Cinco claves para entender Eurovisi¨®n: de la geopol¨ªtica pop a la candidatura de Chanel
El acontecimiento no deportivo m¨¢s visto del mundo es un c¨²mulo de contradicciones. Se autodenomina el apol¨ªtico certamen de la canci¨®n europea, pero no todos sus participantes son europeos y hasta su fundaci¨®n fue pol¨ªtica.
Ya todo est¨¢ listo para saber qu¨¦ pa¨ªs se har¨¢ con el micr¨®fono de cristal, el galard¨®n del Festival de Eurovisi¨®n. Este a?o se celebra en Tur¨ªn los d¨ªas 10, 12 y 14 de mayo tras la victoria de los italianos M?neskin en 2021. El evento, seguido por cientos de millones de personas cada a?o, es un c¨²mulo de contradicciones. Se autodenomina el apol¨ªtico certamen de la canci¨®n europea, pero no todos sus pa¨ªses participantes est¨¢n en Europa y mucho de lo que ocurre en ¨¦l, comenzando por su propio nacimiento, es pura geopol¨ªtica. Por primera vez en mucho tiempo, Espa?a parte entre las favoritas a premio. Y eso que la elecci¨®n de nuestra candidata, Chanel, fue tan pol¨¦mica que lleg¨® al Congreso de los diputados.
Europeo, pero no del todo
Reunificar Europa tras la Segunda Guerra Mundial y hacerlo con algo tan universal como la m¨²sica. Esa fue la misi¨®n del festival cuando celebr¨® su primera edici¨®n, en la ciudad de Lugano (Suiza) el 24 de mayo de 1956. El evento, en el que participaron tan solo siete pa¨ªses, era tambi¨¦n una forma de aprovechar ese invento llamado televisi¨®n para crear un acontecimiento internacional que abarcara varios mercados al mismo tiempo, a trav¨¦s de las diferentes cadenas p¨²blicas del continente.
Pero no es necesario ser europeo para cantar en ¨¦l. Por ejemplo, la canadiense C¨¦line Dion lo gan¨® en 1988, representando a Suiza con el tema Ne partez pas sans moi. De hecho, no es necesario ser una naci¨®n europea para participar en ¨¦l. Marruecos particip¨® una ¨²nica vez en 1980. Otros como Israel y Armenia siguen haci¨¦ndolo. Y tambi¨¦n Australia, que lleg¨® al certamen en 2015, tras a?os demostrando tener una enorme base de eurofans desde Ocean¨ªa. La norma establece que la emisora estatal del pa¨ªs debe formar parte de la Uni¨®n Europea de Radiodifusi¨®n (UER), aunque no se encuentre dentro de las fronteras f¨ªsicas europeas.
Fen¨®meno de audiencias
Eurovisi¨®n es el acontecimiento no deportivo m¨¢s visto del mundo. La UER confirm¨® que la edici¨®n de 2021 logr¨® una audiencia global de 183 millones de espectadores Y en 2016 su emisi¨®n super¨® los 200 millones. En los pa¨ªses escandinavos es un aut¨¦ntico fen¨®meno cultural. Una media de 3,7 millones de espectadores suecos han seguido el espacio en algunas ediciones, siendo muchos m¨¢s los que conectaron con la emisi¨®n al menos durante un minuto. Son cifras impresionantes para un pa¨ªs de 10 millones de habitantes.
En cambio, el p¨²blico espa?ol mantiene con ¨¦l una relaci¨®n de amor-odio. Su nivel de inter¨¦s fluct¨²a mucho m¨¢s que en la gente del norte. En los ¨²ltimos 20 a?os, ha pasado de los 12,8 millones y un 80% de cuota de pantalla de la participaci¨®n de Rosa L¨®pez a los 4 millones y el 29% de Blas Cant¨® del a?o pasado. Depende del candidato. Aun as¨ª, siempre logra datos muy superiores a la media de La 1 de Televisi¨®n Espa?ola.
En ocasiones, tal exposici¨®n medi¨¢tica tambi¨¦n tiene su efecto en la industria musical. Es el caso de los m¨¢s recientes ganadores, los italianos M?neskin. Llevan los ¨²ltimos 12 meses colando canciones en las listas de ¨¦xitos de medio mundo, incluidos los complicados mercados estadounidense y brit¨¢nico, con temas como Beggin, I wanna be your slave y la canci¨®n con la que vencieron, cantada en italiano, Zitti e buoni. Pasar por el certamen de la canci¨®n europea tambi¨¦n contribuy¨® al ¨¦xito internacional de nuestros Raphael y Julio Iglesias, adem¨¢s de otros n¨²meros uno como los suecos ABBA y la propia C¨¦line Dion.
