El arquitecto del Fin del Mundo
Uriel Fogu¨¦ es cofundador del Gabinete de Crisis de Ficciones Pol¨ªticas, proyecto que imagina escenarios apocal¨ªpticos y formula respuestas a cada uno de ellos. Se considera optimista
Como Jane Fonda fue una figura de vital importancia a la hora de introducir el ejercicio f¨ªsico en los domicilios, el prototipo de casa que la oficina de arquitectura elii ¡ªas¨ª, con min¨²sculas¡ª llev¨® en 2012 a la Fundaci¨®n CIVA de Bruselas (dedicado al desarrollo arquitect¨®nico y a la gesti¨®n de nuevos desaf¨ªos) se llam¨® Jane Fonda Kit House. La particularidad de este proyecto era que la energ¨ªa que alimentaba la casa se obten¨ªa del m¨²scu?lo de sus habitantes, que hac¨ªan ejercicios como montar en bici est¨¢tica. ¡°Por ejemplo, para cocinar un risot?to para cuatro personas era necesario pedalear cuatro horas¡±, dice el arquitecto Uriel Fogu¨¦ (Madrid, 45 a?os), miembro de elii junto con Eva Gil y Carlos Palacios. Pero para Fogu¨¦ lo interesante vino despu¨¦s: el debate que se gener¨® en torno al proyecto. Por all¨ª aparecieron personas discapacitadas se?alando, con raz¨®n, que aquella casa les expulsaba. Ese fue el comienzo de una cadena de acontecimientos que le llevaron a interesarse por el apocalipsis.
De vuelta a Madrid, el arquitecto pens¨® en c¨®mo pod¨ªa seguir generando debates de este tipo, donde mediante la puesta en com¨²n de ideas se generase conocimiento. Y as¨ª cofund¨® el Gabinete de Crisis de Ficciones Pol¨ªticas. En este curioso ejercicio de especu?laci¨®n pol¨ªtica, varios expertos se re¨²nen para salir adelante en una ficci¨®n radical: se supone que han sido sacados de la cama de madrugada para dar respuesta en un tiempo limitado a una inminente cat¨¢strofe. En su primera edici¨®n esa ficci¨®n consist¨ªa en una invasi¨®n alien¨ªgena. Siguientes encuentros simularon que la econom¨ªa europea era controlada por las m¨¢quinas, o que la humanidad lograba la inmortalidad mediante ingenier¨ªa gen¨¦tica.
¡°Celebramos uno de estos gabinetes en un colegio¡±, relata Fogu¨¦. ¡°La ficci¨®n consist¨ªa en que todo el mundo en el exterior hab¨ªa fallecido. Los alumnos propusieron ideas fascinantes, como que nos pusi¨¦semos a transcribir tutoriales de YouTube para conservar ese conocimiento cuando se fuese la electricidad¡±. Para que la experiencia no se convierta en una tertulia televisiva algo exc¨¦ntrica, es importante que los participantes (soci¨®logos, fil¨®sofos, arquitectos, militares) no se salgan de la ficci¨®n. ¡°Cuando la situaci¨®n es muy radical, tus ideas previas se ven muy desafiadas porque son limitadas ante ciertas situaciones¡±.
Estas experiencias le llevaron a impartir unos cursos sobre el fin del mundo en el Instituto de Estudios Posnaturales, un centro de reflexi¨®n y creaci¨®n situado en el madrile?o distrito de Usera, que es donde nos recibe. De esos seminarios, y de otros trabajos, surgi¨® el libro Las arquitecturas del fin del mundo (Puente Editores), donde muestra esa mezcla de conocimiento, imaginaci¨®n y humor que traspasa todo lo que hace. En uno de sus art¨ªcu?los propone espacios que asociar a cada uno de los fines del mundo catalogados por los pensadores Danowski y Viveiros de Castro en otro libro (?Hay mundo por venir?, editado por Caja Negra).
¡°La arquitectura participa de los fines del mundo, bien porque es la causa del fin del mundo, un porcentaje alto de las emisiones de gases de efecto invernadero vienen de los edificios, o bien porque es el escenario¡±. Por ejemplo, una arquitectura propia de los escenarios apocal¨ªpticos son las ruinas, pero tambi¨¦n las urbanizaciones de lujo de alta seguridad que algunos millonarios habitan. O los paisajes cadav¨¦ricos que se pueden dar en un colapso lento. ¡°De alg¨²n modo estos paisajes tambi¨¦n son arquitect¨®nicos porque los vamos construyendo entre todos¡±, dice Fogu¨¦.
Cambio clim¨¢tico, desigualdad, amenaza nuclear¡ ?Vivimos en los alrededores del fin del mundo? ¡°Yo creo m¨¢s bien que la idea del fin del mundo siempre ha acompa?ado a la humanidad, y cada ¨¦poca tiene sus fines del mundo¡±, responde Fogu¨¦, ¡°solo que a veces, como ahora, esos relatos se viven con mayor intensidad¡±. El arquitecto ha sido padre recientemente, cuando el futuro no parece un lugar demasiado apetecible al que dirigirse. ¡°He pensado much¨ªsimo en eso. En el fondo creo que soy optimista: debemos considerar el futuro del mundo como un proyecto colectivo, y eso es bastante excitante¡±.
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