Dieta vegana, paneles solares y camisetas hechas de restos de caf¨¦: as¨ª es el club de f¨²tbol m¨¢s sostenible del mundo
El Forest Green Rovers, equipo de la tercera divisi¨®n inglesa, se ha convertido en ejemplo de que el compromiso con el medio ambiente tambi¨¦n puede llegar al f¨²tbol. Pasamos un d¨ªa conociendo el pasado, el presente y el futuro de esta entidad tan especial.
¡°Mira, yo todo esto de la sostenibilidad e incluso del veganismo lo tolero. Que hagan lo que quieran. Total, el Forest Green Rovers es un club peque?o. Pero lo que ya me parece exagerado es que reutilicen la orina de los ba?os de la afici¨®n visitante para regar su c¨¦sped. Me parece una tomadura de pelo¡±. Tim es camarero en un pub y hotel de la localidad de Amberley, en el ingl¨¦s condado de Gloucestershire y a apenas dos kil¨®metros de distancia de Nailsworth, el pueblo al que pertenece el club de f¨²tbol Forest Green Rovers. Actualmente en la tercera divisi¨®n inglesa, esta instituci¨®n se ha convertido, desde que el magnate de la energ¨ªa verde Dale Vince se hiciera con ella en 2010, en un ejemplo mundial de sostenibilidad. Paneles solares, molinos de viento, men¨² vegano, cuidado del c¨¦sped sin uso de pesticidas, compromiso total con el reciclaje, camisetas hechas con restos de caf¨¦ o un nuevo estadio de madera dise?ado por el estudio de Zaha Hadid que se llamar¨¢ Eco Park y en cuyo proyecto se incluye plantar hasta 500 ¨¢rboles, son algunas de las caracter¨ªsticas que han convertido a este peque?o club del suroeste de Inglaterra en un fen¨®meno global. No es demasiado habitual que un equipo de tercera divisi¨®n tenga seguidores en m¨¢s de 20 pa¨ªses. As¨ª, intuimos que no somos los primeros periodistas a los que Tim suelta este discurso. ¡°Para cenar, os recomiendo la ternera stroganoff, que tenemos un chef h¨²ngaro. M¨¢s que nada porque en el estadio solo vais a comer cosas veganas de esas¡±, remata.
Son las diez de la ma?ana de un fr¨ªo s¨¢bado de enero en The New Lawn, estadio con capacidad para 5.032 espectadores (m¨¢s de la mitad de la poblaci¨®n de Nailsworth), y hay cierta tensi¨®n en el ambiente. Las heladas de los ¨²ltimos d¨ªas y de esta misma ma?ana han dejado el campo m¨¢s para practicar patinaje sobre hielo que f¨²tbol. En media hora se espera la llegada del colegiado que a la una de la tarde deber¨¢ arbitrar el encuentro que enfrenta al equipo local con el Milton Keynes Dons. ?l debe inspeccionar el c¨¦sped y decidir si se juega el partido o no. Sobre el terreno de juego, la cuadrilla encargada del mantenimiento del verde se afana en dejarlo listo para la inspecci¨®n. Levantan los toldos que lo han cubierto durante la noche y sobre el punto de penalti de una de las porter¨ªas ubican una enorme estufa m¨®vil. ¡°Ni confirmo ni desmiento que fue una donaci¨®n del departamento de polic¨ªa local, que se lo confisc¨® a unos que ten¨ªan una plantaci¨®n ilegal de marihuana¡±, comentar¨¢ m¨¢s tarde Phil Butterworth (Gloucestershire, 66 a?os), actual vicepresidente del club y empresario financiero.
Nick Johnstone (Gloucestershire, 37 a?os) es el actual encargado del c¨¦sped. Aterriz¨® desde Bristol hace apenas tres semanas. Solo ha visto escarcha desde entonces. ¡°He trabajado en campos durante 10 a?os. Aqu¨ª hay muchos retos, tratamos de hacer cosas de la forma m¨¢s sostenible. Hay que acostumbrarse a no usar pesticidas, todo org¨¢nico. Es complicado manejar plagas de esta manera, debes estar m¨¢s encima y tal vez te lleva m¨¢s tiempo aplacarlas. En otro sitio, echas qu¨ªmicos y listo¡±, apunta. ¡°Muchos clubes se han interesado en lo que hacemos aqu¨ª. Y creo que vamos en el camino por el que todo este mundo debe moverse. El club es as¨ª, lo aceptas o no. A m¨ª me encanta¡±. Durante un tiempo se brome¨® entre las aficiones rivales con que en el Forest Green lo ¨²nico que se usaba para cuidar el c¨¦sped era un tenedor.