Geopol¨ªtica pop
A pesar de lo kitsch, de lo hortera, de lo fr¨ªvolo que pueda resultar esta competici¨®n musical fallidamente autodenominada como apol¨ªtica, lo que ocurre sobre su escenario explica en gran medida lo que est¨¢ pasando en Europa. Sin ir m¨¢s lejos, las casas de apuestas dan este a?o como favoritos a los representantes de Ucrania, Kalush Orchestra, con amplia diferencia sobre el segundo clasificado. Adem¨¢s, la organizaci¨®n expuls¨® a Rusia de la competici¨®n el pasado mes de febrero.
Otro claro ejemplo de esta conexi¨®n han sido los resultados que ha obtenido en los ¨²ltimos a?os Reino Unido, durante d¨¦cadas una de las grandes potencias musicales de este concurso, con cinco victorias. Aunque sus participaciones en Eurovisi¨®n estaban siendo mediocres desde hace tiempo, votar a favor del Brexit en 2016 le ha costado caro en el concurso. Ha resultado antepen¨²ltima clasificada en 2018 y ¨²ltima clasificada en las ediciones de 2019 y 2021 (en 2020 no hubo competici¨®n por primera vez en su historia por el coronavirus). En estos ¨²ltimos a?os, los representantes brit¨¢nicos soportan con estoicismo el desd¨¦n del resto de participantes. Recordemos que las votaciones se componen por los puntos designados por un jurado de expertos de cada pa¨ªs participante y las votaciones populares de la audiencia de esos pa¨ªses.
Mahmood, que a punto estuvo de ganar en la edici¨®n de 2019, recibi¨® un apoyo extra al ser un miembro de la comunidad LGTBI+ de procedencia ¨¢rabe representando a la Italia de Matteo Salvini. Ese mismo a?o fue el de la pol¨¦mica presencia de la bandera palestina durante la multimillonaria emisi¨®n televisiva, en la que participaba Israel como concursante. La banda islandesa Hatari y Madonna, invitada a actuar en la final, la ondearon en alg¨²n momento de la gala. Por no hablar de los a?os en los que la Uni¨®n Sovi¨¦tica no era bienvenida al certamen. Decidi¨® crear el suyo propio: Intervisi¨®n. Y Vladimir Putin fantase¨® hace unos a?os con revivirlo.
El caso Chanel
Esa relaci¨®n de amor-odio de Espa?a con el concurso ha quedado claro como casi nunca antes con el proceso de selecci¨®n de la candidata de este a?o. RTVE revivi¨® en enero el Festival de Benidorm y el asunto lleg¨® al Congreso de los diputados. Chanel, la representante espa?ola, arranc¨® su participaci¨®n como una absoluta desconocida. Tras su actuaci¨®n en directo con el tema SloMo durante la semifinal logro colocarse entre las candidatas con opciones a la victoria, solo por detr¨¢s de las favoritas de la audiencia Tanxugueiras y Rigoberta Bandini. De no haber sido por el excesivo apoyo del jurado profesional creado por RTVE, Chanel no hubiera resultado seleccionada. Eurofans, sindicatos y partidos pol¨ªticos pidieron explicaciones. Pero lo cierto es que su propuesta a lo Beyonc¨¦ se encuentra entre las cinco favoritas de las casas de apuestas, tras Ucrania, Italia, Suecia y Reino Unido, en el que puede ser el a?o del perd¨®n tras su salida de la Uni¨®n Europea.
Mirada al futuro
Por muy anacr¨®nico que resulte para buena parte de la ciudadan¨ªa, el festival parece gozar de buena salud. Su versi¨®n estadounidense acaba de lanzarse en Estados Unidos. El American Song Contest ha preferido presentarse como un talent show, al estilo de La voz y Operaci¨®n Triunfo. Durante ocho semanas compiten los 50 estados del pa¨ªs, Washington D.C. y 5 territorios estadounidense. La final se emite este lunes 9 de mayo. La propuesta, muy diferente a la original, no ha tenido mucho ¨¦xito, con datos de audiencia muy discretos en la cadena NBC. Pero todav¨ªa no se ha descartado una nueva edici¨®n para 2023. Ya se prepara una versi¨®n canadiense para ese a?o, al tiempo que se barrunta una edici¨®n asi¨¢tica, aunque de momento no ha llegado a materializarse.
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