Elsa Peretti: la mujer que hizo de un hueso la pulsera m¨¢s famosa del mundo

A Rossy de Palma la pillamos al otro lado del tel¨¦fono sin ganas de hablar de su vida privada. No tiene mucho ¨¢nimo para charlar sobre en qu¨¦ se refugia en tiempos inciertos de ambiente b¨¦lico o c¨®mo prepara la gala de los Oscar en la que tiene nominaciones su ¨²ltima pel¨ªcula, Madres paralelas (la entrevista se realiza la misma semana de la ceremonia en Los ?ngeles). ¡°Estoy un poco cansada de hablar de m¨ª, hablemos de poes¨ªa y joyas, que Elsa Peretti era muy po¨¦tica y yo ya era una criatura perettiana antes de conocerla¡±.

Reci¨¦n aterrizada de Colombia, De Palma se pone en modo l¨ªrico porque est¨¢ preparando Brossy, una performance a cuatro manos con la artista Pi Piquer sobre el poeta Joan Brossa, en el que la osad¨ªa y el humor que caracteriz¨® a la obra del artista barcelon¨¦s se fusionar¨¢n con la personalidad de la artista. La obra pasar¨¢ por los centros de CaixaForum de Madrid, Valencia y Barcelona entre junio y julio. ¡°Yo siempre he tenido dentro el puntito de la poes¨ªa. Toda mi vida me ha encantado el dad¨¢, el surrealismo y lo absurdo. Con Peretti me pasa como con Brossa, mi universo ya ten¨ªa mucho de ¨¦l incluso sin conocerle. Cuando lo descubr¨ª me qued¨¦ estupefacta porque intu¨ª que nos hubi¨¦semos entendido a las mil maravillas, as¨ª que en la performance imaginamos que Brossa resucita y viene a visitar amigos¡±.

En sinton¨ªa con la teor¨ªa de la sincronicidad del psic¨®logo Carl Gustav Jung, esa que asegura que nada es accidental, que las coincidencias, aunque lo parezcan, nunca lo son en realidad, De Palma defiende sus particulares se?ales sobre su conexi¨®n con Peretti. Aunque se admiraban en la distancia, De Palma nunca lleg¨® a conocer en persona a la italiana, que dise?¨® para Tiffany & Co. durante casi medio siglo, y que falleci¨® a los 80 a?os, en marzo del a?o pasado, en su adorada casa de Sant Mart¨ª Vell (Girona). ¡°En los noventa, cuando nadie me daba trabajo como actriz y me fui a probar suerte en pel¨ªculas de serie B a Roma, me puse a dise?ar joyas po¨¦ticas y dad¨¢s, inspiradas por la naturaleza. Una de ellas era un jarroncito en el que pod¨ªas meter flores peque?itas. F¨ªjate, ahora me doy cuenta de que el m¨ªo era un dise?o muy parecido, y sin haberlo visto antes, a ese colgante de ¨¢nfora maravillosa que ella populariz¨® en la ¨¦poca que colabor¨® con Halston¡±.

Tampoco es casualidad que las instant¨¢neas de estas p¨¢ginas las haya tomado Manuel Outumuro en la ¨²ltima sesi¨®n de su estudio barcelon¨¦s junto a la Rambla, antes de mudarse a un nuevo espacio. El fot¨®grafo fue amigo ¨ªntimo y colaborador de la italiana, a quien ayud¨® a comisariar su retrospectiva en el Fashion Institute of Technology de Nueva York en 1990, una d¨¦cada despu¨¦s de que Peretti le abriese las puertas de su influyente c¨ªrculo en Manhattan como mentora, cuando el de Ourense aterriz¨® en EE UU sin hablar ni una palabra de ingl¨¦s. De ah¨ª que De Palma hable de esta como una sesi¨®n en la que se cerr¨® un ¡°c¨ªrculo alqu¨ªmico¡±.

¡°La verdad es que no soy de comprar joyas buenas, soy una amante de la bisuter¨ªa pura y dura. Si el objeto me gusta, con que tenga car¨¢cter ya me vale¡±, cuenta, y rememora c¨®mo una de las joyas que atesora con m¨¢s cari?o, adem¨¢s de una polvera de oro de Saint Laurent de Lola Flores que le regal¨® su hija Rosario al morir La Faraona, son los m¨ªticos pendientes de serpiente enroscada que Elsa Peretti dise?¨® y que compr¨® hace a?os en Nueva York. Ese modelo lo cre¨® la italiana tras observar durante d¨ªas y d¨ªas a una serpiente muerta en el Empord¨¤. Por eso De Palma insiste en recordarla como la artesana que fue: ¡°Su mirada difer¨ªa de la corriente, era visionaria y po¨¦tica. Sus habichuelas, sus corazones¡­ Lo de Elsa era de otro mundo¡±.