Sore las once de la ma?ana llegan dos noticias. Una buena y una mala. La buena es que el ¨¢rbitro ha determinado que el partido se va a jugar. La mala, que Dale Vince hoy no va a acudir al encuentro. El magnate de la empresa de energ¨ªa verde Ecotricity, presidente y propietario del club, figura casi tot¨¦mica que ha logrado no solo convertir este peque?o equipo en ejemplo de sostenibilidad, sino que lo ha llevado hasta la tercera divisi¨®n inglesa, donde se enfrenta a equipos como Derby County o Bolton Wanderers, que han militado en la Premier League y que re¨²nen en sus campos hasta 30.000 aficionados, no vendr¨¢. ¡°Ha tenido que salir inesperadamente rumbo a Austria. Se va a reunir con una estrella de Hollywood, pero no recuerdo bien su nombre¡ Es por el tema ese suyo de los diamantes¡±, informa el vicepresidente. Vince es tambi¨¦n propietario de una compa?¨ªa que crea diamantes a partir de di¨®xido de carbono capturado de la atm¨®sfera. Para ello se jacta de usar tecnolog¨ªa 100% sostenible y de poder producir un diamante exactamente igual al que se podr¨ªa extraer de una mina, sin provocar ning¨²n impacto ambiental. Y de paso, al capturar di¨®xido de carbono del aire, colaborar en su limpieza. Espera poder producir 200 quilates de diamantes al mes. Durante las semanas posteriores intentaremos infructuosamente contactar con Dale Vince. ¡°A ver, no es f¨¢cil, piensa que el otro d¨ªa el Daily Mail escribi¨® que Dale no es propietario de Ecotricity, sino de Electricity. Imagina, due?o de toda la electricidad del mundo. Si fuera cierto no estar¨ªamos en tercera¡±, bromea Butterworth.
La sostenibilidad es una de las muchas asignaturas pendientes que tiene el mundo del f¨²tbol con la sociedad moderna. La lentitud con la que este paquid¨¦rmico universo ha respondido a las nuevas necesidades y expectativas en este terreno ha ayudado a que el modelo de Forest Green Rovers, primer club neutro en carbono y primer club vegano del mundo, se haya amplificado por todo el planeta tanto para celebrarse como para contraponerse a la inacci¨®n de la gran mayor¨ªa de los dem¨¢s equipos. Activistas como Stella McCartney han mostrado su apoyo, y jugadores como H¨¦ctor Beller¨ªn han invertido en el equipo. De hecho, el jugador catal¨¢n es el segundo mayor accionista del Forest Green Rovers. Phil Butteworth tiene el sue?o de que decida jugar sus ¨²ltimos a?os de carrera profesional en la entidad de Gloucestershire. Mientras el Manchester United provocaba un esc¨¢ndalo en 2021 cuando decid¨ªa volar desde la ciudad en que est¨¢ radicado hasta Leicester, a apenas 150 kil¨®metros ¡ªun vuelo de 10 minutos¡ª, y jugadores como Mbapp¨¦ se mor¨ªan de risa cuando en rueda de prensa les preguntaban si hab¨ªan considerado el tren para sus desplazamientos dom¨¦sticos en vez de los contaminantes aviones, el Forest Green alquilaba buses el¨¦ctricos para algunos de sus partidos fuera de casa. El club espera pronto poder adquirir uno propio.
El Mundial de Qatar, seg¨²n la organizaci¨®n Carbon Market Watch, podr¨ªa haber liberado en la atm¨®sfera m¨¢s de cinco millones de toneladas de CO2 ¡ªla organizaci¨®n los reduc¨ªa a 3,6, los mismos que emite en todo un a?o la Rep¨²blica Democr¨¢tica del Congo. Obviamente, en el terreno de los desplazamientos, el m¨¢s contaminante, el Forest Green lo tiene f¨¢cil, pues sus rivales se encuentran en un radio de 300 kil¨®metros. Es en la gesti¨®n sostenible del estadio donde sus pol¨ªticas han sido pioneras y han marcado la agenda de clubes que han estrenado recinto en la ¨²ltima d¨¦cada. El londinense Arsenal, por ejemplo, aplic¨® en su estadio una seria pol¨ªtica de reciclaje, instal¨® luces led y ba?os sin agua. Su vecino y rival, el Tottenham Hotspur, ha logrado para su nuevo campo el certificado del uso de 100% energ¨ªa renovable. La fachada de la construcci¨®n tiene un dise?o que permite recoger el agua de lluvia. Con la recolectada se cumplen todas las necesidades del espacio sin tener que recurrir a fuentes externas. En Espa?a ha sido el Real Betis el equipo que m¨¢s impacto ha logrado con sus pol¨ªticas sostenibles, sobre todo desde que en 2020 pusiera en marcha Forever Green, plataforma de sostenibilidad que tiene como objetivo promover la acci¨®n medioambiental a trav¨¦s del f¨²tbol y que est¨¢ abierta tanto a empresas como a instituciones.
