Cr¨¦dito y descr¨¦dito
Nunca s¨¦ qu¨¦ ponerme para asistir a un c¨®ctel, a una inauguraci¨®n, a un estreno teatral o a una cena de gala. Pero estoy seguro de que no se puede ir a una guerra como Biden se acerc¨® a la de Ucrania. Y empleamos el ¡°se acerc¨®¡± porque es la impresi¨®n que se deduce de su porte.
¡ªPasaba por aqu¨ª y me he dicho: vamos a ver c¨®mo le va al bueno de Zelenski.
Imag¨ªnense que Biden se hubiera puesto una ropa m¨¢s a tono con el escenario que visitaba y que Zelenski lo hubiera recibido con unos mocasines con borla, traje azul, camisa blanca y una corbata a juego, etc¨¦tera. Pensar¨ªamos que algo no encaja. Pues algo no encaja tampoco en esta imagen, lo que significa que la realidad, en general, est¨¢ desencajada, aunque en unas partes del planeta m¨¢s que en otras.
El presidente de EE UU se mueve por el mundo en un avi¨®n que en realidad es una mansi¨®n de lujo en la que no falta de nada. Le acompa?an, por otra parte, decenas o centenares de asesores, de guardaespaldas, de mayordomos, yo qu¨¦ s¨¦. Y dispone de un dormitorio con un fondo de armario que usted y yo no ser¨ªamos capaces de utilizar en dos o tres de nuestras vidas. Resulta incre¨ªble que de la suma de todo ese personal especializado y de toda esa ropa tan variada no hubiera salido un l¨ªder de Occidente mejor vestido para la ocasi¨®n. Por favor, por favor, no se puede ir de se?orito a todas partes, no se puede dar el cante de ese modo porque el lector del peri¨®dico se queda turulato. El lector del peri¨®dico ve esta foto y no da cr¨¦dito, aunque quiz¨¢ no se atreva a manifestarlo por temor al descr¨¦dito.
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