La palabra escritor
Resume y supera a cualquier otro elogio. Por m¨¢s vueltas que le intente dar, para m¨ª esa palabra sigue siendo un t¨ªtulo
La palabra escritor todav¨ªa me parece distinta de la mayor¨ªa: a veces noto que, cuando la digo, pronuncio diferente. No hay muchas palabras que haya respetado tanto, a lo largo de mi vida. S¨¦ que es tonto, pero escritor, para m¨ª, no es una descripci¨®n sino un t¨ªtulo de nobleza, no un sustantivo sino un adjetivo.
Y sin embargo un escritor, al principio, era un bur¨®crata de arcaicas oficinas. La primera imagen conocida de alguien escribiendo es un escriba: un pelado egipcio en flor de loto que toma notas de algo que alguien ¡ªdemasiado importante como para compartir con ¨¦l la escena¡ª le dicta. Durante mucho tiempo, la palabra scriptor se aplic¨® sobre todo a esos copistas ¡ªgriegos, romanos, medievales¡ª que inscrib¨ªan las palabras de otros. (Y los franceses todav¨ªa dicen ¨¦crivain, que se parece demasiado a ¡°escribano¡±, el sin¨®nimo sudaca del espa?ol ¡°notario¡±).
Quiz¨¢ por ese origen modesto un escritor es lo contrario de un autor. Un autor es, seg¨²n los diccionarios, alguien que crea o mejora algo ¡ªun texto, un beb¨¦, una represa, un m¨¦dico en potencia¡ª y eso, supuestamente, le confiere la ¡°autoridad¡± de que ese texto, ese hijo, esa represa, ese m¨¦dico en acto tengan, de alg¨²n modo, que seguir obedeci¨¦ndole. Ser autor crea autoridad, en la m¨¢s noble de sus acepciones ¡ªque, aun as¨ª, sigue siendo autoritaria. Yo s¨¦, yo lo hice, yo mantengo el control. Un escritor es todo lo contrario.
Un escritor, si lo es, no intenta imponer nada: ofrece materiales para que cada cual los malee ¡ªes bonito malear¡ª como mejor le venga. Un escritor es alguien que pierde cualquier autoridad sobre lo que hizo, lo que hace. Y, sin embargo ¡ªo por eso mismo¡ª, nada pod¨ªa parecerme m¨¢s deseable. Tanto, que me asustaba la palabra.
S¨¦ que es otra tonter¨ªa, pero ya hab¨ªa publicado 10 o 15 libros y sin embargo, en ese momento de extrema verdad que son los formularios de migraciones, segu¨ªa sin escribir en la casilla de la profesi¨®n la palabra escritor. Escritores eran otros, Quevedo, Borges, Shakespeare, Cervantes, Tolst¨®i, Rulfo, Woolf, Proust, Perec, Safo de Lesbos, Catulo, S¨®focles, Sor Juana, Juan de Patmos, Dos Passos. Y algunos m¨¢s, faltaba m¨¢s, pero no yo. Reci¨¦n hace unos a?os, ya cumplidos los 50 y con m¨¢s de 30 libros publicados, me resign¨¦ a un silogismo oportunista: ¡°Bueno, pibe, sos un escritor. Ser¨¢s un mal escritor, pero escritor al fin¡±.
Fue una traici¨®n: le quit¨¦ a la palabra su sentido adjetivo, acept¨¦ que se pudiera ser escritor y malo al mismo tiempo. Cada vez que lo recuerdo siento un leve escozor en los pulgares. Era, adem¨¢s, una mentira: hay muchos que escribimos; hay pocos escritores. Escritor es el que hace con las palabras o las historias o las estructuras algo que otros no hab¨ªan hecho; los dem¨¢s somos como aquel escriba egipcio por los suelos, tomando las palabras que nos dicta el tiempo, el inter¨¦s, la falta de talento.
Y por suerte un escritor, en general, no sirve para nada. Es mucho m¨¢s ¨²til una buena m¨¦dica de urgencias, un padre que trabaja como un perro, los bomberos. Incluso repensando mi vida: seguramente habr¨ªa sido m¨¢s interesante ser f¨ªsico o bi¨®logo y, si quer¨ªa contar historias, el cine y sus engendros son las formas m¨¢s presentes de hacerlo. As¨ª que a veces me r¨ªo de ese respeto idiota por esto que hacemos, pero yo me convenc¨ª desde el principio de que no pod¨ªa aspirar a nada mejor. Supongo que queremos ser escritores los que nos fascinamos con lecturas tempranas y solo podemos pensar que querr¨ªamos hacer cosas como ¨¦sas, producir en otros esa misma fascinaci¨®n que nos secuestra.
As¨ª que sigo creyendo que escribir es algo especial y que ser escritor es una especie de privilegio ¡ªpara quienes lo logran. En las plazas de toros ¡ªcon perd¨®n¡ª, cuando un torero es demasiado bueno le gritan, como encomio mayor, que es lo que es: ¡°Torero, torero¡±, corean, y ¨¦l sabe que lo ha hecho. No se precisa un adjetivo: el sustantivo alcanza. Quiz¨¢ sea cierto que lo mejor que se le puede decir a alguien es que es lo que pretende ser. A m¨ª me sucede: cuando alguien es notoriamente bueno, diferente al hacer esto que hacemos, el reconocimiento m¨¢s extremo que se me ocurre est¨¢ muy claro: ¡°Es un escritor¡± o ¡°Es una escritora¡±, digo, y eso, para m¨ª, resume y supera a cualquier otro elogio. Por m¨¢s vueltas que le intente dar, por m¨¢s traiciones, para m¨ª esa palabra sigue siendo un t¨ªtulo.
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