C¨®mo brindar en 2023: tres vinos y mucha historia
Con menos dinero para gastar, lo l¨®gico es elegir mejor. Quiz¨¢s este sea el a?o para explorar y aventurarse por lugares y sabores nuevos
Seg¨²n IWSR, firma de investigaci¨®n de mercados especializada en bebidas, el contexto econ¨®mico actual est¨¢ llevando a moderar el consumo y a comprar de manera m¨¢s selectiva. Su informe del ¨²ltimo trimestre de 2022, con datos de 17 mercados de cinco continentes entre los que se incluye Espa?a, alerta de que los consumidores europeos ya est¨¢n reduciendo significativamente la cantidad de dinero que destinan a esta partida.
Parad¨®jicamente, y en lo que ata?e al vino, en Espa?a nunca se ha bebido mejor ni ha habido tanto donde elegir. Los ¨²ltimos a?os no solo han visto el resurgimiento de terru?os y variedades de uva olvidadas, sino tambi¨¦n la incorporaci¨®n de una nueva generaci¨®n de productores viajados, formados y m¨¢s proclives a compartir experiencias y conocimientos. En la era de la comunicaci¨®n, la tecnolog¨ªa ha puesto en contacto a los que hacen vino con quienes lo disfrutan; las tendencias son m¨¢s globales que nunca, pero, pese a ello, la diversidad no deja de crecer.
Aunque una peque?a parte de todo esto empieza a llegar t¨ªmidamente al lineal del supermercado, la experiencia es mucho m¨¢s completa si uno se asoma a ese mundo en el que el vino es casi un estilo de vida: afici¨®n, tema de conversaci¨®n, motor de viajes y vacaciones, eje del ocio y de la vida social¡ El caldo de cultivo est¨¢ en bares y tiendas especializadas, restaurantes que cuidan el vino, clubes que acompa?an a los curiosos en su viaje inici¨¢tico por estilos y regiones vin¨ªcolas, o en catas no profesionales cada vez con tintes m¨¢s desen?fadados que lo mismo acaban en una fiesta campestre que se rematan con m¨²sica en vivo.
Acercarse a la cultura del vino solo exige apertura de mente. Cuando el master of wine Pedro Ballesteros dice que no hay en el mundo aficionado m¨¢s infiel es porque la oferta es tan amplia y cambiante (cada a?o llega una nueva vendimia con sus propias caracter¨ªsticas) que resulta virtualmente inabarcable. La lealtad a la marca de los consumidores del pasado se resquebraja de manera natural por el momento de ebullici¨®n que vive el vino espa?ol (ninguna de las crisis recientes ha frenado la creaci¨®n de nuevas marcas y proyectos) y por la introducci¨®n creciente de etiquetas extranjeras, quiz¨¢s sin demasiado peso cuantitativo, pero muy presentes en los c¨ªrculos de aficionados. Aunque todo amante del vino tiene su lista de favoritos, la exploraci¨®n y el descubrimiento forman parte de su ADN.
En este peque?o mundo, los vinos tienen nombres y apellidos. No son riojas, riberas, albari?os o champanes sin m¨¢s. Vienen de sitios concretos, llevan la firma de personas que han cultivado y/o elaborado esas uvas para que transmitan el sabor de un lugar, de una variedad, de un capricho de la climatolog¨ªa o de las levaduras, o para poder alcanzar una dimensi¨®n diferente a partir de la mezcla de elementos diversos.
El punto de partida es un paisaje modelado por el clima y la mano del hombre. Luego toca regodearse en la diferencia: la acidez afilada de las regiones m¨¢s fr¨ªas, la austeridad de los climas continentales, la opulencia y generosidad del Mediterr¨¢neo¡
En este viaje va bien tener gu¨ªas. Se encuentran en todos esos lugares mencionados m¨¢s arriba, en p¨¢ginas como estas y tambi¨¦n, como todo hoy en d¨ªa, al alcance de un clic. Solo hay que poner el hashtag #winelover en Instagram para empezar a curiosear. Y, por supuesto, el camino es mucho m¨¢s agradable con compa?eros de afici¨®n con los que compartir el contenido de la botella y, muy importante en los tiempos que corren, la factura. Algunas ideas para echar a andar van desde acordarse de probar un vino del pr¨®ximo lugar que se visite o montar una reuni¨®n peri¨®dica de amigos que compartan el mismo inter¨¦s hasta apuntarse a una cata en una tienda o bar de vinos cercano.
Casi sin darse cuenta, uno puede pasar de descorchar distra¨ªdamente una botella con la mera finalidad de que haya un acompa?ante l¨ªquido en la mesa a concederle un poco m¨¢s de atenci¨®n, detenerse en su sabor y conocer la historia que hay detr¨¢s. El disfrute se amplifica enormemente cuando se va m¨¢s all¨¢ del acto de beber para vivir y compartir el vino.
Tres relatos (y sus vinos) para descubrir en el nuevo a?o
Blanco en tierra de tintos
2016 Blanco, Vino de Mesa. De Blas Serrano Albillo Mayor. 13% vol. 35 euros.
Mucho antes de que la DO Ribera del Duero autorizara los vinos blancos, De Blas Serrano ya vendimiaba y elaboraba por separado las cepas de albillo mayor que crec¨ªan entre sus vi?as viejas de tempranillo. Adem¨¢s de la experiencia (las primeras pruebas son de 2006), se agradece que el vino salga con cierto reposo de botella al mercado. Este 2016 con mucha vida por delante es un blanco gastron¨®mico, de aromas discretos (ahumados, membrillo, fruta blanca), pero con volumen, untuosidad y un elegante final salino.
Terru?os que resurgen
2019 Tinto, Ribera del Arlanza. Valtravieso. Tempranillo y algo de menc¨ªa, monastrell, bobal, garnacha. 14,5% vol. 35 euros.
Este vino forma parte del proyecto Vi?edos Olvidados de Bodegas Valtravieso. La firma de Ribera del Duero se ha adentrado en regiones vin¨ªcolas menores como Ribera del Arlanza
(Burgos), donde se ha fijado en los viejos vi?edos, muchos salpicados de cerezos, que rondan los 1.000 metros de altitud en torno a la villa medieval de Covarrubias. La sierra de las Mamblas, que protege el valle de los fr¨ªos vientos del norte, da su nombre a un tinto de porte serio, fragante y lleno de matices; la voz de un paisaje tan fr¨¢gil como lleno de car¨¢cter.
Singularidad al cuadrado
2020 Tinto, Valle de la Orotava. Suertes del Marqu¨¦s. Vijariego negro. 12% vol.
30 euros.
Gracias a su aislamiento (es uno de los pocos lugares de Europa a los que no ha llegado la filoxera), a sus condiciones clim¨¢ticas, a sus suelos volc¨¢nicos y a su diversidad varietal, los vinos canarios tienen una personalidad ¨²nica. Este Cruz Santa de la zona norte de Tenerife est¨¢ elaborado con vijariego negro, una casta llevada de la Pen¨ªnsula (es la sumoll catalana) que aqu¨ª se expresa con sus propios c¨®digos: fresco, con finas notas herbales y especiadas, pleno de energ¨ªa y de jugosidad. Un tinto para enamorarse de las islas.
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