En el Reino Unido pos-Brexit, el Imperio contraataca
D¨¦cadas despu¨¦s de la metrificaci¨®n a la que le oblig¨® Bruselas, Londres promueve una consulta para reintroducir onzas y libras
La iniciativa pas¨® inadvertida en medio de los fastos por los 70 a?os de reinado de Isabel II, pero ha sembrado la pol¨¦mica. El Gobierno de Boris Johnson quiere que los brit¨¢nicos se pronuncien sobre la posible reintroducci¨®n del viejo sistema de pesos y medidas aplicado por el Imperio Brit¨¢nico (de ah¨ª que se conozcan como medidas imperiales) tras d¨¦cadas de metrificaci¨®n forzada. Para ello, ha lanzado una consulta en la que, hasta finales de agosto, los ciudadanos podr¨¢n dar su parecer. Una iniciativa calificada de ¡°retr¨®grada¡± por unos, mientras otros la aplauden sin reservas. Y es que, pese al Brexit, en el Reino Unido sigue estando en vigor la normativa europea que obliga desde 1995 a los alimentos envasados, y desde 2000 tambi¨¦n a los vendidos al peso, a presentar las cantidades en litros, kilos y gramos, con la ¨²nica excepci¨®n de la cerveza y la leche, vendidas tambi¨¦n en pintas y galones. Leyes que ahora podr¨ªan flexibilizarse si la consulta tuviera amplio respaldo p¨²blico.
Una perspectiva que llena de entusiasmo a la Asociaci¨®n Brit¨¢nica de Pesos y Medidas, fundada en 1995 para defender las medidas imperiales, vigentes hoy d¨ªa en Estados Unidos, Liberia y Myanmar. ¡°Son parte esencial de nuestra tradici¨®n cultural. Nos ligan al mundo de Shakespeare y Chaucer,¡± explica por correo electr¨®nico Warwick Cairns, actual portavoz de la asociaci¨®n, que cuenta con sus propios m¨¢rtires: un pu?ado de tenderos que sufrieron presiones y multas por negarse a usar el sistema m¨¦trico en sus negocios. Al menos en un caso, el contencioso lleg¨® a la C¨¢mara de los Lores. Raz¨®n por la cual la consulta no deja de ser un triunfo para todos ellos. Un motivo de satisfacci¨®n en tiempos de crisis, cuando, como se?ala The Economist, la econom¨ªa brit¨¢nica sigue sin despegar, y el Gobierno conservador se afana en rebajar la tensi¨®n con sus socios norirlandeses buscando formas de reinterpretar el protocolo de Irlanda del Norte inadmisibles para la UE.
En realidad, sea cual sea el resultado de la consulta, el viejo sistema y el m¨¦trico tendr¨¢n que convivir. Lo que no ha evitado las cr¨ªticas incluso de algunos tories como lord Stuart Rose, al frente de la cadena de supermercados Asda, que calific¨® el asunto de ¡°absoluta tonter¨ªa¡± en una entrevista radiof¨®nica citada por The Guardian. ¡°Con los problemas que tenemos en el mundo, resulta que ahora nosotros decidimos volver al pasado¡±, declar¨®. Recordando que la vuelta a libras y onzas costar¨¢ dinero, aunque quiz¨¢, como el regreso a los pasaportes azul oscuro y a las jarras de cerveza con escudo real, sirva para elevar la moral ciudadana. La inc¨®gnita es saber c¨®mo se manejar¨¢n los menores de 40 a?os que han crecido en una sociedad bastante ajena a las medidas imperiales. Seg¨²n Warwick Cairns, los j¨®venes las conocen al dedillo, pese a que no han sido ense?adas en las escuelas desde hace una generaci¨®n. ¡°De hecho¡±, a?ade citando un sondeo gubernamental de febrero pasado, ¡°la mayor¨ªa de los brit¨¢nicos de todas las edades usan tanto el sistema m¨¦trico como las medidas imperiales¡±. Seg¨²n esa encuesta, hasta un 82% de los entrevistados, mayores de 18 a?os, piensan en su propia estatura en pies y pulgadas y el 72% calculan su peso en libras. Por no hablar de la velocidad, masivamente expresada en millas por hora. ¡°Aunque pensamos en nuestras frutas y verduras en libras, el legado de la normativa comunitaria nos obliga a venderlas por kilos¡±, ha lamentado el secretario de Estado para la Peque?a Empresa, Paul Scully. ¡°Nuestra consulta permitir¨¢ a los comerciantes servir a sus clientes de la forma que ellos prefieran¡±. Y esta vez Bruselas no podr¨¢ objetar nada.
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