Falta menos de una hora para que empiece el duelo entre Forest Green Rovers y Milton Keynes Dons, los dos ¨²ltimos clasificados de la League 1. En el box de autoridades, Phil Butterworth departe con un representante del estamento arbitral que ha venido hoy como observador y ¨¢vido consumidor de comida vegana. El hombre recuerda que fue juez de l¨ªnea en un partido de competici¨®n europea que jug¨® el FC Barcelona como local en 1978. ¡°Le gusta mucho venir aqu¨ª. No oye insultos racistas ni sexistas. Para un ¨¢rbitro eso debe ser incre¨ªble. Siempre hay alg¨²n energ¨²meno, pero en ese aspecto somos mod¨¦licos¡±, apunta Butterworth cuando su amigo se marcha. El campo est¨¢ plagado de advertencias contra el lenguaje ofensivo, de invitaciones a venir a ver los partidos a pie y de infinidad de logos de compa?¨ªas que apuestan por la sostenibilidad y la cultura eco. ¡°Ahora mismo somos muy atractivos para los patrocinadores¡±, confirma el vicepresidente, quien a¨²n cree en las posibilidades de su equipo de mantener la categor¨ªa. Este club, en sus 133 a?os de historia, solo ha descendido en una ocasi¨®n. ¡°Antes solo jug¨¢bamos contra otros pueblos de Gloucestershire. Ah¨ª se forj¨® la leyenda de nuestro gran derbi contra el Cheltenham, nuestro ¡®El Cl¨¢sico¡¯ [en espa?ol], solo que por ser de Gloucestershire lo bautizamos ¡®El Gl¨®sico¡¯. Sobre 1998 llegamos a lo m¨¢s alto de la Conference League [categor¨ªas regionales]. Estuvimos 18 a?os ah¨ª. Hace unos 14 a?os casi vamos a la bancarrota¡±, recuerda Butterworth.
?l llam¨® a Dale Vince y le dijo que la deuda era solo de 40.000 libras. ¡°Era mucho m¨¢s¡±, admite el actual vicepresidente. ¡°Mira, hace poco si met¨ªamos 1.000 personas en el campo, ya era mucho. Lo normal era que vinieran 600. Ahora la media es de 2.500. Lo que quiero contar con esto es que no solo se cuida de la agenda verde, no se olvida el futuro deportivo del club. Es lo m¨¢s importante¡±. Una semana m¨¢s tarde, recibimos un e-mail de Butterworth con el solo fin de compartir con nosotros la emoci¨®n que siente tras el fichaje del m¨ªtico Duncan Ferguson, exdelantero de la selecci¨®n escocesa y anterior segundo entrenador del Everton FC, como nuevo preparador del equipo. Al cierre de esta edici¨®n, a¨²n no han ganado ning¨²n partido desde que se puso al mando.
¡°Yo fui presidente cuando esto se hund¨ªa¡±, interviene David Drew (Gloucestershire, 70 a?os). ¡°Y fui durante 15 a?os y medio el parlamentario de esta circunscripci¨®n por el Partido Laborista. Volveremos a ganar porque esta es una circunscripci¨®n laborista. Para el partido este club es importante, de verdad. Cuando Jeremy Corbyn era nuestro l¨ªder, me felicit¨® por lo que est¨¢bamos haciendo con el equipo¡±. Justo en la grada de enfrente del box de autoridades se alza un enorme m¨¢stil coronado por una bandera palestina. La coloc¨® Dale Vince. ¡°A ¨¦l no le importa molestar a quien haga falta¡±, interviene el actual vicepresidente. ¡°La industria energ¨¦tica es corrupta, tenemos un Gobierno que no es de fiar. Debemos ser valientes. Con respecto a la bandera, es cierto que al principio algunos de nuestros aficionados se quejaron por la forma en que en Palestina es tratada la homosexualidad. Y lo entiendo perfectamente. Pero aqu¨ª est¨¢ la bandera, que no es antisemita, sino antisionista. El a?o pasado vino el embajador de Palestina al campo¡±. En un momento en el que el St. Pauli de Hamburgo, acaso el club contestatario m¨¢s relevante y pop del continente, corre riesgo de convertirse en una mera atracci¨®n tur¨ªstica m¨¢s, da la sensaci¨®n de que la entidad que puede portar este estandarte los pr¨®ximos a?os en Europa ¡ªen EE UU est¨¢ el Portland Timbers¡ª es el Forest Green. ¡°Un poco creo que s¨ª. La idea de izquierda verde es nuestra. Y lo notas cuando paras en un ¨¢rea de servicio con bufandas del club y la gente te felicita¡±, sentencia Butterworth.
