C¨®mo una hoja de Excel puede salvar su vida sexual
Ordenar el caos de nuestras relaciones ¨ªntimas en una hoja de c¨¢lculo es algo que no se ense?a en las escuelas, pero hay quien tiene la ilusi¨®n de filtrar su b¨²squeda de pareja a trav¨¦s de una f¨®rmula matem¨¢tica
Optimizar es una gran palabra. A alguna gente le gusta conjugarla en primera persona para sentir c¨®mo fluye la eficiencia por su torrente sangu¨ªneo. Cada esquina de la vida es susceptible de ser optimizada; por eso, como dec¨ªa un sabio en Twitter, no importa lo que haya usted estudiado o cu¨¢l sea su vocaci¨®n, acabar¨¢ rellenando hojas de Excel. Durante 2022 cualquier persona ha podido pasar el 30% de su jornada laboral usando ese programa, seg¨²n un informe de The Key Cuts. Quien se entienda correctamente con Excel ser¨¢ 4,5 veces m¨¢s productivo en todos los aspectos de su vida. Cualquier cosa que eso signifique.
Hay quienes solo se f¨ªan de las f¨®rmulas matem¨¢ticas y sostienen que absolutamente todo se puede simplificar en una cifra. Necesitan un n¨²mero que les salve del desconcierto y les gu¨ªe hacia la luz, y se abren un excel para llevar el amor al terreno de la eficiencia y elegir ¡ªcon criterios objetivos¡ª al candidato que le aporte mayores beneficios. El semanario The Economist, que dedic¨® al asunto un amplio reportaje, los llama ¡°optimizadores de las relaciones¡±.
Un ejemplo de hoja de Excel para determinar cu¨¢l de los candidatos ser¨ªa el ¨®ptimo para compartir la vida podr¨ªa incluir los atributos de la pareja ideal. A cada uno se le asignar¨ªa un peso espec¨ªfico y se comparar¨ªa con otras cualidades. Por ejemplo: estatura, atractivo, conexi¨®n sexual, inteligencia financiera, buena conversaci¨®n. En uno de los ejemplos que utiliza el semanario brit¨¢nico, el sexo satisfactorio supone aproximadamente un tercio del valor de una conversaci¨®n placentera, porque ¡ªargumenta el autor de la hoja de c¨¢lculo¡ª es probable que uno pase m¨¢s tiempo hablando con su pareja que teniendo sexo. Este usuario complet¨® una lista de 15 cualidades valoradas seg¨²n sus gustos y necesidades. Un ejercicio en cualquier caso muy subjetivo, por cierto. Cuando el periodista de The Economist se lo hizo saber, su respuesta fue contundente: ¡°Un n¨²mero estimado siempre ser¨¢ mejor que no tener ninguno¡±. Jacob, que es el nombre del adicto a Excel, evaluaba a sus amantes seg¨²n cada atributo multiplicado por su peso espec¨ªfico, luego los sumaba y consegu¨ªa una nota final de 0 a 10. Un n¨²mero que para ¨¦l resulta fiable, pues eliminaba de la ecuaci¨®n las emociones y otras debilidades del amor. Pero al final, por m¨¢s que exprimi¨® Excel, Jacob no consigui¨® decidir limpiamente entre las dos candidatas con mejor puntuaci¨®n.
Al fil¨®sofo Daniel Innerarity no le sorprende: ¡°Existen protocolos, reglas y procedimientos que ayudan a tomar decisiones, pero las situaciones humanas suelen ser en alguna medida resistentes a encajar en esa normalizaci¨®n. Ya dec¨ªan Kant y Wittgenstein que los humanos no nos dedicamos a aplicar reglas y cuando lo hacemos siempre introducimos algo personal en la misma medida en que las situaciones tienen alguna complejidad¡±.
Cuando le cuento la historia de Jacob a Mariela Michelena, psicoterapeuta de pareja, su primera pregunta es: ¡°?Y eso funciona?¡±. En sus consultas encuentra tanto desconcierto que est¨¢ dispuesta a empatizar con quienes abrazan las matem¨¢ticas con la ilusi¨®n de que ese poder superior decida por ellos. ¡°Es un intento pueril de control porque siempre elegimos bas¨¢ndonos en cosas de nosotros mismos que desconocemos. Se elige a ciegas, pero por una raz¨®n. Que no la conozcamos no quiere decir que no exista¡±. Las matem¨¢ticas aportan paz a un mundo donde todo est¨¢ en rebajas. ¡°Todo es low cost, las relaciones son f¨¢ciles de conseguir y a¨²n m¨¢s f¨¢ciles de abandonar. Hay una clara devaluaci¨®n de los v¨ªnculos, y eso trae a la gente de cabeza¡±, resume la psicoterapeuta.
Jana N. tuvo que meter sus datos en un excel para visualizar su vida sexual. En una columna introdujo la informaci¨®n b¨¢sica: nombre, fecha y lugar del encuentro. En otra enumer¨® sus pr¨¢cticas sexuales favoritas con una casilla para poner ¡°s¨ª¡± o ¡°no¡±. En la siguiente registr¨® si se hab¨ªan usado juguetes y cu¨¢les y, finalmente, si hab¨ªa habido orgasmo, uno o m¨¢s. Una ¨²ltima columna serv¨ªa para anotar miscel¨¢neas: si el d¨ªa era lluvioso o si el compa?ero en cuesti¨®n estaba demasiado borracho. En una ¨²ltima pesta?a estaba el resumen mensual donde se registraban los encuentros sexuales, los orgasmos alcanzados, los compa?eros de cama y cu¨¢les de ellos le hab¨ªan dejado mejor sabor de boca. As¨ª descubri¨® que con su amante favorito ¡ª¡±ese que me pone cara de idiota¡±¡ª solo ten¨ªa orgasmos entre el 60% y el 80% de las veces que quedaban. Ella lo interpreta como una buena se?al: ¡°No me presiona; si no quiero, no insiste, lo considero un comportamiento original y fresco¡±, precisa v¨ªa e-mail. Jana descubri¨® que el lugar donde m¨¢s orgasmos ten¨ªa era su propia cama (96%) y que el sexo de una noche casi nunca la dejaba satisfecha. ¡°Mi hoja de c¨¢lculo me ayud¨® a no ir a ciegas y mejor¨® mi vida sexual¡±, resume.
La gente que trabaja con Excel sublima sus ventajas. No son legi¨®n, pero tampoco son una tribu de nerds. Empezaron abriendo una hoja de c¨¢lculo para ser conscientes de sus horas de sue?o, sus pasos diarios y su ingesta de prote¨ªnas, y acabaron intentando poner orden en una de las zonas m¨¢s ambiguas y desconcertantes de la vida moderna: el sexo, la b¨²squeda de pareja. Cualquiera de nosotros podr¨ªa sumergirse en un curso acelerado de Excel ma?ana¡ o esta misma tarde.
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