La decisi¨®n
Las cosas est¨¢n tan mal organizadas que tener hijos sigue siendo un esfuerzo descomunal para la mujer
Tengo unas cuantas amigas j¨®venes que est¨¢n haciendo ahora la compleja traves¨ªa de la treintena. Y digo que es compleja porque es la d¨¦cada de La Decisi¨®n. Qu¨¦ dif¨ªcil frontera temporal tenemos las mujeres en la mitad del vientre, ese reloj implacable, esa clepsidra de sangre que se va vaciando tan deprisa. Y que a¨²n parece correr m¨¢s ahora, en estos tiempos en los que la treintena es casi una adolescencia muy tard¨ªa. C¨®mo, pero si todav¨ªa no he encontrado mi sitio en el mundo, si a¨²n estoy busc¨¢ndome y busc¨¢ndolo todo, ?y debo tomar ya La Decisi¨®n?, vienen a decirme mis amigas. Porque en la actualidad es bastante habitual que a¨²n no tengan una pareja estable, o que, si la tienen, sea reciente, y que tampoco sepa bien qu¨¦ hacer con su vida. ?Como para ponerse de acuerdo en tener un hijo! He visto a muchas parejas derrumbarse por esto. Amores estupendos que se rompen porque el tiempo se acaba y el fantasma de los ni?os es como un veneno. Ya digo que el notorio retraso en maduraci¨®n que estamos viviendo (que los 40 sean ahora como los antiguos 20) tampoco ayuda nada.
Por cierto, el reloj biol¨®gico tambi¨¦n tictaquea para los hombres; diversos estudios han demostrado que una edad paterna avanzada (y con esto se refieren a m¨¢s de 35 a?os, ojo al dato) aumenta los riesgos de los ni?os al nacer, como el peso bajo o las convulsiones, y tambi¨¦n la tendencia del hijo a otras dolencias, como la esquizofrenia temprana. Pero de esto, claro, nunca se habla (y todav¨ªa se ha investigado muy poco). La maternidad sigue siendo uno de los territorios m¨¢s colonizados por el sexismo.
Por eso el trance de La Decisi¨®n siempre es peliagudo. Tambi¨¦n en mi ¨¦poca lo fue. Y en la de todas. Creo que no debe de haber mujer sobre la Tierra que no tenga que plantearse esa pregunta en alg¨²n momento: ?quiero ser madre o no? Bueno, me desdigo: algunas mujeres no pueden ni siquiera plante¨¢rselo, est¨¢n sometidas a la rueda del emparejamiento obligatorio y la procreaci¨®n. Pero quienes no padecemos esta tr¨¢gica esclavitud siempre nos topamos, antes o despu¨¦s, con La Decisi¨®n, al margen de que nos consideremos heterosexuales, homosexuales o lo que sea. Para algunas, la crisis es desgarradora, porque la pulsi¨®n maternal es muy fuerte en ellas. Pero incluso aquellas mujeres que, como yo, nunca quisimos tener hijos, terminamos tropezando con el ¨¢spero reborde de la frontera; y as¨ª, cuando cumples 37, o 38, o 39, no puede por menos que parar y decirte: ahora o nunca. Y hay que elegir.
La gran Decisi¨®n est¨¢ distorsionada por un sinf¨ªn de circunstancias. Por los prejuicios sexistas y la maternidad de chundarata que nos venden, por ejemplo; pero tambi¨¦n por las nefastas condiciones sociales. Quiero decir que las cosas est¨¢n tan mal organizadas que tener hijos sigue siendo un esfuerzo descomunal para la mujer, un sacrificio de su carrera profesional y de su vida. Y as¨ª, ha habido algunos avances tecnol¨®gicos, como las congelaciones de ¨®vulos o las fecundaciones in vitro, que ayudan a suavizar un poco lo abrupto de la l¨ªnea fronteriza. Pero en lo que no se ha avanzado casi nada es en la conciencia esencial de que tener hijos no es un asunto de mujeres. No es una cosa ¡°nuestra¡± en la que haya que ayudarnos, pobrecitas: por el contrario, es algo en lo que nos jugamos todos la supervivencia. El futuro est¨¢ en riesgo porque hay pocos ni?os, no s¨®lo en Espa?a, que es uno de los pa¨ªses con menor tasa de natalidad del mundo (1,19 hijos por mujer en 2021, s¨®lo por debajo de Corea del Sur, 0,81; de Singapur, 1,10, y de Malta, 1,13), sino tambi¨¦n en el resto del planeta. La humanidad entera est¨¢ envejeciendo a pasos agigantados. Dos tercios de la poblaci¨®n mundial viven en un pa¨ªs en el que la tasa de fecundidad es menor que 2,1 hijos por mujer, cifra m¨ªnima para garantizar el reemplazo de la poblaci¨®n que fallece (esto en los pa¨ªses desarrollados, en las sociedades con mayor mortalidad infantil la tasa ha de ser a¨²n m¨¢s alta). Para 2100, se calcula que la casi totalidad de los pa¨ªses del mundo estar¨¢n por debajo de la l¨ªnea de crecimiento. Con menos de 1,5 ni?os por mujer se produce un grave problema de sostenibilidad econ¨®mica. El cambio social va a ser dram¨¢tico. Digo yo que deber¨ªamos empezar a tomarnos en serio que los hijos son un asunto de todos.
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