El hombre que cataloga las casas m¨¢s feas de B¨¦lgica
Hannes Coudenys lleva m¨¢s de una d¨¦cada clasificando estos adefesios del norte de Europa. Tiene dos libros publicados y una exitosa cuenta de Instagram que lleg¨® a tener su r¨¦plica espa?ol
Hay dos tipos de chovinismo. El com¨²nmente extendido y conocido de creerse que todo lo que emana de la naci¨®n de uno es insuperable y mejor que lo de cualquier despreciable pa¨ªs for¨¢neo. Y luego est¨¢ el otro ¡ªdel que se habla poco¡ª, que consiste casi en hacer patria de ser los peores en algo, ese que grita a los cuatro vientos que a chapuceros, p¨ªcaros, informales o ruidosos no nos gana nadie. Un guilty chovinismo orgulloso y sempiternamente indignado con su lamentable identidad nacional. Inexplicablemente, en un estudio realizado hace unos a?os por el Pew Research Center, los inventores del t¨¦rmino (nuestros vecinos de arriba, por si alguien anda despistado) consideraban que su chauvinisme ¡ªen franc¨¦s¡ª era tirando a bajo, tanto como para compartir tramo con los europeos que menos nos queremos: los espa?oles. Sorprendentemente y seg¨²n estas estad¨ªsticas, los belgas ¡ª?quiz¨¢ tambi¨¦n eclipsados por la alargada sombra de Francia¡ª tampoco andaban muy boyantes en esto de autoestima nacional.
Prueba irrefutable de ese desd¨¦n patriotero es la existencia de Ugly Belgian Houses (Casas feas belgas) y su secuela, More Ugly Belgian Houses (M¨¢s casas feas belgas), ambos publicados por Borgerhoff & Lamberigts. Un sard¨®nico y malicioso cat¨¢logo de horrores arquitect¨®nicos de los que parece que los belgas andan bien surtidos y que, en el colmo de la paradoja, est¨¢ editado como esos vol¨²menes que se colocan en la mesita del sal¨®n para lucir bonito. Hace 11 a?os, Hannes Coudenys (1982), el mal¨¦fico genio detr¨¢s de este rentable invento al que nadie puede acusar de ser arquitecto, perpetr¨® un blog sobre atrocidades dom¨¦sticas. Los adefesios iban desde construcciones que emulaban ser pir¨¢mides egipcias hasta hogares que parec¨ªan sedes de alg¨²n culto sat¨¢nico, pasando por fachadas de ventanas imposibles, muros prescindibles, decoraciones extravagantes o la siempre socorrida inspiraci¨®n pastoral¡ Todo ello aderezado con hilarantes pies de foto. Ya se sabe que no hay campo m¨¢s abonado para el ingenio que la desgracia, ya sea propia o ajena. Pero, claro, no a todo el mundo le gust¨® la idea y la presi¨®n fue tal que el vloger y empresario decidi¨® darle una tregua al fe¨ªsmo aut¨®ctono. Eso s¨ª, el regreso del azote de los dislates inmobiliarios fue a lo grande. Camisetas en 2013, primer libro en 2015 de una saga que est¨¢ creando escuela y una cuenta de Instagram que actualmente supera los 163.000 seguidores.
Por si la humillaci¨®n no hubiera sido suficiente, a Coudenys se le ocurri¨® inaugurar un formato audiovisual en el que visitar¨ªa las casas previamente denigradas para excusarse ante los due?os de las viviendas. Con Hannes Says Sorry (Hannes pide perd¨®n), Coudenys demostr¨® que hab¨ªa encontrado la gallina de los huevos de oro. Coudenys tambi¨¦n ha aprendido a apreciar ¡°la belleza que emana del caos¡±, y la ira que le invad¨ªa cada vez que observaba el paisanaje arquitect¨®nico ha dado paso a una suerte de ternura de la que, seg¨²n ¨¦l, participan el resto de sus compatriotas y que les ha llevado a ¡°sentirse orgullosos de nuestras feas casas belgas¡±.
Alguien quiso emular la idea en Espa?a con Ugly Spanish Houses, una cuenta de Instagram que se centr¨® en Galicia y que nunca super¨® el medio millar de seguidores. Yace muerta de inanici¨®n. ?Hasta en eso perdemos! ?O ganar era esto?
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