En el restaurante de la zona vip se sirven casi 200 comidas cada d¨ªa de partido. La encargada es Jade Crawford (Londres, 31 a?os), quien, tras trabajar en cocinas desde los 14 a?os, se hizo vegana y tuvo que abandonarlas agobiada por la presencia de carne en todas partes. Se fue de viaje a Australia, aprendi¨® a cocinar vegano y, al volver, vio un anuncio para trabajar como chef vegana en un club de f¨²tbol. ¡°Y aqu¨ª estoy¡±, bromea tras terminar el servicio al frente de un joven y casi por completo femenino equipo de cocina. Hoy toca men¨² de inspiraci¨®n italiana. Antes de cada temporada se definen 30 ¨¢gapes de alma global. Para saber entre qu¨¦ comensales ha cuajado y entre cu¨¢les no, solo hay que ver la cantidad de patatas fritas que cada uno ha pedido para su plato. Jade tambi¨¦n ha definido la oferta gastron¨®mica en los puestos de comida que hay en las gradas. ¡°Ha sido un reto desde el primer d¨ªa, porque no es f¨¢cil convencer a la gente de que no van a comerse su perrito caliente y su hamburguesa. Despu¨¦s de todo, esto es entretenimiento y fiesta. No puedes venir a dar lecciones de nada el s¨¢bado de partido. Pero poco a poco todo ha cuajado. En un principio intentamos servir cosas distintas, tipo chile y tal, pero no tiene sentido¡±, apunta Crawford, quien tambi¨¦n da de comer a los jugadores el d¨ªa de partido.
El encuentro se va al descanso con empate a uno. De entre todas las mesas que hay en la zona vip destacan un par llenas de noruegos. Se trata de una delegaci¨®n proveniente de Bergen que ha llegado hasta aqu¨ª para saber m¨¢s sobre los proyectos sostenibles del Forest Green. Algunos de ellos son directivos de un club de tercera divisi¨®n del pa¨ªs n¨®rdico y aspiran a poder replicar algunas de las iniciativas que se est¨¢n llevando a cabo en este rinc¨®n de Gloucestershire. Los paneles solares sobre la cubierta del fondo norte, o el molino de viento que hay subiendo el cerro en un campo en el que pastan un centenar de ovejas ¡ªentre ambos cubren el 20% de la necesidad el¨¦ctrica del club¡ª, o eso de servir una coca-cola que se llama green-cola, o producir solo 1,09 toneladas de CO2 por asistente al campo durante toda la pasada temporada (en la Bundesliga alemana, por ejemplo, era 300 veces m¨¢s en 2019). Realmente, ?tienen los noruegos algo que aprender de alguien en este terreno?, le preguntamos a uno de ellos mientras arranca la segunda parte y el n¨®rdico es amonestado por los miembros de seguridad por seguir bebiendo su cerveza. Aqu¨ª se sirve alcohol, pero no se puede consumir mientras el bal¨®n est¨¢ en juego. ¡°Me ha impresionado bastante lo que he visto¡±, afirma. ¡°Mira, en nuestra regi¨®n llueve 250 d¨ªas al a?o. Si aplicamos el sistema que hay aqu¨ª de aprovechamiento del agua, podr¨ªamos no tener que usar fuentes externas nunca m¨¢s. S¨¦ que es poco, pero algo es. En Noruega, actualmente se recicla el 92% de las latas de refresco que se consumen. ?Es bueno? S¨ª. ?Podemos tratar de llegar al 100%? Tambi¨¦n¡±.
Terry tiene 71 a?os. Padece c¨¢ncer en estado avanzado. El club le ha invitado junto a su hijo Dave, de 40, a ver el partido. ¡°Recuerdo cuando no ¨¦ramos ni 500 en este campo¡±, dice con un hilillo de voz, mientras sostiene la mano de su v¨¢stago. ¡°?Sabes? Todo esto de la energ¨ªa solar, del reciclaje y tal¡ Me encanta. Me siento muy orgulloso de mi club. Yo fui profesor de ciencias en un instituto cercano durante los ochenta y noventa y ya entonces les hablaba a mis alumnos de la importancia de todo esto, aunque era muy pronto. Verlo hoy aqu¨ª me parece incre¨ªble¡±. Milton Keynes Dons marca el segundo gol a falta de pocos minutos para el final del partido. Se hace un silencio. Terry mira a su hijo: ¡°Bueno, hemos comido bien, ?verdad?¡±.
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