enfrenta el esclavismo en su colecci¨®n
Aunque tarde, el museo ingl¨¦s revisa por primera vez, y a fondo, qu¨¦ obras de las que atesora est¨¢n vinculadas al tr¨¢fico de esclavos. La prensa conservadora ha puesto el grito en el cielo
La narrativa es lo que transforma el mundo. Los p¨¢rrafos verdaderos. Tiene bastante relevancia que un pa¨ªs tan anclado en su orgullo nacional, como Inglaterra, est¨¦ investigando el pasado esclavista adherido a la National Gallery. ?Qu¨¦ donantes, patronos, retratados, empresas y coleccionistas se aprovecharon del tr¨¢fico de esclavos para crear los fondos? La investigaci¨®n analiza incluso las donaciones de piezas. Y abarca desde 1640 (aunque el museo se cre¨® en 1824) hasta 1920. Se estudiar¨¢ por etapas ¡ªel periodo m¨¢s importante oscila entre 1824 y 1880¡ª y escrutar¨¢ a unos 67 patronos, donantes y retratados que amasaron una fortuna con un negocio que trata al hombre al igual que un muladar. ¡°Es una forma de entender mejor la procedencia de las obras que forman nuestras colecciones p¨²blicas [el Banco de Inglaterra, la Iglesia y la monarqu¨ªa tienen a¨²n pendiente justificar su implicaci¨®n en estos cr¨ªmenes contra la humanidad]¡±, reflexiona para El Pa¨ªs Semanal en las ¨²nicas declaraciones que ha concedido personalmente Gabriele Finaldi, director de la National Gallery. Y a?ade: ¡°Somos uno de los primeros museos, junto con la Tate, en investigar este asunto. Es un tema de actualidad que interesa en el ¨¢mbito acad¨¦mico y tambi¨¦n al p¨²blico¡±.
La sociedad jam¨¢s admitir¨¢ bajar la mirada. No en la era del Black Lives Matter. La investigaci¨®n se inici¨® en 2018 ¡ªdos a?os antes del estallido americano¡ª y la primera parte del estudio publicada se?ala ya nombres. Sobre todo, John Julius Angerstein (1735-1823), cuyas 38 pinturas de maestros antiguos, vendidas al Gobierno, formaron parte del n¨²cleo inicial de la colecci¨®n. Entre 1824 y 1880 han descubierto al menos 67 patronos y donantes involucrados, junto a importantes pintores, por ejemplo, Thomas Gainsborough (1727-1788), el retratista m¨¢s prestigioso ingl¨¦s a finales del siglo XVIII.
Angerstein acumul¨® una fortuna inmensa asegurando barcos esclavistas para Lloyd¡¯s of London. Se desconoce el n¨²mero exacto. ¡°Lamentamos profundamente la participaci¨®n de Lloyd¡¯s en la trata transatl¨¢ntica de esclavos¡±, apunta por correo electr¨®nico la aseguradora. ¡°Es parte de nuestra historia compartida que caus¨® un enorme sufrimiento y sigue teniendo hoy un impacto negativo en las comunidades negras y las minor¨ªas ¨¦tnicas¡±, sigue.
Es un viaje sobre las brasas de la historia y arde. Aunque sea incierto el destino. ¡°La mayor¨ªa [de los ingleses] desconoce este tema. Y muchos se quedar¨¢n sorprendidos¡±, observa Hakim Adi, profesor de Historia de ?frica de la Universidad de Chichester. Pese a ir en la direcci¨®n correcta: ¡°Llega demasiado tarde¡±, dice. La prensa conservadora ha prendido r¨¢pido el fuego. The Daily Telegraph llama a la lista ¡°el sal¨®n de la verg¨¹enza¡± y The Times critica ¡°arrojar el estigma de la esclavitud sobre cientos de pinturas¡±.
El da?o sigue desprendiendo hojas del almanaque del pasado. ¡°La esclavitud es un asunto liberal muy candente. Resulta f¨¢cil evocar esa culpa retrospectiva. Pero cu¨¢ntos de quienes protestan est¨¢n implicados en la lucha contra la esclavitud moderna, que es una mancha enorme en la sociedad. Es sencillo sumarse desde el sill¨®n¡±, critica Martin Kemp, profesor em¨¦rito de Historia del Arte de Oxford. Desde luego, las obras no son ¡°culpables¡± de quienes fueron sus due?os o lo son hoy. Sin embargo, el p¨²blico debe saber qu¨¦ refleja esa vieja pintura. Porque demasiadas no son espejos de redenci¨®n.
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