Becky G: c¨®mo alcanzar el sue?o americano cantando en espa?ol
C¨®mo una nieta de migrantes criada en Los ?ngeles desanduvo la ruta de su identidad y decidi¨® cantar en espa?ol para ser una estrella mundial del pop. La historia de orgullo, talento e instinto comercial de la diva chicana de la m¨²sica latina. Una mujer que rompi¨® esquemas, triunf¨® y hasta se ha propuesto no ser una esclava del ¨¦xito
En su primer sencillo, Becky from the Block (2013), Rebbeca Gomez era una preciosa y diminuta adolescente con ropa de varias tallas extra que rapeaba sobre su territorio de Los ?ngeles y su cultura mexicanoestadounidense: los abuelitos que cruzaron sin papeles, las abuelitas con sus rosarios, el pap¨¢ m¨¢s los 30 t¨ªos a los que tendr¨ªa que pedir permiso cualquier muchacho (blanco y rubio, en el videoclip) que la quisiera invitar a salir, el Kelso Market con sus carnitas y sus chicharrones, el Randy¡¯s Donuts con la rosquilla gigante en el techo, mucha gente currante, alguna maleante: ?Inglewood!, y, tan orgullosa de sus ra¨ªces como segura de s¨ª misma, anunciaba que llegar¨ªa ¡°to the top¡± y ser¨ªa famosa en el mundo entero.
El mundo entero incluye una boscosa zona residencial de Madrid, de las de aroma a dinero viejo, y dentro de ella el chalecito rosa de madera, como casita de juguete, alquilado para entrevistarla y fotografiarla en esta tarde de oto?o. Efectivamente, lo ha hecho, en una d¨¦cada ha llegado from the block, el barrio, a este cuarto donde, acompa?ada por dos asistentes y con un guardaespaldas glacial en la antesala, recibe al periodista recostada en el sof¨¢ con cara de sue?o. Lleva una camiseta de Margiela con las costuras por fuera.
¡ªLa llevas del rev¨¦s, ?verdad?
Ella responde, sonriente, algo como ¡°hum¡± que puede ser un s¨ª o un este tipo qu¨¦ dice.
¡ªPues mira, yo tambi¨¦n, porque justo antes de venir a entrevistarte se me manch¨® de tomate la camiseta.
¡ª?No!, ?en serio?
¡ªS¨ª, y me dije: ¡°No puedo ir a entrevistar a Becky G con tomate en la camiseta¡±, y no ten¨ªa de repuesto.
¡ªNo, no, me encanta¡
La noche antes hab¨ªa actuado en Barcelona y presentado su nuevo tema, Amantes, con el joven espa?ol Daviles de Novelda, ¡°gitano por los cuatro costados, criado en el flamenco y con gusto por combinarlo con todo tipo de m¨²sicas¡±, seg¨²n se describe al tel¨¦fono, quien se qued¨® impactado ¡ª¡°flip¨¦¡±, asegura¡ª cuando le propusieron trabajar con ella. Fue uno de los compositores y letristas de esta bachata reguetoneada y aflamencada que cantan a d¨²o y disfrut¨® de la colaboraci¨®n con una Becky G ¡°humilde¡± y cuya voz le parece ¡°dulce, vers¨¢til, superpop¡±.
Ella ven¨ªa de la New York Fashion Week. En Espa?a, adem¨¢s de grabar con Daviles el v¨ªdeo del tema, actuar¨ªa tambi¨¦n en Bilbao y en Madrid y visitar¨ªa el ?Thyssen, donde se har¨ªa una foto con la obra Arlequ¨ªn con espejo que comentar¨ªa en Instagram: ¡°I like it, Picasso¡±, respondiendo su novio, el futbolista Sebastian Lletget: ¡°This go hard!¡±, a tope con Pablo. D¨ªas despu¨¦s, estar¨ªa de vuelta en Estados Unidos y le dar¨ªan su primer Billboard de la M¨²sica Latina por Mamiii, de su segundo ¨¢lbum, Esquemas (2022), que canta con la colombiana Karol G, otra l¨ªder de la explosi¨®n de la m¨²sica urbana femenina y latina. Becky G subi¨® a recoger el premio, cit¨® esprintando a una serie de colegas que la dej¨® sin aliento y concluy¨®: ¡°Colaboraci¨®n. Juntas somos m¨¢s¡±. Pasadas unas semanas, en noviembre, acudi¨® a los Grammy latinos por primera vez como nominada; aunque no gan¨® en ninguna de las cuatro categor¨ªas en las que fue propuesta, supuso otro paso de una carrera que vista a sus 25 a?os parece todo alfombra roja, pero que construy¨® desde ni?a como una obrera del espect¨¢culo.
