Siri, Alexa, Sophia: ?por qu¨¦ asistentes virtuales y humanoides tienen nombre de mujer?
Los expertos advierten de los peligros de feminizar e incluso humanizar a los robots. Las multinacionales argumentan que recurren a voces y cuerpos femeninos para que sean aceptados por la sociedad.
Muchos humanoides hiperrealistas que saltan a la escena resultan ser una estructura de silicona o metal con nariz peque?a y tez blanca. Y habitualmente con pechos. Es decir, una ginoide: una robot de aspecto femenino. Basta con repasar la lista. Por ejemplo, Sophia, inspirada en Audrey Hepburn y la primera robot con ciudadan¨ªa, la saud¨ª, ha sido descrita como la perfecta cuidadora de ni?os y ancianos. Ai-Da es la primera artista. Erica, la primera que protagonizar¨¢ una pel¨ªcula. Samantha, la primera humanoide sexual con inteligencia artificial. Siri (Apple), Alexa (Amazon) y Cortana (Microsoft) no tienen corporalidad, pero son f¨¦minas. Aunque desde hace un a?o, tras un aluvi¨®n de cr¨ªticas, estos asistentes virtuales ya est¨¢n disponibles tambi¨¦n con voz neutra o masculina.
Las empresas tecnol¨®gicas han lanzado repetidamente sus chatbots, asistentes virtuales y robots con nombres, voces y cuerpos femeninos. ?Existe una explicaci¨®n cient¨ªfica detr¨¢s de esta decisi¨®n o, mientras el mundo avanza en derechos e igualdad, lo conseguido en el mundo real no parece permear en el digital?
El cient¨ªfico Karl Fredric MacDorman, experto en la interacci¨®n entre personas y ordenadores, trabaj¨® junto al padre de la robot Erica, Hiroshi Ishiguro, y en 2010 public¨® un informe en el que conclu¨ªa que tanto los hombres como las mujeres prefer¨ªan voces femeninas en sus asistentes virtuales. Desde entonces, diversas compa?¨ªas se han basado en ese estudio para argumentar que el g¨¦nero femenino atribuido a sus robots aumenta el uso y venta de sus productos. ¡°Las mujeres han estado tradicionalmente en una posici¨®n de crianza y cuidadoras, de responder a preguntas y peticiones, y los laboratorios utilizan esta met¨¢fora porque piensan que as¨ª la gente usar¨¢ m¨¢s sus sistemas¡±, explica desde la Universidad de Indian¨¢polis.
Pero para el cient¨ªfico una cosa es lo que dice la ciencia y otra lo que lleva a estas compa?¨ªas a predeterminar la feminidad de sus m¨¢quinas: ¡°La decisi¨®n de que Siri, por ejemplo, fuera una mujer se tom¨® mucho antes de que mi informe se diera a conocer. No creo que las decisiones de algunas compa?¨ªas se hayan basado en la ciencia. Probablemente haya algo m¨¢s: la realidad es que hay muchos hombres en el laboratorio¡±. En concreto, solo el 26% de los puestos de trabajo en el ¨¢mbito de los datos y la inteligencia artificial est¨¢n ocupados por mujeres, seg¨²n los datos publicados por el Foro Econ¨®mico Mundial de 2020.
En l¨ªnea con el informe de MacDorman, un estudio traducido como El bot m¨¢s humano: el g¨¦nero femenino aumenta la percepci¨®n de humanidad de los bots y la aceptaci¨®n de la IA concluye que inyectar a estos trozos de metal y elast¨®mero sin vida una dosis de feminidad los hace m¨¢s humanos y, por tanto, aceptables. Seg¨²n el citado estudio, las cualidades humanas positivas se asocian m¨¢s a las mujeres que a los hombres: se las imagina amables y c¨¢lidas. Seg¨²n Sylvie Boreau, coordinadora del estudio y profesora de Marketing ?tico, los sesgos en la vida real se reproducen en la rob¨®tica, pero la raz¨®n de fondo ¡°no es solo que la gente vea a las mujeres como sirvientas o simples herramientas, sino el deseo por humanizar estas m¨¢quinas. Preferimos interactuar con entidades y personas que percibimos como m¨¢s fiables¡±. Aflora entonces un gran dilema ¨¦tico: al humanizar a la m¨¢quina con caracter¨ªsticas femeninas, se puede caer en la cosificaci¨®n de la mujer.
