Daniel Z. Lieberman: ¡°La dopamina nos hace comprar prometiendo felicidad. Pero una vez comprado se desconecta y la felicidad no llega¡±
Esta mol¨¦cula forma parte de cualquier adicci¨®n y nos puede arruinar la existencia, pero la necesitamos, pues nuestro impulso de supervivencia sale de ella. Este psiquiatra estadounidense ha investigado en profundidad qu¨¦ hay detr¨¢s de este neurotransmisor, que nos lleva a sentir lo mejor y lo peor de la vida
Daniel Z. Lieberman (B¨²falo, EE UU, 1964) se form¨® leyendo a los grandes pensadores de la cultura occidental. Solo despu¨¦s de vivir en Tokio, y comenzar a leer a Carl Gustav Jung, decidi¨® estudiar Medicina. Investig¨® y escribi¨® su libro Dopamina (Planeta) para poder explicarles a sus alumnos de la Universidad George Washington qu¨¦ hab¨ªa detr¨¢s de una mol¨¦cula que propiciaba lo mejor y lo peor del ser humano. Al otro lado de la pantalla, viste traje y demuestra sentido del humor. Pide permiso para levantarse a por un vaso de agua. Lo ha pensado casi todo, pero no lo tiene todo controlado.
Solo un 0,0005% del cerebro produce dopamina. Y nos domina.
Es el director de orquesta. Puede rebajar el ritmo o tocar enloquecidamente.
?Por qu¨¦ es responsable de lo mejor y de lo peor?
Decimos que los grandes pecadores hacen los mejores santos. La dopamina no es buena o mala. Es energ¨ªa y motivaci¨®n, el circuito mental que se activa cuando existe una amenaza. Aumenta la posibilidad de sobrevivir, de reproducirse y as¨ª de tener futuro. No siempre persigue nuestro bien. Lo que es bueno para nuestros genes no lo es necesariamente para nosotros. Su circuito evolucion¨® cuando los seres humanos viv¨ªan casi toda su vida al borde de la inanici¨®n y ayudaba a sobrevivir. Hoy sigue haciendo que veamos comida cal¨®rica y la queramos.
Comer tantos d¨®nuts puede propiciar un ataque al coraz¨®n.
Por eso malfunciona. La mayor¨ªa de los psiquiatras creen que la gente fiel es m¨¢s feliz que quien no lo es. Sin embargo, desde el punto de vista gen¨¦tico, ser¨ªa mejor desperdigar nuestros genes con muchas parejas. Por eso, al ver una posible pareja, la dopamina hace que sintamos deseo de reproducirnos, es decir, sexual. Ser¨ªa bueno para los genes, tal vez no tanto para nosotros.
?La adicci¨®n al trabajo?
Es dif¨ªcil aceptar que lo que nos incita a trabajar obsesivamente sea lo mismo que motiva a quien busca placer en el sexo, pero es la misma b¨²squeda de supervivencia.
Sentimos el efecto de la dopamina cuando queremos algo, no cuando lo conseguimos.
As¨ª es. La dopamina vive del futuro. En cuanto logramos algo y llega al presente, se apaga. Nos hace comprar prometiendo felicidad. Pero una vez comprado se desconecta. Y la felicidad no llega.
Si promete futuro, ?por qu¨¦ la sentimos en el presente?
Proporciona el placer de la anticipaci¨®n, no el de la satisfacci¨®n. Nunca tiene bastante. Es motor, no meta. Cualquier cosa que nos satisfaga no es dopamina.
Se la consideraba la mol¨¦cula del placer y usted demuestra que es la del deseo.
Tiene que ver m¨¢s con imaginar que con conseguir.
?Vivimos esperando?
S¨ª. Y esperar siempre que el futuro sea mejor que el presente es insano.
?Lo hemos sacado de la religi¨®n?
Posiblemente. Es fundamental que entendamos que la felicidad es excepcional y pasajera. En cambio, la insatisfacci¨®n es constante. Siempre pensamos que lo siguiente ser¨¢ mejor. Es un arma de supervivencia y una condena a la insatisfacci¨®n. Hablamos y, en lugar de disfrutarlo, pienso: qu¨¦ ganas de verlo publicado. ?Por qu¨¦ no puedo centrarme en la conversaci¨®n?
?La fugacidad de la felicidad es algo actual?
Cambia con las culturas. Las occidentales est¨¢n m¨¢s basadas en el progreso que en la tradici¨®n. Nos preguntamos c¨®mo hacer m¨¢s f¨¢ciles o m¨¢s r¨¢pidas las cosas: m¨¢s, m¨¢s, m¨¢s. Otras se centran en el aqu¨ª y ahora: lo hemos hecho siempre as¨ª, vamos a continuar. Nosotros nos preguntar¨ªamos por qu¨¦. Ese por qu¨¦ es dopamina.