¡°Yo empec¨¦ a trabajar a los nueve a?os. No por presi¨®n de mis pap¨¢s: quer¨ªa que sali¨¦semos de donde viv¨ªamos y demostrarles a mis hermanos que nada es imposible¡±, cuenta. Hab¨ªan perdido su casa en la crisis de 2008, viv¨ªan en el garaje de sus abuelos paternos. Era la mayor de cuatro hermanos, y por los cuentos de las reuniones familiares, aquellos recuerdos de infancias campesinas en Jalisco, hab¨ªa naturalizado que no hab¨ªa una edad m¨ªnima para ganarse la vida. Ese a?o ya asomaba en un corto de siete minutos en el papel de una ni?a que com¨ªa enchiladas con sus padres; aparec¨ªa en los cr¨¦ditos como Becky Gomez. Y despu¨¦s de cuatro a?os de anuncios, bandas teenager, v¨ªdeos de YouTube autoeditados, tomar¨ªa impulso con su arrojada versi¨®n de Jenny from the Block (2002), respaldada por la propia Jennifer Lopez, que sal¨ªa en la escena final del videoclip.
A partir de aquel rap de orgullo chicano fue cogiendo vuelo como cantante. En 2014 entr¨® fuerte en las listas de ¨¦xitos con Shower, y tras otros temas en ingl¨¦s se lanz¨® a la aventura en espa?ol en 2016 con Sola. Un a?o despu¨¦s grab¨® con un incipiente Bad Bunny la canci¨®n Mayores, con una l¨ªnea alusiva a la felaci¨®n que tuvo que blanquear para interpretarla en una gala de Operaci¨®n Triunfo. Tambi¨¦n en 2017 interpretaba a la guerrera amarilla de Power Rangers en un remake que el cr¨ªtico Javier Oca?a rese?aba en este peri¨®dico como ¡°m¨¢s soportable de lo previsto¡±. Siguieron tres a?os de actividad intens¨ªsima ¡ªentre audiovisual y sobre todo numerosas colaboraciones con otros cantantes, la nueva f¨®rmula de la industria en busca del hit viral¡ª, la ruptura de contrato con el productor que la descubri¨®, su primer ¨¢lbum ¡ªMala santa (2019)¡ª, su primera gira internacional y luego el mundo ¡ªtambi¨¦n Rebbeca¡ª se par¨®.
¡°Yo estaba demasiado ocupada antes de la pandemia y fue el momento de enfocarme en lo m¨¢s importante ¡ªsalud, familia, comunidad¡ª y de ver las cosas desde otra perspectiva. He aprendido que no todo merece tu tiempo y que no toda oportunidad es la oportunidad correcta. Hoy me siento m¨¢s liberada porque siento que soy la jefa de mi agenda¡±, explica. Durante a?os trabaj¨® a destajo, sin decir que no a nada, con una actitud de sacrificio que se expresaba hasta en peque?eces como aceptar el caf¨¦ con leche de soja cuando solo le gustaba con leche de almendra. ¡°Me comportaba as¨ª por defecto, pero eso solo funciona cuando eres una chica joven con toda la energ¨ªa y las ganas. ?Qu¨¦ pasa luego, cuando la industria no te cuida o te decepciona y pierdes la inspiraci¨®n para seguir adelante? Yo no soy un robot, soy una persona, y si quiero cantar sobre la vida tengo que vivir mi vida. Si no, no tendr¨¦ nada que decir. Es algo que todav¨ªa estoy aprendiendo¡±, dice ante una tacita de caf¨¦ con motivos florales. En la casita rosa no hab¨ªa leche de almendra, pero s¨ª de soja. Se la ofrecieron, dijo que no y tom¨® el caf¨¦ solo. Rechazar un caf¨¦ con leche de soja puede llevar a?os de terapia.
