Trumpianos contra la ¡®Estrella de la Muerte¡¯
Un grupo de ultraconservadores propone una nueva y descabellada lectura de Star Wars en la que el Imperio son los liberales y la revoluci¨®n feminista. Ellos, la noble y heroica resistencia.
Lo m¨¢s probable es que a usted no le suenen de nada nombres como Ethan Van Sciver, Matt Wilkins o Jeremy, de Geeks & Gamers. Sin embargo, para el que tal vez sea el reducto m¨¢s activo y beligerante de seguidores de Star Wars, estos tipos son h¨¦roes, l¨ªderes de la resistencia popular contra Disney, la cultura de la cancelaci¨®n y la correcci¨®n pol¨ªtica. Es decir, contra los demonios que intentan usurparles ¡°su¡± universo de ficci¨®n favorito politiz¨¢ndolo hasta la m¨¦dula.
Van Sciver es el sumo sacerdote de esta tribu urbana que descarga su furia en Twitter y en canales de YouTube. Se han bautizado a s¨ª mismos como Fandom Menace y su principal actividad como grupo consiste en, seg¨²n explica el periodista cultural David Bizarro, ¡°presionar a Disney para que en los pr¨®ximos productos Star Wars no se hagan lo que ellos consideran escandalosas concesiones a la cultura de la diversidad sexual y ¨¦tnica o la llamada ideolog¨ªa de g¨¦nero¡±. Fandom Menace empez¨® a actuar en 2018, poco despu¨¦s de Los ¨²ltimos Jedi, la pel¨ªcula que, en opini¨®n de Van Sciver y compa?¨ªa, colm¨® el vaso. Por entonces, se dedicaron a hostigar en las redes a la actriz protagonista, Daisy Ridley; a su director, Rian Johnson, y muy especialmente a Kelly Marie Tran, la mujer que interpreta al primer personaje principal de origen asi¨¢tico de la saga, Rose Tico. Mark Hamill se solidariz¨® con Tran y sufri¨®, casi por vez primera en los 45 a?os que lleva interpretando a Luke Skywalker, la ira de una parte de sus fans. Y Ridley se retir¨® de las redes sociales, harta del acoso de unos fan¨¢ticos ¡°con un grado de toxicidad absurdo e insufrible¡±.
La ¨²ltima ¡°haza?a¡± de esa caterva de seguidores agresivos y prejuiciosos fue lanzar la campa?a #Destroy?DeathStar (destruyamos la Estrella de la Muerte). La Estrella de la Muerte es Disney. Y ellos son la resistencia, como explica Bizarro, ¡°es que los involucrados en Fandom Menace son en su mayor¨ªa derechistas partidarios de Trump que se identifican con la Rep¨²blica y consideran que el Imperio son los otros: Disney, sin duda, pero tambi¨¦n la supuesta dictadura de Joe Biden y de los medios de comunicaci¨®n e instituciones progresistas¡±. Para Rachel Leishman, redactora del fanzine feminista de cultura pop The Mary Sue, ¡°protestan contra la politizaci¨®n del universo de Star Wars, pero resulta evidente que pocos fans est¨¢n tan politizados como ellos¡±. Los v¨ªdeos de Van Sciver, que hace unos a?os eran ejemplos de erudici¨®n, hoy son ¡°largas peroratas inflamadas de ultraconservadurismo y misoginia en las que se afirman cosas tan pintorescas como que la conjura de las mujeres ha destruido Star Wars o que el asalto al Congreso de enero de 2021 fue, tambi¨¦n, un intento de destruir la Estrella de la Muerte¡±.
El mundo al rev¨¦s. Hasta ahora, las lecturas en clave geopol¨ªtica del universo de George Lucas part¨ªan de un patr¨®n b¨¢sico: eran sobre todo los progresistas los que se identificaban con la Rep¨²blica. El Imperio era Richard Nixon, era la contrarrevoluci¨®n conservadora de Ronald Reagan. Los ewoks eran los guerrilleros del Viet Cong. Leia Organa era una versi¨®n gal¨¢ctica de Jane Fonda, la actriz estadounidense que viaj¨® a Han¨®i en 1972, en plena guerra de Vietnam, para expresar su adhesi¨®n al movimiento de resistencia popular de aquel pa¨ªs asi¨¢tico. El propio George Lucas, aunque de manera algo reticente, aval¨® en su d¨ªa esa l¨ªnea de interpretaci¨®n izquierdista.
Por supuesto, no todos los fans la compran. Algunos prefieren olvidarse de las querellas entre progresistas y conservadores y leen la saga en clave hist¨®rica, m¨ªstica o patri¨®tica, identificando al Imperio con el nazismo (o con la Uni¨®n Sovi¨¦tica), a los rebeldes con la democracia o el estilo de vida estadounidense. Lo que resulta casi ins¨®lito, por su audacia, es darle la vuelta al esquema tradicional y pretender, a estas alturas, que Donald Trump es la resistencia y Joe Biden el emperador Palpatine.
Para Leishman, ¡°se trata de una campa?a de propaganda impulsada por gente con tan pocos escr¨²pulos como Van Sciver y que ha cuajado entre un grupo de internautas ignorantes y sin conciencia hist¨®rica¡±. Leishman considera evidente que ¡°no han sido Disney ni las feministas las que le han a?adido una agenda pol¨ªtica a Star Wars, y si alguien se est¨¢ apropiando de un universo que pertenece a fans de todo tipo para hacer una lectura de ¨¦l sesgada, intolerante y cero inclusiva, esos son, precisamente, los chicos de Fandom Menace¡±. La periodista les atribuye ¡°la brutal campa?a de desprestigio que est¨¢ sufriendo Andor, la pr¨®xima serie de Star Wars¡±. De momento, Disney ha aplazado su estreno para septiembre y se debate sobre la conveniencia de introducir cambios que neutralicen el producto desde un punto de vista ideol¨®gico.
George Lucas hace a?os que dej¨® de terciar en estas pol¨¦micas. Desde su punto de vista, con el acuerdo con Disney externaliz¨® definitivamente el universo que le ha hecho inmensamente rico. ?l ya dijo todo lo que ten¨ªa que decir. En 2015 particip¨® muy activamente en Star Wars and History, una recopilaci¨®n de 11 ensayos coordinada por las acad¨¦micas Nancy R. Reagin y Janice Liedl en la que se afirmaba, entre otras cosas, que Lucas parti¨® de referentes como la Revoluci¨®n Francesa o la guerra civil espa?ola, y que los Jedi, adem¨¢s de en los samur¨¢is japoneses, se inspiraban en los caballeros templarios. En un ejercicio de perspicacia, Reagin y Liedl destacaban tambi¨¦n que la escena final de la primera pel¨ªcula, en la que Leia y sus secuaces celebran la destrucci¨®n de la Estrella de la Muerte, es una reconstrucci¨®n apenas disimulada de una de las escenas de El triunfo de la voluntad, de Leni Riefenstahl, obra maestra de la propaganda nazi. ?Tal vez Lucas pretend¨ªa insinuar que cualquier movimiento insurreccional, en cuanto empieza a institucionalizarse, lleva ya en su interior el germen del fascismo? ?No ser¨¢ el de Star Wars, despu¨¦s de todo, un mensaje anarquista?
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