Cinco claves para conocer a fondo la primera Feria del Libro de Madrid pospand¨¦mica
?Normalidad? El 27 de mayo, la cita abre su primera edici¨®n pospand¨¦mica tras la suspensi¨®n de 2020 y las restricciones de 2021. La proliferaci¨®n de peque?as editoriales pone a prueba los l¨ªmites del Retiro, y la inflaci¨®n y la crisis del papel, la salud del mercado espa?ol. Historia, an¨¦cdotas y perspectivas
Silencio en el Retiro
¡ª Este a?o, la estrella de la madrile?a Feria del Libro ser¨¢ un magnolio. Entre el 27 de mayo y el 12 de junio, la Asociaci¨®n de Empresarios y Empresarias del Comercio del Libro de Madrid, correct¨ªsimo nombre oficial de la organizadora del evento, instalar¨¢ 378 casetas en el Retiro. Con dos condiciones: no puede superar los 600 metros lineales y no puede tocar las zonas verdes. Esta primavera, el crecimiento de un magnolio, ¨¢rbol que no se poda, ha obligado a dejar un hueco para respetar sus ramas. La decisi¨®n ilustra bien la tensa convivencia entre la supervivencia del parque y la de una feria que en 2019 recibi¨® ¡ªhasta donde se puede medir un espacio abierto¡ª 2.300.000 visitas.
¡ª La multiplicaci¨®n de peque?os sellos es uno de los grandes fen¨®menos de la edici¨®n reciente en Espa?a. Para hacer sitio a las reci¨¦n llegadas, esta vez el resto ha tenido que ceder un metro por cabeza. Adem¨¢s, a fin de atender las exigencias medioambientales del Ayuntamiento de Madrid ¡ª?el Retiro es patrimonio mundial desde julio pasado¡ª, no habr¨¢ megafon¨ªa. Pantallas, c¨®digos QR y hasta seres humanos tratar¨¢n de suplir al emblem¨¢tico locutor que desgranaba la retah¨ªla de firmantes: los fines de semana, las rondas informativas pod¨ªan durar m¨¢s de una hora. Sin pausa. Aunque siempre quedaba margen para la l¨ªrica: en 2010, un librero us¨® el micr¨®fono para pedir matrimonio a su novia.
Vieja normalidad, nueva directora
¡ª La feria cuida el parque que la aloja porque sabe que su futuro depende de ¨¦l. Nacida en 1933 en el paseo de Recoletos, se instal¨® en su ubicaci¨®n actual en 1967. En 1979 se traslad¨® a la Casa de Campo y el fracaso fue estrepitoso. Lecci¨®n aprendida. Este curso vuelve a mayo y al espacio abierto tras la suspensi¨®n motivada por la pandemia en 2020 y tras las limitaciones sanitarias impuestas en 2021, que la obligaron a celebrarse en septiembre y a cerrar su per¨ªmetro para controlar el flujo de visitas.
¡ª En 2022, adem¨¢s, est¨¢ de estreno. Por primera vez en su historia, la dirigir¨¢ una mujer, la periodista Eva Or¨²e, que cumple 60 a?os el d¨ªa de la inauguraci¨®n. M¨¢s coincidencias: la nueva directora ha firmado hasta 2024; en esa fecha, el Retiro revisar¨¢ el particular contrato que mantiene con su multitudinaria inquilina.
Algo m¨¢s que comercio
¡ª Esta 81? edici¨®n no tiene pa¨ªs invitado. Nadie quiso comprometerse a viajar sin saber c¨®mo se comportar¨ªa el gran protagonista de los ¨²ltimos tiempos: el coronavirus. Haciendo de la necesidad virtud, la nueva direcci¨®n ha elegido como tema vertebrador el viaje. En todas sus variantes: desde el exilio hasta la traducci¨®n, pasando, por supuesto, por la narrativa de andar y ver. La creciente presencia en Espa?a de escritores latinoamericanos, un encuentro con otras ferias espa?olas del libro ¡ªMadrid no tiene la exclusiva¡ª, un coloquio intergeneracional sobre Harry ?Potter o un homenaje a Almudena Grandes forman parte de un programa cultural que nunca ha sido el fuerte de la cita madrile?a.
Poco papel, mucha inflaci¨®n
¡ª En marzo pasado, la industria del libro despert¨® de un sue?o. El largo confinamiento de 2020 impuls¨® los ¨ªndices de lectura y dispar¨® las ventas en cuanto las librer¨ªas volvieron a abrir. Es cierto que el optimismo antropol¨®gico hace que en Espa?a se incluya en las encuestas incluso a los que solo leen un libro al a?o, pero durante meses la literatura volvi¨® a compartir el tiempo de ocio de los espa?oles con plataformas de televisi¨®n, videojuegos y redes sociales. La vuelta a la vieja normalidad ¡ªy, de paso, a las terrazas de los bares¡ª coincidi¨® con la invasi¨®n de Ucrania y se tradujo en una inflaci¨®n del 9,8%, la m¨¢s alta desde 1985. La cautela volvi¨® al consumo y las devoluciones de las librer¨ªas llevaron a las editoriales a revisar los planes que ya hab¨ªan revisado cuando en oto?o asom¨® otra crisis: la del papel. La huelga de los trabajadores finlandeses de la celulosa y la carest¨ªa de la guerra han disparado el precio de una materia prima cuya escasez ya empieza a notarse: se ajustan las tiradas, se reimprime menos y se prescinde en lo posible de la tapa dura. Los grandes grupos sufren menos porque compran directamente en f¨¢brica. Los peque?os sellos ven c¨®mo el coste de un ejemplar puede incrementarse hasta en un 5%. Por ahora, se resisten a repercutir esa subida en el p¨²blico. No sabemos por cu¨¢nto tiempo.
Algo menos que cultura
¡ª Solo el Museo del Prado mueve tanta gente al cabo del a?o como la Feria del Libro. Para Madrid es, a nivel multitudinario, una mezcla de Fallas, abril sevillano y sanfermines. La atracci¨®n son unos peculiares objetos de papel ¡ªel digital sigue buscando sitio¡ª y quienes los escriben. Tengan o no relaci¨®n con la cultura. En una ciudad en la que a las siete de la tarde, como dec¨ªa el cl¨¢sico, o das una conferencia o te la dan, la cita del Retiro tiene poco que ofrecer por ese lado. Ni puede ni quiere ser profesional como Fr¨¢ncfort ni cultural como Guadalajara (M¨¦xico), sus imposibles t¨¦rminos de comparaci¨®n. Busca quedarse como est¨¢. Mientras el parque aguante, la gente siga echando de menos a Carmen Mart¨ªn Gaite ¡ª?que adoraba estos d¨ªas¡ª y alg¨²n lector despistado se acerque a Javier Cercas para comentar con ¨¦l Soldados de Salamanca (sic) o a Carlos Zan¨®n para que le dedique una novela de Carlos Ruiz Zaf¨®n. Lo ¨²ltimo que quiere es morir de ¨¦xito.
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