Ella empez¨® hace cuatro o cinco a?os, recuerda, cuando su carrera ¡ªcon su doble h¨¦lice de ¨¦xito y sumisi¨®n¡ª se hab¨ªa convertido en una poderosa turbina de ansiedad. ¡°Me ha ayudado un mont¨®n y me siento muy agradecida de tener acceso a esta ayuda, porque muchos no se lo pueden permitir en las comunidades de las que vengo [Inglewood es una ciudad de mayor¨ªas negra y latina]¡±, denuncia la cantante, que hace tiempo que muestra sensibilidad social. La experta en m¨²sica urbana Katelina Eccleston afirma que Becky G ¡°ya alzaba la voz en lo que le importaba antes de que alzar la voz se volviese tendencia entre los artistas¡±. Lucia Allain, activista en defensa de los migrantes, ha colaborado con ella y dice: ¡°Ha sido una de las relaciones m¨¢s sanas que he tenido con un artista. Tiene un coraz¨®n que no entiendo para su tama?ito¡±, bromea. Una de sus millones de seguidoras, contactada por una red social, escribe: ¡°Me hice fan con su canci¨®n Shower, y ella es especial para m¨ª porque aparte de ser una gran artista es una gran persona, siempre dispuesta a ayudar en causas importantes¡±. Todav¨ªa no la ha podido ver en directo. Quiso ir al concierto de Madrid desde Castilla-La Mancha, no pudo. ¡°Dej¨¦ hace tiempo mis estudios, he estado intentando encontrar trabajo pero es complicado. Ahora no tengo nada y mis padres tampoco tienen mucho para ayudarme con el dinero de la entrada¡±. Todos los d¨ªas escribe en su cuenta sobre Becky G. Dice que es miedosa, que le cuesta hablar con la gente y que se siente arropada cuando ella habla de salud mental y escuchando sus canciones cuando est¨¢ melanc¨®lica: ¡°Me transmite felicidad¡±. Varias semanas m¨¢s tarde, la plataforma Spotify, en el resumen anual que le env¨ªa a cada usuario, le dir¨ªa que estuvo en el 0,001% mundial de los que m¨¢s la escucharon.
Su sonido y sus letras est¨¢n hechos para la levedad. En persona sus ideas tienen peso. Su historia casa con la del manido sue?o americano, pero este t¨®pico le parece ciertamente irreal. ¡°Est¨¢ lejos de ser un sue?o¡±. Piensa en sus abuelos y en c¨®mo recuerdan entre risas sus vidas tan duras y desarraigadas y le entristece entrever tras sus bromas un trauma sin digerir. Piensa en las penurias que siguen pasando los migrantes para llegar a su pa¨ªs, o para sobrevivir si llegan. Habla de las ¡°barreras¡± y ¡°obst¨¢culos¡± que permanecen y que ella misma, en su contexto privilegiado, ganado a pulso, sigue sintiendo como mujer estadounidense y latina: ¡°?Qu¨¦ significa eso para el sistema? No soy de aqu¨ª, no soy de all¨¢¡ Creo que todav¨ªa me queda mucho trabajo por hacer¡±.
Protesta por algo que siempre ha lastrado las carreras de los artistas de su comunidad, como cuenta desde California el m¨²sico e historiador autodidacta Mark Guerrero, hijo de Lalo Guerrero, conocido como ¡°el padre de la m¨²sica chicana¡± y autor de cl¨¢sicos como Canci¨®n mexicana o Nunca jam¨¢s y de temas ir¨®nicos como No chicanos on TV. ¡°Mi padre, por ejemplo, pod¨ªa cantar en ingl¨¦s, pero las discogr¨¢ficas no le dejaban porque parec¨ªa demasiado mexicano. ?Si naci¨® en Tucson!¡±. Guerrero lleva dos d¨¦cadas investigando la historia del rock chicano y sus episodios de discriminaci¨®n. ¡°Cuando Los Lobos met¨ªan elementos de su herencia mexicana, los punkis gringos les tiraban botellas al escenario¡±. Afirma que el aporte chicano a la m¨²sica esta?do?uni?den?se va siendo reconocido, pero advierte de que la exclusi¨®n a¨²n existe. Su especialidad son otros tiempos y antes de la conversaci¨®n no sab¨ªa qui¨¦n era la famosa Becky G. Despu¨¦s de ver v¨ªdeos suyos, escribir¨ªa un correo: ¡°Canta y act¨²a muy bien. Me recuerda algo a la Madonna del principio. Me enorgullece que afirme tanto su identidad¡±.