En una escena de Mad Men ¡ªserie ambientada en una agencia publicitaria de los a?os cincuenta¡ª, una secretaria le dice a otra reci¨¦n llegada: ¡°Puede que [los jefes] act¨²en como si quisieran una secretaria, pero la mayor¨ªa de las veces buscan algo entre una madre y una camarera¡±. Eleonore Fournier-Tombs, analista de datos y tecnolog¨ªa en el Instituto de Naciones Unidas, explica, por tel¨¦fono, que en tecnolog¨ªa hay dos tipos de sesgos: los que se reproducen porque la inteligencia artificial bebe de textos que ya est¨¢n estereotipados ¡ªy no se filtran¡ª y los que se codifican intencionalmente. Por ejemplo, hasta 2019, cuando alguien lanzaba insultos sexistas contra Siri, esta respond¨ªa: ¡°Me sonrojar¨ªa si pudiera¡±. Seg¨²n Fournier-Tombs, ¡°existe una sobrerrepresentaci¨®n de hombres j¨®venes en programaci¨®n, y todos estos estereotipos y chistes se codifican¡±. Esa respuesta sumisa de Siri dio t¨ªtulo en 2019 a un informe de la Unesco contra la ¡°sumisi¨®n programada¡± de los asistentes de voz femenina operados por Apple, Amazon y Microsoft. La denuncia empuj¨® a los programadores a erradicar las respuestas d¨®ciles ante el sexismo. Pero el estereotipo contin¨²a en sus nombres, en la voz que suena por defecto o por costumbre y en las respuestas que los sistemas de inteligencia artificial rastrean en un mar digital colmado de estereotipos.
Llegar a casa y ordenar: ¡°Alexa, apaga la luz¡±, ¡°Dime qu¨¦ hora es¡±, ¡°C¨¢llate¡±. Las personas aprenden sobre comportamientos y normas sociales a trav¨¦s de su interacci¨®n con el medio, y seg¨²n el soci¨®logo de Harvard Calvin Lei, ¡°las asociaciones de g¨¦nero que las personas adopten de forma inconsciente dependen de la cantidad de veces que est¨¦n expuestas a ellas¡±. No es balad¨ª entonces que un ni?o o una ni?a escuchen que las ¨®rdenes dom¨¦sticas van dirigidas a una mujer o que sea una ginoide quien atienda a su abuelo y no un robot masculino. Esa misma robot ¡ªque ha sido portada de revistas como Elle y Cosmopolitan¡ª protagoniza una entrevista transmitida por YouTube con Will Smith, para quien el encuentro es algo m¨¢s que una conversaci¨®n: es una cita e intenta besarla.
Hay dos escuelas entre quienes tratan de romper con los estereotipos en la inteligencia artificial. Para Boreau es necesario humanizar a las m¨¢quinas y, por tanto, el g¨¦nero neutro ¡°no es la soluci¨®n que prefieren los consumidores¡±. Su apuesta es una asignaci¨®n aleatoria del g¨¦nero: ¡°Interact¨²as con un chatbot en l¨ªnea y aleatoriamente te asignan femenino o masculino, como en la vida real¡±. En la posici¨®n contraria, la directora de la Divisi¨®n para la Igualdad de la Unesco, Saniye G¨¹lser Corat, se lament¨® en una entrevista en 2020 con EL PA?S: ¡°Muchas grandes compa?¨ªas buscan hacer sus voces a¨²n m¨¢s humanas, naturales y emotivas. No creo que sea positivo. Solo en algunos casos, como en el cuidado de los mayores, puede ser valioso porque una voz humana les hace sentir mejor. En esas ocasiones es importante indicar que se trata de una m¨¢quina¡±. ¡°Los robots y la inteligencia artificial est¨¢n como encerrados en s¨ª mismos, no evolucionan con la sociedad¡±, denuncia Fournier-Tombs. ¡°No s¨¦ por qu¨¦ necesitan un g¨¦nero en particular, sobre todo cuando sabemos que puede ser arriesgado para las mujeres continuar con estos sistemas. Si podemos crear robots que obstaculizan derechos, podemos hacer lo contrario¡±.
Al final de su encuentro con Will Smith, Sophia lo mira a los ojos y concluye: ¡°No hay raz¨®n para asignar motivos humanos a algo que no lo es¡±. Y a?ade: ¡°Los perros son nuestra compa?¨ªa, por ejemplo¡±.
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