?Qu¨¦ le llev¨® a interesarse por la dopamina?
Estudiando Medicina investigu¨¦ varias enfermedades. Analic¨¦ sus componentes qu¨ªmicos y me confund¨ªa que la dopamina fuera responsable de problemas que no parec¨ªan tener nada en com¨²n: drogadicci¨®n, d¨¦ficit de atenci¨®n o esquizofrenia. Me obsesionaba que un estudiante me preguntara por esa conexi¨®n y no fuera capaz de responderle.
La medicina no fue su primera opci¨®n.
Recib¨ª propuestas de universidades con fotos de sus campus y el St. John¡¯s College me envi¨® una lista de los libros. Pens¨¦: debo leerlos. En su programa The Great Books se estudian los supuestamente m¨¢s importantes del pensamiento occidental. De Plat¨®n a Joyce o Einstein. No te prepara para una profesi¨®n espec¨ªfica, pero entrena tu cerebro para tomar decisiones.
?Qu¨¦ aprendi¨®?
La mayor¨ªa de los libros ofrecen respuestas, pero los grandes hacen preguntas. Construyen un di¨¢logo en el que fil¨®sofos e historiadores no est¨¢n de acuerdo. Eso te ense?a a lidiar con las preguntas dif¨ªciles.
Pas¨® tres a?os en Jap¨®n.
Necesitaba dinero y uno de mis compa?eros me dijo que los japoneses, cuando hacen negocios internacionales ¡ª?con chinos, coreanos o indios¡ª, hablan siempre en ingl¨¦s.
?Qu¨¦ le hizo decidir convertirse en psiquiatra?
En Jap¨®n le¨ª a Jung y quise ser psicoanalista. Pero un profesor me dijo que si quer¨ªa comprender la mente deb¨ªa conocer el cerebro estudiando Medicina.
?Se psicoanaliz¨®?
No. Regres¨¦ de Tokio con mi esposa, que es japonesa. Y no quise desatenderla. Si adem¨¢s de estudiar Medicina me hubiera psicoanalizado, ?cu¨¢ndo la hubiera visto?
Sigue con ella.
S¨ª.
Pero la dopamina hace que el amor no dure.
El amor apasionado puede que sea la experiencia m¨¢s placentera que tenemos en la vida. Hace que los hombres se sientan como dioses. No requiere esfuerzo ni se puede trabajar, sucede. Quien lo percibe piensa que el mundo se ha transformado. Es perfecto. Pero es dopamin¨¦rgico: dura apenas 12 meses.
En su libro dice que 18.
Nunca eternamente. El amor compa?ero no es necesariamente inferior. Se da cuando alguien te conoce profundamente y te quiere como eres. Ocurre entre personas y entre animales que se unen de por vida. A diferencia del amor apasionado, hay que trabajarlo, al igual que la amistad.
El amor apasionado no ve errores.
Por eso se estrella. El compa?ero sabe que debe trabajar d¨¢ndose m¨¢s o siendo m¨¢s cuidadoso. Requiere esfuerzo, pero, a cambio, paga: una persona que se siente querida est¨¢ m¨¢s protegida en el mundo. Y consigue m¨¢s cosas.
Debe ser extra?o vivir con usted analizando cada reacci¨®n¡
Eso es un mito. En psiquiatr¨ªa hay una regla b¨¢sica: uno no puede tratar a amigos o familiares. Necesitamos ser objetivos y, como seres humanos, no lo conseguimos ante alguien por el que sentimos esperanza, o deseo. Lo que creo que veo en mi esposa puede ser algo que est¨¢ dentro de m¨ª y que estoy proyectando en ella.
?Sabe cu¨¢ndo deja de ser objetivo?
S¨ª. Y paro.
?Puede analizarse a s¨ª mismo?
Ser¨ªa un proceso muy lento. Tengo 57 a?os y apenas estoy empezando a conocerme. Es dif¨ªcil y desagradable. ¡°Con¨®cete a ti mismo¡± es un consejo tan bueno como complicado porque tendemos a pensar que ya nos conocemos. Es un proceso doloroso porque tendemos al autoenga?o. Pero ampl¨ªa la mirada. Y la vida.
?Cu¨¢ndo decide uno empezar a conocerse?
Con el sufrimiento que no nos destroza. Nietzsche lo dijo: ¡°Lo que no me mata me fortalece¡±. Eso solo es verdad si uno supera lo que casi lo mata desarrollando la capacidad de tolerar la frustraci¨®n y el desenga?o. No evita el dolor, sirve para comprender.
?La sociedad actual tolera peor que otras la frustraci¨®n?