Antropol¨®gicamente, lo curioso del caso de esta cantante es que su afirmaci¨®n identitaria es m¨¢s bien una reapropiaci¨®n. Empez¨® cantando en ingl¨¦s y de ah¨ª pas¨® al espa?ol, un movimiento con sentido emocional ¡ªreconexi¨®n ling¨¹¨ªstica con las ra¨ªces¡ª y comercial, porque cuando lo hizo, mediada la d¨¦cada pasada, se ve¨ªa venir el estallido global de la m¨²sica latina. Con esa inteligente decisi¨®n se benefici¨® a s¨ª misma, subi¨¦ndose a la ola de este fen¨®meno, y benefici¨® a otras, seg¨²n Pablito Wilson, autor de Reggaet¨®n. Una revoluci¨®n latina (Liburuak): ¡°Fue la que abri¨® la puerta a Estados Unidos al reguet¨®n femenino, y tambi¨¦n al masculino. Ha tenido mucha importancia y en Am¨¦rica Latina hemos tardado en ser capaces de dimensionarla¡±. N¨²ria Net, cofundadora del podcast La coctelera music, cree que atin¨® con la tendencia de los j¨®venes hispanos a revalorizar su lengua ra¨ªz, al menos en la m¨²sica: ¡°Ahora cantar en espa?ol es cool¡±, dice, y pone como ejemplo al puertorrique?o Bad Bunny, aquel chico que cant¨® Mayores con Becky G y que ha conquistado la industria global de la m¨²sica sin cantar una sola canci¨®n en ingl¨¦s, algo impensable hace tan solo unos a?os. Para que ella entrara en este territorio fue necesario su instinto empresarial ¡ªun atributo de ella que destaca Katelina Eccleston¡ª y su fuerza de voluntad, para superar el pudor que le daba cantar en su segunda lengua. La aprendi¨® en casa hablando con sus abuelos ¡ª¡±si les dec¨ªa algo en ingl¨¦s, se enojaban¡±¡ª y cantando en las fiestas dom¨¦sticas con mariachis, pero la com¨²n a diario era el ingl¨¦s, por ser la lengua fuerte de su pa¨ªs y porque uno de sus hermanos naci¨® con autismo y los m¨¦dicos recomendaron a sus padres usar un solo idioma para facilitarle la comunicaci¨®n. El deseo y la conveniencia de cantar en espa?ol la han llevado a manejarlo con perfecta soltura, pese al jet lag que la trompica en esta tarde madrile?a, y a ser la ¨²nica de sus 34 primos que lo domina.
¡°Todos somos pochos, ?pero con orgullo!¡±, se r¨ªe y muestra su encantadora diastema, la separaci¨®n entre los dientes frontales. Pocho es el adjetivo para los mexicanos asimilados a la cultura gringa. Aunque la palabra contiene desde su origen la connotaci¨®n de identidad escindida ¡ªno ser ya mexicano y no poder llegar a ser realmente gringo¡ª, Becky G la celebra. Dice que se siente 100% mexicana y 100% estadounidense; es decir, que se siente ¡°al 200%¡± Becky G. Reivindica todo lo que tiene de una cultura y de la otra, esa fusi¨®n tan propia de Los ?ngeles, cuyo nombre lleva tatuado en un brazo, como lleva en las mu?ecas Fe y Familia en ingl¨¦s o en la espalda los nombres de sus hermanos, con espacio reservado en su sexy zona lumbar para los hijos que desea tener.
Los nombres quedan a la vista cuando posa con una chaquetilla de espalda abierta en la sesi¨®n de fotos despu¨¦s de la entrevista, con su guardaespaldas en el mismo plan de marine y ella algo m¨¢s espabilada, a gusto al sol vespertino y con la m¨²sica rhythm and blues que le han puesto sus asistentes con un altavoz port¨¢til. Es particular verla aparecer ce?ida en un mono floral de Balenciaga en esta casita de fin de semana de buena familia espa?ola, con sus im¨¢genes enmarcadas de Felipe VI, Juan Carlos I y don Juan de Borb¨®n a la entrada del hogar. Y queda claro lo que es una diva profesional cuando as¨ª vestida le proponen coger una regadera del jard¨ªn, lo hace y la gastada regadera met¨¢lica luce en su conjunto m¨¢s ideal que un bolso de 10.000 euros. Durante la sesi¨®n, la mira t¨ªmido, arrobado, un ni?o de la casa con el polo, el pantal¨®n corto, los calcetines y los mocasines del uniforme escolar. Al terminar, se acerca con su padre para un selfi con Becky G. Se sacan la foto y ella se sube a un contundente SUV negro de vuelta al hotel. All¨¢ va Rebbeca Gomez, una estrella que naci¨® en Los ?ngeles, pero no vio el letrero de Hollywood hasta los 12 a?os. All¨¢ va una trabajadora con un poco de sue?o.
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