S¨ª. En Estados Unidos la gente est¨¢ continuamente buscando razones para ofenderse. Eso no es sano. Cada vez que decides que hay algo m¨¢s fuerte que t¨², dejas de crecer como persona. ¡°Est¨¢is locos como la gente a la que trat¨¢is, por eso os hab¨¦is hecho psiquiatras¡±. Cuando alguien dice eso de ti y logras que no te afecte, eso te hace un poquito m¨¢s fuerte. Si el m¨¢s m¨ªnimo comentario, o discrepancia, te afecta, eso te debilita. Por eso creo que la moda de buscar razones para sentirse herido lleva al debilitamiento del car¨¢cter. No tiene que ver con negar injusticias, sino con evitar el exceso de susceptibilidad. Estudios cient¨ªficos demuestran que si eres agradecido las tonter¨ªas te resbalan.
?Qu¨¦ nos fortalece?
Vivir en el aqu¨ª y en el ahora. Dejar de proyectar. Hacernos conscientes de lo que nos rodea. Tambi¨¦n meditar. Es llevar tu cerebro al gimnasio.
?Usted medita?
S¨ª. Cada vez que alguien levanta una pesa fuerza un efecto en sus m¨²sculos. Lo mismo sucede con la meditaci¨®n. Conseguir centrarte en la respiraci¨®n y apartar un pensamiento es como levantar una pesa: est¨¢s trabajando tu mente. Tras cientos de veces, la fortaleces.
Ha listado claves qu¨ªmicas para el amor duradero. ?Eso genera suspicacia entre sus colegas psiquiatras?
Intentar acercarse a los lectores no est¨¢ considerado en mi profesi¨®n. Se respeta contribuir al conocimiento acad¨¦mico entre el grupo, pero no expandirlo. Es frustrante dedicar a?os a investigar un tema y que solo lo lea una docena de personas.
?Fue buen estudiante?
Muy bueno. Mis padres se divorciaron cuando ten¨ªa ocho a?os. Atravesamos momentos muy duros afectivos y econ¨®micos. Quise salir de ah¨ª y me obsesion¨¦ con estudiar.
?Dopamina?
Sin duda. Ser un estudiante tan ambicioso hac¨ªa mi presente a¨²n m¨¢s dif¨ªcil. Lo recuerdo como un tiempo infeliz. Pero creo que mereci¨® la pena. A mis hijos quise darles la infancia feliz que no tuve y van mal en el colegio.
?La dopamina potencia el consumismo?
S¨ª. Comprar lo que no necesitas ¡ªunas zapatillas, un pintalabios¡ª es fantasear sobre c¨®mo eso mejorar¨¢ nuestra vida. No hay nada malo en esas fantas¨ªas. Pero debemos recordar que son fantas¨ªas.
?Madurar es desactivar el poder de la dopamina?
La dopamina ayuda a imaginar un buen futuro y a atravesar momentos dif¨ªciles. La insatisfacci¨®n juvenil es positiva. La adulta, destructiva. Uno no puede vivir pensando que su mujer no es suficientemente buena. Ha de buscar el camino que lleva de la ambici¨®n a la satisfacci¨®n.
Mick Jagger no parece haberlo encontrado. En su biograf¨ªa asegura que se acost¨® con 4.000 mujeres.
Sospecho que en ese camino hasta la 4.000 cada vez disfrut¨® menos del sexo. El problema de los placeres que produce la dopamina es que desarrollan tolerancia. El cerebro responde menos cada vez. Si uno come dos d¨®nuts, el segundo aporta menos placer.
Suena muy cat¨®lico.
El cerebro funciona as¨ª.
?Es religioso?
Fui educado en el juda¨ªsmo. Pero en la universidad me convert¨ª al cristianismo. Le¨ª en el Nuevo Testamento ¡°ama a tus enemigos¡± y entr¨¦ en shock.
Si un drogadicto obtiene m¨¢s placer con la primera dosis, ?por qu¨¦ no termina dej¨¢ndolo?
Porque busca recuperar ese placer. Y es imposible. La dopamina nos ha hecho progresar y fracasar justamente por eso. Mick Jagger deber¨ªa haber parado al llegar a 20. El resto no le va a aportar.
Habr¨ªa que pregunt¨¢rselo.
En el cerebro compiten la promesa de la dopamina y la dosis de realidad. La dopamina rebaja el sentido pr¨¢ctico. Y la satisfacci¨®n la elimina a ella.
?Algo estimula el pragmatismo y la dopamina a la vez?
El deporte. Trabajas en presente y obtienes satisfacci¨®n sabiendo lo bien que te sentir¨¢s. Uno deja de pensar. Y dejar de pensar es fundamental: ni esperas ni sufres.
?C¨®mo entrar en ese estado sin sudar?
Con la creatividad.
Describe a Marilyn Monroe, Lou Reed o Charles Dickens como bipolares. ?Somos todos algo bipolares con nuestros altibajos?
Casi todos tenemos altibajos, pero la bipolaridad es una enfermedad que necesita tratamiento m¨¦dico. Amenaza la vida de quienes la padecen y de quienes los rodean. Un 10% de los enfermos se suicidan. Una media m¨¢s alta que muchos c¨¢nceres. No puede tomarse a la ligera: los altibajos no son bipolaridad.
?Por qu¨¦ tanta gente creativa la padece?
El cerebro altamente creativo es como un coche de carreras: puede hacer cosas extraordinarias, pero se rompe enseguida.
?La dopamina mueve el mundo?
Piense en un pueblo donde no hay trabajo o hay guerra. Hay algo distinto en quienes deciden emigrar. Es la dopamina. Incluso en un pa¨ªs pobre, es m¨¢s f¨¢cil quedarse que irse. El 52% de Silicon Valley ¡ªGoogle, PayPal, eBay o Snapchat¡ª ha sido creado por inmigrantes.
La oxitocina, la serotonina o las endorfinas controlan la dopamina. ?C¨®mo hacer que la mente las produzca?
Desactivando expectativas y disfrutando del momento, de lo que ofrecen los sentidos, que es mucho. Las ansiedades se airean si uno se concentra en el ahora.
Sostiene que los videojuegos generan una adicci¨®n en los ni?os m¨¢s fuerte que la ludopat¨ªa en adultos.
El circuito del deseo en el cerebro es primitivo: lo quiero ahora. Pero el l¨®bulo frontal tiene en cuenta el largo plazo. Esa parte no se desarrolla hasta la veintena. En la adolescencia nadie piensa a largo plazo. Los fabricantes de videojuegos trabajan con psic¨®logos que dise?an para crear adicci¨®n.
?Eso no es mala praxis?
Genera dinero. Como Facebook, que no es para hacer amigos, es para saber lo que piensan de m¨ª. Se ha publicado que Facebook era consciente de que da?a emocionalmente a la gente, pero que en lugar de pararlo lo potenciaron para crear adictos. Vivimos en una sociedad que pone el dinero por encima de cualquier objetivo. Las redes sociales son como el tabaco de hace unas d¨¦cadas: un producto que da?a a los usuarios.
?Usted tiene?
Facebook para promocionar el libro. ?Ve? Mi coautor Michael Long se encarga de la cuenta.
?Podemos curarnos con fuerza mental?
Si tienes una diabetes leve, te puedes curar con dieta y ejercicio. Y eso es mejor que medicarte. Si es severa, dieta y ejercicio ayudar¨¢n, pero si no te medicas, probablemente morir¨¢s. Todo el mundo acepta eso. No sucede lo mismo con la enfermedad mental, la gente no entiende que a veces se necesita medicaci¨®n. El contacto con la naturaleza o tener amigos pueden sanarnos si el problema es leve. Pero el cerebro es un ¨®rgano, como el p¨¢ncreas, y si existe una enfermedad mental, hay que tratarla.
?No hay muchos pacientes sobremedicados?
Si tienes que ver cinco cada hora, puedes hacer poco m¨¢s que una receta que los alivie. Es un error. Yo necesito hablar con mis pacientes. Y cada vez es m¨¢s dif¨ªcil.
?Por qu¨¦?
He sacrificado mucho estudiando y pagando esos estudios. Creo que me merezco una buena vida. Si estoy 30 minutos con un paciente, o lo pago yo o pongo unas tarifas que solo permiten curarse a los ricos. ?Qu¨¦ hacer?
?Qu¨¦ hace?
No acepto seguros. Pido a los pacientes que me paguen lo que creen que merezco y ellos deciden qu¨¦ hacer con su dinero, en qu¨¦ lo gastan. La felicidad no la da ni tu pareja ni el dinero. La encuentras t¨².
En Harvard concluyeron que la soledad, incluso voluntaria, es un riesgo mortal tan alto como fumar. ?Ser¨¢ la pr¨®xima pandemia?
Desde el punto de vista evolutivo somos animales heridos. El tama?o de las tribus ha ido creciendo junto al tama?o del cerebro. Manejar m¨¢s gente requiere m¨¢s poder mental. Por eso creci¨® con las relaciones sociales. Si le quitas eso al cerebro, enferma. La cultura moderna tiende a aislarnos. Pero f¨ªjese en otro prejuicio, no queremos ir al asilo. Y muchos ancianos, cuando pasan de su casa a la residencia y entran en contacto con otros, empiezan a actuar como si tuvieran 10 a?os menos. Recuperan la vitalidad. Eso nos hacemos las personas.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.